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Están matando nuestro futuro

Están matando nuestro futuro

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Mientras dormimos o nos distraemos, los enemigos del Perú están matando nuestro futuro, parando las inversiones mineras.

Los enemigos del Perú encendieron todas sus alarmas al final de la primera década del siglo, cuando se les hizo evidente que, si seguíamos creciendo y reduciendo la pobreza, tendrían que olvidarse de instalar en nuestro país, sus prédicas anti economía de mercado, anti inversión privada y anti meritocracia.

Por esos años el HSBC, el banco británico-holandés, hizo un par de estudios globales sobre la economía y el consumo en el 2050.  

                           Ver en Lampadia: El mundo en el 2050 (enero 2012)
                                                         El consumidor en el 2050 (octubre 2012)

El HSBC mostró que según se venía desarrollando el Perú, para el año 2030, el 80% de los peruanos tendríamos ingresos medios o altos, y que para el 2050, el 90% de los peruanos tendríamos ingresos medios y altos, con un 40% que tendrían ingresos altos. Así, el Perú saldría de la pobreza siendo la economía número 26 del mundo. O sea, antes del medio siglo, alcanzaríamos el desarrollo, con todo lo que eso implicaba.

Ver en Lampadia: Preservando la Clase Media.

Para lograr este exitoso desarrollo, tendríamos que mantener el crecimiento del PBI en un mínimo de 5.5% anual y aprovechar nuestros recursos.

Para los enemigos del desarrollo se hizo pues evidente que había que parar el crecimiento del PBI, y para ello había que parar la inversión privada, empezando por la inversión minera que apuntalaba al conjunto.

Así fue que las izquierdas y los social-confusos, los tontos útiles de la interrupción de nuestro crecimiento, apuntalaron el nacionalismo de Ollanta Humala.

Para agosto del 2012, TODAS las izquierdas y varios centros de estudios de izquierda, le presentaron a Humala un documento llamado: ‘La nueva minería exige debate nacional’, que encerraba la propuesta de adoptar el pos-extractivismo.

Esa teoría estúpida del ‘buen vivir’, o esa visión bucólica de una sociedad de la Edad Media, sin desarrollos tecnológicos, en la que solo produjéramos lo necesario para vivir, lo menos posible de peces, de madera, de minerales, sin exportar alimentos. O sea, una sociedad pobre, desconectada del mundo moderno, donde reinaran los miembros de la nomenclatura soviética debidamente entronizados y por supuesto enriquecidos.

Ver en Lampadia:

Lo más frustrante es que cuando denunciamos todo esto, oportunamente, nadie hizo caso, ni se inmutó. Lo del pos-extractivismo, que era un documento reservado de los rojos, aparte de publicarlo y denunciarlo, lo pasamos a los gremios empresariales, a los partidos políticos y a centros de estudios. A uno de ellos le ofrecieron financiamiento para hacer una investigación, pero antes de empezar, anularon el apoyo.

Hoy, nuestros enemigos, los que nos quieren pobres, ya han tenido un tremendo avance político. Además de tener un gobierno que destruye la inversión y el crecimiento de la economía, han paralizado buena parte de la inversión minera, malogrando el futuro del Perú. A estas alturas ya:

  • Pararon el proyecto de Tambogrande en Piura con la disculpa de defender el ceviche y el limón. Hoy solo hay contaminación de minería ilegal. ¿Donde están Gastón Acurio y el publicista Rodríguez?
  • Pararon la explotación del ‘sagrado’ Cerro Quillish en Yanacocha.
  • Pararon el proyecto de Conga en contra de la opinión de los lugareños.
  • Pararon un proyecto ambiental y socialmente sostenible, el de Tía María con manipulaciones y mentiras sobre la contaminación.
  • Pararon la gran mayoría de proyectos de exploración, la fuente de nuevos proyectos.
  • Malograron el proyecto de Las Bambas, que ahora no puede producir más de 250 días al año.
  • Y últimamente, pararon también las operaciones de Cuajone y Atacocha.

Así nomás. El Perú está perdiendo su sector económico más importante, y nadie dice nada. No se escucha bramar a los gremios empresariales, a los políticos, a los académicos, ni los periodistas, como debiera ser ante un atentado gravísimo a nuestro futuro desarrollo.

¿Serán capaces de no entender la importancia del sector minero?
¿Creerán que con un poco más de turismo y agricultura podemos reemplazar la riqueza que aporta la minería?
O están simplemente derrotados por la crisis económica, social, sanitaria, de seguridad, política y de liderazgo, ¿que nos consume?

¡Acción Ahora! ¿Dónde están los ejemplos de Grau y Bolognesi? Lampadia




Se generan importantes daños y desigualdad

Se generan importantes daños y desigualdad

Los daños sociales de la cuarentena se multiplican en distintos frentes. La paralización de las actividades productivas genera pérdidas de ingresos, empleos y quiebras de empresas. Sobre esto se han publicado muchos comentarios y se han dado distintas normas para, supuestamente, contrarrestar sus impactos. Pero hay otro frente muy delicado, sobre el cual debemos tomar mayor cuidado, el cierre de las escuelas.

Según The Economist, ver artículo líneas abajo, las interrupciones de la asistencia a las escuelas, así sean de corta duración, causan mucho daño y aumentan la desigualdad.

