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El motor de la izquierda

Por: Anthony Laub
Perú21, 26 de julio del 2023

“Cuando la izquierda aborte la envidia y ausencia paternal de las que adolecen (otro tiene que proveerles aquello que no tienen) como su motor de acción, podremos construir una agenda para todos: pobres, no pobres y ricos”.

Los izquierdistas se desentienden pasmosamente de los conceptos básicos de la economía. Para ellos la ley de la oferta y demanda, es una que puede ser inobservada para justificar cualquiera de sus ideas “progresistas” e igual ocurre con la teoría de los costos de transacción. Ignoran que las leyes económicas son como las físicas, inderogables y de observancia obligatoria. La inefable Sigrid acaba de plantear otra “perla legislativa”, que confiere a las mujeres descanso médico cuando estén con cólicos menstruales. Al margen del sinfín de razones que desbaratan con poco esfuerzo ese mamarracho legislativo, olvida acaso la viajera Sigrid que existen fármacos. Mejor hubiera propuesto que las empresas tengan Ponstan, pese a no ser su responsabilidad. Un cólico no es materia legislativa. No solo Sigrid sino la mayoría de políticos izquierdistas inobservan criterios económicos. Lo que realmente los perturba es que alguien gane dinero y los irrita sobremanera si ganan mucho. Recordemos a otro izquierdista y exministro de Castillo, Pedro Francke, que le picaba el ojo e hincaba el hígado ver circulando coches de lujo. Otra muestra son la Vero y sus adláteres, quienes promovieron con protestas violentas y muertos la modificación de la Ley de Promoción Agrícola; acaso, la mejor norma que el Estado haya dado en años. No hay sector económico que haya crecido y generado más riqueza y, en vez de replicar ese exitoso modelo para promover inversión y trabajo, la izquierda apeló a un falso sentimentalismo y a la turba para obstaculizarlo. Recordemos también a Mirti, otra socia de Castillo, haciendo nada mientras incendiaban campamentos mineros. Cuando la izquierda aborte la envidia y ausencia paternal de las que adolecen (otro tiene que proveerles aquello que no tienen) como su motor de acción, podremos construir una agenda para todos: pobres, no pobres y ricos.




¿Estamos en recesión?

Por: Iván Alonso
El Comercio, 21 de julio del 2023

“El indicador más importante quizás sea el empleo”.

El último reporte del INEI sobre la economía no fue bueno. La producción nacional (el PBI) se contrajo 1,4% en mayo con respecto a mayo del año pasado. Nos encaminamos a un segundo trimestre consecutivo de caída. Los economistas nos recuerdan que la definición técnica de recesión –oh, una definición técnica– es, precisamente, la de dos trimestres consecutivos de caída del PBI.

¿En qué diccionario está esa definición? No lo sabemos. El que tenemos a la mano, nuestro viejo MIT Dictionary of Economics, define la recesión solamente como una “fase contractiva”, sin especificar la duración. El National Bureau of Economic Research (NBER), la entidad privada que es, desde hace décadas, la voz oficial sobre crecimiento y recesión en los Estados Unidos, la define como “el período entre un pico de actividad económica y su subsecuente valle”. Tampoco especifica la duración, pero en su lista oficial de recesiones desde 1857 todas, menos una, duraron seis meses o más. La excepción es una cortísima recesión de dos meses, entre febrero y abril del 2020.

Pero eso no quiere decir que toda contracción que dure seis meses (o dos trimestres) sea automáticamente clasificada como una recesión. En una discusión más extensa, que se encuentra en su página web, dice el NBER: “la mayoría de recesiones identificadas con nuestros procedimientos consisten en dos o más trimestres de caída en el PBI real, pero no todas”. Cita como ejemplos la del 2001, que no tuvo dos trimestres consecutivos de caída del PBI, y la del 2007 al 2009, que comenzó antes de que el PBI cayera dos trimestres consecutivos. Explícitamente, el NBER no acepta esa definición porque, entre otras razones, el PBI no es el único indicador que toma en cuenta. Lo que busca es la evidencia de una contracción de la actividad económica que sea profunda, extendida y duradera.

Con esos criterios en mente, ¿estamos o no estamos en una recesión en el Perú? La respuesta parece ser que no.

Comencemos desmenuzando el PBI. La minería ha estado creciendo todo el año; los servicios de alojamiento y restaurantes, unos de los más golpeados por la pandemia, también. Y no son los únicos. Otros que crecen son el comercio, el transporte y demás servicios. Caída generalizada de la producción no hay.

Por el lado del gasto, el consumo privado siguió creciendo moderadamente en el primer trimestre, a pesar de la inflación. Las exportaciones se están recuperando. Lo que sí viene cayendo –y profundamente– es la inversión privada. Pero eso, por sí solo, no es una recesión. Tampoco demuestra necesariamente que nuestra capacidad de producción haya mermado.

Pero el indicador más importante quizás sea el empleo. En Lima Metropolitana, al menos, nunca ha habido tanta gente trabajando, ni antes ni después de la pandemia. En el segundo trimestre del año eran 5,2 millones de personas, de la cuales tres millones estaban “adecuadamente empleadas”, según el INEI, 5% más que hace un año y con un ingreso promedio que ha crecido más que la inflación. Ojalá cuando se publiquen cifras del empleo a nivel nacional podamos ver una tendencia similar.

Entretanto, no desesperemos. La economía sigue resistiendo.




¿Es posible planificar seriamente?

Ing. Fernando Ortega San Martín, MBA
Chair del Nodo Perú – The Millennium Project
Para Lampadia

Conforme se acerca el 2030, los políticos y los académicos comienzan a pesar cuál debe ser el próximo horizonte temporal para los procesos de planeamiento global. Y al parecer, el año 2050 se viene imponiendo por la simplicidad de ser un número “redondo”. Pero, dada la velocidad del cambio tecnológico, muchos preferirían que sea un año más cercano: ¿2040?, ¿2045?

