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Minería y Diversificación Productiva

Sebastiao Mendonca Ferreira
Centro Wiñaq
Para Lampadia

Con la calidad y cantidad de las reservas metálicas que tiene el Perú, la minería puede cumplir un papel fundamental en la superación de la pobreza y en la ampliación de las puertas del desarrollo en este nuevo siglo. Sin embargo, es común escuchar que la minería genera un modelo de crecimiento dependiente de una sola actividad que restringe las potencialidades de los demás sectores económicos del país.

Este es un argumento que suena sólido, pues una economía diversificada es, por lo general, más robusta que una economía con un portafolio reducido de productos. Sin embargo, la rigidez en el pensamiento económico, que busca forzar que el país tenga una economía diversificada en el corto plazo puede resultar siendo una traba para el mejor aprovechamiento de las reservas minerales del país y para que el Perú pueda desarrollarse en una economía globalizada.

La Enfermedad Holandesa

La versión más sofisticada de la crítica al rol de la minería en el desarrollo del país es un modelo conocido como la “Enfermedad Holandesa”. El origen de este concepto se remonta al hallazgo de gas en la costa holandesa, en 1960. Ello introdujo una nueva fuente de riqueza en la economía del país, generando una euforia temporal. Pero, gradualmente un efecto secundario de la exportación masiva de gas, fue el incremento del valor de la moneda nacional de entonces, el Gulden, que afectó la competitividad de los demás sectores económicos, frenando su crecimiento. El impacto más serio se dio en las actividades industriales orientadas a la exportación, provocando una desindustrialización de la economía holandesa.

Un fenómeno similar se observó en algunos países productores de petróleo en los años 70s, cuando el alza de los precios del petróleo significó un gran influjo de dólares en sus economías afectando los otros sectores, incluida la agricultura, y generando la tendencia a expandir el gasto público a niveles insostenibles.[1]

La idea de la Enfermedad Holandesa, creada por algunos periodistas de la revista The Economist, imaginada a partir de la experiencia de Holanda y de algunos países exportadores de petróleo, ha sido muy utilizada para cuestionar el rol de la minería en el desarrollo de los países emergentes, afirmando que el desarrollo de la minería necesariamente afectaba las posibilidades de las demás actividades. Es común que cuando alguien se refiera a la contribución de la minería al desarrollo del país (dinamización de las economías regionales, contribución fiscal, mejoramiento de la infraestructura vial, generación de divisas, etc.) surjan voces contrarias recordando este concepto.

Crítica a la Enfermedad Holandesa

Nuevos estudios, realizados en este siglo, han cuestionado la generalización del modelo de la Enfermedad Holandesa, mostrando como la minería sí puede tener un impacto positivo e importante en la dinamización y modernización del conjunto de los sectores económicos. Los Estado Unidos, en el siglo XIX, antes de volverse una potencia industrial, fue el mayor productor de materias primas del mundo, gracias a la abundancia de sus riquezas minerales. Su foco en la producción de materias primas no bloqueó su desarrollo industrial. La minería fue, en gran medida, su fuente de capitalización inicial y sirvió de laboratorio sobre producción industrial. La gran escala de las operaciones mineras le permitió aprender a manejar procesos productivos complejos y las tecnologías mineras de gestión fueron transferidas gradualmente al desarrollo industrial contribuyendo a que los Estados Unidos se transformaran en la primera potencia industrial del mundo.[2]

Esos nuevos estudios concluyeron que el freno al desarrollo de muchos países emergentes, ricos en reservas minerales, no se debe al desarrollo de la minería sino a sus limitaciones institucionales, técnicas o geográficas para desarrollar las otras actividades económicas. Es decir, esos países no exportan bienes industriales porque en esos campos son muy deficientes. Los países que lograron desarrollarse en base a la minería lo hicieron porque tenían depósitos minerales y porque atrajeron empresas extranjeras que disponían de tecnologías y de un volumen de capital que les posibilitaba el aprovechamiento económico de esos depósitos.[3]

Las otras actividades económicas de muchos países ricos en reservas minerales, como la agricultura y la industria, carecen de la productividad suficiente para competir en un mercado globalizado. Aquellos países en que esas actividades eran modernas y competitivas, lograron exportar sus recursos naturales y también alimentos y bienes industriales. El caso del Perú, que veremos más adelante, es ilustrativo de ello.

Hoy día tenemos una diversidad de países que lograron combinar minería, agricultura e industria en forma exitosa: Australia, Canadá, Noruega, Chile, Nueva Zelanda, y otros más. Como la minería requiere soluciones complejas, ello genera conocimientos que pueden ser utilizados por los demás sectores. Estudios recientes sobre Australia y Noruega muestran que el desarrollo del sector extractivo, además de capitalizar el país, irradia sus avances tecnológicos y sus experiencias prácticas de gestión hacia otros sectores, en especial hacia los sectores servicios y construcción. La falla del modelo de la Enfermedad Holandesa es no haber considerado la capitalización y la irradiación de conocimientos hacia los sectores transables y no transables de la economía. La difusión de conocimientos ha sido observada en estudios recientes.[4]

Los casos de Noruega, Australia y Nueva Zelanda son ejemplos de países desarrollados, con renta per cápita (PPP) entre 43 mil y 67 mil dólares que hasta hoy se sustentan principalmente en la exploración y exportación sus recursos naturales y tienen una participación de la exportación de petróleo y minerales mayor que el Perú.[5]

Para esos países el aprovechamiento de sus recursos naturales no es ninguna “dependencia”, sino una oportunidad para alcanzar un alto grado de desarrollo económico y social, dejando claro que la exploración y exportación de recursos naturales no es una traba para llegar a ser un país rico, sino una ruta que acorta la distancia entre la pobreza y el bienestar.

El caso de Botsuana, un pequeño país del sur de África, sin acceso al mar, cercado por países políticamente inestables, y afectado por la epidemia de VIH al final del siglo pasado e inicios de este siglo, es materia de estudio de quienes buscan rutas para el desarrollo de los países emergentes.[6]

En 1966, cuando se independizó, Botsuana era un país extremadamente pobre, con solo 22 personas con formación universitaria, pero en los 35 años siguientes mantuvo una tasa de crecimiento promedio de 7.7%. En ese entonces, Botsuana tenía un PBI per cápita de sólo US$70, mientras el Perú tenía lo tenía en US$445. Es decir, en 1966 el PBI per cápita peruano era 6.4 veces más alto que el de Botsuana. Hoy, a inicios del 2019, Botsuana ha alcanzado un PBI per cápita de $8,260, un 16% más alto que el peruano.[7]

Botsuana se desarrolló gracias a la explotación y exportación de sus recursos naturales, especialmente del diamante. Los minerales son la principal fuente de divisas del país, representando 90% de las exportaciones y el 20% del PBI (2016). La historia de Botsuana evidencia que se puede superar la pobreza con un adecuado aprovechamiento y exportación de sus recursos naturales. La historia post-colonial de Botsuana ha sido muy diferente de sus vecinos: Congo, Namibia, Zimbabue e incluso Sudáfrica, y todo ello fue gracias al buen manejo de la riqueza creada por su minería.[8]

Minería y Agricultura en Perú

Los grupos contrarios a la minería buscan presentarla como inherentemente antagónica a la agricultura y repiten el modelo de la Enfermedad Holandesa como si fuera una nueva versión de la ley de la gravedad. Sin embargo, no aportan datos que sustentan sus opiniones. Veamos alguna data sobre el tema en el Perú.

Entre 1970 y 1994, cuando la actividad minera moderna era un tercio de lo que es hoy, la agricultura de la sierra se mantuvo semi-estancada, creciendo sólo 0.4% al año a lo largo de todo ese período. Es decir, el estancamiento del agro peruano antecede al desarrollo minero, y tiene otras causas, muchas de ellas históricas: muy baja productividad, minifundio, alto costo de transporte, incertidumbre climática, etc.[9] Richard Webb muestra que, en el período siguiente (1994 – 2011), cuando la minería moderna se desarrolló, la agricultura de la sierra rompió con su larga trayectoria de semi-parálisis, y pasó a crecer 4.1% anual, cerca de 10 veces más rápido que en el período anterior.[10]

Las causas del dinamismo reciente de la agricultura de la sierra son diversas, principalmente el mayor nivel de agregación espacial y la mejor conectividad. Sin embargo, el dinamismo de la agricultura de la sierra, en forma simultanea al desarrollo de la minería, contradice la narrativa de que la minería sea una traba al desarrollo agrícola de la sierra, como afirman los grupos hostiles a la minería. Los datos reales a lo largo de períodos largos muestran que no existe tal contradicción entre minería y agricultura andina, sino que las dos actividades pueden desarrollarse, y que los cambios que trae la minería (mejores carreteras, electricidad, servicios, centros urbanos, etc.) están creando condiciones favorables al desarrollo de la agricultura tradicional. Lo que sí ocurre en algunas zonas periféricas a las operaciones mineras es que las actividades no agrícolas (transporte, alimentación, alojamiento, construcción, etc.) ofrecen ruta de capitalización más rápida que la agricultura tradicional, atrayendo mano de obra hacia ellas, acelerando la migración de las poblaciones rurales hacia los centros poblados de dichos entornos mineros.

Entre 2005 y 2015, la minería peruana creció a 9% anual. En ese mismo período la agro-exportación creció a una tasa extraordinaria de 16% anual. Este fenómeno ocurrió a lo largo de diez años consecutivos. Es decir, en el Perú se ha dado el caso que dos actividades exportadoras (minería y agro-exportación) han tenido un período de auge simultaneo, sin que una generara trabas a la otra. No existe por tanto evidencia alguna de que la minería haya dificultado el desarrollo de las actividades agro-exportadoras, ni que el desarrollo minero peruano esté produciendo algo parecido a la Enfermedad Holandesa.