En el caso del Perú, por el cierre decretado a raíz del coronavirus, el daño es mucho mayor al reportado para los países más ricos. Especialmente por la falta de facilidades de comunicación de millones de niños, especialmente los más pobres. Pero no solo ellos, ¿cuántas familias de mayores ingresos pueden dar una computadora o una tablet a cada uno de sus hijos, si tienen familias grandes? O ¿una ambiente adecuado para el estudio para cada hijo?

Aparte de las limitaciones técnicas de equipos y comunicación, está el tema de los espacios pequeños de gran cantidad de familias y los problemas psicológicos que causa el encierro.

Debemos pues considerar el riesgo de muchos daños, y especialmente un incremento sustancial de la desigualdad entre nuestros niños.

El Ministerio de Educación habla con mucha ligereza sobre la posibilidad de mantener el cierre de las escuelas todo el resto del año. En Lampadia pensamos que hay que hacer los mayores esfuerzos posibles para reabrir los colegios cuanto antes y no hay que desmayar en el mismo.

¡Hay que abrir las escuelas apenas sea posible!

No más lápices, no más libros
El cierre de escuelas para covid-19 hace daño de por vida y amplía la desigualdad

Las escuelas primarias en particular son vitales para la movilidad social.

The Economist
27 abr 2020

Traducido y glosado por
 Lampadia

EN LAS CALLES de Amsterdam, los niños pasan las “vacaciones de la corona” zumbando en scooters; sus pares en París están mayormente atrapados en casa con videojuegos; los de Dakar cuidan de hermanos menores. El único lugar donde no están es en la escuela. Según la UNESCO, una agencia de la ONU, más de las tres cuartas partes de los aproximadamente 1.500 millones de escolares del mundo están actualmente sin escolarizar. En la mayoría de China y en Corea del Sur no han oscurecido las puertas de las escuelas desde enero. En Malta y California han aprendido que no regresarán antes de septiembre. Este cierre global de las puertas de la escuela no tiene precedentes en cuanto a alcance, duración y posibles consecuencias.

Las escuelas siempre se han esforzado por permanecer abiertas durante guerras, hambrunas e incluso tormentas. Su cierre prolongado es costoso. Más inmediatamente se interpone en el camino de la productividad de los padres. Más preocupante es el daño a largo plazo causado a los niños y sus perspectivas. Los cierres obstaculizan el aprendizaje y el desarrollo de todos los niños. Ninguna cantidad de crianza en helicóptero puede compensar la influencia de los compañeros y los planes de lecciones reflexivos.

Los cierres afectan especialmente a los más pobres y a los más pequeños. A los menos propensos a tener acceso a tres comidas al día, una computadora con acceso a Internet, padres altamente educados, un maestro disponible y un espacio tranquilo y seguro para estudiar les irá peor. Y si el aprendizaje de los niños de ocho años se detiene hasta el otoño, como lo hará para algunos, podrían perder el logro en matemáticas de casi un año, según las primeras estimaciones. Sin intervenciones, los efectos podrían durar toda la vida.

Por estas razones, Singapur en 2003 redujo sus vacaciones de junio de un mes en dos semanas para compensar una quincena de cierres escolares durante la epidemia de SARS. Incluso las interrupciones cortas perjudican el rendimiento. En Estados Unidos, los alumnos de tercer grado afectados por cierres relacionados con el clima tienen un rendimiento inferior en los exámenes de evaluación estatales. Los estudiantes belgas de habla francesa afectados por una huelga de docentes de dos meses en 1990 tenían más probabilidades de repetir una calificación, y menos probabilidades de completar la educación superior, que estudiantes similares de habla flamenca no afectados por la huelga.

Los africanos occidentales recuerdan fácilmente la devastación causada por paradas más largas. Los escolares mayores de hoy todavía recordarán cómo el cierre prolongado de las escuelas durante el brote de Ébola en 2014 condujo a un aumento en los embarazos adolescentes no planificados y en el abandono escolar relacionado. Las dificultades que enfrentan los escolares de hoy en el mundo rico (el enfoque de este artículo) pueden parecer triviales en comparación. De hecho, ellos también son serios y les cambian la vida.

El mundo rico no tiene precedentes modernos, pero un artículo de 2017 de Keith Meyers, de la Universidad del Sur de Dinamarca, y Melissa Thomasson, de la Universidad de Miami, sobre una epidemia de polio en 1916 en Estados Unidos, dejó en claro la lección: cerrar las escuelas perjudica las perspectivas de los niños. Los más jóvenes abandonan la escuela con logros más bajos que las cohortes anteriores y los mayores tienen más probabilidades de abandonar por completo.

Por supuesto, en 1916 no hubo videoconferencia. Hoy en día, casi nueve de cada diez países ricos afectados ofrecen algún tipo de aprendizaje a distancia (en comparación con solo uno de cada cuatro países pobres. Pero esto también puede servir para resaltar las desigualdades. En Gran Bretaña, más de la mitad de los alumnos de las escuelas privadas participan diariamente en línea En las primeras semanas del cierre, algunas escuelas estadounidenses informaron que más de un tercio de sus alumnos ni siquiera habían ingresado a la escuela, de acuerdo con Sutton Trust, una organización benéfica. sistema, y ​​mucho menos asistieron a clases. Mientras tanto, las escuelas de élite informan de una asistencia casi completa y los ricos han contratado maestros como tutores privados a tiempo completo.

