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¿Todo tiempo pasado fue mejor??

Jaime Spak
Para Lampadia 

Esa frase la vengo escuchando desde niño.

¿Sera cierto que todo tiempo pasado fue mejor?

Los que hemos nacido en la década de los 50, somo testigos que la Lima de los 50 hasta mediados de los 60 era una ciudad vivible, tranquila y bastante segura.

Recordamos que en aquella época regresábamos de las fiestas a no tan altas horas de la noche con total tranquilidad y acompañábamos estas caminatas con el incipiente vicio de fumarnos un cigarrillo.

Los más avezados fumaban Inca, otros probaban los Country sin filtro y los más pudientes comparaban Lucky Strike.

Íbamos a fiestas a bailar al ritmo de Pepe Miranda, Joe Danova, Leo Dan y Palito Ortega.

En mi barrio acostumbrábamos a jugar fulbito en la pista y solo se detenía el partido cada vez que pasaba un carro, que muy prudentemente el conductor tocaba el claxon para que nos detengamos y así evitar un accidente.

La gente tenía más paciencia, no tenían el apuro del celular.

Fue la época en que Luis Bedoya Reyes, salió elegido alcalde de Lima, luego de un muy interesante debate con el ingeniero Jorge Grieve.

En aquella época, Bedoya construyo la vía expresa, más conocida como el zanjón, que después de más de 50 años sigue siendo la vía más importante de la ciudad.

Que adelantado a la época fue Bedoya, si hubiera sido elegido presidente del Perú, si habría sido un presidente de lujo.

De pronto como en un cuento de terror, todo se vino abajo con el golpe de estado de Juan Velazco en 1968.

Una importante cantidad de peruanos de toda clase social emigro al extranjero, y empezó la propaganda estatal que derivo en el odio entre peruanos.

Empezó a generar cambios en la sociedad, que no estaba preparada para tan abrupto cambio social.

La reforma agraria, la comunidad industrial, las estatizaciones de los medios de comunicación, la nacionalización de la industria de harina de pescado, fueron algunas perlas que hasta ahora no podemos olvidar.

En medio de ese gobierno se iba preparando la insania de Sendero Luminoso, que tuvo su debut justamente el dia de regreso a la democracia en las elecciones de mayo de 1980.

Vivimos más de 12 años de terror, con miles de víctimas inocentes en manos de dos de los más sanguinarios grupos terroristas que han existido en el Perú.

¿Seguimos pensando que todo tiempo pasado fue mejor?

Pues no nos olvidemos del desastroso primer gobierno de García, y del intento de Fujimori de salir re reelecto luego de dos periodos.

Si bien Fujimori fue exitoso en vencer al terrorismo, lograr bajar con gran esfuerzo de la población la hiperinflación heredada de García, privatizar tantas empresas que generaban perdidas al erario, y la paz con Ecuador, se olvidó de lo primordial:

Lograr que un político capaz y decente pueda ser el sucesor para seguir con el crecimiento económico.

En lugar de ello, se coludió con Montesinos para perpetrarse en el poder y al no lograrlo fugó al Japón.

Luego de la huida de Fujimori, tuvimos un oasis de un año con el gobierno de Paniagua, para seguir al creciendo con Toledo, con García y hasta con Humala.

De allí hemos tenido el récord de 6 presidente en 6 años con escándalos muy graves, Lava Jato, corrupción en el poder judicial, la policía y los políticos.

Estamos viviendo uno de los peores momentos de la historia política del país.

Tres presidentes en la cárcel, un congreso que registra el récord de más de 20 congresistas envueltos en escándalos, ladrones, asesinos, roba sueldos, fugitivos, violadores.

Este congreso tiene a más del 50% de gente de la peor catadura moral que se haya visto.

No hemos aprendido nada.

Y seguiremos preguntándonos:

¿Todo tiempo pasado fue mejor?

Si preguntamos a la generación de nuestros hijos, que vivieron su juventud en medio de la inseguridad del terrorismo, dudo que tengan un buen recuerdo de ello.

Por ello hay tantos millones de peruanos que viven en el extranjero.

¿Cuándo será el día que la mejor gente nos gobierne y que los jóvenes sientan que este país tiene futuro?

¿Es pedir demasiado?

Cada semana un nuevo escándalo, cada semana más impunidad, cada semana más inseguridad.