En el período 1991-2000, el PBI agropecuario creció 64% en términos reales, una tasa mayor a la del crecimiento del PBI global de la economía, que fue de 45% en el mismo período. Ello sugiere que en el Perú lo que ocurre es una sinergia positiva entre el crecimiento de la economía, motorizado por la minería moderna, y el sector agropecuario, justo lo opuesto al que afirman los grupos hostiles a la minería.[11]

La lógica detrás de la falsa dicotomía

Si los hechos evidencian que la minería no dificulta el desarrollo agrícola ni traba el crecimiento de las actividades agro-exportadoras, y si sugieren una sinergia positiva entre ambos sectores, surge la pregunta: ¿Por qué ese argumento está presente en las conversaciones sobre la minería? Las razones son dos: ideológicas y políticas.

La razón ideológica es la postura de muchos grupos contrarios al sistema de libre mercado. Sucede que la minería en Perú, y en muchos países emergentes, es un poderoso motor económico, y esos grupos necesitan generar argumentos contrarios a ese motor. Ello es importante en los países emergentes pues es frecuente que la minería sea la principal (y muchas veces la única) actividad económica capaz de competir en los mercados globales. Sin minería, muchos países emergentes caerían en una situación de estamento económico y de crisis política. Dado que resulta difícil negar su contribución al desarrollo, buscan entonces descalificar el tipo de desarrollo que la minería genera, como un desarrollo que distorsiona el potencial de los otros sectores.

Las razones políticas tienen que ver con los sectores sociales que predominan en las zonas mineras: los productores ligados a la agricultura tradicional. Para movilizar a esos sectores en contra de la minería se requiere una narrativa que los lleve a ver a la minería como una amenaza a su actividad principal, la agricultura. La contraposición entre la agricultura y la minería resulta entonces fundamental para justificar la promoción de los conflictos y para justificar los conflictos ante la opinión pública. El razonamiento propuesto es simple: (1) la agricultura una actividad muy importante para la población rural, (2) la agricultura debe ser protegida y, (3) si la minería perjudica a la agricultura, entonces no se debe aceptar la minería. Ese argumento también sirve para influenciar a los líderes de opinión para que expliquen los conflictos mineros como una acción de defensa de la agricultura: agro sí, mina no. No es raro escuchar a profesionales que está a favor del desarrollo repitiendo los argumentos de quienes tienen objetivos muy distintos a los de ellos.

Para los grupos adheridos al tribalismo ideológico, como los pos-extractivistas y anti-sistema en general, si los hechos cuestionan su narrativa, hay que negar a los hechos para mantener la narrativa. Por ello las ONG de los grupos pos-extractivistas: CooperAcción, GRUFIDES, Red-Muqui, etc. difunden la idea del antagonismo entre la minería y la agricultura. Este supuesto antagonismo se resume en la consigna “Agro Si, Mina No” que es vociferada en múltiples conflictos anti-mineros.

Sucede que la posibilidad de desarrollo de los países emergentes depende de su capacidad para realizar actividades económicas competitivas en el mercado global. Es importante entonces ser realistas en la identificación de esas actividades, pues de ello depende el bienestar de las futuras generaciones. En el caso del Perú, la minería metálica es una de esas actividades y su desarrollo puede acortar el camino hacia una sociedad con menos limitaciones económicas y más posibilidades de aprovechar las oportunidades que están surgiendo en este siglo. La minería, además de generar ingresos inmediatos, puede ser la principal fuente de los recursos para la construcción de capacidades para la economía peruana. Lampadia

[1] Ebrahim-zadeh, C. (2003). Dutch Disease too much wealth managed unwisely. Finance and Development 14(1). International Monetary Fund.

[2] Wright, G. & Czelusta, J. (2004). The myth of the resource curse. Challenge, 47(2), March/April 2004, pp. 6-38.

[3] No hay que subestimar la complejidad tecnológica y el volumen de inversión necesarios para transformar una tonelada de rocas molidas en medio gramo de oro, en forma rentable.

[4] Bjorland, H. & Thorsrud, A. (2017). The ‘Dutch disease’ reexamined: Resource booms can benefit the wider economy. LSE Business Review, London, UK. Retrieved from: https://blogs.lse.ac.uk/businessreview/2017/02/13/the-dutch-disease-reexamined-resource-booms-can-benefit-the-wider-economy/

[5] Carranza, L. (2015). Rumbo a la prosperidad: Reflexiones sobre el rol de la minería. Exposición en Perumin-2015.

[6] Acemoglu, D., Johnson, S. & Robinson, J. (2001). An African success story: Botswana. SocialScience Research Network, Cambridge, MA.

[8] World Bank. (2016). Botswana Mining investment and Governance review. World Bank: Washington, DC.

[9] La reforma agraria, realizada por el gobierno militar de Velasco Alvarado, tuvo un impacto muy negativo en el agro peruano, tanto en la costa como en la sierra, provocando una descapitalización y un retroceso de décadas.

[10] Webb, R. (2013). Conexión y despegue rural. Universidad San Martin de Porres: Lima, Perú.




Conflictividad Social y la Colaboración Ejecutivo-Legislativo

Conflictividad Social y la Colaboración Ejecutivo-Legislativo

Los llamados conflictos sociales, que muchas veces tienen más de políticos que de sociales, han cobrado especial relevancia en el Perú durante los últimos tres gobiernos. Así hemos tenido los conflictos: del Arequipazo, Moqueguazo, Baguazo, Santa Ana, Cerro Quilish, Conga, Espinar, Tía María, Pichanaqui, Loreto, Cañariaco y muchos casos menos mediáticos a lo largo y ancho del país.

Durante el gobierno de Humala, los conflictos se han multiplicado y las estrategias detrás de ellos se han hecho más visibles, como las increíbles propuestas por el pos-extractivismo de parte de todas las izquierdas del país. Ver en Lampadia: Pos-Extractivismo: Autarquía y empobrecimiento. Luego de las últimas elecciones, sus líderes más representativos, como el ex cura Arana, han llegado al Parlamento, y por ahora, vienen ganado la batalla mediática, que ha creado el escenario de impunidad con el que se han movido.

La coyuntura internacional y las presiones sociales por remontar las brechas sociales y económicas que aún nos aquejan, más el impacto de la ‘cuarta revolución industrial’, nos obligan a reactivar la economía y a canalizar, con eficiencia, los mayores recursos fiscales que traería el crecimiento de la economía, hacia agendas de gobierno debidamente priorizadas y efectivas para afrontar nuestros retos.

En esa línea, hemos desarrollado el siguiente ensayo, que enfatiza la necesidad de contar una adecuada colaboración entre las dos más importantes instancias de gobierno, el Ejecutivo y el Legislativo. Hasta la fecha, ambos siguen apartados y haciendo, cada día más difícil, un acercamiento constructivo. Sin embargo, la amenaza de la conflictividad social puede desbaratar completamente la posibilidad de alcanzar un gobierno exitoso. Esperamos, que la siguientes líneas, que se suman a nuestra biblioteca virtual de Recursos Naturales y Desarrollo, sirvan para una oportuna reflexión.     

Sobre Conflictividad Social y Colaboración Política

1. Sector Extractivo: El motor más fácil de encender

En el quinquenio que se inicia, el Perú enfrenta uno de sus principales retos: el regreso a una mayor tasa de crecimiento. De esto dependerá una rápida reducción de la pobreza, la expansión de las clases medias, el fortalecimiento de la democracia y el acceso a los recursos fiscales necesarios para cubrir las enormes brechas en educación, salud, seguridad e infraestructuras que aún se mantienen. Sin embargo, el Perú enfrenta un entorno mundial poco dinámico y un entorno regional de crisis en varios de sus vecinos. Por ello, el regreso a tasas de crecimiento superiores al 5% anual estará, en buena medida, en el éxito de las acciones internas que nos den más aciertos y menos errores políticos.

Muchos señalan que debemos enfocarnos en la diversificación productiva y en un crecimiento endógeno. Sin duda sería bueno tener varios motores internos de crecimiento, sin embargo, en el corto plazo esto no puede incidir de manera importante en el crecimiento económico. No existe margen fiscal para un reactivación por demanda que pueda ser duradera, y las mejoras en capital humano, instituciones e infraestructuras, necesarias para acelerar el crecimiento económico endógeno, aun si se iniciaran inmediatamente, tardarían años en trasladarse a una mejora notable en el crecimiento.

Sin embargo, existe un motor de crecimiento con impactos de corto plazo que no ha sido aprovechado en la medida de su gran potencial, el sector extractivo. Si se aprovechara mejor el potencial nacional para el despliegue de proyectos mineros y energéticos (el forestal está recién en proceso de desarrollo. Ver: Un sector forestal completamente renovado), podríamos, por un lado, acelerar el crecimiento en el corto plazo y obtener los recursos para financiar las reformas necesarias que además, permitirían fortalecer otros motores endógenos de crecimiento.

Una revisión de la cartera de proyectos mineros en el Perú nos señala que a misma llega a 57 mil millones de dólares, sin embargo, un 20% se ha visto asociado a conflictos sociales, que en algún momento han implicado una paralización temporal o permanente de su avance.