Ashley Farris, maestra de inglés en la escuela secundaria KIPP en Denver, Colorado, dice que varios de “sus” hijos son estudiantes virtuales. Su escuela trabajó duro para que los estudiantes tengan computadoras y acceso wifi, pero la brecha digital es solo una parte de la historia. Algunos han tenido que conseguir trabajo para compensar los salarios que sus padres han perdido. Otros deben cuidar a los hermanos menores.

Durante el siglo pasado, a medida que la asistencia global a las escuelas primarias aumentó del 40% al 90%, las escuelas han sido motores de movilidad social. Los cierres en Gran Bretaña podrían aumentar la brecha en el rendimiento escolar entre los niños en las comidas escolares (un proxy para la desventaja económica) y los que no están en las comidas escolares, teme Becky Francis, de la Fundación Education Endowment, otra organización benéfica. Durante la última década, la brecha, medida por las calificaciones en las pruebas, se ha reducido en aproximadamente un 10%, pero cree que el cierre de las escuelas podría, al menos, revertir este progreso. Crecen los temores de que la “diapositiva de aprendizaje de verano”, que ve el conocimiento perdido durante las vacaciones de verano, se convertirá en una avalancha para algunos. Al menos durante el verano, los maestros no están disponibles para nadie. En el bloqueo actual, algunos estudiantes aún pueden calmar su sed de educación no solo con padres altamente educados sino también con maestros; otros no tendrán acceso a ninguno.

Algunos países están mejor posicionados que otros para soportar tales presiones. La escala de las desigualdades preexistentes será especialmente importante. En lugares como Dinamarca, Eslovenia y Suecia, la gran mayoría (95%) de los jóvenes de 15 años tienen acceso a una computadora en el hogar, independientemente de sus antecedentes familiares. En Estados Unidos eso es cierto para prácticamente todos los estudiantes en el cuartil más rico, pero solo tres de cada cuatro de los más pobres. En México es 94% y 29% respectivamente. Para empeorar las cosas, los niños más pobres tienden a tener más hermanos con los que discutir sobre el uso de los dispositivos que hay.

Finlandia comenzó el aprendizaje a distancia solo cuando estaba convencido de que casi todos los niños podrían participar. Corea del Sur extendió sus vacaciones escolares para preparar maestros y distribuir dispositivos donde sea necesario. “Para mi escuela de 1,000 estudiantes, solo 13 tomaron prestadas tabletas porque tenían varios hermanos en su casa”, dice Hyunsu Hwang, maestra de inglés en Inmyung Girls High School, en Incheon. Los maestros ahora usan una combinación de clases interactivas en tiempo real, material pregrabado y clases digitales basadas en tareas. Cuando las escuelas comenzaron a reabrir el 9 de abril, la asistencia oficial fue del 98%.

También es importante qué tan acostumbrados están los estudiantes a tener sus propios proyectos, dice Andreas Schleicher, de la OCDE, un club de países ricos. “El problema real es que si un maestro te ha alimentado con una cuchara todos los días y ahora te dicen que vayas solo, ¿qué te motivará?” En Estonia y Japón, la mayoría de los estudiantes están acostumbrados a “actividades autorreguladas”, y en todos los países de la OCDE, la proporción es de casi el 40%. Pero en países como Francia, Italia y España, tal autonomía es rara.

Quizás el factor más importante para exacerbar la desigualdad en las circunstancias de hoy es la brecha de los padres. En una encuesta reciente realizada por Sutton Trust, casi la mitad de los padres británicos en profesiones de clase media dijeron que confiaban en la educación en el hogar, en comparación con poco más de un tercio de los padres de la clase trabajadora.

Desde la década de 1970, los padres con educación universitaria en el mundo rico han aumentado drásticamente el tiempo que pasan con sus hijos, incluso en la tarea. A medida que los padres más educados pueden dedicar más tiempo a sus hijos que las familias menos educadas, la “brecha de logros” se amplía, especialmente durante la primera infancia. Ha crecido especialmente rápido en países muy desiguales como Estados Unidos. Sin embargo, irónicamente, las escuelas primarias en países escandinavos más igualitarios están reabriendo, mientras que en lugares como Estados Unidos y Gran Bretaña, sus alumnos se quedan con sus propios dispositivos en casa. “Algunos niños de cinco años irán a la escuela en casa con los padres, mientras que otros se quedarán jugando videojuegos”, dice Natalie Perera, del Instituto de Política Educativa, un grupo de investigación con sede en Londres.

Sin embargo, incluso en países más igualitarios, el dolor no se extiende por igual. En la escuela primaria Alan Turing en Amsterdam, rápidamente se hizo evidente que 28 de sus 190 alumnos no podían participar en clases en línea. La escuela ahora abre sus puertas para 15 de este grupo tres mañanas a la semana y ha encontrado otras formas de ayudar a los 13 restantes, como obtener asistencia de sus vecinos. “Al principio parecía que estábamos haciendo algo ilegal”, dice Eva Naaijkens, la directora, “pero ¿cómo puede aceptar una situación en la que varios niños simplemente abandonan?” Ella pide realismo, estimando que sus maestros pueden impartir quizás el 40% de la educación que normalmente harían.