En realidad, el problema mayor radica en la capacidad que tenemos hoy de poder conocer, aunque sea a grandes rasgos, las principales características de la economía y la sociedad en la fecha escogida como horizonte temporal.

En este artículo me propongo presentar una breve descripción de las tendencias tecnológicas que aparentemente irán moldeando el futuro del próximo cuarto de siglo:

  1. Educación global on-line de calidad: Existiría una enorme oferta educativa en todos los niveles (desde inicial hasta doctorado) alcanzable en línea y de naturaleza global. Los estados deberían haber entendido que su rol es la provisión de talento humano actualizado y altamente competitivo a escala global.
  2. Economía GIG global: El trabajo formal en planilla iría quedando en el pasado para favorecer el trabajo altamente especializado y temporal (freelance) a escala global. Así se alcanzaría altas productividades, con reducción de costos para las empresas, y con mejores ingresos a los trabajadores (siempre y cuando tengan las competencias adecuadas).
  3. Nuevos usos de los recursos naturales: Las nuevas demandas de productos y servicios exigirán nuevos materiales e ingredientes, muchos de los cuales nacerán en los laboratorios a partir de recursos naturales. El litio, el sodio, el flúor, e incluso el cobre tendrían nuevos usos, muy diferentes a los actuales, así como las proteínas provendrían de otras fuentes distintas a la ganadería y la agricultura tradicionales.
  4. Economías de carbono 0 (neutral): Las energías renovables serán capaces de satisfacer las demandas de energía, por lo que la transición a una economía con emisión cero sería altamente posible, y la huella de carbono sería un elemento crucial de competitividad a la hora de la selección de los productos en los mercados.
  5. La prolongación de la vida: El descubrimiento de las razones por las cuales envejecemos y el origen genético de las enfermedades permitirían que los seres humanos (y más exactamente, aquellos que puedan pagar los tratamientos) superen con holgura los cien años de vida. Menudo problema para los sistemas previsionales.
  6. El uso comercial del espacio exterior: El turismo espacial sería una alternativa más para aquellos que desean destinos exóticos, incluso pasar unos días en la Luna. La captación de energía directamente del Sol a través de espejos fuera de la atmósfera sería una fuente inagotable a bajo costo. Y la explotación de los recursos minerales de la Luna, Marte y el cinturón de asteroides alteraría el mercado mundial de los metales.
  7. La inteligencia artificial general (automodificable): Salvo que se produzca y acepte una regulación global sobre los usos de la IA, al 2050 ya se habría consumado el fenómeno de la Singularidad Tecnológica descrito por Ray Kurzweil, es decir, la IA habría alcanzado todas las capacidades de la mente humana, y habríamos aprendido a convivir con ella.
  8. La comunicación con el pensamiento: Compartir los pensamientos y comunicarnos sin necesidad de aparatos externos sería un sentido adicional a los cinco que ya poseemos como resultado de la evolución tecnológica, no biológica, del cuerpo humano, y que nos permitiría comunicarnos con las computadoras y la IA sin inconvenientes.
  9. Moneda digital común: Para facilitar los negocios, pero sin la volatilidad de las criptomonedas, se desarrollaría una moneda digital aceptada internacionalmente, pero respaldada con reservas físicas privadas, con convertibilidad al mundo real. Existirían fondos virtuales de ahorro e inversión, que permitirán a las personas ahorrar en los entornos virtuales.
  10. Los multiversos: La capacidad de realizar actividades de todo tipo, incluso negocios, en el mundo virtual como si fuera reales permitirá ampliar nuestras formas de obtener ingresos y diversión, participando en múltiples universos virtuales simplemente usando “nicknames” (alias), con lo cual a las oficinas de impuestos les será muy difícil seguir el rastro de las operaciones para determinar la base imponible de personas naturales y jurídicas. La informalidad virtual será un dolor de cabeza para los gobiernos.

Conclusión: El futuro ya llegó. Ahora lo que nos queda es irnos adecuando a estas nuevas realidades, que irán llegando poco a poco o quizás, violentamente. Pensar que en el 2050 tendremos un mundo del 2023 “mejorado”, es el peor error que pueden cometer naciones y empresas. Lampadia




¡Sin crecimiento económico no hay desarrollo!

Iván Arenas
Para Lampadia

Días atrás se realizó un evento denominado inPERU “Juntos por la reactivación del Cusco y la promoción de inversiones” que congregó a miles de personas, entre estudiantes, investigadores, empresarios y autoridades nacionales, regionales y locales quienes dialogaron sobre la visión de futuro de la región cusqueña. Antes de continuar vale mencionar que inPERU es una asociación sin fines de lucro – cuyo principal propósito es promover el desarrollo de los mercados financieros y de capitales nacionales a nivel local e internacional.

Ahora bien, una de las grandes conclusiones es que sin crecimiento económico no hay ni habrá jamás desarrollo de la región cusqueña.

Es decir, sin la inversión pública y, sobre todo, la inversión privada, que generan crecimiento de las economía, es imposible la reducción de brechas sociales, la disminución de la pobreza y pobreza extrema así como la generación de miles de empleos formales.

Atrás quedaron los días donde, de acuerdo a una investigación del Instituto Peruano de Economía (IPE) durante el periodo 2008- 2013, la región Cusco superó en crecimiento acumulado (PBI real) a la propia China, 59% y 54 respectivamente.

Esos días, donde el crecimiento económico aumentaba y generaba empleos, creaba clases medias y reducía pobreza no se han repetido.

