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Una ciudad liberal en Bolivia

El presidente de Bolivia, Evo Morales, se dirige decidido hacia una reelección en los próximos comicios del 20 de octubre del presente año. De obtener la victoria, se consagraría en lo que sería su cuarto mandato en el poder, tras haber asumido el cargo allá por el año 2006.

Considerando que el gobierno boliviano, bajo el liderazgo de Morales, ha transgredido repetidas veces los mandatos constitucionales para perpetrarse en el poder, y que actualmente se encuentra impulsando peligrosas leyes que van inclusive en contra de la libertad de expresión (ver Lampadia: Bolivia, tras los pasos de Venezuela), su ascenso al poder podría significar un duro golpe a la democracia del país andino, si es que no lo ha sido ya.

Según diversos analistas políticos, con un cuarto mandato de Morales, el camino estaría allanado para convertir a Bolivia en Venezuela, lo cual terminaría de configurar aquella alianza tripartita del socialismo latinoamericano entre Maduro (Venezuela), Fernández (Argentina) y Morales (Bolivia), que caracterizó la década pasada y que contribuyó al estancamiento económico que experimentó nuestra región (ver Lampadia: Estancamiento en América Latina).

Aun poseyendo importantes recursos estratégicos como el gas que actualmente se encuentran en manos estatales, si se ve en reprospectiva, los logros de los 13 años del gobierno de Morales en el ámbito económico y social – que algunos se jactan de elogiar – son miserables al lado del experimentado por nuestro país gracias al modelo de desarrollo y de Estado subsidiario que adoptamos con la Constitución de 1993 (ver Lampadia: ¿Evolovers desinformados?).

Pero, ¿qué tan probable es que obtenga la presidencia Evo Morales, a la luz de la inclinación política que predomina en las principales ciudades bolivianas?

Un reciente artículo escrito por The Economist, analiza una de las ciudades que otrora le dieran mayor apoyo electoral a Morales en sus anteriores postulaciones presidenciales, El Alto. Curiosamente, es de las ciudades bolivianas más liberales en materia económica, en contra del socialismo que expectora Morales en todos sus discursos políticos. Bajos niveles de impuestos y casi inexistente carga regulatoria son características de tan carismática ciudad basada en el comercio ambulatorio y que es además considerada la segunda ciudad más grande de Bolivia.

Como deja entrever The Economist, más le valdra a Evo Morales moderar su discurso intervencionista, si quiere capitalizar el voto político de dicha ciudad, porque de lo contrario, los alteños lo consideraran demasiado pro Estado y probablemente le salga el tiro por la culata a quienes tanto le ofrecieron su apoyo en el pasado. Lampadia

Grande y poderoso
El Alto comparte la identidad indígena de Evo Morales, no su socialismo

El sorprendente liberalismo de la “capital aymara” de Bolivia

The Economist
19 de setiembre, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

El Alto se cierne sobre La Paz, la capital administrativa de Bolivia, como el filo de una guillotina. En 1781 Tupac Katari, un líder indígena, asedió La Española La Paz a 500 metros debajo. A principios de la década de 2000, las protestas de los alteños obligaron a dejar fuera de su cargo a dos presidentes bolivianos: Gonzalo Sánchez de Lozada, que buscaba exportar el gas de Bolivia a través de Chile, un rival, y Carlos Mesa, su sucesor, que resistió sus demandas de nacionalizar las reservas de gas. Eso allanó el camino para la elección en 2005 de Evo Morales, el primer presidente indígena de Bolivia, y miembro del pueblo aymara, que considera a El Alto como su capital.

Morales cuenta con su apoyo mientras trata de persuadir a los bolivianos de extender sus 13 años en el cargo en una elección prevista para octubre. Pero los alteños son de mentalidad independiente. Algunos resienten su decisión de presentarse desafiando un referéndum en 2016. Pero sus reservas son más profundas. Morales es izquierdista y El Alto es un lugar empresarial al que le gustan los bajos impuestos y la regulación laxa. Su apoyo a su socialismo es selectivo. La ciudad más revolucionaria de Bolivia es de alguna manera la más liberal.

El Alto, a 4,150 metros de la ciudad más alta del mundo, ha prosperado durante la presidencia de Morales. Con una población de 900,000 habitantes, es la segunda ciudad más grande de Bolivia, después de Santa Cruz, y con más rápido crecimiento. La ciudad comenzó a principios del siglo XX cuando los migrantes comenzaron a llegar desde el altiplano, las tierras altas andinas del oeste de Bolivia. Establecieron vecindarios regidos por prácticas traídas de sus pueblos, como el liderazgo rotativo. En 1957, estos se unieron para formar el consejo vecinal, que asumió el papel del Estado. Junto a las organizaciones de trabajadores, cavó los primeros pozos y construyó caminos. También proporcionó ley y orden, lo que a veces ha significado ejecutar presuntos delincuentes. El consejo, ahora llamado Fejuve, todavía ayuda con la provisión de infraestructura en las franjas crecientes de la ciudad. El Alto se incorporó como una ciudad separada de La Paz en 1985.

En la “guerra del gas” de 2003, los rebeldes en el acantilado bloquearon las carreteras que conectan La Paz con gran parte del resto de Bolivia. Sánchez de Lozada envió al ejército. Después de que murieron casi 60 personas, huyó del país. La insurrección ayuda a definir la ciudad hoy. Roger Chambi, un activista aymara, señala a un visitante, el edificio que alberga Radio San Gabriel, donde los líderes insurgentes realizaron una huelga de hambre. El eslogan desafiante de El Alto, “De pie, nunca de rodillas”, aparece en todas partes.

La política ahora parece menos urgente. “En este momento, se trata de la economía”, dice Chambi. El Alto es el centro de una red internacional que comercializa bienes de todo tipo, muchos de ellos de contrabando. Estos vinculan a los ricos comerciantes de la ciudad, llamados qamiris, con fabricantes en China. A menudo se extienden a otras ciudades bolivianas y a Brasil y Argentina. Quizás cuatro quintos de los alteños trabajan en la economía informal. La “economía sumergida” de Bolivia es la más grande del mundo como parte del PBI, según el FMI.

El corazón comercial de El Alto es el vasto mercado al aire libre “16 de Julio”, abierto los jueves y domingos. Casi exentos de impuestos y no regulados, los comerciantes pagan a su sindicato por permisos para abrir puestos que venden de todo, desde curas a base de hierbas hasta piezas de automóviles. Las mujeres aymaras custodian las mercancías, los bombines inclinados hacia adelante. Muchos qamiris poseen puestos de mercado. Más allá del mercado, las pequeñas empresas están desparramadas en las calles. Están surgiendo viviendas de varios pisos. Los propietarios dejan el ladrillo expuesto en la creencia (errónea) de que esto los exime del impuesto. Las parcelas de tierra aparecen en los registros de la ciudad como vacías, otra artimaña para evitar impuestos. La esquiva ingeniosa se gana el respeto. Cuando trabajó brevemente como cantinero, “Hice todo lo posible para no vender cerveza con recibos”, dice Chambi.