Eso coincide aproximadamente con los supuestos que los investigadores en Noruega han hecho para estimar los costos de los cierres de la economía. Un cálculo “conservador” realizado por Statistics Norway estima que las paradas educativas del país, desde guarderías hasta escuelas secundarias, le cuestan a su economía 1.700 millones de coronas (161,6 millones de dólares) por día. La mayor parte de eso es la estimación de los ingresos futuros perdidos de los escolares de hoy, quienes, suponen, están aprendiendo aproximadamente la mitad de lo que normalmente harían, y por lo tanto están sufriendo una reducción en su “capital humano”. El resto se pierde la productividad parental hoy.

Otra forma de estimar la magnitud de las pérdidas de aprendizaje, y las brechas, ahora emergentes, es profundizar en los datos de pérdida de aprendizaje de verano. Durante las vacaciones, los niños pequeños en Estados Unidos normalmente pierden entre el 20% y el 50% de las habilidades que adquirieron durante el año escolar. Este es un problema global pero más estudiado en Estados Unidos debido a sus largas vacaciones de verano. Matthias Doepke, de la Northwestern University, estima que para fines de este verano el considerable grupo de niños estadounidenses cuya pérdida de aprendizaje comenzó cuando cerraron las escuelas podría haber perdido hasta el logro de un año. Dado que cada año de educación se asocia con un aumento en las ganancias anuales de aproximadamente el 10%, las consecuencias para esos niños se vuelven claras. “Me temo que veremos más desigualdad y menos movilidad social si no se hace nada”, agrega.

Los cierres también perjudicarán desproporcionadamente a los escolares más pequeños. “Puedes compensar las matemáticas perdidas con la escuela de verano. Pero no se puede hacer eso fácilmente con las cosas que los niños aprenden desde muy pequeños “, dice Doepke. Las habilidades sociales y emocionales como el pensamiento crítico, la perseverancia y el autocontrol son predictores de todo tipo de cosas, desde el rendimiento académico y el empleo hasta los resultados de salud y la probabilidad de terminar en la cárcel. Y mientras que los niños mayores pueden ser colocados frente a una computadora, los más pequeños aprenden mucho más cuando el aprendizaje digital, ya sea leyendo un libro electrónico o viendo un video, es supervisado por un adulto.

La escuela primaria normalmente ofrece una oportunidad crucial para que las brechas que surgieron en el desarrollo de los primeros años comiencen a reducirse o, al menos, a detenerse. Esa oportunidad ahora está perdida. Para tener una idea del costo para los niños pequeños más desafortunados, considere el proyecto preescolar Perry de la década de 1960, un estudio realizado en Ypsilanti, Michigan, que encontró que un grupo de control de niños pequeños de entornos desfavorecidos que no asistieron al preescolar sufrió consecuencias de por vida.

Otra preocupación es que las brechas de lectura se ampliarán. La espiral descendente que viene con las dificultades iniciales de lectura está bien establecida: cuando los niños, por cualquier razón, se retrasan, pueden desmotivarse y leer aún menos, quedando aún más atrás. Los lectores pobres tienen menos probabilidades de graduarse de la escuela secundaria y tienen un mayor riesgo de terminar en una prisión juvenil. A Ola Ozernov-Palchik, de Harvard, le preocupa que tales brechas crezcan a medida que los niños se sientan en casa en circunstancias muy diversas. “Sin una intervención adecuada, tales diferencias se vuelven más pronunciadas y cada vez más insalvables en todo el desarrollo”.

El otro grupo en el que centrarse son aquellos que se enfrentan a exámenes críticos, lo que podría tener un gran impacto en los resultados de por vida. Alemania está reabriendo escuelas para estudiantes de secundaria de último año que se someten a exámenes en mayo y junio. China ha pospuesto su examen Leaving Certificate (gaokao) hasta julio; Corea del Sur ha trasladado sus exámenes de ingreso a la universidad a diciembre. Varios otros países, incluidos Gran Bretaña y Francia, han cancelado por completo los exámenes de este año. Las calificaciones son en parte decididas por las predicciones de los maestros sobre cómo podría haberse desempeñado un estudiante. Esto alimenta aún más los temores sobre la desigualdad, ya que algunos expertos temen que los maestros discriminen inconscientemente a los niños menos privilegiados y les otorguen calificaciones injustamente bajas.

Además de permitir que los estudiantes de la escuela secundaria de último año que se enfrentan a los exámenes reanuden las clases, Dinamarca también reabrió guarderías y escuelas primarias. La decisión de dar prioridad a los muy pequeños se debió tanto a la comprensión de cuán crucial es esta etapa temprana de aprendizaje, como a la carga de cuidado infantil y la percepción de que el riesgo de que los niños pequeños contraigan o propaguen el virus es bajo. En todo el mundo, muchos padres esperarán que las escuelas de sus hijos también puedan volver a abrir de manera segura pronto. En cuanto a los niños, pueden tener sentimientos encontrados. Pero para el futuro bienestar de aquellos que recorren las calles de Ámsterdam, es una noticia inequívocamente buena que las escuelas primarias holandesas reabrirán parcialmente el 11 de mayo. Lampadia




Se reducen investigaciones clínicas

Los retrocesos en salud en el país se dan en muchos frentes. Últimamente hemos reportado con especial énfasis la regresión de los indicadores de anemia infantil. Hoy día queremos incidir en la disminución de investigaciones clínicas, algo esencial para mejorar las condiciones de salud en el país.