Para redondear con mayor detalle el asunto: solo durante el 2008 al 2013, la pobreza pasó de 50% a 27%.

¿Qué debería pasar para que Cusco, la otrora ciudad pujante que competía con Arequipa en el sur peruano vuelva por la senda del crecimiento y el desarrollo? De las diversas reuniones y ponencias en inPERU, se desprende de manera clara que hay dos fuerzas que atraen las inversiones privadas, que son casi el 80% de la inversión en toda la región.

  • La primera es la confianza, que dicho sea es un factor determinante, sin embargo, como se sabe las minorías políticas anti inversión logran posicionar agendas que en lugar de promover inversiones privadas, las espantan.
  • La segunda es la eficiencia del gasto estatal. En otras palabras, la cantidad y la calidad del gasto. En la última década, la región ha recibido más de S/26 mil millones por concepto del canon minero, regalías mineras, canon hidroenergético, canon gasífero y derecho de vigencia. ¿Adónde fue a parar semejante dineral?

La región aún no se recupera luego de la pandemia y de las insurrecciones que orquestaron grupos zurdos en el sur peruano. El sector turismo apenas ha comenzado a moverse y la minería moderna sigue siendo el pan de Cusco, amén de grupos anti mineros (sobre todo en Chumbivilcas y Espinar)

Como alguien lo escribiera por ahí, la historia es la eterna lucha entre la libertad y los colectivismos. Decimos lo anterior porque inPERU ha puesto el dedo en la llaga de los relatos zurdos que criminalizan la inversión privada, como lo decíamos, fuente de empleos dignos, reducción de pobreza y oportunidades para los más pobres, además de tributación e impuestos.

Quizá, también uno de los aciertos de los organizadores es haber empezado en la región cusqueña, una suerte de guerra de relatos a favor del crecimiento y el desarrollo. Lampadia




La maldición del ganador

Por: Diego Macera
El Comercio, 6 de Junio del 2023

“La empresa que crece aquí, en vez de beneficiarse ella y sus trabajadores, es víctima de su propio éxito”.

En teoría de subastas hay un fenómeno popularmente conocido como la “maldición del ganador”. La lógica es simple. En una subasta tradicional –en la que gana el postor de la oferta más alta–, con suficientes participantes e información incompleta sobre lo que se está subastando, es muy posible que el ganador esté pagando de más. Imaginemos, por ejemplo, la subasta de un campo petrolero sobre el que se sabe poco de la cantidad real de hidrocarburos que contiene. La feliz empresa ganadora bien podría darse con la terrible sorpresa de que el resto de los participantes tenía razón en valorar mucho menos ese mismo campo.

Pero en el Perú se cultiva otro estilo de la “maldición del ganador”, uno más elemental. Este consiste, en resumen, en hacer más difícil el trabajo de quien sea que esté haciendo las cosas bien. Los casos abundan. Se pueden tomar, por ejemplo, la Ley de Promoción Agraria (LPA). Aprobada hace más de dos décadas, la norma fue un pilar fundamental en el ‘boom’ agroexportador que permitió al Perú estar entre los primeros exportadores globales de espárrago, uvas y arándanos, entre otros alimentos.

Eso significó no solo más inversión y divisas, sino también más trabajo. De hecho, la agroexportación fue el sector que más empleos en planilla creó en los últimos años y estos estuvieron mucho mejor remunerados que el promedio agrícola. De acuerdo con el estudio de Renzo Castellares y Omar Ghurra, del Banco Central de Reserva (BCRP), “en el largo plazo la LPA habría aumentado los ingresos de los trabajadores formales entre 52% y 115%”. ¿Cuál fue la respuesta, entonces, de parte del Congreso de ese momento ante el éxito del sector? Buscar mecanismos que lo hagan menos dinámico, y eso fue lo que hizo en diciembre del 2020. En cierto sentido, en donde aplica la “maldición del ganador”, la agroexportación ganó demasiado protagonismo para su propio bien.

La misma reflexión se puede hacer para el crecimiento empresarial. Bajo el sistema peruano actual, una empresa a la que le va bien y empieza a captar cada vez más clientes se topará pronto con obstáculos administrativos, laborales y tributarios que hacen muy cara su expansión. La contratación de su trabajador número 21, por ejemplo, le costará entre el 5% y el 10% de sus ganancias anuales, porque es a partir de entonces que arranca la repartición de utilidades entre trabajadores. ¿Qué incentivos tendrá entonces la empresa emergente para contratar a un trabajador adicional tan costoso? Muy probablemente, perderá plata con esa contratación, aun si el trabajador es muy productivo. Lo mismo sucede con esa venta adicional que empujará a la compañía por encima del umbral a partir del cual se empieza a pagar un 29,5% de impuesto a la renta. En suma, la empresa que crece aquí, en vez de beneficiarse ella y sus trabajadores, es víctima de su propio éxito.

La solución es obvia. Si hay sectores o empresas que crecen y a los que les va cada vez mejor, lejos de penalizar su progreso, debe promoverse su expansión continua y tomarse las lecciones que hicieron posible su despegue para intentar emularlas en otros destinos. Hoy, nuestra versión criolla de la “maldición del ganador” es uno de los grandes obstáculos para dinamizar la economía, y se repite en cualquier empresa o sector que destaca, con presiones políticas para jalarlos hacia abajo. La diferencia con la maldición original es que en estos casos el castigado no es el que calculó mal su apuesta, sino precisamente el que la calculó bien.




Mal de muchos, consuelo de tontos

“América Latina corre el riesgo de pasar a ser irrelevante”

Por: Julio Velarde
Presidente de Banco Central de Reserva
El Comercio, 2 de Junio del 2023

Pese a la ralentización de la economía el presidente del BCR destacó el crecimiento del Perú frente a los demás países de la región. Según las expectativas empresariales, se espera un mayor crecimiento en el 2024 que en este año.