Esto implica no solo la paralización de proyectos emblemáticos como Tía María y Conga, sino también la generación de un “Riesgo Perú” para toda actividad extractiva del país, puesto que no se puede estar seguro respecto al nivel de resistencia social que podría enfrentar un proyecto extractivo. Esto afecta la disposición de las empresas a invertir en proyectos de este tipo en nuestro país.

Múltiples proyectos técnicamente posibles y financieramente rentables han sido dejados de lado por no presentar una tasa de retorno suficientemente alta que compense este “Riesgo Perú” , que representan miles de millones no contabilizados, pero que están en las consideraciones de los inversionistas importantes.

Si queremos reactivar la inversión extractiva en la presente coyuntura, es necesario reducir severamente la conflictividad social, gran parte de lo que se necesita hacer para cumplir este objetivo pasa por acuerdos políticos entre los poderes Ejecutivo y Legislativo. Esto en resumidas cuentas requiere de un acuerdo entre Peruanos Por el Kambio (PPK) y Fuerza Popular (FP). En nuestra opinión, este acuerdo sería conveniente tanto para el logro de objetivos nacionales como para los intereses políticos de ambas organizaciones.

2. Lo que ambos ganan o dejan de perder, con un acuerdo

En el caso de PPK, una menor conflictividad social permitiría un mayor ritmo de inversión, una aceleración de la economía, una mayor sensación de seguridad y con ello un mejor cumplimiento de uno de sus principales objetivos de gobierno.

La conflictividad social propicia circunstancias políticas sumamente costosas para un presidente. La existencia de conflictos facilita a los opositores radicales caracterizar al régimen como hostil a la población y prepotente, afectando su legitimidad democrática; si capitula, cediendo ante las presiones de los manifestantes, transmite la imagen de un gobierno políticamente débil e incapaz, y además la violencia y el caos propician la eventual censura o cambio de los ministros involucrados en los conflictos, en especial en las carteras de Interior y PCM, propiciando su desgaste institucional.

Los conflictos sociales fortalecen organizacionalmente a fuerzas radicales que se asignarán el capital político ganado con el conflicto, no solo al bloquear proyectos extractivos sino también a “otras luchas” tales como bloquear acuerdos comerciales, incrementar la rigidez laboral y socavar la meritocracia entre los empleados públicos. La posición de la totalidad de la izquierda frente al Acuerdo Transpacífico (TPP), la “Ley pulpín” y la Ley Servir muestra claramente de qué lado se encuentran.

En el caso del fujimorismo existe una complicación para llegar a acuerdos. El principal ganador político de los avances a los que se llegaría mediante acuerdos con PPK sería el mismo PPK. La política peruana es presidencialista y antropomórfica, el agradecimiento a un colectivo como lo es la bancada fujimorista no sería tan claro y directo como el que recibiría PPK.

Sin embargo, en un análisis más comprehensivo, se ven varias ventajas importantes para FP. El fujimorismo también ganaría políticamente con una reducción en la conflictividad social. En primer lugar la  imagen del fujimorismo que viabiliza el gobierno de PPK dificultaría el intento del anti-fujimorismo de retratar a Fuerza Popular como obstruccionista y antidemocrática.

La conflictividad social a gran escala fortalece a las fuerzas anti-fujimoristas. Las victorias aplastantes de PPK en Bambamarca o Islay se originan más del profundo anti-fujimorismo en la zona que de un particular aprecio por PPK. (Lampadia: Del voto al hecho hay un buen trecho). Los conflictos sociales generan en sus áreas de influencia, una dinámica social de control político y mediático por parte de los anti-mineros, los cuales son profundamente anti-fujimoristas. Durante el conflicto, las voces disidentes son política o coercitivamente presionadas para dejar de operar. Una vez construida esta hegemonía, ésta puede ser dedicada a otros fines políticos tal como se logró exitosamente en la segunda vuelta del 2016.  Si Cajamarca hubiera votado como lo hizo el resto de la sierra norte, Keiko Fujimori se estaría mudándose a Palacio el 28 de julio.

El fortalecimiento orgánico de las fuerzas radicales mencionado previamente debilita las perspectivas electorales del fujimorismo en el largo plazo. Estas fuerzas son el núcleo del movimiento social opositor a Keiko Fujimori que se manifiesta con regularidad en cada ciclo electoral. Son además, enemigas de la economía de mercado y de la democracia, valores fundamentales para el fujimorismo.

Los conflictos sociales empujan al fujimorismo a asumir posturas discursivas contrarias a la racionalidad económica, donde el caso de la votación en el caso del Lote 182 es un claro ejemplo. Cuando estas posturas son asumidas, el fujimorismo debilita su coherencia programática y pierde cara frente a las élites económicas y mediáticas de cuya postura depende en gran medida su fortuna hacia el 2021.

Finalmente la puesta en operación de proyectos extractivos implica una mayor base tributaria que facilite a un futuro gobierno fujimorista el cumplir con sus objetivos de gobierno y de consolidación política.

Por lo tanto, en balance, ambas fuerzas políticas tienen mucho que ganar, controlando los conflictos sociales.

3. La Agenda Común

Quedando clara, la naturaleza y magnitud de las ganancias programáticas y políticas de la colaboración entre PPK y FP, es necesario explicar algunos aspectos en los que la colaboración entre ambas fuerzas podría ser efectiva a la hora de reducir la conflictividad social. Estas ganancias apuntan a intereses de largo plazo de ambas fuerzas más que a la coyuntura política. Las medidas mencionadas a continuación requieren de la colaboración entre PPK y FP.

a. Recuperando el Monopolio en el Uso de la Fuerza para el Estado

Este es un aspecto crítico. El uso de la violencia contra las fuerzas del orden, la propiedad pública y privada es un componente básico de la praxis de los anti-mineros y en general de los anti-sistema. Los “espartambos” en Tía María y las Rondas Campesinas en Cajamarca se han involucrado en actos de violencia extremos. Sin embargo, ninguno de sus autores ha sido condenado a prisión a pesar de los evidentes delitos cometidos y la existencia de abundantes pruebas. En buena medida porque la legislación aplicable es, en este caso, pro-reo, el nivel de exigencias requeridas por los fiscales deviene en la práctica en que la Policía Nacional y el Poder Judicial no dispongan de los medios y herramientas legales necesarias para castigar a los culpables. Se debe facilitar el uso de la legislación de flagrancia a quienes realicen actos violentos, simplificar la presentación de pruebas a la fiscalía y reglamentar los criterios para las acusaciones por autoría mediata, en los casos del uso de violencia en manifestaciones públicas a los líderes de las mismas como corresponsables de la violencia que promueven. Además debe facilitarse que los acusados de estas acciones violentas sean juzgados lejos de sus localidades para evitar las presiones a jueces y fiscales.

b. Reduciendo la incidencia del “Enfoque Intercultural”

Desde hace algunos años se ha estado dado un paulatino avance del llamado “Enfoque Intercultural”. El mismo es un tema complejo, pero, en buena medida, busca brindar poderes propios del Estado a los grupos que se definan como “Pueblos Indígenas.”  Para los promotores de ese enfoque, la única condición para un grupo de personas sea catalogada como pueblo indígena es el auto-reconocimiento de un grupo humano como tal, puesto que las otras condiciones que mencionan se aplican a la totalidad el territorio nacional. Por ejemplo la descendencia total o parcial de poblaciones anteriores a la llegada de los españoles. ¿Qué comunidad, barrio o hasta familia no cumple con esta condición en el Perú? Solo un porcentaje muy reducido de la población peruana,  5% o menos, no atiende ese requisito. Con el Enfoque Intercultural, el Distrito de San Juan de Lurigancho puede declararse indígena y ponerse así al margen de las leyes que gobiernan al Perú. Lo mismo se aplicaría a cualquier grupo anti-sistema.

Este enfoque busca, entre otras licencias, la aplicación de la consulta previa para la mayoría de los proyectos extractivos en el país, poniéndola como procedimiento indispensable para la realización de los mismos. Obviamente, para ellos, basta con que un grupo humano que se sienta afectado y rechace un proyecto para que el mismo no se realice, independiente de la opinión favorable que pueda tener entre la mayoría de la población del entorno de un proyecto, en la región o en el país. Este peligrosísimo esquema, que puede ser aprovechado por grupos de interés político, propicia una autonomía radical de las poblaciones rurales y la fragmentación del sistema jurídico del país.

Para ello buscan fortalecer los privilegios jurisdiccionales de la justicia comunitaria, en especial el de las rondas campesinas. En el Perú ya se han dado acuerdos a nivel de la Corte Suprema, favorables a esta visión que tiene como mayores impulsores al Vocal Duberli Rodriguez (Ex congresista ligado al Partido Comunista del Perú, Patria Roja) y, en el Instituto Internacional de Derecho y Sociedad, donde la Dra. Raquel Yrigoyen, una de sus promotoras, brinda apoyo jurídico a Gregorio Santos, da cursos de sobre litigios estratégicos para paralizar proyectos extractivos y hace actos de incidencia sobre el Congreso de la República con el mismo propósito. Algunos sectores extremos de esta corriente buscan la generación de “zonas liberadas” en la sierra peruana, semejantes a las “Caracolas Zapatistas” en México.

El Congreso puede hacer mucho para reducir el daño que este esquema para-legal puede hacer. En primer lugar, acotando claramente el rol de las Rondas Campesinas hacia una de lucha contra la criminalidad local en colaboración con la policía e impidiendo el deseo de que las mismas puedan atribuirse prerrogativas tales como multar o punir físicamente a quienes no participen en movilizaciones, impedir el libre tránsito, ejercer la violencia contra los disidentes y afectar los derechos de propiedad de actores privados. El facilitar la emisión de títulos individuales a nivel de las comunidades campesinas también disminuye la vulnerabilidad de estas poblaciones a ser un laboratorio social para políticos radicales. Un intento de reformar la el Código Penal en este sentido fue exitosamente bloqueado por los radicales quienes lograron presionar a la Comisión de Justicia del Congreso.