Las fachadas chillonas de los “chalets” alivian el paisaje de ladrillo marrón. Los qamiris que los poseen pueden no pagar impuestos, pero a diferencia de la élite establecida de Bolivia, no compran propiedades en Miami, dice Chambi. Financian fiestas que tienen lugar todos los fines de semana. Una vez al año, un qamiri recibe el costoso honor de pagar más que nadie por el Gran Poder, un carnaval en La Paz.

Los forasteros a menudo ven a El Alto como un reflejo de sus prejuicios. Los izquierdistas celebran las características comunales de su economía. Incluyen el aini, una ayuda de los vecinos para la construcción o el negocio, que se espera que el beneficiario corresponda. Las fiestas son una forma de dar comida y bebida a los pobres. Los anarquistas admiran la autorregulación de El Alto, liberan su vigoroso capitalismo. La ciudad parece combinar todos estos. Pablo Mamani, un sociólogo, describe a El Alto como una ciudad “con amplia solidaridad”, pero “absolutamente liberal” en materia económica.

El Alto tiende a votar por Morales y aplaudió su nacionalización de las reservas de gas en 2006. Le gustan los subsidios y las obras públicas, pero exige que el Estado mantenga su distancia. “El Alto espera mucho del Estado”, dice Mamani. Eso va junto con una ética de autosuficiencia. En la cultura aymara, “uno tiene que trabajar para uno mismo”.

Los alteños le dan poco crédito a Morales por su prosperidad. Muchos son escépticos sobre su candidatura a la reelección (en la que Mesa será su principal oponente). Recuerdan la práctica aymara de liderazgo rotativo, incluso si no siempre la practican. “La gente ve [la campaña de Morales] sospechosamente”, dice Chambi.

No obstante, El Alto lo ha apoyado, excepto en dos ocasiones. En 2010, cuando intentó reducir los subsidios a la gasolina, los alteños bloquearon nuevamente las carreteras. Él retrocedió. Cinco años más tarde rechazaron al candidato a alcalde de su partido a favor de Soledad Chapetón, una mujer aymara de centro-izquierda. Esos son recordatorios agudos para Morales: no dé por sentado a El Alto. Lampadia




¿Evolovers desinformados?

Facebook, 27 de febrero de 2019
Guillermo Vidalón

En el sur del país ha surgido una repentina fascinación por las políticas de gobierno del presidente boliviano Evo Morales. Se dice que hay que elevar los impuestos porque allá se cobra más, pero no se evalúa siquiera cuál ha sido el resultado de dichas políticas durante las casi dos décadas de Evo.

Para evaluar con mayor certeza el resultado del populismo de Morales revisamos información pública procedente del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, así como del propio Banco Central de Reserva de Bolivia, y la comparamos con las cifras de Perú. Estoy seguro de que algunos perderán la fascinación.

Las Reservas Internacionales Netas (RIN) de Bolivia, es decir el respaldo económico con el que cuentan en caso de cualquier emergencia, pasaron de US$ 15,123 millones en 2014 a US$ 8,946 millones al cierre del 2018. Dicha caída en sus reservas representa una pérdida de más de 40%. En tanto que las reservas del Perú superaron los US$ 60,000 millones en dicho período. Nuestro volumen de reservas es casi siete veces el de Bolivia. Algunos dirán que la población de Bolivia es menor. Efectivamente, los bolivianos son casi 11 millones y nosotros 32 millones, según estimados al 2018. Los peruanos numéricamente somos tres veces la población boliviana, pero nuestro ahorro es siete veces el de nuestros vecinos.

Pero ya que nos estamos refiriendo al supuesto bienestar que transmiten algunos políticos peruanos, a los que denominaremos evolovers, permítanme precisar que el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de Perú alcanza 0.750, en tanto que el de Bolivia es de 0.693. Recordemos que el IDH brinda información sobre esperanza de vida al nacer, logros educativos e ingresos per cápita, principalmente. La esperanza de vida en Bolivia es de 69.13 años y su tasa de mortalidad es de 7.3%, mientras que en el Perú las cifras son 74.98 años y 5.65%. Es decir, nuestro sistema de salud y calidad nutricional, con todas sus deficiencias, han resultado mejor de lo que ofrecen los políticos evolovers.

¿Cuál es el Producto Bruto Interno de Bolivia? US$ 45,045 millones al 2017 (aún no se registra un estimado para el 2018, lo que es un indicativo de la poca o nula transparencia en la información de sus resultados macroeconómicos). En tanto que el Perú tiene un PBI de US$ 231,567 millones. En otras palabras, el valor de nuestra economía es poco más de cinco veces el de la boliviana. Y el ingreso per cápita de Bolivia es US$ 3,393.96 mientras que en el Perú dicha cifra es más del doble US$ 7,198.

Y todavía tenemos más. En el 2018 el Perú participó en el comercio internacional de bienes y servicios con la cifra de US$ 90,835 millones. Bolivia, en cambio, lo hizo con US$ 19,056 millones. En dicho año el Perú exportó US$ 48,942 millones; en tanto que Bolivia lo hizo por US$ 9,060 millones. El valor de nuestras exportaciones es 5.4 veces el de las bolivianas. Las importaciones del Perú fueron US$ 41,893 millones y las de Bolivia US$ 9,996 millones. Nosotros tuvimos un saldo favorable en la balanza comercial. El saldo neto a favor, en el caso peruano fue US$ 7,049 millones. Mientras que en Bolivia fue negativo, menos US$ 936 millones.

Durante el 2018, la importación de bienes de capital en el Perú fue de US$ 11,600 millones aproximadamente, mientras que en Bolivia fue US$ 1,425 millones. ¿Qué es un “bien de capital”? En pocas palabras, es una herramienta de trabajo, un equipo que es empleado para producir un producto o brindar un servicio. Podemos imaginar cuántos puestos productivos se generaron en el Perú y cuántos en Bolivia.

El tipo de cambio o cuantos bolivianos (Bs, moneda del hermano país) se deben entregar para obtener un dólar americano es de Bs 6.96. ¿Cuál es el valor del boliviano respecto del sol peruano? Es de 0.48 céntimos.

Si después de 13 años de gobierno de Evo Morales (inició en enero de 2006) los logros son tan magros y han sido ejecutados al costo de vilipendiar la democracia y el orden constitucional en el país altiplánico, pedir que se debe sigan las políticas de dicho gobierno es anhelar el atraso y un mayor empobrecimiento del Perú. Ojalá, los gobernadores del sur peruano se informen más antes de convertirse en sus propagandistas. Lampadia




Las leyes no son para los izquierdistas

Lula, el líder del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, condenado a 12 años de cárcel por corrupción desde el gobierno, se ha resistido a su condena con ‘docenas de amparos’ presentados por grandes estudios de abogados. Acaba de perder su última carta ante la Corte Suprema de Brasil, y el reconocido y probo Juez Moro ordenó su encarcelamiento, pero Lula, en rebeldía, se refugió con los sindicalistas metalúrgicos dando un pésimo ejemplo, y dejando por los suelos la imagen de las izquierdas latinoamericanas.