El presidente del Banco Central de Reserva, Julio Velarde se refirió al crecimiento de la economía peruana y a la recuperación de la confianza que viene siendo “paulatina”, en medio de un escenario en el que hay un deterioro de América Latina en su conjunto.

Tras señalar que aunque el crecimiento de este año viene siendo un tanto “mediocre” a nivel nacional, las expectativas de empresarios y otros actores económicos para el próximo año sobre el Perú han mejorado bastante. “No estamos tan mal frente a la región, lo que pasa es que América Latina es un desastre”, lamentó en un evento en el Cusco.

El sesgo de crecimiento -señaló- probablemente sigue siendo a la baja en este año, “pero lo que hay que señalar, es que en las encuesta que hacemos a empresas, analistas financieros, y bancos de inversión del mundo, la proyección (del 2024) es mayor a la de este año, es decir que sí esperan cierta recuperación”.

“No estamos tan mal frente a la región, lo que pasa es que América Latina es un desastre (..) Hace 40 años, Asia emergente pesaba 7%; Latinoamérica pesaba 22%, ahora las cifras se han invertido. América latina corre el riesgo de pasar a ser irrelevante, eso es una tragedia”, dijo.

Dentro de los factores que han influido al deterioro de la confianza a lo largo de los últimos años, haciendo que se pierda ese optimismo que vivió el Perú en los años 2017 y 2018, se encuentran la inestabilidad producto de los conflictos sociales, el Covid-19 y el mal manejo gubernamental.

“El Covid nos golpeó mucho, tuvimos uno de los confinamientos más estrictos, la gente se comió su capital de trabajo para sobrevivir, al no haber una red para sobrevivir. La inestabilidad política nos pasó factura y todo esto nos ha afectado bastante”, apuntó

“La calidad de la gestión publica fue muy mala. Ahora hay un cambio radical en cuanto a ministros. Se está tratando de impulsar gestiones, es un proceso”.

Sobre el empleo, avizora un crecimiento “pobre”, destacando, sin embargo, que el empleo formal está por encima del 2019 y creciendo casi 8%.

De otro lado, Velarde destacó la importancia del desarrollo de proyectos como Chavimochic y Majes; y adelantó que el proyecto minero Zafranal (Arequipa) “está casi listo y podría salir en setiembre”, por lo que se mantienen las expectativas.

“Felizmente está comenzando (el interés), gracias a la demanda potencial de cobre que va a haber en el mundo, no solo carros eléctricos que demandan más de cuatro veces lo que demanda un carro convencional, sino la infraestructura eléctrica que debe construirse y que requiere mucho cobre (..) De nuevo hay interés y si hay las condiciones adecuadas, estos nuevos proyectos podrían salir”, destacó.




“Miente y miente que algo queda”

Por: Juan Fernando Correa
Perú21, 3 de Junio del 2023

“El argumento que usan para sustentar la mentira como verdad son los larguísimos procesos judiciales entre empresas y Estado por las discrepancias sobre interpretaciones que hace la Sunat a los resultados financieros de las empresas y el monto de impuestos a pagar”.

Una de las mentiras más repetidas por los enemigos de la economía de mercado es que las grandes empresas en el Perú no pagan impuestos. Es uno de los componentes centrales de la trama Destruir al Monstruo: “Tú eres pobre por culpa del neoliberalismo y de las grandes empresas, que son abusivas y no pagan impuestos y para terminar con ellos necesitamos una nueva Constitución”.

Cualquier persona o entidad que sostenga que las empresas no pagan impuestos miente descaradamente. Pero como decía Goebbles, el ministro de Propaganda de Hitler, después de muchas mentiras algo queda. Y en efecto, a muchísimos peruanos le ha quedado esa mentira grabada en la mente y están convencidos de que las empresas no pagan impuestos.

El argumento que usan para sustentar la mentira como verdad son los larguísimos procesos judiciales entre empresas y Estado por las discrepancias sobre interpretaciones que hace la Sunat a los resultados financieros de las empresas y el monto de impuestos a pagar.

Los montos en disputa son relevantes, pero no superan el 2% del total de los impuestos pagados por las empresas en los últimos 20 años. Solo en el año 2022 las empresas pagaron setenta mil millones de soles en impuesto a la renta, lo que representó el 51% de los ingresos internos recaudados por la Sunat.

Por lo tanto, tenemos que eliminar esa mentira de la mente de los peruanos. No podemos dejar que los destructores del país sigan esgrimiendo esa mentira y debemos dejar claro, a todo nivel, que las empresas sí pagan impuestos y que los beneficios no les llegan a las personas porque el problema es que el Estado no funciona.




La fertilidad mundial se ha derrumbado, con profundas consecuencias económicas

¿Qué podría cambiar la nefasta trayectoria demográfica del mundo?

The Economist
1 de junio de 2023

En los aproximadamente 250 años transcurridos desde la Revolución Industrial, la población mundial, al igual que su riqueza, se ha disparado. Sin embargo, antes de finales de este siglo, la cantidad de personas en el planeta podría reducirse por primera vez desde la Peste Negra. La causa raíz no es un aumento en las muertes, sino una caída en los nacimientos. En gran parte del mundo, la tasa de fertilidad, el número promedio de nacimientos por mujer, se está derrumbando. Aunque la tendencia puede resultar familiar, su alcance y sus consecuencias no lo son. Incluso cuando la inteligencia artificial (AI) conduce a un creciente optimismo en algunos sectores, el ‘baby bust’ [contrario al ‘baby boom’] se cierne sobre el futuro de la economía mundial.