Todo esto discurre por debajo de la línea de mira de la sociedad, las instituciones de la sociedad civil y de los medios de comunicación. Es hora de prestarle la máxima atención y organizar las acciones necesarias para eliminar sus impactos antinacionales.

c. Incrementando la Voluntad política del Gobierno

Las interpelaciones, mociones de censura y caída de ministros son eventos que socavan la voluntad política de un gobierno para sostener los proyectos extractivos y sirven de caja de resonancia del discurso anti-minero y aumenta la capacidad de estos para infligir costos políticos al gobierno de turno. Un acuerdo con Fuerza Popular incrementaría la solidez de los miembros del gabinete en caso de un conflicto social. Esta mayor fortaleza se derivaría en una menor conflictividad al percibirse que la convulsión tiene una menor probabilidad de éxito. No es necesario llegar a compromisos de respaldo incondicional a ministros involucrados en un conflicto social, pues ello haría al fujimorismo corresponsable de los errores del gobierno. Lo que es viable es que los congresistas de ambas fuerzas, contrasten con valentía el discurso anti-extractivista (conspirando contra sus intereses de largo plazo y sirviendo a los intereses de los anti-mineros). 

d. Evitar el financiamiento de actividades anti-extractivas

El Estado, por diversas razones, puede financiar directa o indirectamente iniciativas que atentan indirectamente contra sus intereses. El gobierno que está terminando lo ha hecho en innumerables veces. Un caso emblemático fue el financiamiento del documental “La Hija de la Laguna” por parte del Ministerio de Cultura, una clara herramienta de propaganda anti-minera audio visual con impacto fuera del Perú.  Este documental ganó el Concurso Nacional de Proyectos de Post Producción de Obras de Largometraje 2013, a pesar que los mismos jueces no lo consideraron un trabajo logradoEste tipo de “coladeras” de financiamiento permiten a organizaciones hostiles a las actividades extractivas llevar a cabo acciones de propaganda que dañan severamente la imagen de la industria y son una ayuda para fomentar los conflictos sociales. Ambas fuerzas políticas podrían llegar a un acuerdo, bloqueando los esfuerzos de estas organizaciones para obtener recursos del Estado para promover la conflictividad social.

e. Debilitar los ‘cercos cognitivos’

Los anti-mineros construyen exitosamente cercos cognitivos en las zonas rurales próximas a los proyectos extractivos. Ellos dominan todas las fuentes creíbles de información en una comunidad (profesores, líderes de organizaciones locales, religiosos, etc.) y callan las voces que se oponen a ellos.  Este cerco permite formar y fortalecer creencias referentes a las industrias extractivas que pueden catalogarse como insólitas en algunos casos.  Las acusaciones, basadas en ‘relatos’ fabricados (que rehacen la historia) dañan la imagen de las empresas, de la industria y de la independencia del Estado. Ambas fuerzas podrían colaborar en incrementar la presencia del Estado en las zonas de conflicto, no sólo con inversiones sociales, sino con presencia activa (comisarías, antenas repetidoras, programas del Estado, etc.) que defiendan la pluralidad de opinión, y que permitan a la población estar mejor informada sobre la naturaleza real de la afectación que los proyectos provocarán.

Conclusión

El reducir la conflictividad social tendría fuertes efectos de bienestar sobre el país y ello debería ser más que suficiente para motivar tanto a PPK como los fujimoristas para actuar en ese sentido. Pero convencer a políticos que actúen únicamente en beneficio del país a costa de su propio beneficio político de corto plazo puede ser difícil. Por ello hemos brindado aquí argumentos en los que se muestran con claridad las ganancias políticas institucionales y de largo plazo para ambas fuerzas partidarias, de desarrollarse una conducta de cooperación en relación a los conflictos sociales. La agenda presentada es incompleta y ciertamente existen áreas de colaboración que han sido omitidas, sin embargo podrían servir para facilitar el entendimiento, por parte de la opinión pública, de los beneficios que mayores espacios de colaboración que tendrían para el Perú, así como la eventual reacción positiva de las fuerzas en disputa. 

Lampadia

 




Un sector forestal completamente renovado

(Nota: No deje de ver  el video de una moderna empresa forestal integrada verticalmente)

El Perú ha desaprovechado por décadas la inmensa riqueza de sus bosques. Basta ver el mapa del Perú con cierto detenimiento para descubrir que el 58% de nuestro territorio está cubierto de bosques naturales (69 millones de hectáreas), de las cuales 10 millones de hectáreas son de bosques primarios maderables: 8 millones pueden ser concesionados y 2 millones de hectáreas pueden ser reforestadas. Además, somos el segundo país a nivel mundial con bosques amazónicos, el cuarto con bosques tropicales y el noveno con bosques en general. El desarrollo del sector forestal en el país permitirá incrementar un mínimo de 1 a 1.5 el PBI nacional, lo que redundará en mayores divisas, encadenamientos productivos y generación de empleo de calidad y formal, como decía nuestro gran Antonio Brack Egg “para toda la población de la selva y de la vertiente oriental de los Andes”.

Nuestra selva, históricamente una de las zonas más pobres y menos productivas del país, tienen una extensión del 52% de sus tierras aptas para la producción forestal, de los cuales el 32% corresponden a áreas protegidas y el 16 % a predios privados y bosques no categorizados.  Ver en Lampadia: Madera: Fabulosa reserva productiva.

Sin embargo, la actividad forestal solo está siendo explotada en un nivel mínimo de su potencial. Alrededor de las 2,500 especies de madera que se encuentran en Perú, solo han sido clasificadas 600 y utilizadas 195. Esto se refleja en la pobre contribución del sector forestal a la actividad económica en el Perú, que alcanza sólo el 1.1% del PBI (al 2014), en comparación a lo registrado en Chile (2.6%), Bolivia (2.7%) o Ecuador (2.3%), que tienen una menor extensión de bosques. Chile cuenta con 16.1 millones hectáreas (menos de la cuarta parte de la superficie peruana de bosques naturales).  Actualmente, Chile, que desarrolló su sector forestal en las últimas tres décadas, exporta productos forestales por unos US$ 7,000 millones anuales. El potencial del Perú, como hemos mencionado anteriormente, es por lo menos cinco veces el de Chile. Por lo tanto, nuestro maravilloso país podría exportar productos forestales por unos US$ 40,000 millones por año.

Recursos forestales de Chile

Más sorprendente aún, a pesar del enorme potencial que tiene el Perú para la producción de madera en bosques naturales, en el 2013 pasado tuvimos que importar 47,566 toneladas de madera aserrada, de las cuales 40,202 toneladas fueron compradas a Chile.

El mayor obstáculo para el crecimiento del sector ha sido el absurdo marco normativo vigente hasta hace muy poco, la falta de información, supervisión y el escaso control debilitaron la seguridad sobre los derechos forestales, lo que ha impedido desarrollar una industria competitiva orientada al largo plazo y ha fomentado la informalidad y la tala ilegal. Se calcula que el 90% de la venta maderera de Iquitos proviene de transacciones ilegales, lo que habría reducido sustancialmente las exportaciones loretanas al no poderse demostrar el origen legal de la madera. Además, la informalidad ha generado altos niveles de deforestación, habiéndose acumulado al 2012 unos 8 millones de hectáreas deforestadas.

Hasta antes de la reciente reforma, los bosques eran considerados propiedad del Estado, una herencia del desastroso velasquismo. Para trabajar una hectárea había que llenar 600 hojas en trámites. Hoy día, los recursos forestales son considerados un cultivo, tal como es en Noruega, Finlandia, Nueva Zelanda, Canadá, Chile, Brasil y todos los países que han sabido aprovechar esta importante riqueza.

Así como en su momento criticamos al Ministro de la Producción Piero Ghezzi por su gestión de la pesca y el enfoque anti minero e intervencionista del plan de diversificación productiva, hoy debemos celebrar su compromiso con el desarrollo del sector forestal que hemos destacado muchas veces como uno de los motores productivos más importantes de nuestro infinito país.

Efectivamente, uno de los mayores logros del Gobierno actual es haber promulgado los reglamentos que permiten la vigencia de la Ley Forestal y de Fauna Silvestre N° 29763, que impulsará el sector forestal en los próximos años, acción política que celebramos por todo lo alto.

Vale la pena destacar los beneficios de esta normativa, que marca un hito histórico y nos impulsa hacia la multiplicación de nuestra riqueza. Lo más importante es notar que las nuevas normas permitirán impulsar la ‘activación’ del sector forestal que espera duplicar las exportaciones de productos maderables de US$150 millones a US$300 millones anuales en dos años. Además se espera reducir las importaciones en 50% al 2021. En 6 años se podrán cosechar los primeros cultivos. Asimismo, se espera que contribuyan a controlar la tala ilegal mediante el fomento del mercado de madera formal, así como el impulso a iniciativas como el Pacto Nacional por la Madera Legal. Ver en Lampadia: Una nueva gran riqueza productiva para los peruanos.