El Sol, Argentina

Pero Lula no tenía escapatoria. Después de organizar su entronización como mártir, fue llevado por la Policía Federal a la cárcel de Curitiva, diseñada para albergarlo.

El Clarín, Buenos Aires

Con la caída de Lula y el fracaso del gobierno del PT en Brasil podemos ver el alma de las izquierdas latinoamericanas.

Siguen cayendo las caretas de los (dizque) defensores de los pobres, de los derechos humanos y de la moral pública.

  • Defensores de los pobres: Ya sabemos, producto de tantas experiencias fallidas del comunismo y el socialismo, que el discurso de los izquierdistas sobre su compromiso con los pobres, es solo un mecanismo de acceso al poder. Una vez en el gobierno, son los campeones en la creación de pobreza, por la que muestran desdén y distancia. Ejemplo: Los Kirchner dejaron al 29% de argentinos en la pobreza.
     
  • Defensores de los derechos humanos: Otra estrategia electoral. Por ejemplo, Ecuador con Correa, pasó al puesto 156 de 179 países en libertad económica. En Venezuela hay una crisis humanitaria. Los venezolanos se mueren por falta de alimentos y medicinas, pero el socialismo del siglo XXI, no hace nada por evitarlo, y además rechaza la ayuda humanitaria de otros países. Dos derechos humanos pisoteados, la libertad y la vida.
  • Defensores de la moral pública: Los gobiernos de las izquierdas suelen ser los más corruptos de todos. Como asumen que gobiernan por una suerte de derecho divino, se alucinan por encima del bien y el mal. No olvidemos el famoso dictum del comunismo moscovita: ‘El fin justifica los medios’. Ejemplos cercanos: Los niveles inhumanos de corrupción del chavismo en Venezuela. La descarada corrupción de los Kirchner en Argentina. Y la inmensa corrupción de Lula con el PT de Brasil, llevada a toda la región con un inaceptable afán intervencionista.

Pero, además, ninguna evidencia es suficiente para que nuestros izquierdistas latinoamericanos reconozcan los delitos de sus socios ideológicos. Veamos algunas manifestaciones en relación al caso de Lula, el gran corruptor de la región:

  • Ricardo Lagos, probablemente el más respetado izquierdista de la región

  • Evo, Cristina y Maduro

  • Verónika Mendoza y Nuevo Perú, la gran defensora del chavismo y asistente de Nadine Heredia

  • Manuel Dammert, el pequeño géiser de denuncias maniqueas que reemplazó a Javier Diez Canseco en el Congreso y en el oficio

  • Nota de El Comercio en la misma línea de denuncia

  • El periodismo extremista festeja la resistencia a la justicia (reyes del doble estándar):

Hace algunas semanas, Jaime de Althaus postuló la posibilidad de pedir una compensación al gobierno de Brasil por su política pública de injerencia política y promoción de la corrupción en el Perú y otros países de la región. Ver en Lampadia: Exigir reparación económica al Brasil.

El pasado sábado 7 de abril, Oscar Schiappa-Pietra, sustentó la misma posición en Expreso: 

¡Cómo se quieren y apoyan los patéticos socios de las izquierdas!

Más evidencias de quienes son y qué hacen desde el poder los izquierdistas de la región (para no recordar los crímenes de Stalin, Mao, Pol Pot y Fidel Castro), no se pueden tener. Artistas en el verbo, diligentes saboteadores de la inversión privada, buscadores del caos para llegar al gobierno, pero finalmente, solo tristes empobrecedores y hasta criminales, una vez en el poder.

No nos dejemos engañar. Nuestras izquierdas tradicionales, defensoras de Fidel Castro, Hugo Chávez, Nicolás Maduro y de Luiz Inácio Lula da Silva, no tienen nada bueno que ofrecernos.

¡Necesitamos con urgencia, nuevos izquierdistas, más modernos, menos ideologizados, más consecuentes y menos corruptos! Lampadia




El ‘Rey de Bolivia’: Evo hacia el quinto mandato

El ‘Rey de Bolivia’: Evo hacia el quinto mandato

El mes pasado, el parlamento boliviano aprobó una ley que permitiría que el presidente Evo Morales postule para otro mandato (por quinta vez) si es ratificado en un referéndum nacional el próximo año. La ley, aprobada en una maratónica sesión por más de dos tercios de los legisladores (típica de las nuevas ‘democracias’ de papel), enmendaría nuevamente la Constitución para eliminar los límites del mandato presidencial.

Esto iría en contra de los ideales de su propia ‘cacareada’ cultura indígena. En un reciente artículo de The Economist, uno de sus legisladores aymara, Rafael Quispe, afirma que Morales estaría haciendo campaña con el lema “También yo quiero ser rey”. “Esto está lejos de ser un gobierno de los indígenas”, dijo Quispe. “Los aymara tienen una regla, taqui muyu. Significa liderazgo de alternancia. En nuestras comunidades, se elige un líder por dos años, tres cuando mucho. No puede volver a serlo, aun cuando nos ruegue”.

Morales, que llegó al poder en 2006 y cuyo índice de aprobación está por encima de 60%, afirma que sería feliz de renunciar a la presidencia, pero dice que son sus seguidores quienes lo estarían presionando para que se quede (sorprendente, considerando la opinión de su propio legislador aymara mencionada líneas arriba). Pero la verdad es que con tantos programas asistencialistas (Morales distribuye dinero a manos llenas, casi un tercio de los bolivianos, poco más de tres millones, recibe algún tipo de ayuda estatal), no es extraordinario que mantenga una alta popularidad y apoyo del pueblo, a pesar de que el país siga siendo uno de los menos desarrollados de América Latina, debido a las políticas orientadas al Estado que disuaden la inversión privada y el crecimiento.

Siguiendo el libreto de las ‘nuevas democracias’, el presidente Evo Morales impuso una nueva constitución en 2009 para ampliar sus poderes ejecutivos y estatizar la economía. Se ha comprometido llevar a Bolivia hacia un “socialismo comunitario”.  Mientras tanto, la tasa de inversión privada es una de las más bajas de la región. La mitad de todos los bolivianos viven en la pobreza y casi el 60 % de los trabajadores son informales.