Los peruanos estamos hechos de buena madera, no debemos seguir soportando que gente lumpen nos gobierne.

Merecemos un mejor futuro.

Urgente generar cambios en todo sentido.

Una mejora en la educación, salud, seguridad.

Tenemos gente muy capaz que puede hacerlo.

Mejores colegios, mejores maestros, mejores hospitales, mejores policías, mejores vías de comunicación.

Basta de bonos de solidaridad, mejoremos las condiciones de las zonas olvidadas

Si no entendemos que hay que hacer un cambio radical de todo lo que está funcionando mal, entonces para nuestros nietos ningún tiempo pasado será mejor.

Es urgente un cambio para que el futuro sea promisorio, sino todo tiempo pasado seguirá siendo peor. Lampadia




Terminó la temporada de lluvias

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 5 de junio de 2023
Para Lampadia

¿Qué hicimos con las aguas sobrantes de la temporada de lluvias que acaba de pasar? Las dejamos correr y perderse en el mar. Eso es lo que hicimos. O sea, no hicimos nada. Las aguas de lluvias cayeron, discurrieron por quebradas y cauces, formaron huaicos que destruyeron pueblos y caminos, murieron personas y animales… Incluso, en marzo tuvimos el Ciclón Yaku. Un diluvio cayó sobre la Costa Norte.

Ahora… ya no llueve. En nuestro país, en junio nunca llueve. Estamos a inicios del estiaje 2023. Y no lloverá hasta diciembre, cuando empiecen nuevamente las lluvias de verano. Algo lloverá en octubre y noviembre, pero poco. Las escasas lluvias de primavera serán absorbidas íntegramente por los suelos resecos de la Sierra.

 

No obstante, a pesar de las lluvias abundantes que acabamos de tener, no guardamos ni una gota de agua para el estiaje. La Sierra y la Selva sufrirán mucho por los friajes y la falta de agua para riego. Y la Costa esperará sedienta y angustiada la bajada del agua nueva. Así es la naturaleza en nuestro país. Así es… todos los años, desde toda la vida. Sólo los que tenemos pozos o reservorios tendremos agua en el estiaje.

Aunque algunos digan lo contrario, nuestro balance hídrico es positivo. Pero, eso sí, estacional. Tenemos mucha agua en unos meses del año, y muy poca agua – o nada – en otros.

Sin embargo, la cantidad de agua de lluvias que Dios nos regala todos los años, supera con creces las necesidades de agua de la población para todo el año, más la demanda de agua de todas las actividades agropecuarias, productivas, urbanas, ambientales, y demás.

Tenemos agua, mucha agua, agua de sobra. El Perú es uno de los países con más agua a nivel mundial. En materia hídrica, somos un prodigio de la naturaleza.

Sin embargo, muchos agricultores y ganaderos sufren mucho por falta de agua en los estiajes. Y millones de compatriotas no tienen agua potable en sus viviendas.

La pregunta entonces es: ¿si llueve tanto en los veranos, por qué no construimos reservorios en la Sierra – y plantamos bosques y pastizales – para guardar parte de esas aguas abundantes, y disponer de ellas en los estiajes? Y de paso, evitamos huaicos e inundaciones.

Más aún

¿por qué no infiltramos los acuíferos con las aguas sobrantes de las avenidas?
¿Por qué no tratamos las aguas servidas de los pueblos – me refiero a los desagües – y las volvemos aptas para su reutilización, al menos en la agricultura?

En síntesis, el problema del agua en nuestro país es un problema de gestión del recurso. No es un problema de falta de agua.

Bueno pues, en vez de identificar la verdadera causa del problema, hay personas ideologizadas – políticos, académicos, periodistas, dirigentes, etc. – que atribuyen la falta de agua a las empresas agrarias “que se la llevan toda, y dejan sedienta a la población”.

¿Por qué no mencionan palabra alguna acerca del fracaso estrepitoso de las empresas municipales de agua y saneamiento, ni de la corrupción e inoperancia de estas? Su silencio los delata. Claramente, hay muchos opinólogos – que fungen de adalides del agua – que no se atreven a desenmascarar al Estado por su pésima gestión del agua.

Incluso, de parte del Estado hay una obsesión recurrente por declarar en emergencia todo lo que tenga que ver con el agua, tanto por exceso como por defecto. Emergencias por lluvias y emergencias por sequía. Pero, eso sí, no se hace nada al respecto, más allá de las declaratorias de emergencia publicadas en el diario oficial El Peruano. ¡Cómo si un papel con tinta fuera a resolver un problema hídrico!