Además, el ministro de la Producción, Piero Ghezzi, desarrolló una Mesa Ejecutiva Forestal (en conjunto con el sector privado) con el fin de coordinar las acciones necesarias para impulsar los avances del sector mediante la simplificación de trámites. Estas mesas convocan a los representantes de todas las instituciones vinculadas al sector, lo cual permite acciones focalizadas y oportunas. Ver en la sección Documentos de Lampadia: Mesa Ejecutiva Forestal – Metodología y Logros:

De izquierda a derecha: Felipe Koechlin (CEO de Reforestadora Amazónica), Fabiola Muñoz (Directora Ejecutiva de Serfor), Piero Ghezzi (Ministro de la Producción), Carlos Paredes (Gerente de Negocios de COFIDE) y Enrique Díaz (presidente de Directorio de Agrobanco)

El Ministro Ghezzi informó que para el caso del sector forestal se identificaron 22 barreras con 35 problemas asociados a estas, de las cuales, a marzo de este año, se han solucionado 20 problemas y están en proceso de solución las otras 15. Afirmó que “las barreras están vinculadas a una regulación inadecuada, procesos engorrosos, difícil acceso a la titulación y registros de propiedad, escaso capital humano, limitado acceso al financiamiento, entre otros”.

Un ejemplo excelente del desarrollo de una empresa peruana que hace de reforestación sostenible es el de ‘Reforestadora Amazónica’, fundada en el 2007 con la finalidad de recuperar los bosques amazónicos. Ellos operan en Huánuco, Pasco, Ucayali y Madre de Dios, manejan 12,000 ha de tierras propias y administradas, ya tienen sembradas 4,000 hectáreas, mayormente de bolaina y capirona (variedades nativas de buena calidad) y han creado una integración vertical que, por ejemplo, ya les ha permitido ofrecer al mercado las maderas tratados con soluciones de cobre para la instalación de los sofisticados parronales usados en  los sembríos de uva, que antes teníamos que importar de Chile. Ver más información sobre su extraordinario desarrollo en el siguiente video:

Así como en los años 90, luego de la dación del nuevo código de minería atrajimos a los mayores y mejores operadores mineros globales y generamos un poderoso motor de desarrollo, en el tema forestal debemos invitar a las mejores empresas del mundo que hasta hoy no nos tienen en sus mapas. Debemos invitar a empresas de Finlandia, Noruega, Canadá, Brasil y Chile, haciéndoles conocer nuestro potencial. Por ejemplo: el Perú puede poner en el mercado madera de muy buena calidad en ocho años, mientras que a Chile le tomaría 23 años.

Es hora  que empecemos a desarrollar esta industria y que apuntemos a ser una potencia maderera. Como es el caso de la explotación de otros recursos naturales, este desarrollo permitiría múltiples encadenamientos con otros sectores, una gran demanda de empleo de calidad,  mayores exportaciones y recursos fiscales. Sigamos destrabando nuestro futuro con más medidas como esta. Lampadia




El futuro de la Productividad y Competitividad en el Perú

El futuro de la Productividad y Competitividad en el Perú

Continuando nuestra cobertura del evento organizado por la Academia Peruana para presentar propuestas de políticas públicas sobre temas estructurales del país, compartimos con nuestros lectores otro importante aporte: Productividad, Competitividad y Diversificación Productiva (2016-2021), desarrollado por Álvaro Quijandría, economista del Banco Mundial en el Perú.

Los documentos mostrados en el evento corresponden a propuestas de reforma del estado, política económica, inclusión social, políticas de ciencia y educación y desarrollo sostenible y medio ambiente. En este caso, el Documento de Productividad y Competitividad propone la búsqueda de inversión en cadenas de valor globales, la reducción de la rigidez laboral y el fortalecimiento de las habilidades de la fuerza laboral.

El crecimiento económico del Perú en la última década es innegable. Nuestro desarrollo se llevó a cabo principalmente por un aumento sostenido en la productividad total de los factores (PTF), la cual contribuyó alrededor de un tercio del crecimiento. Esto se debe principalmente a la adopción de medidas de estabilización macroeconómica (por medio de un régimen cambiario más flexible, disciplina fiscal y baja deuda pública), además de reformas estructurales como la liberalización financiera, del comercio y regulaciones del mercado. Todo esto mejoró la eficiencia en la asignación de recursos y ha dado lugar a un notorio crecimiento de la productividad. Lo que contradice muchas críticas infundadas sobre el desarrollo de la economía peruana durante los primeros años del nuevo siglo. Ver el siguiente cuadro:

En la década del 2001 al 2014, nuestra economía creció en un promedio de 6.4% anual y duplicó el ingreso per cápita. Comparándolo con el desempeño global, su desempeño ha sido impresionante. Casi una cuarta parte de la población ha logrado salir de la pobreza. A lo largo del país, los hogares de menores ingresos se han beneficiado más del crecimiento que el promedio nacional. Asimismo, la desigualdad cayó significativamente en el mismo periodo, con uno de los ritmos más rápidos de la región: 12.6% frente a un promedio regional de 5.3%.

Sin embargo, según Quijandría, existe una notoria limitación al potencial del comercio debido a las restricciones domésticas generadas por las barreras burocráticas. Estas son las mismas barreras que Lampadia viene criticando arduamente, argumentando que se ha formado un ambiente anti inversión privada mediante todo tipo de trabas burocráticas, permisos ambientales, culturales. Un claro ejemplo es el caso de la minería, donde hemos pasado de dos normas en los 90’s a 201 en la actualidad. (Ver en Lampadia: Hacia una minería más (in)sostenible económicamente) Es justamente esta parálisis en la inversión minera lo que ha terminado desacelerando a una de las economías más dinámicas del mundo.

Otro aspecto crucial para la dinamización de la economía es buscar una regulación laboral más moderna y efectiva en la creación de empleo de calidad, a diferencia de la situación actual que ha venido acumulando regulaciones contra productivas, basadas en análisis populistas que solo terminan por afectar de mayor manera a los trabajadores que pretender proteger. Ver el siguiente cuadro, que muestra el nivel dramático de nuestras regulaciones:

Quijandría propone opciones de política para elevar la productividad, la competitividad y la diversificación productiva. Entre ellas se encuentra la promoción de la competencia, la reducción de costos que genera el cumplir con regulación burocráticas anti-propósito, la ayuda a las empresas en sus retos de innovación, resolver las fallas de mercado para facilitar que continuemos el proceso de diversificación y la búsqueda de inversión en cadenas de valor globales. Para lograr estos objetivos, el autor ha planteado una hoja de ruta en tres tiempos (100 días, 1 año y 5 años), en la que se agregan otras medidas importantes como la reducción de la rigidez laboral y el fortalecimiento de las habilidades o capacidades de la fuerza laboral.

En Lampadia consideramos que este es un gran aporte al debate electoral. Presenta información objetiva que permite una buena evaluación de las opciones de políticas públicas y ayuda a desideologizar el debate. Lampadia




Lo bueno, lo malo y lo feo entre Navidad y Reyes

Lo bueno, lo malo y lo feo entre Navidad y Reyes

Durante los días de fiestas solemos bajar la guardia, disminuir nuestras conexiones con la realidad y gozar de un merecido descanso. Ya transcurrieron la Navidad, el Año Nuevo y la Bajada de Reyes. Pero el mundo no para, las noticias tampoco y, hay algunas que no debemos perdernos.

Líneas abajo hemos recopilado y glosado diferentes publicaciones. Algunas nos iluminan, otras solo nos informan y otras nos alarman. Hay de lo bueno, lo malo y lo feo. Gracias a Dios, en esta ocasión, hay mucho más de lo bueno.  

  • El Presidente Humala dice ‘Inclusión para crecer’, pero eso es falso.

Este gobierno ha aumentado mucho el consumo público. Tenía enormes ingresos que ya no tiene.

¿Qué nos puede sacar de este problema?

Crecer un montón. Es la única forma de salir adelante.

Primero viene el crecimiento, después puedes hacer todo lo que quieras.

Miguel Palomino, Portafolio, 1 de enero 2016, entrevista: Omar, Avellaneda

  • [El 2015] ha sido un mal año. Los factores externos explican parte del problema, pero el bajo desempeño se debe fundamentalmente a razones internas.

La inversión pública cayó cerca de 12%.

Se gastó 2,812 millones de soles en armamento. Se decretó como secreta la compra de armamento.

[El Ministro de Defensa dice que mucha de la inversión fue en vehículos de transporte. Entonces, ¿por qué es secreta?].

Se incrementó el empleo estatal. La planilla creció 17% (2013) y 19% (2014)… Es un monto insostenible.

Yo no estaría orgulloso. La demanda interna es cada vez menor. Se usó el gasto público en programas sociales que no tienen impacto en mejorar las condiciones de vida.

En el 2015 la anemia es dos puntos más alta que en el 2011.

Humala recibió un crecimiento de 8%, deja uno de 2% a 3%.

Luis Carranza, Perú21, 3 de enero 2016, entrevista: Mariela Balbi

  • Proyectos de desarrollo no se pueden imponer o pretender llevarlos adelante por la fuerza.

[¿Pero si se pueden paralizar por la fuerza?].

Martín Vizcarra, Correo, 1 de enero 2016, entrevista: Damián Retamozo

  • Sí creo que es fundamental el crecimiento porque es requisito absoluto para salir de la pobreza en la que todavía estamos.

Hay que pensar en no tolerar la pobreza.

Creo que hemos avanzado más en reducción de pobreza extrema. Es el gran logro de los últimos 20 años. El ‘boom’ nacional ha ayudado, pero el factor número 1 es que se empoderó a los más pobres para resolver sus problemas ellos mismos y ese empoderamiento ha tenido mucho que ver con la conexión.