Con el Rey Morales, el crecimiento económico de Bolivia ha sido bastante alto. Cerró el 2014 con un PBI per cápita superior a los 3,000 dólares, cifra que triplica lo registrado en 2005, cuando el ingreso individual era apenas de 1,010 dólares. Sin embargo, el Banco Mundial prevé que en 2016 la economía boliviana tendrá un crecimiento menor al de otros años, estimando una tasa de 3%. Las cifras del FMI son un poco más alentadoras, le dan a Bolivia una tasa de 3.5%, casi un punto porcentual menos que la proyección de la CEPAL de 4.4% para la próxima gestión. 

Gran parte de este desempeño se puede atribuir a los precios del gas natural, el mayor recurso estratégico de Bolivia. La bonanza de las materias primas proporcionó un superávit presupuestario y los medios para proyectos de infraestructuras y muchos programas sociales. En 2014, las exportaciones de petróleo y gas natural representaron el 54 % de los ingresos totales de exportación de Bolivia y el 8% del PBI. La avidez por recursos fiscales, único mecanismo para mantener el bombeo del crecimiento y clientelismo, llega a tal punto que hace 3 meses, Morales dispuso la explotación petrolera en medio de las reservas naturales, ver en Lampadia: Evo Morales y Rafael Correa promueven ahora el extractivismo.

La mayoría de los recursos de gas natural e infraestructura de Bolivia se encuentran en el sur-este del país, siendo su centro agrícola y económico. Pero, en la última década, el presidente boliviano ha ido consolidando el poder (y, por extensión, sus recursos de gas natural), lo que le ha permitido continuar con su agenda populista e impulsar la estatización de las industrias de energía y minería del país. Desde 2006, Bolivia ha logrado vender su gas natural a sus consumidores primarios, Brasil y Argentina, a precios cada vez más altos. Ha reinvertido casi todos esos ingresos en paquetes sociales que beneficiaron a sus electores, ganando suficiente respaldo para dominar tanto en las elecciones presidenciales de 2009 y 2014.

Con el ideólogo y mentor, el vice presidente Álvaro García Linera

Pero el boom del gas natural ha comenzado a disminuir, lo que limitará las opciones de Morales en los próximos años. Durante la última década, Bolivia intensificó su producción de gas natural para satisfacer la creciente demanda de Brasil y Argentina. Sin embargo, el descenso de los precios de las materias primas, debido en parte al ajuste de la economía China, ha ejercido presión sobre las economías de Brasil y Argentina, por lo que han reducido sus demandas de gas natural boliviano. Como resultado, las exportaciones de gas natural ascendieron a tan solo US$ 2,100 millones entre enero y junio de este año, una caída de más de 35% en comparación con el mismo periodo de 2014.

El modelo caudillista que encarna Morales se ve reflejado en sus políticas nacionalistas por las cuales existe una falta de inversión extranjera en los sectores claves de hidrocarburos y minería, además de rígidas normas laborales, que se suman a una percepción de aumento de la subyugación económica bajo su mandato, que ya ha expropiado más de 20 empresas privadas desde 2006.

El entorno empresarial es muy débil. Según las cifras del ‘Doing Business 2015’ del Banco Mundial, Bolivia ocupa el puesto 162 de 189 países. El riesgo de expropiación es muy alto y limita el incentivo de los inversores. En los últimos años, varias empresas han sido (re)nacionalizadas, en particular en los  sectores de hidrocarburos, electricidad y telecomunicaciones. Por ejemplo, en 2013, la empresa nacional de energía, TDE, (Transportadora de Electricidad) y la empresa encargada de operar en varios aeropuertos, SBSA (Servicios de Aeropuertos Bolivianos), ambas españolas, fueron estatizadas.

La nueva Ley de Servicios Financieros (aprobada en agosto de 2013) ilustra el creciente intervencionismo estatal con el que actúa el gobierno, ya que ahora cuenta con el poder de establecer mínimos en las tasas de depósitos y regular las tasas de préstamos, así como fijar las cuotas mínimas de crédito a los sectores productivos y de viviendas de interés social.

Bolivia, un país pobre, es parte del Alba y tiene una mejor performance que sus maestros venezolanos que han destrozado una economía relativamente rica. Morales, ha logrado mejorar los ingresos de Bolivia por la apropiación del sector primario, partiendo desde muy abajo, pero sin lograr desarrollar una avenida de prosperidad de largo plazo. (Ver el PBI venezolano).

Una economía no puede desarrollarse aplicando un enfoque dominantemente estatal, sobre todo si es un país pobre como Bolivia y necesita generar riqueza a mayor velocidad. Su modelo se sustenta únicamente, a diferencia del Perú, en la exportación de commodities capturados por el Estado, anula la creatividad de los bolivianos y condena a toda una generación a vivir del clientelismo mendicante. 

En términos políticos, no solo se ha instaurado una suerte de monarquía, también se ha entronizado el manejo de las turbas como formas antidemocráticas de la llamada ‘democracia directa’. Además, como sabemos, a mayor concentración de poder, más corrupción. Todavía hay que descorrer los velos que protegen los círculos de poder boliviano del escrutinio público. Lampadia




Evo Morales y Rafael Correa promueven ahora el extractivismo

Evo Morales y Rafael Correa promueven ahora el extractivismo

Aunque llegaron al gobierno asumiendo una falsa defensa del medioambiente y denostando a las empresas dedicadas a la extracción de recursos naturales, los presidentes de Bolivia y Ecuador, Evo Morales y Rafael Correa, respectivamente han tenido que cambiar de parecer. Conscientes de que el sostenimiento de las arcas fiscales dependen de las inversiones en este sector, han optado por un cambio radicalde sus posturas y se han lanzado a defender y promover el ‘extractivismo’.

Semanas atrás dábamos cuenta en Lampadia que “Correa empezó su gobierno pegado a la prédica chavista antimperialista y anti-inversión. Incluso trató de crear un esquema ambiental por el que quería recibir dinero del exterior, por no tocar sus bosques en actividades petroleras. Parece que ante el fracaso de esos intentos poco ortodoxos de nutrir sus finanzas y dados los regalos del Perú que ahuyenta las inversiones, Correa ha encontrado el camino para atraer inversión por el lado de la ortodoxia”. (Ver en Lampadia: Gobierno ecuatoriano promueve inversiones que el Perú rechaza y desprecia).

Ya anteriormente Correa había declarado en contra de los anti-mineros: “Nos están engañando. Si no quieren minería moderna, díganle eso al país. Preséntense a las elecciones, ojalá que ganen, cierren todas las minas, cierran la cerámica de Cuenca, dejen de importar hierro y todo lo demás que viene de la minería porque no pueden ser inconsecuentes si decimos no a la minería. Y regresamos así a la Edad de Piedra y entonces las casas van a ser como las de los Picapiedra, y los automóviles también, como los de los Picapiedra, porque no se puede concebir la vida moderna sin minería.”