Seamos sinceros. Nuestro país tiene bastante agua dulce, y muchas veces, demasiada. El problema es que nuestro Estado es inoperante. Y para graficar mejor la inoperancia del Estado en cuanto a la gestión del agua para uso poblacional

¿acaso nuestros hermanos charapas en Iquitos, no padecen de falta de agua potable en sus viviendas, a pesar de estar rodeados de agua dulce por todos lados?

Repito y concluyo. En el Perú tenemos mucha agua… gracias a Dios. Lamentablemente, también tenemos muchos opinólogos ideologizados que no se atreven a decir que tenemos un Estado deshonesto e inoperante, que no sabe cómo gestionar bien el agua que tenemos. Lampadia




Mal de muchos, consuelo de tontos

“América Latina corre el riesgo de pasar a ser irrelevante”

Por: Julio Velarde
Presidente de Banco Central de Reserva
El Comercio, 2 de Junio del 2023

Pese a la ralentización de la economía el presidente del BCR destacó el crecimiento del Perú frente a los demás países de la región. Según las expectativas empresariales, se espera un mayor crecimiento en el 2024 que en este año.

El presidente del Banco Central de Reserva, Julio Velarde se refirió al crecimiento de la economía peruana y a la recuperación de la confianza que viene siendo “paulatina”, en medio de un escenario en el que hay un deterioro de América Latina en su conjunto.

Tras señalar que aunque el crecimiento de este año viene siendo un tanto “mediocre” a nivel nacional, las expectativas de empresarios y otros actores económicos para el próximo año sobre el Perú han mejorado bastante. “No estamos tan mal frente a la región, lo que pasa es que América Latina es un desastre”, lamentó en un evento en el Cusco.

El sesgo de crecimiento -señaló- probablemente sigue siendo a la baja en este año, “pero lo que hay que señalar, es que en las encuesta que hacemos a empresas, analistas financieros, y bancos de inversión del mundo, la proyección (del 2024) es mayor a la de este año, es decir que sí esperan cierta recuperación”.

“No estamos tan mal frente a la región, lo que pasa es que América Latina es un desastre (..) Hace 40 años, Asia emergente pesaba 7%; Latinoamérica pesaba 22%, ahora las cifras se han invertido. América latina corre el riesgo de pasar a ser irrelevante, eso es una tragedia”, dijo.

Dentro de los factores que han influido al deterioro de la confianza a lo largo de los últimos años, haciendo que se pierda ese optimismo que vivió el Perú en los años 2017 y 2018, se encuentran la inestabilidad producto de los conflictos sociales, el Covid-19 y el mal manejo gubernamental.

“El Covid nos golpeó mucho, tuvimos uno de los confinamientos más estrictos, la gente se comió su capital de trabajo para sobrevivir, al no haber una red para sobrevivir. La inestabilidad política nos pasó factura y todo esto nos ha afectado bastante”, apuntó

“La calidad de la gestión publica fue muy mala. Ahora hay un cambio radical en cuanto a ministros. Se está tratando de impulsar gestiones, es un proceso”.

Sobre el empleo, avizora un crecimiento “pobre”, destacando, sin embargo, que el empleo formal está por encima del 2019 y creciendo casi 8%.

De otro lado, Velarde destacó la importancia del desarrollo de proyectos como Chavimochic y Majes; y adelantó que el proyecto minero Zafranal (Arequipa) “está casi listo y podría salir en setiembre”, por lo que se mantienen las expectativas.

“Felizmente está comenzando (el interés), gracias a la demanda potencial de cobre que va a haber en el mundo, no solo carros eléctricos que demandan más de cuatro veces lo que demanda un carro convencional, sino la infraestructura eléctrica que debe construirse y que requiere mucho cobre (..) De nuevo hay interés y si hay las condiciones adecuadas, estos nuevos proyectos podrían salir”, destacó.




“Oportunidades como esta pocas veces se repiten”

Por: Mariela García de Fabbri
Perú21, 4 de junio del 2023

“El mundo consume hoy 25 millones de toneladas de cobre al año, y el Perú abastece el 10%”.

¿Por qué es importante que los peruanos valoremos la minería? Responder esta pregunta supone entender su enorme impacto hoy, así como el potencial de su aporte a futuro, que se amplía con la inmensa oportunidad vinculada a la transición energética, que ya comenzó.