En 2000, la tasa de fecundidad mundial era de 2,7 nacimientos por mujer, muy por encima de la “tasa de reemplazo” de 2,1, en la que una población se mantiene estable. Hoy es 2.3 y cayendo. Los 15 países más grandes por PIB tienen una tasa de fertilidad por debajo de la tasa de reemplazo. Eso incluye a Estados Unidos y gran parte del mundo rico, pero también a China e India, ninguno de los cuales es rico pero que juntos representan más de un tercio de la población mundial.

El resultado es que, en gran parte del mundo, el repiqueteo de los pequeños pies está siendo ahogado por el repiqueteo de los bastones. Los principales ejemplos de países que envejecen ya no son solo Japón e Italia, sino también Brasil, México y Tailandia. Para 2030, más de la mitad de los habitantes del este y sudeste de Asia tendrán más de 40 años. A medida que los ancianos mueran y no sean reemplazados por completo, es probable que las poblaciones disminuyan. Fuera de África, se pronostica que la población mundial alcanzará su punto máximo en la década de 2050 y terminará el siglo más pequeña de lo que es hoy. Incluso en África, la tasa de fertilidad está cayendo rápidamente.

Digan lo que digan algunos ecologistas, una población cada vez menor crea problemas. El mundo no está ni cerca de estar lleno y las dificultades económicas derivadas de la escasez de jóvenes son muchas.

La obvia es que cada vez es más difícil mantener a los jubilados del mundo. Los jubilados recurren a la producción de los que están en edad de trabajar, ya sea a través del estado, que impone impuestos a los trabajadores para pagar las pensiones públicas, o cobrando los ahorros para comprar bienes y servicios o porque los familiares los cuidan sin remuneración. Pero mientras que el mundo rico actualmente tiene alrededor de tres personas entre 20 y 64 años por cada persona mayor de 65, para el 2050 tendrá menos de dos. Las implicaciones son impuestos más altos, jubilaciones más tardías, rendimientos reales más bajos para los ahorradores y, posiblemente, crisis presupuestarias gubernamentales.

Las bajas proporciones de trabajadores a pensionistas son solo un problema derivado del colapso de la fertilidad. Como explicamos esta semana, los jóvenes tienen más de lo que los psicólogos llaman “ inteligencia fluida ”, la capacidad de pensar creativamente para resolver problemas de formas completamente nuevas.

Este dinamismo juvenil complementa el conocimiento acumulado de los trabajadores de mayor edad. También trae cambios. Es mucho más probable que las patentes presentadas por los inventores más jóvenes cubran innovaciones revolucionarias. Los países más viejos, y resulta que sus jóvenes, son menos emprendedores y se sienten menos cómodos asumiendo riesgos. Los electorados de edad avanzada también osifican la política. Debido a que los viejos se benefician menos que los jóvenes cuando las economías crecen, se han mostrado menos interesados en las políticas favorables al crecimiento, especialmente en la construcción de viviendas. Es probable que la destrucción creativa sea más rara en las sociedades que envejecen, lo que suprime el crecimiento de la productividad de manera que se convierte en una enorme oportunidad perdida.

A fin de cuentas, es tentador presentar las bajas tasas de fertilidad como una crisis que debe resolverse. Sin embargo, muchas de sus causas subyacentes son en sí mismas bienvenidas. A medida que las personas se han vuelto más ricas han tendido a tener menos hijos. Hoy se enfrentan a diferentes compensaciones entre el trabajo y la familia, y en su mayoría son mejores. Los conservadores populistas que afirman que la baja fecundidad es un signo del fracaso de la sociedad y piden un retorno a los valores familiares tradicionales están equivocados. Tener más opciones es algo bueno, y nadie le debe a los demás criar a sus hijos.

El impulso de los liberales de fomentar más inmigración es más noble. Pero también es un diagnóstico erróneo. La inmigración en el mundo rico de hoy está en un nivel récord, lo que ayuda a los países individuales a abordar la escasez de trabajadores. Pero la naturaleza global de la caída de la fertilidad significa que, a mediados de siglo, es probable que el mundo enfrente una escasez de trabajadores jóvenes educados a menos que algo cambie.

¿Qué podría ser eso? La gente a menudo les dice a los encuestadores que quieren más hijos de los que tienen. Esta brecha entre la aspiración y la realidad podría deberse en parte a que los futuros padres, que, de hecho, subvencionan a los futuros jubilados sin hijos, no pueden permitirse tener más hijos, o debido a otras fallas de las políticas, como la escasez de viviendas o un tratamiento de fertilidad inadecuado. Sin embargo, incluso si se fijan, es probable que el desarrollo económico conduzca a una caída de la fecundidad por debajo de la tasa de reemplazo. Las políticas a favor de la familia tienen un historial decepcionante. Singapur ofrece generosas subvenciones, devoluciones de impuestos y subsidios para el cuidado de los niños, pero tiene una tasa de fertilidad de 1,0.

Liberar el potencial de los pobres del mundo aliviaría la escasez de trabajadores jóvenes educados sin más nacimientos. Dos tercios de los niños chinos viven en el campo y asisten a escuelas en su mayoría terribles; la misma fracción de personas de 25 a 34 años en la India no ha completado la educación secundaria superior. El grupo de jóvenes de África seguirá creciendo durante décadas. Impulsar sus habilidades es deseable en sí mismo, y también podría convertir a más jóvenes inmigrantes en innovadores en economías que de otro modo estarían estancadas. Sin embargo, fomentar el desarrollo es difícil, y cuanto antes se enriquecen los lugares, antes envejecen.