 

 

Ahora el Presidente Boliviano ha ido mucho más lejos. Como informaba El País de España hace unos días: “El Gobierno de Evo Morales ha aprobado recientemente un decreto que autoriza la exploración petrolera en todas las áreas que Bolivia protege por razones ambientales. La medida ha generado el respaldo del sector petrolero y la crítica de varias organizaciones ambientalistas. Morales replicó a estas últimas con un discurso durísimo, pronunciado al pie de un pozo recién inaugurado, en el que amenazó con expulsar del país a las organizaciones no gubernamentales que se opongan a la expansión de la industria de los hidrocarburos, el motor de la economía nacional, y afirmó que los bolivianos no se convertirán, como estas organismos quieren, en los ‘guardabosques’ de los países desarrollados. Morales aseguró también que ‘las reservas forestales han sido creadas desde el imperio norteamericano’, el cual quiere territorios ‘intocables, intangibles’ en el tercer mundo para compensar sus propios crímenes contra el ambiente. En contraposición, afirmó, ‘tenemos la obligación de explorar cuanto tenemos’”.

Ambos mandatarios se han alejado de las tesis chavistas y no se les ocurre ni en sueños promover el pos-extractivismo. Probablemente, porque la cruda realidad les ha enseñado que sin inversión privada en estos sectores las arcas públicas adelgazarán rápidamente y sus regimenes altamente populistas no tendrán los recursos para sostener sus‘vitalicias’ reelecciones.

Con esta actitud parecen dar a entender que comprendieron las lecciones de la calamitosa situación venezolana.

Cabe recordar que PDVSA, la empresa petrolera estatal venezolana, después de su estatización ha sido destruida: Ha perdido a todo su personal capacitado, más de un tercio de su capacidad de producción; subsidia el precio del petróleo en Venezuela y en Petrocaribe. Genera pérdidas, por US$12,500 millones al año. La planilla  aumentó de 42,000 a 140,000. Ha comprometido importantes despachos futuros para el repago de deudas contraídas con China, para cubrir sus déficits de balanza de pagos. Últimamente, acaba de celebrar otro contrato de futuro con Rusia. Además, está vinculada a buena parte de los escándalosde corrupción del chavismo.

Tal como han resultado las cosas en la región, Correa y Morales han mostrado tener más cintura que Ollanta Humala, que hasta ahora no ha sabido reaccionar con un discurso sentido sobre la necesidad de invertir en nuestros recursos naturales. No esperaríamos, que cometa la misma barbaridad que Evo Morales, abriendo las áreas protegidas o reservadas sin resquemor alguno.

Mientras en Ecuador y Bolivia, sus líderes izquierdistas transitan hacia la explotación de recursos naturales, la izquierda peruana, en su conjunto, acoge las trasnochadas propuestas del pos-extractivismo, cuyo fin último sería recrear la Edad Media bajo la tutela de señores feudales como Arana, Santos, Lerner, Francke, Moreno, Huamán y otros despistados (Ver en Lampadia: Pos-Extractivismo: Autarquía y empobrecimiento).

Como parece que en el Perú, ni el gobierno, ni la izquierda van a atreverse a izar las banderas de la sensatez, tendremos que confiar en una reacción ciudadana que acorrale con sus acciones cívicas a aquellos que pretenden mantenernos como inquilinos de la pobreza. Lampadia

 




¿Cómo van los países del ALBA?

¿Cómo van los países del ALBA?

Con tanto ajetreo local, estamos corriendo el riesgo de olvidarnos de seguir la suerte de nuestros vecinos agrupados en el Alba, los seguidores del “Socialismo del Siglo XXI” promovido por Chávez, Lula y el Foro de Porto Alegre.

Los países del Alba, los estados fallidos de Latinoamérica, sufren las consecuencias de mantener tercamente la farsa de su modelo, fracasado en la historia y geografía global. Al agotarse el dinero por motivos de un populismo exacerbado, despilfarro y corrupción, solo queda la trampa, el mal uso de los dineros públicos, el cambio de reglas, el recorte de la libertad de prensa y expresión y hasta la represión (y el ¿asesinato de jueces?), para detentar el poder. Eso es lo que viene ocurriendo en Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador y Venezuela.

Argentina

Cristina Fernández, presidenta de Argentina, está viviendo su último año de gobierno bajo la sombra del supuesto asesinato del fiscal Alberto Nisman, quién acusó a la presidenta de encubrira los terroristas del atentado contra la Asociación Mutual israelita. Éste escándalo ocasionó la caída de la imagen de la presidenta hasta un 29%.

El próximo gobierno estará condicionado por la deuda externa, la distorsión de los precios relativos, la manipulación de las cifras económicas, los subsidios y las discriminatorias sobre-cargas fiscales. El problema de la deuda ha exacerbado sus restricciones de capital. El país ha sido bloqueado de los mercados internacionales desde el default de 2001. Desde 2012, Argentina ha venido pagando la deuda con sus reservas, que han caído a aproximadamente US$ 31 mil millones dólares. Cada día es más difícil defender el peso y evitar la fuga de capitales.La situación económica es insostenible a mediano plazo.

Bolivia

En Bolivia, dónde Evo Morales cambia la Constitución a su antojo para seguir re-re-re-eligiéndose, la situación es crítica. La concentración del poder se encuentra en manos de pocos.Evo Morales acaba de declarar en Cochabamba que: “nuestro proceso puede ser como en China. Gobernar para toda la vida”.

En términos de la economía, Morales se enfrenta a una situación adversa. La disminución de los precios del gas en el mercado mundial estaría mostrando la incapacidad del gobierno para seguir financiando el populismo, ya que, a pesar de los ingresos por los commodities, se ha gastado más de lo ahorrado, y por eso se ha promulgado una peligrosa ley bancaria que pone tope a las tasas de interés. Si aumentala inflación, los bancos tendrían que asumir la diferencia, lo que llevaría al país a una crisis financiera. Ver en Lampadia: Ahora Bolivia y Colombia crecen más que el Perú.

También cabe recalcar que la nacionalización de industrias “estratégicas”, como la de energía, telecomunicaciones y minería, han llevado a que el Estado controle el 35% de la actividad productiva. Esto traeingresos al gobierno, pero también genera un pernicioso desplazamiento de la inversión privada.

Bolivia, para una efímera alegría de la izquierda local, creció más que el Perú el 2014, pero entre el 2002 y el 2012, el Perú creció un promedio de 6.3% anual y Bolivia solo 4.7%.