Una estadística muy potente, viene del censo agropecuario. Se le pregunta al campesino si trabaja fuera una parte del año. En el censo del 94, 20% dijo que sí. En el censo del 2012, fue 40%. La gente se está moviendo y esto mejora las condiciones de vida.

La clave para que los hijos salgan es la educación superior. Aún si la educación fuera buena, va a haber desilusión.

Regionalización: Una parte importante del gasto público se decide a nivel local.

Creo que hay un sesgo muy peligroso a favor de las inversiones de mucho impacto político.

El gran cambio está en la efectividad del Estado. Ahí sí hemos dado marcha atrás. Hay un empantanamiento del Estado.

Richard Webb, El Comercio, 27 de diciembre 2015, entrevista: Fernando Vivas

  • Ha sido un gobierno al que le tomó mucho tiempo entender la importancia de la inversión privada. Hubo en los primeros años un ninguneo del crecimiento, un desdén retórico desde el más alto nivel político que se transmitió hacia abajo en el aparato estatal. Ello provocó indolencia en muchas autoridades y un exceso de regulaciones absurdas, que en honor a la verdad vienen de hace 10 o 15 años, pero se agudizaron en este gobierno.

¿Incluir para crecer? Es exactamente al revés. No conozco ningún país que haya podido reducir la pobreza sin crecimiento.

Los funcionarios públicos se la juegan si sienten que tienen respaldo político arriba.

Diversificación productiva: Es mejor tener una economía diversificada. Las discrepancias empiezan con los instrumentos. Cuando se anunció el ‘plan’ en 2014 se dijo que nos iba a devolver a la senda del crecimiento del 7% o que iba a triplicar el PBI per cápita para el 2030, evidentemente se exageró su impacto.

Gianfranco Castagnola, El Comercio, 3 de enero 2016, entrevista: Gonzalo Carranza

  • En los últimos 30 años, los ‘dinosaurios’ nos han vendido la idea de que la única forma de progresar es cuando una mina se abre o cierra. [¡…¿?…!]

Deberíamos terminar ‘el gobierno’ con al menos 5% de inversión en Educación.

[Al igual que el Ministro de Educación, el fallido ‘outsider’ no sabe que ya invertimos el 6% del PBI en educación, 3% el Estado y 3% el sector privado. ¿Más del mismo negacionismo y ninguneo de la inversión privada? Ojo que sumó a Mora].

Me dicen: ‘Julio, el país es minero’. ¿Qué dijimos con el salitre, con el guano? Y, ya ves, eso se terminó.

[¿Discípulo de Ghezzi y Gallardo? ¿Topo de Tierra y Libertad? ¿Miembro de Ciudadanos por el Cambio? ¿Candidato del gobierno? – Dicen que quien insulta lo recibe de vuelta: ¿Dónde están los dinosaurios?].

Julio Guzmán, La República, 3 de enero 2016, entrevista: Raúl Mendoza

  • La política peruana es digna de un comic. ¿Cómo puede Susana Villarán, supuestamente preocupada de los derechos humanos, asociarse con un candidato militarista y matonesco como Urresti? ¿Qué hace que el PPC se asocie al Apra, liderado por su archienemigo Alan García, al que en el pasado acusó de corrupto o desleal? ¿O que Acuña, el del dinero ’como cancha’, lleve en su plancha a la veleta Anel Townsend y al presunto defensor de la ética Humberto Lay? ¿Por qué gente supuestamente inteligente o con experiencia política comete errores y cae en contradicciones aparentemente tan obvias?

Alfredo Bullard, El Comercio, 26 de diciembre 2015

  • ¿Para qué sirvió el 2015?

Termina en América Latina la hegemonía de gobiernos que han estado en el poder durante todo este siglo. Brasil, Argentina, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua han tenido el mismo gobernante o la misma élite política en el poder en lo que va del siglo XXI.

Primer año en la historia sin nuevos casos de poliomielitis en África. Esta es una buena noticia promovida por Bill Gates. 

[Ver: El eslabón que cierra el Círculo Virtuoso del Capitalismo

Moisés Naím, El Comercio, 26 de diciembre 2015

  • Va a dejar a Lima en desventaja en su carrera para convertirse en un ’hub’ de Sudamérica. Si no se hace algo urgente, Lima se estancará.

Postergación de las obras de ampliación del Jorge Chávez

[No hay disculpas para esta muestra de irresponsabilidad e indolencia].

Peter Cerda, IATA, Portafolio, 25 de diciembre 2015, entrevista: Carlos Hurtado de Mendoza

  • Gobierno de Humala boquea ley para derribar narcoavionetas. Reglamento de ley se encuentra encarpetado en el MTC.

[Sin comentarios].

La Razón, 26 de diciembre 2015

  • Voto electrónico es seguro y se puede ejecutar en el Perú.

Según Fernando Tuesta, ya ha habido pruebas en el Perú sobre aspectos que tienen que ver con seguridad, auditoría, y ya han sido superadas.

[¡No al voto electrónico! En un país donde se reparte dinero y otras asistencias a los pobres no se puede usar el voto electrónico. Bastaría que los funcionarios del asistencialismo digan que ‘conocerían’ los votos de los beneficiarios de los programas asistencialistas para que se pueda manipular las elecciones. Ver en Lampadia: La peligrosa campaña por el voto electrónico.]

Expreso, 26 de diciembre 2015

  • Desde el final de la II Guerra Mundial, la relación transatlántica ha sido crucial para la seguridad internacional y la estabilidad de la economía. Esa alianza, hoy, es más débil y tiene menos peso en el mundo que nunca.

La pérdida de contenido de la relación transatlántica significa que en el futuro las realidades económicas pesarán más que los valores. Será una desgracia para una alianza que, con todos sus defectos, ha contribuido más que ninguna otra en la historia a promover la democracia, la libertad de expresión y el Estado de derecho.

La Alianza vacía, Ian Bremmer, El País de España, 7 de enero 2016

  • No hay inconveniente en admitir que España es un país plurinacional siempre que tales naciones se entiendan como realidades culturales. Los nacionalistas quieren convertir la diversidad cultural en fundamento de separación política.

Comenzaré con quienes pueden saltarse este artículo con tranquilidad, porque la cosa no va con ellos… Me refiero, claro está, a quienes no votan (…) Tampoco aspiro a dirigirme a la secta de los cambistas, los adictos en cuerpo y alma al cambio. No a mejorar, a perfeccionar o a corregir, sino a cambiar. (…) Y por supuesto nada tengo que decir a los enclaustrados en lo que llaman “pragmatismo”, o sea, los que se contentan con las más obvias letanías: la ley está para cumplirla. (…) “No nos metamos en honduras”.

(…) Piden diálogo. No parece fácil. Oí en Espejo público a García Page contestar bien a un nacionalista que le preguntó por qué no referéndum en Cataluña: sería conceder de antemano lo que se pretende preguntar, porque la autodeterminación no consiste en irse, sino en poder elegir entre irse o quedarse sin contar con los demás. En su ensayo L’art de conférer, uno de los mejores, Montaigne hace una encendida defensa del diálogo y la controversia, proclama que prefiere el coloquio con quien piensa distinto que él porque así aprende más, etcétera… Pero también advierte: “Me es imposible tratar de buena fe con un tonto, porque bajo su influjo no sólo se corrompe mi juicio, sino también mi conciencia”.

Ni podemos ni debemos, Fernando Savater, El País de España, 7 de enero  2016

Lampadia

 

 




“El Estado aún está aprendiendo a concesionar sus proyectos”

“El Estado aún está aprendiendo a concesionar sus proyectos”

El titular del MTC anuncia nuevas concesiones portuarias para este año y explica lo avanzado para viabilizar algunos de los proyectos viales más importantes del país.

Comentario de Lampadia

 

¿Es tan difícil aprender más rápido?

 

Por Silvia Mendoza Martínez

(El Comercio – Portafolio, 26 de Febrero de 2015)

El sector Transportes es el que concentra el grueso de la inversión pública y buena parte de la privada. Consciente de ello, el ministro Gallardo hace un balance de los avances logrados para destrabar grandes proyectos de infraestructura.

Hace unos meses anunció un grupo de adendas para destrabar proyectos importantes. ¿Cuánto se ha avanzado realmente?

Desde julio [pasado] estaban acumuladas 23 adendas. De este grupo ya hemos avanzado con las de los proyectos más grandes, que son la red dorsal, la línea 2 del metro de Lima, red vial 6, una de la IIRSA Norte, las dos de la Carretera Central, una de la IIRSA Sur para la doble calzada del tramo Puno-Juliaca. Además las adendas de las redes viales 4 y 5 y de la línea 1 del metro para traer más vagones están encaminadas.

¿Se puede decir que las demoras acumuladas se deben a errores cometidos durante el proceso de concesión?

Creo que sí, pero como Estado hemos ido aprendiendo y mejorando. Por ejemplo, Chinchero es el primer aeropuerto que se concesiona sin tener problemas con las expropiaciones. Sin embargo, tienes a los otros operadores, Aeropuertos del Perú y Aeropuertos Andinos, que aún tienen problemas. Con las concesiones viales pasa lo mismo, hay que tener en cuenta que este tipo de concesiones recién se comienzan a hacer desde la década del 2000, antes lo que se hizo fue recuperar la red vial destruida.

Hay varias propuestas para enfrentar las demoras por las expropiaciones. Desde crear una dirección de expropiaciones en Pro Inversión, no concesionar mientras no se tengan los terrenos o dejar en manos del privado esa labor. ¿Cuál es el mejor camino?