Eventualmente, por lo tanto, el mundo tendrá que arreglárselas con menos jóvenes, y quizás con una población cada vez más pequeña. Con eso en mente, los avances recientes en ia no podrían haber llegado en un mejor momento. a una economía infundida con ia superproductiva podría resultarle fácil apoyar a un mayor número de personas jubiladas. Eventualmente, la inteligencia artificial puede generar ideas por sí misma, reduciendo la necesidad de inteligencia humana. En combinación con la robótica, la inteligencia artificial también puede hacer que el cuidado de los ancianos requiera menos mano de obra. Tales innovaciones sin duda tendrán una gran demanda.

Si la tecnología permite a la humanidad superar el ‘baby bust’, se ajustará al patrón histórico. Los avances inesperados en la productividad significaron que las bombas de tiempo demográficas, como la hambruna masiva predicha por Thomas Malthus en el siglo XVIII, no pudieron detonar. Menos bebés significa menos genio humano. Pero ese podría ser un problema que el genio humano puede solucionar. Lampadia




Gallina que come huevo…

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

Si me preguntaran cuáles fueron los principales errores económicos del gobierno de Alberto Fujimori, yo diría inmediatamente:

  1. No haber privatizado PetroPerú y 
  2. No haber privatizado la gestión de los servicios de agua y desagüe a nivel nacional.

Nos ocuparemos del primero.

La explicación salta a la vista, más allá de lo narrado tan claramente por Carlos Paredes Lanatta, en su libro La tragedia de las empresas sin dueño. Hoy, tres años después del término de su gestión, encontramos que se continúan profundizando los errores, las “metidas de pata” y muchas “metidas de mano”, especialmente durante el período de 16 meses de Castillo en la presidencia.

Lo inevitable viene siendo soportar no solo la pesada carga de una mala gestión, sino de una muy mala inversión, tal como el “proyecto de modernización de la refinaría de Talara”, así llamado por el gobierno de Humala y promovido por Humberto Campodónico, para engañar a toda la ciudadanía del Perú.

Un proyecto que ha demandado US$6 mil millones, pues claramente se trató de una nueva refinería y no de una modernización para desulfurar los combustibles, tal como se hizo en la refinería de La Pampilla con una inversión de US$800 millones.

Los resultados de la mala gestión del Estado en las empresas públicas, saltan a la vista. Tras los retrasos y sobrecostos de un proyecto a todas luces innecesario y no rentable, hoy tenemos una empresa pública descapitalizada, a pesar que ha sido necesario que el fisco le inyecte S/ 4,000 millones de capital y le preste US$ 500 millones. No obstante, sigue con dificultades financieras, y sus problemas de liquidez y solvencia, sólo se superan porque los que pagamos impuestos debemos sufragar los errores de sus gestores. Debemos recordar, que hemos construido una refinería en un país que no tiene reservas de petróleo y no ha fomentado las exploraciones requeridas para alimentar la refinería.

Debemos recordar también, que PetroPerú tiene a su cargo el Oleoducto Norperuano (ONP), infraestructura crítica para justificar exploraciones en la selva, y que a lo largo de más de medio siglo de existencia, no ha recibido el mantenimiento adecuado, no se han hecho las mejoras tecnológicas que permitan un ONP eficiente a costos competitivos, y que es permanentemente atacado por los moradores de las zonas que recorre.

Dicho eso, debemos tener presente que PetroPerú tendrá que invertir aproximadamente US$ 1,500 millones en mantener el ONP y modernizarlo.

En su defecto, deberá ejecutar el plan de cierre de su operación, lo que significa un monto similar, esto es US$ 1,500 millones para desmontar y remediar completamente las áreas impactadas que hoy ocupa, eliminando cualquier pasivo ambiental, incluyendo los residuos de los derrames producidos por propios o extraños. Eso sí, si se opta por esta última alternativa, ya no habrá forma de convocar nuevas inversiones en exploración en la región.

No debemos olvidar, que PetroPerú es una empresa sobreendeudada por construir un elefante blanco como Talara, al que se le está permitiendo operar por 18 meses sin contar con todos los permisos (como a ninguna empresa en el mundo). Que tiene una gran deuda que honrar, y que enfrenta el dilema de modernizar o retirar el ONP y, en estas circunstancias, hay en el país quienes quieren cargarle más problemas.

Ahora resulta que un grupo de iluminados de Perú Libre y Bloque Magisterial (gente que por supuesto jamás ha hecho empresa, ni ha asumido responsabilidades empresariales), quiere que PetroPerú entre a un proceso de “integración vertical”, y para eso se está entrometiendo en la gestión de Perupetro y los procesos de licitación de los lotes cuyos contratos están venciendo.

Independientemente de que, este es un cambio de rumbo estatizante de la actividad petrolera, operar campos petroleros es una actividad de riesgo que requiere experiencia profesional de técnicos y organización, con los que PetroPerú no cuenta desde hace décadas. No los tiene para los lotes de la selva, mucho menos para explotar pozos en plataformas marinas. Es seguro, que PetroPerú requerirá de nuestros impuestos para solventar los déficits que se seguirán generando. Lo más grave, es que el Estado peruano, lejos de destinar nuestros impuestos a cumplir su rol fundamental de atender a las poblaciones más necesitadas en educación, salud y seguridad, los “licuará” en una aventura empresarial de riesgo, claramente no controlado.

La evidencia empírica nos muestra que el Estado, además de estar infiltrado por la corrupción, actúa con gran ineficiencia, y por eso los resultados económicos que reportan sus empresas, han traído como consecuencia una seria rebaja de su calificación de riesgo, a pesar de contar con el respaldo implícito del Estado peruano.