Brasil

La aprobación de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se encuentra en 19% y se multiplican los pedidos de su dimisión. Esto se debe principalmente al descalabro económico que los brasileños no esperaban y al escándalo de corrupción de Petrobras, el Partido de los Trabajadores (Lula), políticos y empresarios. Hasta el momento, los investigadores creen haber detectado evasiones fiscales “que pueden haberle costado al Estado unos 5 mil millones de reales (US$ 1.6 mil millones) en evasión de impuestos, pero otros casos vinculados al llamado “Petrolao” podrían elevar el total a 19 mil millones de reales (US$ 6.3 mil millones).Ver en Lampadia: El escándalo en Petrobras pone contra las cuerdas a Rousseff.Las investigaciones de corrupción (fiscalía) ya incluyen hasta al ex presidente Lula por tráfico de influencias con respecto a las inversiones de las empresas brasileñas en el exterior. (El País de España).La aprobación de Dilma Rousseff cayó 33 puntos en un año. Su opositor en las últimas elecciones, que perdió por puesta de mano a declarado que su derrota fue por la corrupción. Rousseff tuvo que cambiar su gabinete y nombrar a un ministro de Finanzas conservador. Por su lado, el Banco Central está haciendo grandes esfuerzos para controlar la inflación. Esteaño tendrán una contracción económica de más de 1 por ciento.

La aprobación de Dilma Rousseff cayó 33 puntos en un año.Su opositor en las últimas elecciones, que perdió por puesta de mano, declaró que su derrota fue por corrupción. Rousseff tuvo que cambiar su gabinete y nombrar a un ministro de Finanzas conservador. Por su lado, el Banco Central está haciendo grandes esfuerzos para controlar la inflación. Este año la economía se contraerá en más de 1 por ciento.

Ecuador

En Ecuador, como ha reportado la Sociedad Interamericana de Prensa, se recorta cada día más la libertad de prensa y se reprime o acalla las voces disidentes y críticas. Por primera vez en las últimas décadas se encuentra entre los países clasificados como “sin libertad de prensa”.

Las prohibiciones de Correa están en todos lados, desde la persecución de periódicos y dibujantes hasta el bloqueo de contenidos en Facebook y YouTube. La aplicación de una Ley de comunicaciones del 2013, que define la información como un bien público y la comunicación como un servicio público, justifica todo tipo de intervenciones y abusos desde el poder. De esta manera ha deteriorado aún más un entorno marcado por la autocensura y la intimidación.

Venezuela

La ironía del socialismo: “El gobierno de Venezuela limita el consumo de la electricidad”, con la excusa del calor (El País de España, 30 de abril 2015).

El espectro de lo que está prohibido en Venezuela se amplía cada día. Entre los derechos más vulnerados de los venezolanos están la libertad de expresión, opinión, información y circulación. Encarcelan a los opositores abusivamente, los maltratan y han destituido de la Asamblea a María Corina Machado de una forma vergonzosa. Una ráfaga de leyes que restringen la libertad de prensa incluyen, entre otras, la Ley de Responsabilidad Social en Radio, Televisión y Medios Electrónicos; la Ley Orgánica de Telecomunicaciones; y la Ley de Comunicaciones como ha denunciado el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP).

Su economía se cae a pedazos. Expertos informan que la tasa de inflación en Venezuela está por encima del 60% (una de las más altas del mundo), el tipo de cambio va desde el ficticio cambio oficial de BsF 12 a BsF 317 en el mercado negro, la escases llega a los productos de mayor necesidad, no hay medicinas y sus hospitales ya no pueden dar una atención de mínima calidad.

Venezuela se ha beneficiado y dilapidado sus ingresos petroleros, a perdido un tercio de su producción y sus exportaciones se han concentrado en productos petroleros hasta en un 95% .El gobierno nacionalizó las empresas privadas en sectores como los hidrocarburos, la minería, la metalurgia, cemento, banca, telecomunicaciones y ha destruido la producción de alimentos. Además, los niveles de corrupción, imposibles de medir, son el pan de cada día.

El crecimiento del PBI se redujo a 1.4% en 2013 (según cifras no oficiales del Banco Mundial) y se “estima”un crecimiento negativo del año pasado y para el 2015.

En palabras de Ricardo Hausman (de su blog, mayo 2015): “El salario mínimo en Venezuela es menos de Bs 6,800 al mes. A 6.3 Bs/US$ eso significa US$1,080 al mes, [pero al cambio real (negro) equivale a solo US$ 21]. Hay 2.5 millones de empleados públicos, 2.5 millones de jubilados del seguro social y 500,000 personas en la misión [semi humanitaria] de “Amor Mayor”. Este año las exportaciones (cobradas) de petróleo no llegan a US$35 mil millones. Ademástienen que pagar US$ 15 mil millones en servicio de deuda. Eso deja apenas US$ 20 mil millones para pagar los [supuestos] salarios mínimos [universales] que representan US$ 71 mil millones. (…) Por eso es que el déficit, la inflación y el tipo de cambio están fuera de control.”

Según Mitzy Capriles de Ledezma (El Comercio, 17 de mayo 2015), “el gobierno ha envilecido el salario al extremo, (…) los educadores devengan hoy en día lo equivalente a menos de un dólar diario”.

Primero que nada debemos agradecer no haber caído en la órbita del Alba, como pareció posible en las últimas elecciones. En segundo lugar, también tenemos que agradecer que el colapso de todos los países del Alba, ya sea en términos económicos o institucionales, se haya producido antes de nuestras próximas elecciones. Esto nos permite propiciar un debate electoral más serio que los anteriores y más lejos del populismo. Ya es hora de que los peruanos aprendamos las lecciones de la historia. Lampadia




BOLIVIA… “Entre el discurso y la realidad”

BOLIVIA… “Entre el discurso y la realidad”

Carlos Milla Vidal

La verborrea de un EVO estimulado por su aplastante triunfo electoral, lanza otra vez ataques a los “lacayos del imperialismo”, (Perú Chile, Colombia México) que se han atrevido a hacer la llamada “alianza del Pacífico, traicionando a sus propios pueblos”.  Mira en cambio a sus aliados “hermanos del UNASUR”, que “están  forjando una America verdaderamente libre”.

Esa misma semana, la oficina postal Boliviana lanza una nueva serie de estampillas, con el rostro del “Comandante Chávez, que “Desde el cielo sigue iluminando nuestros caminos”.

En sus discursos con ocasión de la entrega de subsidios escolares a todos los niños de Bolivia, sigue atacando al Fondo monetario internacional.

Ese discurso es definitivamente popular… Sin embargo, a pocas cuadras de Palacio  quemado, un Banco central responsable y moderno sigue rigurosamente la receta que el mismo fondo monetario diera a Víctor Paz Estensoro en su último gobierno (1985-90). El decreto 21060, llevó a Bolivia a acabar con la hiperinflación, varios años antes que Perú. Desde entonces, el peso Boliviano es moneda dura, la inflación ha terminado y hay estabilidad macroeconómica.

El Gobierno de Sanchez de Lozada, pocos años después se dedicó a profundizar muchas reformas, que bajo el mote de “neoliberales” son “rechazadas, pero acatadas.” El Gobierno terminó  con violencia y persecuciones, las reformas quedaron.