Efectivamente, según datos del Instituto Nacional de Salud (INS), desde el 2009 las investigaciones clínicas han disminuido en un 68%. Este retroceso se debe a la falta de educación y las campañas atemorizantes de algunas ONG y medios de comunicación. Por ejemplo, entre el 2015 y 2017, se prohibieron los ensayos pediátricos.

Por otro lado, las investigaciones, mayormente promovidas desde el exterior por los laboratorios internacionales, se enfrentan a limitaciones regulatorias. Los ensayos, que se hacen en paralelo en varios países del mundo, requieren predictibilidad en sus plazos y seguimiento.

El Perú, cómo nuestros países vecinos, debiera tener una política de Estado que promueva la competitividad del espacio para las investigaciones, que son muy positivas para la salud, dan acceso a soluciones innovadoras, producen transferencia de tecnología, mejoras de las condiciones técnicas de la planta hospitalaria y de médicos, así cómo inversiones sofisticadas.

Así mismo, hay que empoderar a la población en general, incluidos los medios de comunicación, instituciones y autoridades con información sobre las investigaciones clínicas.

Líneas abajo compartimos la nota de prensa de ALAFARPE, que da cuenta de dicho desarrollo.   

ALAFARPE
Nota de Prensa
Mayo, 2019
Día Internacional de los Ensayos Clínicos

Glosada por Lampadia

Número de investigaciones clínicas en el Perú se reduce en 68% en la última década

  • Perú registra menos investigaciones clínicas que países como México, Chile y Colombia.
  • Además, debido a esto, el país deja de recibir más de 40 millones de dólares anuales para investigación.

En la última década, el número de estudios clínicos que se realizan en el Perú se ha reducido a menos de la mitad. Según datos del Instituto Nacional de Salud (INS)[1], en este periodo la autorización de investigaciones clínicas en el país ha disminuido en un 68%, pasando de tener 134 ensayos clínicos autorizados en 2009 a 43 en 2018.

La Dra. Denisse Bretel, directora médica del Grupo de Estudios Clínicos Oncológicos (GECOPERU), indicó que la drástica reducción de ensayos clínicos impacta directamente a los pacientes, como aquellos con enfermedades raras o huérfanas, para quienes podrían ser una de las pocas opciones de tratamiento.

“Los ensayos clínicos son un mecanismo insustituible para lograr el avance de la ciencia, en beneficio de los pacientes, ya que constituyen la única forma de comprobar la calidad y eficacia de nuevas opciones de tratamiento. Por ello, es necesaria una política nacional impulsada por las autoridades de salud, aprovechando que nuestra reglamentación garantiza que las investigaciones clínicas puedan desarrollarse con altos estándares de seguridad y calidad”, puntualizó la Dra. Bretel.

Del mismo modo, la doctora indicó que está realidad afecta todo el país, puesto que no solo reduce la participación de profesionales peruanos en investigaciones que se realizan en todo el mundo, sino que también deja fuera de estos estudios los datos genéticos de los peruanos, información clave para evaluar los posibles beneficios de un tratamiento en la población.

Asimismo, comentó que se estima que el Perú deja de recibir más de 40 millones de dólares en el país no se aprovecha toda la capacidad que existe para realizar ese tipo de estudios, lo cual afecta a todos los actores, desde técnicos hasta investigadores de alto perfil, laboratorios clínicos, centros de investigación, entre otros.

La experta indicó que, según la base de datos estadounidense ClinicalTrials.gov, que incluye información de estudios clínicos de 195 países, desde el 2009 Perú es el único país en la región que tiene una tendencia de reducción en el número de presentaciones de este tipo de investigaciones y por lo tanto de las aprobaciones. Por el contrario, en países como Chile, con una población 42% menor, el número de ensayos clínicos es mayor.

Oportunidades para el Perú

Dado el panorama actual de los estudios clínicos en el Perú, el Comité de Investigaciones Clínicas de la Asociación Nacional de Laboratorios Farmacéuticos (ALAFARPE) desarrolló, el 21 de mayo pasado, el foro “Perú, un país de oportunidades para la investigación clínica”.

Este evento contó con la participación de Hans Vásquez, jefe del Instituto Nacional de Salud (INS), de la Dra. Denisse Bretel, directora médica de GECOPERU y de los representantes de ALAFARPE, quienes abordaron los retos y desafíos para realizar este tipo de estudios en el país.

Lampadia




No nos olvidemos que se viene un nuevo mundo

No nos olvidemos que se viene un nuevo mundo

En Lampadia hemos hablado mucho sobre la ‘Cuarta Revolución Industrial’. Lamentablemente, la clase dirigente de nuestro país no ha recogido este contenido; excepto durante pocos días, mientras fue adoptado como el tema del año por el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) de Davos en febrero pasado.

Incluso es probable que durante la campaña electoral, en la que supuestamente todos hablamos del futuro, ni siquiera se haya mencionado . Como hemos titulado, esta revolución no es una especulación intelectual, sino una realidad que terminará transformando sustancialmente el empleo, las empresas, la educación, la salud, los gobiernos y la vida de todas las sociedades del mundo. No mañana, ¡HOY!