Lo que preocupa más, es que la gente pensante del gobierno (técnicos del MEF), entiende que PetroPerú no debe embarcarse en esta mala aventura, pero hay gente en otro sector del ejecutivo que, en contra de la opinión del MEF, está “empujando” la idea de tal integración vertical. No sólo eso, sino que, en el Congreso, particularmente algunos niños de AP (cuya bancada preside la Comisión de Energía y Minas), está jugando todas sus cartas para lograr este despropósito, y nadie lo está deteniendo.

Ya nos “pasaron por la huacha” la elección del Defensor del Pueblo (ahora le han puesto la puntería al Procurador General del Estado), han negociado a nuestras espaldas dejar sin efecto la censura de cuatro “niños” de Acción Popular (coincidentemente impulsores del despropósito petrolero), están destruyendo el mercado energético manipulando la ley de electricidad, y ahora, quieren embarcarnos en un tremendo despropósito empresarial en PetroPerú.

Me parece que aquí hay un juego peligroso entre el ejecutivo y el congreso, y que debemos levantar nuestra voz de protesta para detenerlo. Si esto continúa así, no habrá forma de financiar sanamente las tareas fundamentales del Estado, y los más pobres sufrirán las consecuencias, pues mientras tanto, seguiremos generando un déficit fiscal muy difícil de controlar y que compromete nuestra estabilidad futura y el control de la inflación, que es el impuesto a los más pobres.

Estamos advertidos, gallina que come huevo, aunque le quemen el pico. Lampadia




Juguemos el partido de fondo

Es el momento de activar la guerra cultural

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Aunque muchos aún no lo vean, se están alineando los astros para que los que creemos en el crecimiento económico, la economía de mercado, la naturaleza emprendedora de los peruanos y en la democracia, nos pongamos al frente, izando las banderas de la prosperidad que nuestro país, con su pletórica geografía, nos ofrece para emprender el camino del bienestar general.

60 años de idas y venidas

    • A mediados de los años 60, mientras los futuros tigres del Asia optaban por abrir sus economías, promover la inversión y la educación, los latinoamericanos, y notoriamente así el Perú, optamos por seguir las MUY equivocadas ideas de Raúl Prebisch y la Cepal, como la sustitución de importaciones y el desarrollo hacia adentro. Ideas que nos aislaron del resto del mundo. Resultó ser que los asiáticos tuvieron un gran desarrollo y nosotros nos empobrecimos.

Se decía que la tecnología sería cada día más cara y nuestros productos básicos más baratos. Pero fue al revés, la tecnología es cada día más barata y nuestros productos básicos, como los minerales y las frutas y hortalizas, son cada día más valiosos.

La apuesta del desarrollo era ir hacia afuera y no hacia adentro.

    • A pesar de todas las evidencias de éxitos y fracasos, buena parte de la política latinoamericana sigue sin entender algo tan elemental. Y así ha sido nuestra historia desde los 60s.

Belaunde I desayunaba con el verbo de la Cepal, los militares dictadores, con Velasco a la cabeza, no se diga, llevaron todo al extremo y destruyeron nuestras oportunidades de progreso. Belaunde II no se atrevió a corregir nada y García I, volvió a exacerbar las políticas cepalinas re-equivocadas.

Fujimori gobernó a contra mano de sus propuestas políticas, y la dura prueba de la realidad, tocamos fondo, lo llevó a rodearse de gente consecuente y valerosa que supo corregir la estructura del país, abrir la economía y permitir que la capacidad y empuje de los peruanos rescate al Perú de ser un ‘Estado Fallido’, para que, con el marco de la Constitución de 1993, a fines de la primera década del nuevo siglo, rascáramos la ilusión de la prosperidad.

    • Desde el 2011 volvimos a aflojar, y excepto por el interregno reparador del gobierno de García II, volvimos a abrir el aliento falaz del nacionalismo, el populismo y el voluntarismo político, versus hacer crecer el espacio de desarrollo del espíritu emprendedor de los peruanos.
    • Todavía hoy, el 95% de nuestros políticos no entiende que el futuro de prosperidad de los peruanos está en la promoción del crecimiento económico, que solo puede sustentarse sosteniblemente y hacerlo con gran efectividad, en nuestro sector externo, en nuestras exportaciones de bienes y servicios, como los minerales, las frutas y hortalizas, la madera, nuestra pesca y el turismo.

Justamente las actividades económicas atacadas por los enemigos del Perú, desde el 2011.

Punto de quiebre social

Gracias a la naturaleza de los peruanos, no hemos caído en los cantos de sirena del socialismo del siglo XXI, el hartazgo actual es por el empobrecimiento de un país que tiene todas las capacidades para prosperar.

  • Hemos pasado de crecer 7 a 8% por año a 2% y menos aún.
  • Hemos pasado de una inflación anual menor a 3%, a una que no atinamos a controlar.
  • Hemos pasado de generar empleos para todos nuestros jóvenes, a no poder darles empleos adecuados.
  • Hemos pasado de multiplicar las empresas exportadoras, a perder muchas de ellas.
  • Hemos pasado de desarrollar grandes proyectos de inversión privada y de infraestructuras, a no poder arrancar otros.
  • Hemos pasado de atraer a nuestros hijos de regreso, a ponerlos en situación de potenciales emigrantes.
  • Hemos pasado de haber recuperado la confianza en el futuro, a perder el norte y la confianza en nuestros líderes.

Hace escasamente seis meses, dolidos de ese empobrecimiento, los peruanos fuimos convocados para destruir nuestras instalaciones de transporte, nuestras comisarías, y fiscalías; fuimos convocados para impedir el trabajo de los ciudadanos, a atacar a nuestras fuerzas del orden y a destruir la imagen del Perú como un país que respeta los contratos, las inversiones y la libertad individual.