 EL POPULISMO DE LOS SUBSIDIOS

Bolivia, continúa con una política de subsidios cuidadosamente diseñada:

  • Todos los niños en edad escolar acuden a las escuelas, acompañados de sus Padres o tutores. Bajo el influjo de una fotografía de EVO, el gran benefactor reciben Cien pesos  ($15.oo) en efectivo del bono “Juancito Pinto”. Ellos decidirán en qué útiles o ropa deberán invertir el dinero sus Padres. Los mayores están fiscalizados por los niños para el buen uso de los fondos.
  • “La renta dignidad”, son 400 pesos ($60.oo) que reciben los mayores de 60 años, hayan o no trabajado en sus vidas… (¿No es esto lo que plantea la Universidad del Pacífico ante el “fracaso de los sistemas previsionales?).
  • El bono “Bartolina Sisa”, es ayuda económica efectiva y atención médica y nutricional preferente a las madres gestantes (algunos dicen… “Incentivo al embarazo”).
  • El gas domiciliario llega por tuberías a muchas zonas urbanas de las principales ciudades. ¿El precio?… SI… el equivalente a los S/.12 soles que nos ofrecieron en Perú, y sirvieron para ganar las elecciones.
  • El combustible (poco más de $2.00 por galón de Diesel), – ¡menos de la mitad que en Perú!, sigue subsidiado, pero Evo anuncia orgulloso que pese a no subir los precios, el subsidio ha bajado en 40%. El GLP no se usa en vehículos, sí el GNV. Y parece que los controles funcionan.

Nos resistimos fuertemente a pensar que los subsidios populistas seguirán funcionando. Los precios internacionales del gas y la soya, no van a durar para siempre. Una caída en éstos puede hacer peligrar este ambiente de “bienestar” que perciben los bolivianos. Sin embargo, por lo visto hasta hoy, la receta populista de Evo, funciona (¡¿?!).

LAS CIFRAS MACRO ECONOMICAS

La economía de Bolivia es mucho más pequeña que la peruana, sin embargo hay algunas cifras sorprendentemente saludables.

El crecimiento del PBI estuvo en 5.2%, el 2012. Ahora cerrará el año en 4% (un punto más que Perú). La inflación anual no pasa del 4%,  y el Producto per cápita  en $2,621 poco mas de la mitad del PBI per cápita Peruano).

La pobreza sigue reduciéndose, sin embargo, la fuerza económica que impulsa el proceso,  no es estrictamente la inversión privada, sino también el subsidio estatal.

 “QUEREMOS INVERSION PRIVADA”, dice Evo, en un contradictorio discurso donde también ataca despiadadamente a las transnacionales. El mensaje es ante una audiencia de pequeños emprendedores de  “El alto”, que reciben apoyo generoso del Estado y la cooperación internacional.

LAS CIUDADES:

Las principales ciudades Bolivianas (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz) tienen un ambiente de calidad urbana y habitabilidad.

Las invasiones y tugurizaciones de los terrenos de el alto de hacen algunas décadas, han dado paso a barrios planificados, con servicios públicos, transitabilidad y desarrollo urbano. Los edificios tienen un curioso gusto local, pero están terminados, con los laterales acabados, y están hechos en cumplimiento a reglas urbanas que respetan los retiros, las vías públicas y áreas verdes.

La Paz ha inaugurado un sistema de transporte público, único en el mundo: Un teleférico, que ha cambiado el paisaje urbano y une a los principales centros de la ciudad de La Paz, con las ferias comerciales del alto, que con una población ya cercana a un millón de habitantes es el pujante polo comercial. Los barrios residenciales de las clases media y alta, tienen ahora nuevos habitantes… Los emergentes que interactúan con toda naturalidad con las clases antes dominantes. La paz social es una realidad… Son muchos años sin huelgas ni bloqueos. En efecto creo que podemos afirmar que socialmente Bolivia es el país de America que tiene menos diferencias sociales. La discriminación debe ser mucho más rara entre los bolivianos de todos los colores.

EL ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA

Un gobierno que se enfoca en las diferencias y no en la necesidad de tener un País unitario, naturalmente que anda contracorriente. Las múltiples “Naciones”, se empeñan en sentirse únicos y originarios, en claro rechazo al país mestizo que factualmente es Bolivia. Ese parece ser un discurso exitoso.

Sin embargo, en Cochabamba asistimos a un evento que nos hizo pensar que otro mundo es posible: Un colegio secundario Americano, (equivalente al Roosvelt) celebraba la diversidad en la Feria internacional. Más de treinta países (incluida Bolivia y sus Nacionalidades) coexistían entusiastamente en respeto de las diferencias entre comidas de todo el mundo, danzas y exposiciones culturales. Lejos del discurso oficial, ellos sí entienden y actúan en un “mundo global”.

EL DOBLE DISCURSO DE LA COCA:

El uso tradicional de la  hoja de Coca que fue la bandera que sirvió a Evo para alcanzar el poder tiene ahora un peligroso ingrediente.

La línea aérea estatal, (BOA) compite con varias  de iniciativa privada, para los vuelos domésticos. Las  internacionales LAN Y AVIANCA, también están en el mercado, pero no ejercen dominio de mercado.

Los precios son un promedio de $40.00 por un vuelo de 45 minutos, y no hay que tener suerte ni aplicar a promociones. El precio es para todos.

TÚPAC KATARI, el equivalente altiplánico a Túpac Amaru, es un satélite  de tecnología China que está en el espacio asegurando la conectividad. Da servicios de internet,  y servicios varios. La cobertura de internet será pronto universal para todo el territorio, la penetración de celulares equivale a los más avanzados países latinoamericanos, con varios operadores que compiten en cobertura, tecnología y tarifas.

 El cultivo legal es permitido. Allí en las laderas de la selva alta se produce una hoja de mejor calidad, aparente para “hakullar” (chacchar) y las prósperas chacras coqueras ocupan el espacio que antes ocupaban frutales, de haciendas agroindustriales abandonadas; mientras las tierras bajas, también productoras de coca (ilegal) son susceptibles a interdicción. El narcotráfico campea tanto en las zonas de la “coca cultural”, como en los valles bajos.

DESCENTRALIZACIÓN

 Algo que nos dejó pensando, fue comprobar que no han tenido un proceso de Regionalización con las características del peruano. Las prefecturas o Gobiernos departamentales no tienen las autonomías que en el Perú, sí tienen reñidas elecciones. El MAS, partido oficialista ha pasado de ganar 5 gobiernos sub nacionales en  la elección anterior, a tener 8 de los nueve departamentos en las elecciones de hacen dos semanas.

No hay millonarios presupuestos, consecuentemente no hay la corrupción que hoy nos aflige a los peruanos.

Es difícil seguir el análisis sin teñirlo de un juicio de valor. Los demócratas convencidos de las bondades del libre mercado, y del sistema económico que nos ha permitido crecer tanto en los últimos años, vemos con estupor el aparente éxito de un modelo diferente.