En relación con su impacto actual, imaginemos un Perú sin la minería formal. El país perdería el 10% de su PBI; se privaría de una inversión anual de más de US$5 mil millones, en cifras del último par de años, o de US$8 mil millones en años pico; reduciría en casi 60% sus exportaciones; y dejaría de crear miles de puestos de trabajo directos e indirectos. En la última década, Perú no habría percibido más de S/66 mil millones por recaudación fiscal, que financia infraestructuras, servicios básicos, programas sociales y otros temas vitales para los ciudadanos, y las regiones no habrían recibido más de S/53 mil millones por conceptos de canon y regalías (con la tarea urgente, para gobiernos regionales y locales, de garantizar su gasto integral e idóneo).

Mirando al futuro, el impacto puede ser mayor si llegamos a un consenso como país para empujar el desarrollo de la cartera de cerca de 50 proyectos mineros con US$53 mil millones de inversión. Debemos decididamente aprovechar la oportunidad que ofrece la transición a una energía más limpia, en la que el cobre juega un papel central. El Perú –hoy segundo productor después de Chile– podría llegar a ser el primero si se promueven políticas proinversión y una cultura minera en la ciudadanía.

El mundo consume hoy 25 millones de toneladas de cobre al año, y el Perú abastece el 10%. Las reservas del país y posibles proyectos de nuevas minas ya identificados y con estudios avanzados muestran que sí es posible duplicar nuestra producción y alcanzar el primer lugar, al producir el 20% del volumen global futuro. La demanda está garantizada: se estima que ascenderá a 50 millones de toneladas hacia 2035 por la transición energética. Pero, para lograrlo, y ampliar el aporte minero al país, debemos invertir en los nuevos proyectos. La última inversión importante, de US$5,500 millones, se inició hace más de cinco años y comenzó producción en 2022. Los proyectos de inversión salen a producción después de unos siete años; países como el Congo ya lo entendieron y están realizando inversiones que podrían arrebatarnos el ansiado lugar. ¡Recuperemos el tiempo perdido! Oportunidades como esta se presentan pocas veces, ¡no la desaprovechemos!




Visión del Perú

Por: Jaime de Althaus
El Comercio, 3 de Junio del 2023

“Está en ejecución en nuestro país el puerto de Chancay, una inversión de más de US$3.000 millones que convierte al Perú en un país eje en el comercio intercontinental”.

Nuestro país carece de una visión de futuro, digamos al 2050, que oriente la mirada de los peruanos y sirva de base común a los programas de los partidos políticos o de los candidatos presidenciales. Una visión compartida ayudaría mucho a retomar el crecimiento acelerado que necesitamos para volver a reducir la pobreza y renovar la esperanza en un país viable para todos.

Hay determinadas actividades y proyectos que contienen una proyección de muy largo plazo y que en sí mismos señalan claramente un norte. Es cuestión de reconocerlo y comenzar por allí.

Uno de ellos es la minería en general, y la de cobre y litio en particular, dos minerales que tendrán gran demanda porque son componentes claves de las energías renovables hacia las que transita el planeta. El Perú puede convertirse en un jugador global si desarrolla su potencial como proveedor de esas materias y, más aún, si construye un clúster de industrias y servicios que provea de insumos a esa minería y también una industria de procesamiento de esos minerales, en lo que resulte posible y rentable.

Lo interesante es que simultánea y casi milagrosamente, gracias a la visión de algunos peruanos, está en ejecución en nuestro país el puerto de Chancay, una inversión de más de US$3.000 millones que convierte al Perú en un país eje en el comercio intercontinental, reafirmando nuestra vocación de integración al mundo vía el libre comercio, haciéndola aún más rentable gracias al hecho de que los productos que vengan de Asia o de América del Norte llegarán más baratos porque vendrán en megabarcos sin escalas intermedias, y los productos que exporte el Perú tendrán mayor competitividad –es decir, se podrán vender más barato en los mercados de destino– por la misma razón.

Entonces, el puerto de Chancay también contiene en sí mismo una visión del futuro del Perú. Nos hace más integrados al mundo, y con ventaja. Lo extraordinario es que ambos proyectos, el minero que mencionábamos arriba y el megapuerto de Chancay, se complementan y potencian mutuamente, porque será interesante y rentable establecer, en el gran parque industrial que se construirá anexo al puerto, industrias que aprovechen parte de cobre y el litio que produciremos para la fabricación, por ejemplo, de baterías o de carros eléctricos para la exportación, acaso con un régimen tributario especial sobre todo los primeros años, al estilo de una zona franca. U otras industrias de distinto tipo.