Nosotros seguiremos insistiendo tercamente en analizar este tema y sus implicancias para las acciones de gobierno y, por ahora, llamando la atención de nuestros líderes cada cierto tiempo. A ver si algún día los encontramos en el largo plazo.

El siguiente artículo del WEF, nos trae un buen análisis del tema. Recomendamos su lectura.

¿Está el cambio tecnológico creando una nueva economía global?

 

https://weforum-assets-production.s3-eu-west-1.amazonaws.com/article/image/large_je7_Vl3Du7b_ohroU4Xg4pMuqC-KfByBMiSlaVc337c.jpg

Revolución del robot… nuevas tecnologías cambiarán radicalmente la naturaleza del trabajo en todas las industrias Imagen: REUTERS / Srdjan Zivulovic

 

Escrito por Jennifer Blanke

Publicado por World Economic Forum

19 de enero de 2016

Traducido y glosado por Lampadia

 

Nuestras vidas están cambiando radicalmente por el cambio tecnológico, con la cuarta revolución industrial que está transformando la economía como nunca antes.

La velocidad sin precedentes, así como la amplitud y la profundidad de los cambios desatados por las nuevas tecnologías digitales, robótica y 3D, está teniendo un gran impacto en lo que producimos y hacemos, cómo y dónde lo hacemos y en la forma en que trabajamos. Y mientras que la transformación se dará de diferentes maneras en las partes avanzadas y en desarrollo del mundo, ningún país o mercado estará libre de la marea del cambio.

Para apreciar los cambios, existen dos aspectos interrelacionados de la economía que son particularmente ilustrativos: el crecimiento y la productividad, por un lado, y el empleo en el otro.

Como destaca el Foro Económico Mundial anualmente en el Informe de Competitividad Global, la productividad es el determinante más importante de crecimiento a largo plazo. Sin embargo, el crecimiento de la productividad se ha estancado en todo el mundo, sobre todo desde la gran recesión, poniendo en tela de juicio nuestra capacidad para proporcionar crecientes niveles de vida a los ciudadanos del mundo. Si bien los argumentos abundan en cuanto a por qué ha habido una desaceleración de la productividad, una cuestión importante es la forma en que la cuarta revolución industrial la impulsará en los próximos años.

En teoría, la aplicación de nuevas tecnologías a los problemas existentes debería mejorar la eficiencia y la productividad. Las innovaciones tecnológicas tienden a elevar la productividad del trabajo al permitir que la fuerza de trabajo existente produzca más con menos, mediante la sustitución de los trabajadores existentes con la tecnología (con una obvia desventaja), y también acomodando nuevos productos y procesos que abrirán paso a nuevas fuentes de crecimiento.

Sin embargo, existe un gran debate sobre la probable magnitud del impacto. Por un lado, expertos como Robert Gordon, de la Universidad de Northwestern, creen que ya se han hecho las contribuciones más importantes de la revolución digital, y que el impacto en la productividad de la revolución tecnológica actual casi ha terminado. Eso sería preocupante, sobre todo dada la actual desaceleración.

Por otro lado, los “optimistas” tecnológicos como Eric Schmidt, presidente de Google, creen que el mundo ha llegado a un punto de inflexión y en breve experimentará un crecimiento más rápido y un importante aumento de la productividad.

Independientemente de los efectos concretos en las medidas tradicionales de la productividad y el crecimiento, la medición inadecuada es un problema. Los Ubers y Airbnbs del mundo están proporcionando ganancias de eficiencia y productividad. Sin embargo, muchos de los beneficios de estas nuevas actividades no se contabilizan en el cálculo del PBI, de la misma manera que el trabajo doméstico privado y cuidado de los niños son ignorados.

En otras palabras, estamos produciendo y consumiendo cada vez mucho más valor que lo que miden nuestros indicadores económicos. Esto sugiere que necesitamos una nueva forma de medir la producción y la productividad, ya que no estamos teniendo en cuenta el valor que se está produciendo en la economía.

Esto puede ser visto como parte integral del debate “más allá del PBI”, que argumenta que el PBI no es simplemente una medida suficiente de progreso de la sociedad. Es especialmente importante revisar las cifras de crecimiento y productividad tradicionales, ya que la mayoría de estos nuevos aumentos de la productividad se lograrán de una manera que hacen que nuestro mundo sea más sostenible con el medio ambiente. De hecho, los ejemplos citados anteriormente son emblemáticos del nuevo “consumo colaborativo” donde hacemos un mejor uso de los productos existentes en lugar de simplemente producir más “cosas”, que si bien es bueno para las estadísticas del PBI, no es necesariamente lo es para el planeta.

 

Y mientras que las discusiones de la productividad y su medición siguen siendo algo teóricas, nada puede ser más concreto que el potencial impacto en lo que es posiblemente lo más fundamental en valor económico: un empleo remunerado.

A lo largo de los años, la tecnología ha reemplazado el esfuerzo humano y aunque es bueno para el crecimiento de la productividad (como se mencionó anteriormente) y el crecimiento global, es perjudicial para los trabajadores que pierden su empleo. Y esto ya no es sólo acerca de los trabajos repetitivos de fábrica: nuevas tecnologías de cómputo y robótica ahora amenazan muchas profesiones que parecían “territorio seguro”, tales como contadores, taxistas y asistentes legales.