Solo nos queda concluir: Bolivia…  “No es lo que parece”.




Ahora Bolivia y Colombia crecen más que el Perú

Ahora Bolivia y Colombia crecen más que el Perú

La economía de Bolivia es una de las de mayor crecimiento en Latinoamérica, con una expansión de su PBI de 5.7% proyectada para este año.  Otro país con una proyección exitosa es Colombia, que crecería 4.7%. Sin embargo las políticas de ambos países son muy distintas. Por su lado el Perú sigue bajando hacia un 3%.

La década de 1980 fueron una “década perdida” para el progreso económico en América Latina y Bolivia. La nación cayó en una crisis económica extrema, con una creciente deuda externa e hiperinflación, llegando a más de 25,000% en 1985. Para solucionar estos problemas, el presidente entrante Víctor Paz Estenssoro (1985-1989) llamó al economista de Harvard, Jeffrey Sachs, para ayudar a diseñar una conversión de Bolivia hacia las políticas de libre mercado. Paz Estenssoro elevó los impuestos, eliminó los controles de precios sobre los bienes de primera necesidad, congeló los salarios y eliminó los derechos y protecciones de los sindicatos. Estas medidas redujeron la inflación en 1987 a 11%. Además, Paz Estenssoro aprobó una ley para acabar con los cocaleros locales.

Luego, los Presidentes Jaime Paz Zamora (1989-1993) y Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997) profundizaron el impulso del libre mercado. Sánchez de Lozada, que hablaba con acento de gringo, discípulo del libre mercado, impulsó la privatización de la empresa nacional de electricidad, el ferrocarril y la compañía de petróleo y gas. Después de estas reformas Bolivia estabilizó su economía con un crecimiento moderado y sin inflación.

El crecimiento económico de Bolivia con Evo Morales, re-reelegido, que cambiado la Constitución en su primer mandato, esbastante aceptable. Su PBI per cápita se ha duplicado desde que inició su mandato, pasando de US$ 1,203 en el 2006 a US$ 2,868 en el 2013. Colombia pasó de US$ 3,713 a US$ 7,826 y Perú de US$ 3,124 a US$ 6,660en el mismo período. El PBI de Bolivia se ha expandido alrededor de 5% al año, y el 2014 se proyecta entre 5.5% y 5.7%. Colombia apunta a crecer 4.7% y el Perú tan solo 3.2%.

Gran parte de este desempeño se puede atribuir a los precios del gas natural y su gran exportación de soya.Esto es un gran avance tras la conocida “guerra del gas”, que empezó con la venta del gas natural boliviano a empresas extranjeras en el 2003, además del anuncio de la construcción de un gasoducto a Chile. Esto llevó al país a una serie de protestas que forzaron la renuncia del entonces presidente Sanchez de Lozada. Su Vicepresidente Carlos Mesa asumió la presidencia, y llamó a un referéndum para la re-nacionalización del gas natural. La medida fue aprobada abrumadoramente. Aún así, las condiciones sociales siguieron deteriorándose. En el 2006, Morales nacionalizó parcialmenteel gas natural obteniendo el control mayoritario de las empresas españolas y brasileñas, aumentandola participación del gobierno al 82%.

Bolivia ahora cuenta con las segundas mayores reservas de gas natural en América Latina, después de Venezuela. La producción de gas natural boliviano ha aumentado a más del doble, y el producto de las ventas se han incrementado desde 5.6% del PBI en el 2004 a 25.7% en el 2008, y hoy en día el gas natural representa casi la mitad de las exportaciones bolivianas, vendiendo más de la mitad a Brasil. El gas también es clave para los ingresos del gobierno: mientras que en el 2002 llegaban al 7%, hoy constituyen más del 50% de sus ingresos.

Evo Morales encarna un modelo caudillista y de culto a la personalidad al estilo estalinista. Morales fue elegido en 2006, en medio del descontento popular.Luego Morales se asoció al Alba y al “socialismo del siglo XXI” de Chávez, reescribió la constitución y concentró todos los poderes del Estado.

El  crecimiento económico, se debe en parte a una cierta ortodoxia macroeconómica, basada en sus recursos naturales: estaño, plata, soya y petróleo y gas natural. Sin embargo, Morales ha distribuido dinero a manos llenas, casi un tercio de los bolivianos (poco más de tres millones) recibe algún tipo de ayuda estatal. Actualmente existen tres bonos: la renta de dignidad, Juancito Pinto y Juana Asordui de Padilla. El primero se le otorga a todas las personas mayores de 60 años, hubiera laborado o no en su vida. El segundo es una beca de estudios y el tercero es un seguro de salud a madres, trabajen o no, de atención gratuita por tres años después de dar a luz. De esta manera se reduce la pobreza, pero no es sostenible en el largo plazo. La pobreza sigue siendo relativamente alta, 45%, comparada con la de Colombia de 34% y la del Perú de 28% al 2011. (La del Perú al 2013 llegó a 24%).

A pesar de los ingresos por los commodities, se ha gastado más de lo ahorrado, y por eso se ha promulgado una peligrosa ley bancaria que pone tope a las tasas de interés. Si aumentala inflación, los bancos tendrían que asumir la diferencia, lo que llevaría al país a una crisis.

También cabe recalcar la nacionalización de industrias “estratégicas”, como la de energía, telecomunicaciones y minería, han llevado a que el Estado controle el 35% de la actividad productiva. Esto traeingresos al gobierno, pero también genera un “crowding out” (desplazamiento de la inversión privada) malogrando el largo plazo. Es así que la inversión ha bajado al 18% del PBI.

Morales también tiene que lidiar con la corrupción. Su estrategia de fingir ignorancia sobre las actividades ilegales del narcotráfico para aprovecharse de un boom cocalero de más de 30 mil hectáreas, ha tenido consecuencias nefastas. Las tasas de asesinatos han aumentado y el índice de criminalidad está en ascenso. 

Estas políticas son muy diferentes a las medidas tomadas por Colombia, que ha crecido económicamente promoviendo la inversión privada y desregulando (lo mismo que el Perú hizo desde la Constitución del 93), creando un ambiente de confianza. (Ver en Lampadia (L): Mientras Colombia crece, el Perú decrece y le echa la culpa al cobre, a China y a los malos vientos…)

El principal componente del crecimiento de Colombia es la inversión privada. En los últimos años ha comenzado a promoverla inversión minera, que en el 2013 representó el 17.4% de la inversión extranjera directa (IED). Los colombianos buscan aprovechar sus recursos naturales para captar dinero y mejorar su competitividad. (Ver en L: Destrabemos la construcción de nuestro futuro)

Ambos países crecen, pero mientras el de Bolivia no parece sostenible, el de Colombia lo hace con una base sólida. Esperamos que el gobierno peruano reaccione a tiempo para evitar que se consolide la parálisis de la inversión privada y la disminución del crecimiento. Lampadia