Pues, si el Perú va a jugar un papel estratégico en la transición energética global, también puede aprovechar ese rol para avanzar en otros encadenamientos vinculados.

Para no hablar del desarrollo vial que demandará la operación del puerto y las posibilidades de exportación de la aún embrionaria industria forestal desde Pucallpa o la agroexportación del norte, y otras, que se volverían aún más rentables.

Un puerto, entonces, que tiene implícitos un plan macrorregional de desarrollo infraestructural y productivo, un salto industrial exportador y un posicionamiento geopolítico internacional.

La propia ciudad de Chancay se transformaría en una ciudad moderna con gran cantidad de oportunidades de trabajo y de negocios, vinculadas a la operación del puerto y del parque logístico e industrial.

Por supuesto, el turismo en todas sus variantes forma parte de esta visión de un país que recibe al mundo. Y con claridad respecto de esta hoja de ruta nacional será más fácil orientar la oferta de la educación básica y superior.

En general, tener clara una visión del Perú a largo plazo ayudará a la gobernabilidad de nuestro país, porque discutiríamos sobre la base de un acuerdo general previo. Sabremos hacia dónde vamos.




La fertilidad mundial se ha derrumbado, con profundas consecuencias económicas

¿Qué podría cambiar la nefasta trayectoria demográfica del mundo?

The Economist
1 de junio de 2023

En los aproximadamente 250 años transcurridos desde la Revolución Industrial, la población mundial, al igual que su riqueza, se ha disparado. Sin embargo, antes de finales de este siglo, la cantidad de personas en el planeta podría reducirse por primera vez desde la Peste Negra. La causa raíz no es un aumento en las muertes, sino una caída en los nacimientos. En gran parte del mundo, la tasa de fertilidad, el número promedio de nacimientos por mujer, se está derrumbando. Aunque la tendencia puede resultar familiar, su alcance y sus consecuencias no lo son. Incluso cuando la inteligencia artificial (AI) conduce a un creciente optimismo en algunos sectores, el ‘baby bust’ [contrario al ‘baby boom’] se cierne sobre el futuro de la economía mundial.

En 2000, la tasa de fecundidad mundial era de 2,7 nacimientos por mujer, muy por encima de la “tasa de reemplazo” de 2,1, en la que una población se mantiene estable. Hoy es 2.3 y cayendo. Los 15 países más grandes por PIB tienen una tasa de fertilidad por debajo de la tasa de reemplazo. Eso incluye a Estados Unidos y gran parte del mundo rico, pero también a China e India, ninguno de los cuales es rico pero que juntos representan más de un tercio de la población mundial.

El resultado es que, en gran parte del mundo, el repiqueteo de los pequeños pies está siendo ahogado por el repiqueteo de los bastones. Los principales ejemplos de países que envejecen ya no son solo Japón e Italia, sino también Brasil, México y Tailandia. Para 2030, más de la mitad de los habitantes del este y sudeste de Asia tendrán más de 40 años. A medida que los ancianos mueran y no sean reemplazados por completo, es probable que las poblaciones disminuyan. Fuera de África, se pronostica que la población mundial alcanzará su punto máximo en la década de 2050 y terminará el siglo más pequeña de lo que es hoy. Incluso en África, la tasa de fertilidad está cayendo rápidamente.

Digan lo que digan algunos ecologistas, una población cada vez menor crea problemas. El mundo no está ni cerca de estar lleno y las dificultades económicas derivadas de la escasez de jóvenes son muchas.

La obvia es que cada vez es más difícil mantener a los jubilados del mundo. Los jubilados recurren a la producción de los que están en edad de trabajar, ya sea a través del estado, que impone impuestos a los trabajadores para pagar las pensiones públicas, o cobrando los ahorros para comprar bienes y servicios o porque los familiares los cuidan sin remuneración. Pero mientras que el mundo rico actualmente tiene alrededor de tres personas entre 20 y 64 años por cada persona mayor de 65, para el 2050 tendrá menos de dos. Las implicaciones son impuestos más altos, jubilaciones más tardías, rendimientos reales más bajos para los ahorradores y, posiblemente, crisis presupuestarias gubernamentales.