Pero, repito, gracias a nuestra naturaleza industriosa y humana, los peruanos rechazamos la violencia y reasumimos el reto del trabajo y el cuidado de nuestros hijos.

La ayuda del entorno mediático y político

En los últimos meses se han manifestado una serie de procesos que nos ayudan a dar sustento técnico y moral al punto de quiebre social, e impulsar el relanzamiento de nuestro desarrollo integral, económico, social e institucional.

  1. El informe del Banco Mundial que afirma que el crecimiento económico de la primera década del siglo XXI fue inclusivo, redujo la pobreza de 60 a 20%, redujo la desigualdad y se debió en un 85% al crecimiento de la economía.
  2. El resultado de la Encuesta Nacional de Hogares del INEI, que demuestra que los ingresos reales de los habitantes del Perú rural, entre el 2011 y el 2022, aumentaron notoriamente, y en mucho mayor medida que para el conjunto del país.
  3. El documento técnico-económico de Lant Pritchett, que demuestra que El crecimiento económico es suficiente – Y solo el crecimiento económico es suficiente, destacando que:

    Ningún país tiene un PBI per cápita alto,
    con bajos indicadores de bienestar, y

    Ningún país tiene indicadores de bienestar altos
    con un bajo PBI per cápita.

  4. El resultado de la elección del Consejo Constitucional en Chile, que rescata la importancia del orden y de la economía de mercado para el progreso de nuestros vecinos.
  5. El rechazo de las izquierdas alrededor del Mar Mediterráneo, en Grecia, Italia y España.
  6. El abrazo a Nicolás Maduro, el dictador y genocida venezolano, por parte de Lula da Silva, el presidente de Brasil, demostrando que las nuestras izquierdas regionales son la misma mugre.
  7. Los desequilibrados ataques de los presidentes de México y Colombia al Perú, demostrando una agenda política continental abiertamente anti peruana.

Llamado a la ACCIÓN

Como indiqué hace un par de semanas “Es hora de poner Toda la carne en el asador”.

Es el momento en que los peruanos de buena voluntad, conocedores del gran potencial de desarrollo de nuestro país, y comprometidos con el bienestar general, salgamos de nuestros cuarteles de invierno y llevemos la antorcha de la buena nueva sobre como el Perú puede aprovechar su fabulosa geografía y la pujante naturaleza de nuestra gente, para apuntar a un futuro de prosperidad común.

Hagamos una campaña informativa sobre nuestra realidad, nuestro potencial de desarrollo y sobre la importancia del crecimiento económico, para alcanzar las metas que soñaron nuestros mejores hijos. ¡Viva el Perú!!!

Lampadia




Mineros no muestran sus aportes a comunidades

Por: Guido Bayro
Correo, 1 de Junio del 2023

El director de la Caja Municipal de Ahorro y Crédito de Cusco, Guido Bayro, señaló que los empresarios mineros son satanizados por las izquierdas radicales de esta región y no les reconoce su participación en el desarrollo del país

En ese sentido, dijo que está en los empresarios del sector minero mostrar el testimonio de sus aportes a las comunidades donde operan. Bayro, que fue panelista en un evento que desarrolla InPerú en Cusco, evocó el caso de Tintaya, yacimiento minero de cobre, que, cuando aún era un proyecto, solo tenía unas 30 casas de adobe con techo de paja.

“En la actualidad, Yauri, capital del distrito del mismo nombre, en la provincia de Espinar (Cusco), es ahora una ciudad con construcciones modernas”, manifestó a Correo.

Por ello, instó a los mineros a ser más proactivos con sus aportes que benefician a la población.




Economía peruana podría crecer solo 0.8% este año

Por: SBS/IPE
Perú21, 31 de Mayo del 2023

Es el escenario previsto por estrés por problemas climáticos y reinicio de las protestas. El Instituto Peruano de Economía está evaluando a la baja su proyección de avance del PBI de 2023.

La economía peruana corre el riesgo de crecer este año solo 0.8%, según el Informe de Estabilidad del Sistema Financiero de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).

Según el documento, para que se dé un avance tan lento se tendría que generar un escenario de estrés en el que los conflictos sociales se activen nuevamente en la segunda mitad de 2023, “acentuando la inestabilidad política nacional”.

“Se debe considerar la posibilidad de que se mantenga la incertidumbre política y que se desarrollen nuevos conflictos sociales, lo que podría afectar las expectativas empresariales y la actividad productiva de algunos sectores como la agroexportación y minería, entre otros”, se precisa en el documento de la SBS.

En el escenario de estrés también se incluyen las condiciones de un Fenómeno de El Niño costero de magnitud moderada hasta el invierno del presente año.

Ambos eventos tendrían un impacto principalmente en el sector agrícola, pesquero, comercio, turismo y minería.

Al respecto, el economista senior del Instituto Peruano de Economía (IPE), Teodoro Crisólogo, manifestó a este diario que están revisando a la baja la proyección de 1.9% de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) que tiene el IPE.

Este cambio responde principalmente al pobre desempeño de la inversión privada durante el primer trimestre del año. Este indicador registró un retroceso de 12% en los tres primeros meses.

La proyección que tiene la institución para el desembolso privado 2023 es de un descenso de 3%, aunque también se está revisando.

“No solo es por lo ocurrido en el primer trimestre. Hay indicadores que demuestran que la debilidad de la inversión privada ha continuado en el inicio del segundo trimestre”, precisó a este diario.

Datos:

La SBS precisó que a marzo, el sistema financiero ha recuperado el dinamismo de años anteriores.

Señaló que el crecimiento anual de la cartera total, sin considerar programas de gobierno, ha sido de 9.2%, con un mayor dinamismo en los créditos de consumo.