Dada la velocidad y la amplitud de los cambios, es evidente que las nuevas tecnologías van a cambiar radicalmente la naturaleza del trabajo en todas las industrias y ocupaciones. Y como la automatización reemplazará inevitablemente la mano de obra en la provisión de bienes y servicios existentes, la cuestión principal es cuánto tiempo va a tomar y hasta dónde va a llegar. Un reciente estudio estimó que el 47% del empleo total en los EEUU está en riesgo en la próxima década o dos.

 

La innovación tecnológica siempre destruye algunos puestos de trabajo y los reemplaza a su vez por otros nuevos, en una actividad diferente y, posiblemente, en un lugar diferente. Mientras que la innovación tecnológica sigue avanzando, se puede esperar que las actividades de baja calificación sean reemplazadas progresivamente por tareas que requieren creatividad e inteligencia social. Y a medida que el mercado de trabajo es cada vez más segregado en segmentos de” habilidades bajas / salario bajo ” y ” habilidades altas / salario alto “, las tensiones sociales, inevitablemente subirán.

Ya hemos visto un aumento de la desigualdad en la mayoría de países de la OCDE en las últimas décadas, e instituciones como el FMI y la OCDE estan cuantificando el grado en que esta desigualdad está obstaculizando el crecimiento y el desarrollo.

Estudios, trabajo, jubilación – QEPD

Teniendo en cuenta que la dislocación será significativa y que la transición entre los puestos de trabajo antiguos y los nuevos tomará tiempo, la cuestión principal es qué hacer para promover resultados más positivos y gestionar mejor a los atrapados en la transición. En un ambiente de trabajo que evoluciona tan rápidamente, la capacidad de anticiparse a las necesidades futuras en términos del conocimiento y las habilidades necesarias para la adaptación se vuelve cada vez más crítica.

Todas las partes interesadas – empresas, gobiernos, la sociedad y los individuos – tendrán que trabajar juntos para ajustar los sistemas de educación y formación que pueden re-entrenar y mejorar las habilidades de los trabajadores continuamente. El modelo tradicional de estudios-trabajo-jubilación simplemente no funcionará nunca más. Esto será particularmente importante si estamos entrando en una era en la que los trabajos se están volviendo obsoletos mucho más rápido de lo que se crean nuevos. [Esta afirmación, en cuanto a las jubilaciones, hace sentido en países donde el empleo en empresas es la fuente primordial de ingresos, y las planillas y/o los impuestos a la renta son las fuentes de financiamiento de las pensiones. Pero en una realidad como la que se avizora, en la que los trabajadores tendrán múltiples empleos, muchos de ellos independientes, se tendría que pesar en financiar las pensiones mediante los impuestos indirectos. Por ejemplo: el IGV, como ha propuesto Lampadia para ahorros previsionales en cuentas individuales]. 

¿Saltarán hacia adelante los países en desarrollo – o se quedarán atrás?

Por último, es importante reflexionar sobre lo que esto podría significar para los países en desarrollo. Dado que muchas de las últimas fases de la revolución industrial aún no han alcanzado a muchos de los ciudadanos del mundo (todavía no tienen acceso a electricidad, tractores, etc.), la cuarta revolución industrial caracteriza sobre todo lo que está ocurriendo en el mundo más avanzado (y de cierta medida en las economías de ingresos medios).

En las últimas décadas, aunque se ha producido un aumento de la desigualdad dentro de los países [más ricos], la desigualdad entre los países disminuyó significativamente a medida que los países en desarrollo comenzaron a ponerse al día. ¿Se estaría arriesgando el avance de ‘ponerse al día’ que hemos visto hasta la fecha en términos de ingreso, habilidades, infraestructura, finanzas, etc? O por el contrario, ¿serán estas tecnologías y cambios aprovechados para lograr un desarrollo más rápido y ‘ponerse al día’ saltando etapas? [Ver artículo de Tony Blair sobre el impacto tecnológico en el África].

El homo economicus del mañana

Es difícil responder a estas preguntas, pero se requerirá una gran cantidad de análisis mientras las economías avanzadas enfrentan sus propios retos. No es sólo un imperativo moral asegurarse que las zonas menos desarrolladas del mundo no se queden atrás; tal escenario también supondría un riesgo para la estabilidad global a través de canales como la desigualdad global, los flujos migratorios e incluso las relaciones geopolíticas y de seguridad.

En última instancia, los países en desarrollo tienen que cerrar la mayor brecha, pero también pueden beneficiarse de aprender de los errores de las economías avanzadas, saltando poco a poco hacia un futuro más próspero y tecnológicamente avanzado. El éxito homo economicus del mañana será sin duda diferente al actual: será muy creativo y adaptativo, tendrá muchos puestos de trabajo donde tecnologías inimaginables apoyarán su extrema eficacia, y probablemente no tendrá, ni usará un auto para ir a trabajar, en el caso de que tenga una oficina física. El mundo será profundamente alterado por la cuarta revolución industrial. Ahora es el momento para asegurarse de que se cambie para mejor.

Lampadia




Harald Helfgott resuelve un problema de 271 años

Harald Helfgott resuelve un problema de 271 años

Jóven peruano pasa a la galería de los grandes matemáticos de la historia. Resuelve un problema que nadie pudo hacer por 271 años. Helfgott mostró su vocación por las matemáticas, que también pueden ser bellas, desde muy pequeño.