Creo que en algunos casos se debería concesionar solo cuando están disponibles todos los terrenos, por ejemplo en el caso de aeropuertos, puertos o colegios. Sin embargo, no puede ser el caso de las carreteras, porque hablamos de cientos de kilómetros y esperar a tener todos los terrenos retrasaría el proyecto muchos años. Sobre las capacidades de los privados, algunos definitivamente sí podrían asumir la tarea, pero no es el caso de todos.

La disputa contractual por la puesta a punto de las carreteras es otro de los problemas recurrentes en varias redes viales ¿Cómo evitar que pase lo mismo en las futuras concesiones?

La mayor lección de este tipo de problemas es que se tienen que tomar decisiones. Por ejemplo en el caso de la Carretera Central, el proyecto no se destrabó con algo muy complicado, sino que dijimos que si estábamos de acuerdo en el 95% de la discusión, entonces que la primera adenda sea separar el otro 5% para ir avanzando.

Mencionó el metro de Lima. ¿Qué pasó con la IPC para ampliar la línea 1 que fue rechazada por Pro Inversión?

Sí, la propuesta fue rechazada como iniciativa privada porque implicaba solo la construcción y no la operación. Entonces si la aceptábamos, hubiese sido raro tener un ramal de 4 km con un operador y lo demás con otro. Ahora los técnicos están evaluando cómo hacer porque el proyecto tiene sentido, pues vamos a tener en Pachacámac el Museo Nacional. Además, hay un proyecto para construir un tren de cercanías que iría desde Chincha a Lurín.

¿Bajó qué modalidad entonces se haría?

Ahora estamos analizando como una extensión y operación, pero vía una adenda con el actual operador porque aparentemente es lo más viable. Lo mismo va a pasar con la línea 2 y el ramal de la línea 4.

¿Por qué?

Es que todo el mundo piensa cómo se va a terminar la línea 4, pero también hay que pensar en cómo ampliar ese ramal para que los pobladores de Ventanilla tengan salida.

En ese caso también vas a tener el problema de cómo manejan dos operadores una misma línea cuando licites la construcción del resto de la línea 4…

Por eso te decía que hay que ver las adendas, porque es probable que en un futuro para el resto de la línea 4 se presente el actual operador.

¿Cómo se pueden acelerar las decisiones para evitar nuevas demoras?

Creo que a veces se generan discusiones cuando hay premisas que nos deben guiar. Por ejemplo, como parte de la diversificación productiva este año debemos pasar de tener 3 puertos [concesionados] en la costa [Paita, Callao y Matarani] a ocho para que cada zona exportadora tenga su puerto de salida. Ya tenemos las iniciativas privadas para Salaverry, Chimbote, Ilo, hay un puerto privado en Chancay, otro potencial puerto de Lomas y Corío.

También tenemos puertos fluviales, como el caso de Yurimaguas, que está complicado por la demora en la hidrovía…

Lo que ha pasado es que en octubre del 2014 presentaron una acción de amparo y me informaron que se podía seguir con el concurso e concesión mientras el juez no se pronuncie. Pero en enero la situación era distinta y la organización que impulsó la acción no se presentó al diálogo. Ahí se toma la decisión [de parar el concurso]. Creo que la comunicación del proyecto no ha sido la mejor porque si no cómo se entiende que la población no vea que la hidrovía les va a cambiar la vida. Ahora tienen un transporte muy caro y que se realiza en horas y otro barato pero que hace la ruta en días. Con la hidrovía vas a tener la posibilidad de desarrollar el servicio de ferris para dar el servicio rápido a precios accesibles.

¿Y el puerto?

La hidrovía es un proyecto muy grande que no solo está pensada para el puerto. Pero tenemos claro que es un proyecto que tiene que salir, ya hemos avanzado un par de conversaciones y tenemos previstas otras para los próximos dos meses.

El Muelle Sur: desde enero se sabe que ya hay un acuerdo con el concesionario DP World, ¿qué falta para firmar la adenda?

Las adendas tienen un recorrido que deben hacer y ahora están en eso. Entidades como el MEF y Ositrán tienen que opinar. Tenemos que hacer las cosas bien para que las adendas salgan blindadas. Nosotros estamos en proceso de aprendizaje y aún falta agarrar rapidez.




“Estoy a favor de reglas fuertes de contratación solo en ciertas industrias”

“Estoy a favor de reglas fuertes de contratación solo en ciertas industrias”

Gestión, 24 de octubre del 2014

ENTREVISTA: Richard Baldwin, profesor de Economía Internacional del MIT

Por: Luis Fernando Alegría

El gurú explicó que la regulación laboral debe apuntar a reducir las asimetrías de poder entre empleados y empresas. Remarcó su recomendación de desarrollar clúster de servicios mineros en Perú.

Hace un año visitó Lima y dijo que tenemos potencial para desarrollar un clúster de servicios alrededor de la minería. ¿Todavía lo ve así?

La idea de un clúster de servicios alrededor de la minería es casi impecable. Lo que debes preguntarte es si va a haber empleo para las personas que saben cómo manejar la industria minera, mercadearla, financiarla, los ingenieros, infraestructura, logística, etcétera.

La respuesta es que sí, porque al final tenemos siete mil millones de personas en el mundo y la próxima generación va a haber más gente con riqueza. Eso significa que van a necesitar más commodities de alguno u otro tipo. Alguien tiene que sacarlos del suelo y va a haber un gran negocio relacionado a eso: extraerlos, enviarlos, financiarlos, etcétera. No creo que esa lógica vaya a cambiar.

¿La oferta minera podrá seguir al ritmo de la demanda?

También, la actividad minera se va a volver más difícil. No hay duda de que ya extrajimos lo más accesible, y eso aumenta la demanda por gente con habilidades técnicas que pueda hacer todo el proceso. De todas maneras, no veo que la industria minera deje de ser fuente de empleo en los próximos 20 o 30 años.

Usted también se ha referido a la importancia de la geografía en las cadenas globales de valor. ¿Cree que América Latina (y el Perú) puede formar un clúster de ese tipo?

No tendría muchas esperanzas en eso por la geografía peruana. No solo es un país relativamente pequeño, sino que está alejado incluso de los países vecinos, que también son pequeños. No podrías pensar en Santiago, Lima, Quito y la costa oeste de Colombia. Están demasiado alejados, así que no lo veo como clúster.

Creo que tienen que adaptar su estrategia industrial al hecho de que nunca van a estar tan cerca de 100 millones de consumidores, como pasa en Asia o Europa Central. Es una realidad que va a cambiar los tipos de productos en los que pueden ser competitivos. Por eso, creo que participar en agregar valor en los servicios dentro de las cadenas globales de valor es una buena idea, porque la distancia no es un factor preponderante.

¿Cómo debe ser el mercado laboral que acompañe un cambio de este tipo?

Cuando tienes ciertos tipos de empresa, donde hay gran asimetría entre el poder del trabajador y la firma, el sistema político reacciona creando protección para el empleado, para rebalancear el poder. Eso puede ser bueno en ciertas industrias, donde el Gobierno es el empleador, por ejemplo, o en la industria minera donde tienes pocas y enormes empresas; y los trabajadores requieren cierto tipo de protección.

Cuando extiendes eso al resto de la economía (hoteles, restaurantes, bancos, etc.), donde no hay esta asimetría de poderes, entonces tienes contratos que no son apropiados para ellos. Estoy a favor de las reglas fuertes de contratación en ciertas industrias, en ciertos sectores, pero no son buenas para la economía en su conjunto.

¿Hacia dónde debe apuntar la legislación laboral?

Creo que hay una diferencia entre proteger el trabajo y a los trabajadores. En el sur de Europa suelen proteger el empleo y al norte protegen a los trabajadores. Estoy de acuerdo con que el objetivo de la economía es ayudar a la gente, pero ¿cómo hacerlo?

Creo que no se debe proteger los empleos mientras puedas proteger al trabajador. Mi idea es que se debe proteger a los trabajadores, no puestos de trabajo específicos. La idea es que, si pierdes tu empleo, el Estado te ayude a recapacitarte y reinsertarte; para transitar a los empleos que el sector privado esté creando.

¿Percibe sobrerregulación laboral en el Perú?

Ustedes están en una situación en la que la gente con contratos rígidos son una minoría. Probablemente, sea importante que no se metan en una situación de dos tipos de contratos, que se enganchan. Creo que la clave es que si la regulación es alta o baja está bien. La diferencia es la que crea dos sistemas paralelos, lo que es especialmente nocivo para las personas jóvenes.

“No hay primer jugador en servicios offshore en español”

Todavía hay sectores productivos que, a nivel mundial, no han sido explotados y ofrecen una ventaja importante para quien emprenda en ellos. Esa es la percepción de Richard Baldwin, profesor de Economía Internacional en el Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales y de Desarrollo de Ginebra.

El gurú, en su visita a Lima, sostuvo que hoy en día no hay un primer jugador en el sector de servicios offshore ofrecidos en español. “Uno se da cuenta de que India ha hecho esto con los servicios en inglés, pero nadie lo ha hecho en español”, dijo a Gestión.

¿Por qué es tan importante hacer el primer movimiento? Desde la óptica de Baldwin, quien da el primer paso tiene una ventaja clave debido a que ‘activa’ y pone en marcha todo un clúster alrededor de la actividad.

¿Esto puede ser una oportunidad para Perú? El experto opinó que sí. La razón -explicó- es que el español es nuestra lengua materna y, cuando se trata de servicios, las distancias físicas no son relevantes.




