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La Primera Guerra Mundial y la Paz en el Mundo

La Primera Guerra Mundial y la Paz en el Mundo

Esta mañana (4 de agosto de 2014), se celebraron importantes ceremonias para conmemorar el inicio de la Primera Guerra Mundial que empezó el 28 de julio de 1914 con el intento de invasión de Serbia por parte del Imperio Austro-Húngaro. El detonante del conflicto se produjo un mes antes en Sarajevo, con el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria. Un episodio particular que provocó que se desatara una guerra que involucró a casi toda Europa y luegose extendiera por todo el mundo.

La ceremonia oficial se desarrolló en Lieja, Bélgica, con la asistencia de los 28 Estados de la Unión Europea y la otra en Glasgow, Reino Unido. Después de esta última, según el Financial Times, David Cameron (Primer Ministro Británico) declaró: “Habían en juego, importantes principios. Europa no podía ser dominada por ninguna potencia, los países más pequeños tienen derecho a existir y ser independientes, y estos problemas, aún nos confrontan estos días (…)”.

El siglo XXfue una gran frustración para la humanidad, que venía de la llamada “gran paz europea”, con el inicio de esta espantosa guerra (La Gran Guerra) y no recuperamosla paz hasta la caída del Muro de Berlín y la implosión del Imperio Soviético (1989-1991). Entre tanto tuvimos la Segunda Guerra Mundial, la guerra de Corea y la de Vietnam. El mundo pasó por los genocidios de Hitler, de Stalin (purgas que habrían llegado a 40 millones de rusos), de Mao (el mayor asesino del siglo XX, que habría sido responsable de la muerte de más de 60 millones de chinos), de las perversidades de Pol Pot y, de tantos otros horribles crímenes en varios países africanos como el genocidio en Ruanda. Un siglo con el que la humanidad no se puede sentir orgullosa, notoriamente así, los europeos. Posteriormente, en la última década del siglo, en el medio de Europa, se desató la terrible guerra de los yugoeslavos.

Probablemente, el siglo fue salvado por la acción y el ejemplo de personajes que no podemos dejar de mencionar, como Rosa Parks, Martin Luther King, Alexander Dubcek, Lech Walesa, el Papa Juan Pablo II, Boris Gorbachov, Margaret Thatcher, Ronald Reagan, el ciudadano desconocido de Tiananmen y sobre todo Nelson Mandela.

Cien años después de la Gran Guerra, la humanidad no aprende.Otra vez tenemos conflictos y matanzas inaceptables en medio mundo. Entre otros, en Europa, en Ucrania, Rusia pretende imponer su expansionismo. Assad en Siria masacra a su propia población. En Sudan del Sur se matan unos a otros. En Gaza tenemos otro horrible episodio de este interminable conflicto entre Israel y Palestina.

A raíz de este último conflicto, Ricardo Lagos, ex presidente chileno, contó hace un par de días, en una entrevista en El País de España, una anécdota de una reunión internacional que se llamó “Madrid + 20”, donde, “20 años después de los acuerdos de la Organización de Seguridad [ONU], se juntaron palestinos e israelíes. (…) Un americano que estuvo en ambas reuniones dijo: ´20 años atrás no veíamos la luz al final del túnel. Hoy todos sabemos cuál es la luz al final del túnel.Dos Estados con fronteras reconocidas por los dos Estados. El único problema es que ahora no podemos encontrar donde está el túnel´”.

Lo que está pasando con Rusia, Siria, y el Medio Oriente no es broma, cualquiera de estos conflictos puede terminar en el quiebre de la paz mundial. Lamentablemente el liderazgo global deja mucho que desear (ver en Lampadia: La caída de nuestros líderes es una tragedia). Esperemos que podamos superar esta etapa y que, finalmente, podamos construir un siglo mejor que el anterior. Los seres humanos de todo el planeta, tenemos tareas mucho más importantes que afrontar.Lampadia




Polonia la nueva estrella europea

Polonia la nueva estrella europea

En los últimos 25 años, Polonia ha dejado atrás el lastre de su pasado soviético y se ha embarcado en tres oleadas de reformas profundas: económica, educativa e institucional. Adoptó, sin complejos, las normas europeas y se integró a la Unión Europea, y sin hacer mucho ruido se ha convertido en “el niño dorado de Europa”, como asegura Marcin Piatkowski, economista senior para Polonia del Banco Mundial. Hoy este exuberante país muestra un pujante sector manufacturero de tecnología intermedia, números macroeconómicos sobresalientes, altísimos niveles educativos (Top Ten en Pisa a nivel global) y buenos  ingresos  personales. Recientemente, The Economist le dedicó un elogioso artículo en el que señala que el PBI per cápita (ajustado por poder de compra) es el 67% del promedio del de la Unión Europea (proporción que, en 1989, llegaba apenas al 33%). El Perú tiene mucho que aprender de este espectacular desarrollo, por eso después de leer la entrevista de Piatkowski, creemos importante profundizar el análisis de sus reformas.