Ojalá podamos compartir esta hazaña con muchos jóvenes y entusiasmarlos a entender mejor las matemáticas.

Líneas abajo compartimos la publicación de la BBC, republicada en La Tercera de Chile:

Harald Helfgott, el matemático peruano que resolvió un problema de 271 años de antigüedad

Pierina Pighi, BBC Mundo, 7 septiembre 2015

Harald nació en Lima, Perú, pero desarrolló su carrera entre Estados Unidos y Europa. Fue el primer latinoamericano y el científico más joven en ganar la Cátedra Humboldt. Foto cortesía Ministerio de Educación de Perú.

Cuando tenía ocho años, el peruano Harald Helfgott se planteaba preguntas matemáticas que el resto de sus compañeros tal vez se harían recién en la secundaria.

¿Por qué 0.99999 hasta el infinito podía ser igual a 1? ¿Cómo hallar la raíz cuadrada de -1? ¿Cómo hallar la raíz cuadrada de un número imaginario?

Harald encontraba las respuestas y se sentía maravillado: “Era un gran placer responder a mis propias preguntas en el colegio”.

El matemático Helfgott, nacido en Lima en 1977, asistió a una escuela de la capital peruana y con los años potenció su curiosidad matemática hasta tener como resultado una brillante carrera.

Estudió becado en la Universidad de Brandeis, Estados Unidos, llevó un doctorado en Princeton y un post doctorado en Yale, y se convirtió en investigador en el Centro Nacional de la Investigación Científica de Francia.

Este año, Helfgott fue el primer latinoamericano y el científico más joven en ganar la Cátedra Humboldt, que dota a sus beneficiarios con US$3.9 millones por responder a una pregunta que rompía la cabeza de los científicos hace casi 300 años: “¿Es cierto que todo número impar mayor que cinco puede expresarse como la suma de tres números primos?”.

Harald Helfgott:”Era un gran placer responder a mis propias preguntas en el colegio”. Foto cortesía Ministerio de Educación de Perú.

La pregunta nacía de la llamada Conjetura débil de Goldbach.

En 1742, el matemático prusiano Christian Goldbach envió una carta a su colega suizo Leonhard Euler en la que proponía que todo número par mayor que dos puede escribirse como la suma de dos números primos y que todo impar mayor que cinco puede escribirse como la suma de tres primos.

Ninguno de los dos estudiosos pudo comprobar las afirmaciones, por lo que quedaron como conjeturas.

La segunda fue conocida como “débil” porque estaba incluida en la primera, que comenzó a llamarse “fuerte”.

“El trabajo serio para comprobar la conjetura débil comenzó a principios del siglo XX. Antes, nadie sabía ni por dónde comenzar”, dice Harald Helfgott.

En 2005, este matemático comenzó a estudiar el trabajo de otros científicos que habían comprobado la conjetura débil para cierta cantidad de números.

El enunciado de Goldbach sonaba muy simple, pero probarlo para todos los números impares hasta el infinito era muy complejo.

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Harald comenzó a buscar una prueba el 2006.

Carta del científico Golbach a su colega Euler, en un intento de resolver la famosa conjetura matemática. Foto cortesía Ministerio de Educación de Perú.

En febrero de 2012, cuando ya estaba muy cerca de encontrarla, se levantaba muy temprano todos los días para dedicarse a esta tarea y llegaba a su oficina por las tardes.

Solo aquí revisaba su correo electrónico y buscaba información, pues había suspendido la conexión a Internet en su casa, para no distraerse.

En la noche, volvía a concentrarse en el trabajo de la conjetura hasta la hora de dormir.

En junio de 2013, por fin halló la respuesta y demostró en un trabajo de 79 páginas que la conjetura débil de Goldbach era cierta.

¿Para qué sirve demostrar la conjetura?

La demostración de la conjetura en sí misma tal vez no sirva para nada.

“Más bien las ideas o herramientas aplicadas para hallar la demostración son las que serán útiles para la teoría de números o en algunos casos fuera de ella”, explica Harald.

Gracias a su trabajo, el matemático peruano ha sido invitado a dar charlas en Australia y varios países de América, Europa y Asia.

Ahora está investigando sobre teoría de números en el Instituto Nacional de Matemática Pura y Aplicada (IMPA) de Río de Janeiro, Brasil.

En unas semanas, partirá a la Universidad de Göttingen, Alemania, para dar clases y dividir los fondos de la Cátedra Humboldt en nuevas investigaciones matemáticas.

El matemático peruano ha sido invitado a dar charlas en Australia, América del Sur, Estados Unidos, Europa y Asia. Foto cortesía Ministerio de Educación de Perú.

Harald también ha recibido una beca del Consejo de Investigación de Europa, que invertirá en multiplicar los conocimientos de la teoría de números.

En su tiempo libre, Harald cocinará platos peruanos para sus amigos y retomará sus clases de tango básico.

¿Intentará ahora demostrar la conjetura fuerte de Goldbach?

“Falta desarrollar herramientas, ideas para comprobarla”, dice.

“No creo que esté al alcance de la comunidad matemática por el momento”.Probarla podría tomar otros tres siglos. L