Las bajas proporciones de trabajadores a pensionistas son solo un problema derivado del colapso de la fertilidad. Como explicamos esta semana, los jóvenes tienen más de lo que los psicólogos llaman “ inteligencia fluida ”, la capacidad de pensar creativamente para resolver problemas de formas completamente nuevas.

Este dinamismo juvenil complementa el conocimiento acumulado de los trabajadores de mayor edad. También trae cambios. Es mucho más probable que las patentes presentadas por los inventores más jóvenes cubran innovaciones revolucionarias. Los países más viejos, y resulta que sus jóvenes, son menos emprendedores y se sienten menos cómodos asumiendo riesgos. Los electorados de edad avanzada también osifican la política. Debido a que los viejos se benefician menos que los jóvenes cuando las economías crecen, se han mostrado menos interesados en las políticas favorables al crecimiento, especialmente en la construcción de viviendas. Es probable que la destrucción creativa sea más rara en las sociedades que envejecen, lo que suprime el crecimiento de la productividad de manera que se convierte en una enorme oportunidad perdida.

A fin de cuentas, es tentador presentar las bajas tasas de fertilidad como una crisis que debe resolverse. Sin embargo, muchas de sus causas subyacentes son en sí mismas bienvenidas. A medida que las personas se han vuelto más ricas han tendido a tener menos hijos. Hoy se enfrentan a diferentes compensaciones entre el trabajo y la familia, y en su mayoría son mejores. Los conservadores populistas que afirman que la baja fecundidad es un signo del fracaso de la sociedad y piden un retorno a los valores familiares tradicionales están equivocados. Tener más opciones es algo bueno, y nadie le debe a los demás criar a sus hijos.

El impulso de los liberales de fomentar más inmigración es más noble. Pero también es un diagnóstico erróneo. La inmigración en el mundo rico de hoy está en un nivel récord, lo que ayuda a los países individuales a abordar la escasez de trabajadores. Pero la naturaleza global de la caída de la fertilidad significa que, a mediados de siglo, es probable que el mundo enfrente una escasez de trabajadores jóvenes educados a menos que algo cambie.

¿Qué podría ser eso? La gente a menudo les dice a los encuestadores que quieren más hijos de los que tienen. Esta brecha entre la aspiración y la realidad podría deberse en parte a que los futuros padres, que, de hecho, subvencionan a los futuros jubilados sin hijos, no pueden permitirse tener más hijos, o debido a otras fallas de las políticas, como la escasez de viviendas o un tratamiento de fertilidad inadecuado. Sin embargo, incluso si se fijan, es probable que el desarrollo económico conduzca a una caída de la fecundidad por debajo de la tasa de reemplazo. Las políticas a favor de la familia tienen un historial decepcionante. Singapur ofrece generosas subvenciones, devoluciones de impuestos y subsidios para el cuidado de los niños, pero tiene una tasa de fertilidad de 1,0.

Liberar el potencial de los pobres del mundo aliviaría la escasez de trabajadores jóvenes educados sin más nacimientos. Dos tercios de los niños chinos viven en el campo y asisten a escuelas en su mayoría terribles; la misma fracción de personas de 25 a 34 años en la India no ha completado la educación secundaria superior. El grupo de jóvenes de África seguirá creciendo durante décadas. Impulsar sus habilidades es deseable en sí mismo, y también podría convertir a más jóvenes inmigrantes en innovadores en economías que de otro modo estarían estancadas. Sin embargo, fomentar el desarrollo es difícil, y cuanto antes se enriquecen los lugares, antes envejecen.

Eventualmente, por lo tanto, el mundo tendrá que arreglárselas con menos jóvenes, y quizás con una población cada vez más pequeña. Con eso en mente, los avances recientes en ia no podrían haber llegado en un mejor momento. a una economía infundida con ia superproductiva podría resultarle fácil apoyar a un mayor número de personas jubiladas. Eventualmente, la inteligencia artificial puede generar ideas por sí misma, reduciendo la necesidad de inteligencia humana. En combinación con la robótica, la inteligencia artificial también puede hacer que el cuidado de los ancianos requiera menos mano de obra. Tales innovaciones sin duda tendrán una gran demanda.