Primera reforma: liberalización de la economía

Aunque parezca mentira, Polonia como el Perú han pasado, del noventa a la fecha, procesos bastante similares. Tras la caída del muro de Berlín, el sindicalista Lech Walesa se convierte en Presidente de Polonia (1990). La economía era un desastre, colonizada por Moscú y totalmente planificada sus burócratas, con una gran escasez y una inflación que bordeaba el 500%. Ante esta situación se aplicó una política de ajuste y paquete de reformas liberalizadoras del mercado, conocido como el “Plan Balcerowicz”, por el Ministro de Finanzas que lo implementó. Sus puntos más salientes son el fin del control de precios, reducción de subsidios, liberalización del tipo de cambio y tasas de interés y privatizaciones de las empresas públicas. La liberalización económica se consolidó con el cambio de Constitución en 1997, en la que se consagran definitivamente los cambios realizados en el aparato productivo, así como las libertades democráticas, civiles y empresariales. ¿Suena familiar? Este proceso estuvo dirigido a su eventual acceso a la Comunidad europea.

En vista que Polonia no cuenta con recursos naturales y que limita con Alemania, su sector de industrial se convirtió en su locomotora de crecimiento al acoplarse con su potente vecino, del mismo modo en que México se benefició de su cercanía con EEUU (después del NAFTA). Entre 1991 y 1998, duplicó su producción.

La transición implicó cambios estructurales en la composición del producto industrial, pues la apertura al mundo y la liberalización del trabajo les permitieron tornarse competitivos, ayudados por grandes flujos de inversión extranjera directa, provenientes de la UE. Si bien el sector manufacturero sigue siendo importante; hoy, el de servicios es la punta de lanza de su actual expansión económica. Por eso The Economist los denomina “el subcontratista de Europa”.

Segunda reforma: la educativa

Entre 1998 y 1999, se dio impulso a una Reforma Educativa para permitir que un mayor número de personas accedan a educación secundaria y superior, se asegure la igualdad de oportunidades y elevar sustancialmente la calidad.

Un aspecto importante de la reforma educativa fue la consagración de la educación obligatoria por doce años (seis de primaria, tres de secundaria media y tres de secundaria). En el Perú, apenas se llega a 11 años de escolaridad obligatoria.

Se decidió usar el PISA 2000 para sentar una línea de base de la calidad educativa y poder realizar seguimiento a la evolución de la Reforma. Si bien los resultados del año 2000 no fueron los mejores, en el 2003 habían mejorado en más de 10 puntos, y para el 2006 superaron el promedio de los resultados de la OECD (¡en solo seis años mejoraron radicalmente!) y hoy están entre los 10 primeros del mundo.

El costo de esta reforma es uno de los aspectos más saltantes: el gasto en educación en Polonia es “la mitad de lo que se gasta en Europa Occidental”, según Piatkowski. En términos porcentuales, Polonia destina el 5.2% de su PBI a la Educación, mientras que Noruega gasta el 6.9% (hoy el Perú ya gasta el 6% del PBI en educación, pero la mitad por el sector público y el resto por el sector privado, muy similar a lo que sucede en Chile). No sería entonces una cuestión de equiparar mayor gasto con mejores resultados, pero tampoco se puede afirmar que no existe un gasto mínimo necesario para obtener resultados adecuados.

Tercera reforma: institucional

La tercera gran reforma de Polonia fue su revolución institucional, para la cual trajeron del exterior 8,000 páginas de normas europeas que adoptaron en su integridad. Además les ayudó el proceso de “convergencia” para su ingreso como miembro pleno de la Unión Europea. Si bien este objetivo se trazó casi desde que cayó el bloque comunista, demoró catorce años. En Mayo 2004, recién se convirtió formalmente en parte de la UE.

Como mencionamos en Lampadia, la humildad de los polacos en aceptar que no era necesario reinventar la pólvora sino que simplemente era necesario seguir el buen ejemplo de sus vecinos es admirable. Ojalá los peruanos tuviéramos la misma capacidad.

El ingreso a la UE, además de representar un enorme mercado (en conjunto la mayor economía del Mundo al contener a cuatro de los diez principales países: Alemania, Francia, el Reino Unido e Italia), le significó a Polonia el inicio de un programa de transferencias directas significativo. A la fecha han recibido 102 billones de euros de transferencias, y se tienen programados otros 106 billones para el 2020.

En el Perú debiéramos revisar cómo en solo seis años han podido mejorar tan sustancialmente su calidad educativa hasta, incluso, superar a sus socios europeo. Esta extraordinaria experiencia ha demostrado que en corto plazo se puede hacer la diferencia. Solo se necesita una buena clase dirigente. Lampadia