El diagnóstico equivocado del Plan de Diversificación Productiva

El diagnóstico equivocado del Plan de Diversificación Productiva

El ambicioso “Plan de Diversificación Productiva” (PDP), recientemente publicado por el Ministerio de la Producción (antes llamado “Plan de Industrialización”), parte de algunas premisas incorrectas y diagnósticos sesgados de la economía peruana, que vale la pena señalar.

En el documento se señala que uno de los objetivos del PDP es “Generar entre los peruanos una visión de largo plazo sobre la necesidad de diversificar la economía” (sic). Más aún, en la página 24 del documento se lee: “Los países que han logrado transitar de ingresos medios a ingresos medios-altos se han diversificado”, para sostener esta afirmaciónse citaun documento de José Benavente: “…no existe evidencia de un país cuya economía tenga un componente importante de recursos naturales, sea pequeña y esté alejada de los principales mercados mundiales, que haya dado el salto al desarrollo sin diversificar su producción”. 

Si aprovechamos nuestro potencial productivo podríamos lograr que 80% de la población alcance ingresos medios y altos al año 2030. Para el año 2050, el 90% estaría en esta categoría y el 40% tendría ingresos altos. Este es nuestro gran potencial.

La pregunta es: ¿los autores de este documento han oído hablar de Australia y/o Noruega? Ambos países tienen altos ingresos, ocupan los dos primeros lugares en el Índice de Desarrollo Humano y exportan más recursos naturales que el Perú. En Noruega, solo la extracción de petróleo representa el 23% del PBI y sus exportaciones de crudo y minerales alcanzan al 55%. En Australia, minerales y combustibles representan el 65% de las exportaciones, mientras que las agropecuarias alcanzaron una participación de 13% en el 2012. Es decir, ambos países tienen una canasta de exportación altamente concentrada en recursos naturales.

Creemos, al igual que el Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, que el objetivo de “diversificar la economía es una prioridad mal puesta” (Ver: Krugman rompe mitos). El laureado premio Nobel de Economía remarcó en una reciente visita a Lima que: “Se preocupan demasiado por la dependencia en la exportación de los commodities, pero no es necesario migrar hacia una estructura exportadora manufacturera en el corto plazo. La historia económica demuestra que esto no es tan crítico como la gente piensa” ¿Qué hacer entonces? Krugman enfatiza la importancia de atacar los factores que limitan el crecimiento, enfocando los esfuerzos a desregular, mejorar el clima de inversión y mejorar radicalmente la educación. Y remarca: “Pero nada de eso significa decir que la manufactura debería tener tal porcentaje sobre el total del PBI. El mercado debe hallar por sí solo cuál debe ser ese porcentaje”. Esto, no significa dejar de aprovechar oportunidades de industrialización que vayamos encontrando en los mercados globales.

Otro gran error del PDP es que parte de la falsa premisa de que existirían “fallas de mercado” que producen en la actualidad una alta concentración de las exportaciones e impiden que la economía esté más diversificada. Sin embargo, si analizamos la evolución de nuestras exportaciones no tradicionales, lo que vemos es un proceso exitoso de diversificación, impulsado por el mismo mercado. Un documento de trabajo publicado en la revista Moneda del BCRP analiza la evolución de las exportaciones no tradicionales en el periodo 2002-2012, encontrando que en la última década el valor de estas se multiplicó por cinco (de US$ 2,256 millones en 2002 a US$ 11,047 millones en 2012) y crecieron en promedio 17,2% al año. Además, en volumen, las exportaciones no tradicionales crecieron un promedio anual de 11,4%, por lo cual el aumento del valor se explicaría,en buena medida, por incrementos en los volúmenes exportados, y no tanto por los precios. Los autores del documento destacan que el crecimiento sostenido de las exportaciones no tradicionales se debe en parte a su creciente diversificación, tanto hacia nuevos mercados, como en nuevos productos.

Un Plan Productivo elaborado desde el Ministerio de la Producción debería tener como objetivo principal llegar al pleno potencial productivo de nuestra economía, que se encuentra rezagada y lejos de su verdadera frontera productiva por haber estado cerrada a la inversión privada durante 30 años (60, 70 y 80). En ese sentido, además de buscar la simplificación administrativa y reducción de sobrecostos, un plan de este tipo debería estar enfocado en: i) el fortalecimiento de capacidades para la mejora de la productividad, rescatando el papel de la capacitación; y sobre todo, ii) en una agresiva estrategia de atracción de inversiones, y promoción del Perú como destino productivo para todos los sectores, sin obsesionarnos con una diversificación forzada (y costosa), definida en un gabinete burocrático que no garantiza mayor productividad.

Recogiendo la invitación del Ministro de la Producción, en los siguientes días seguiremos colaborando en el debate de este importante documento. Lampadia




Paul Krugman rompe mitos

Paul Krugman rompe mitos

El premio nobel de economía, Paul Krugman, dio por zanjado un debate que desde hace un tiempo enrarece el clima de inversiones en el Perú. Como se ha señalado en Lampadia, existe la intención, errada a nuestro parecer, de lanzar un plan de industrialización (ver: Entorno favorable a la inversión en vez de protección).  Recién estrenado el gobierno de Ollanta Humala, su entonces premier, Salomón Lerner, realizó una serie de declaraciones anti mineras en las que manifestaba la supuesta necesidad de darle “valor agregado” a nuestras exportaciones. Desde hace dos años que estamos esperando que el Espíritu Santo nos “ilumine” con un nuevo modelo de desarrollo. Ahora que parece haberse posado sobre el  Ministerio de la Producción, se anuncia un Plan Industrial o plan de Diversificación Productiva.

En su última presentación en Lima, Paul Krugman, ha desbaratado enfáticamente las ideas que son bandera de los economistas heterodoxos de la izquierda tradicional peruana desde hace décadas: Que somos un país primario exportador, que no producimos valor agregado y que hay que alejarse de la minería y los sectores extractivos. Este pensamiento ha sido desmitificado por el destacado Premios Nobel de Economía, hasta hace poco citado por esa izquierda para justificar sus planteamientos. Krugman no puede ser calificado de neoliberal, más bien representa a una de las líneas del neo-Keynesianismo. Al respecto, señala: “Se preocupan demasiado por la dependencia en la exportación de los commodities, pero no es necesario migrar hacia una estructura exportadora manufacturera en el corto plazo. La historia económica demuestra que esto no es tan crítico como la gente piensa. Más que la composición de los envíos al exterior, lo que realmente importa es que la economía sea productiva. Tener exportaciones con valor agregado no es necesariamente crucial. (…) La fijación de los peruanos con la industrialización es una prioridad mal puesta (…). Ser una nación industrializada no es necesariamente el camino que deben seguir. Perú puede ser una nación productiva con un sector de servicios altamente productivo, sin tener que tener una gran base industrial”, indicó, según reseña Gestión.

Además, hace un claro llamado de atención a los economistas nacionales, como el actual Ministro de la Producción, Piero Ghezzi, quien paradójicamente señalaba el mismo día de la presentación de Krugman, “que en cuatro semanas estará listo el plan nacional de Diversificación Productiva (nombre que prefiere al de Plan Nacional de Industrialización”, como informó Gestión. Esta iniciativa está diseñada para supuestamente “permitir la creación de ‘nuevos motores’ y capacidades productivas para impulsar la economía nacional”, indicó Ghezzi.

Esa misma mañana, cuando Patricia del Río le hizo una muy buena pregunta: “(…) [Se señala] qué la industrialización no es una buena idea porque hay que fortalecer las industrias extractivas y uno se pregunta: ¿Por qué tiene que ser uno u lo otro?” El Ministro respondió: “(…) el Perú no puede producir iPhones, el Perú tiene que empezar a diversificarse a través de sus fortalezas, somos fuertes en recursos naturales y tenemos que crecer en sectores más o menos cercanos”.

El premio nobel descartó la necesidad de este tipo de políticas, como también ha indicado Lampadia. En una entrevista con El Comercio, Krugman señaló: “Si tratas de forzar una diversificación, la economía doméstica va a ser moldeada por la demanda interna y será muy difícil que surjan sectores exportadores exitosos. Claramente, no queremos regresar a la época de sustitución de importaciones. Eso no funcionó y yo en ningún caso lo apoyaría”.

Krugman sugiere que, por el contrario se “miren las limitaciones generales al crecimiento. Es decir, desregular donde sea apropiado, mantener un entorno macroeconómico estable, mejorar la educación y facilitar un ambiente de formación de capital [clima de inversión]. Pero nada de eso significa decir que la manufactura debería tener tal porcentaje sobre el total del PBI. El mercado debe hallar por sí solo cuál debe ser ese porcentaje”.

Sobre el rumbo de nuestra economía, Augusto Townsend le preguntó: “Hace algunos días Nouriel Roubini nos dijo que el crecimiento del Perú se debía más a méritos propios que a la buena suerte. ¿Qué opina? Krugman respondió: “Ciertamente han tenido suerte (…). La buena performance del Perú no se puede explicar solo diciendo que se trata de una economía razonablemente orientada a la exportación, sino que se ha visto una clara restauración de un ambiente interno positivo para los negocios”.

También señaló: “El Perú ha atravesado por varios ciclos de política irresponsables. Pero ahora último ha experimentado un lapso relativamente largo de políticas razonables”.

Krugman enfatizó además que: “las trabas a la inversión sin duda  son un problema, pero también lo es la deficiente educación. (…) Por ejemplo, el Perú brinda menos años de educación que sus vecinos”.  Lampadia