Si la tecnología permite a la humanidad superar el ‘baby bust’, se ajustará al patrón histórico. Los avances inesperados en la productividad significaron que las bombas de tiempo demográficas, como la hambruna masiva predicha por Thomas Malthus en el siglo XVIII, no pudieron detonar. Menos bebés significa menos genio humano. Pero ese podría ser un problema que el genio humano puede solucionar. Lampadia




Gallina que come huevo…

Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia

Si me preguntaran cuáles fueron los principales errores económicos del gobierno de Alberto Fujimori, yo diría inmediatamente:

  1. No haber privatizado PetroPerú y 
  2. No haber privatizado la gestión de los servicios de agua y desagüe a nivel nacional.

Nos ocuparemos del primero.

La explicación salta a la vista, más allá de lo narrado tan claramente por Carlos Paredes Lanatta, en su libro La tragedia de las empresas sin dueño. Hoy, tres años después del término de su gestión, encontramos que se continúan profundizando los errores, las “metidas de pata” y muchas “metidas de mano”, especialmente durante el período de 16 meses de Castillo en la presidencia.

Lo inevitable viene siendo soportar no solo la pesada carga de una mala gestión, sino de una muy mala inversión, tal como el “proyecto de modernización de la refinaría de Talara”, así llamado por el gobierno de Humala y promovido por Humberto Campodónico, para engañar a toda la ciudadanía del Perú.

Un proyecto que ha demandado US$6 mil millones, pues claramente se trató de una nueva refinería y no de una modernización para desulfurar los combustibles, tal como se hizo en la refinería de La Pampilla con una inversión de US$800 millones.

Los resultados de la mala gestión del Estado en las empresas públicas, saltan a la vista. Tras los retrasos y sobrecostos de un proyecto a todas luces innecesario y no rentable, hoy tenemos una empresa pública descapitalizada, a pesar que ha sido necesario que el fisco le inyecte S/ 4,000 millones de capital y le preste US$ 500 millones. No obstante, sigue con dificultades financieras, y sus problemas de liquidez y solvencia, sólo se superan porque los que pagamos impuestos debemos sufragar los errores de sus gestores. Debemos recordar, que hemos construido una refinería en un país que no tiene reservas de petróleo y no ha fomentado las exploraciones requeridas para alimentar la refinería.

Debemos recordar también, que PetroPerú tiene a su cargo el Oleoducto Norperuano (ONP), infraestructura crítica para justificar exploraciones en la selva, y que a lo largo de más de medio siglo de existencia, no ha recibido el mantenimiento adecuado, no se han hecho las mejoras tecnológicas que permitan un ONP eficiente a costos competitivos, y que es permanentemente atacado por los moradores de las zonas que recorre.

Dicho eso, debemos tener presente que PetroPerú tendrá que invertir aproximadamente US$ 1,500 millones en mantener el ONP y modernizarlo.

En su defecto, deberá ejecutar el plan de cierre de su operación, lo que significa un monto similar, esto es US$ 1,500 millones para desmontar y remediar completamente las áreas impactadas que hoy ocupa, eliminando cualquier pasivo ambiental, incluyendo los residuos de los derrames producidos por propios o extraños. Eso sí, si se opta por esta última alternativa, ya no habrá forma de convocar nuevas inversiones en exploración en la región.

No debemos olvidar, que PetroPerú es una empresa sobreendeudada por construir un elefante blanco como Talara, al que se le está permitiendo operar por 18 meses sin contar con todos los permisos (como a ninguna empresa en el mundo). Que tiene una gran deuda que honrar, y que enfrenta el dilema de modernizar o retirar el ONP y, en estas circunstancias, hay en el país quienes quieren cargarle más problemas.

Ahora resulta que un grupo de iluminados de Perú Libre y Bloque Magisterial (gente que por supuesto jamás ha hecho empresa, ni ha asumido responsabilidades empresariales), quiere que PetroPerú entre a un proceso de “integración vertical”, y para eso se está entrometiendo en la gestión de Perupetro y los procesos de licitación de los lotes cuyos contratos están venciendo.

Independientemente de que, este es un cambio de rumbo estatizante de la actividad petrolera, operar campos petroleros es una actividad de riesgo que requiere experiencia profesional de técnicos y organización, con los que PetroPerú no cuenta desde hace décadas. No los tiene para los lotes de la selva, mucho menos para explotar pozos en plataformas marinas. Es seguro, que PetroPerú requerirá de nuestros impuestos para solventar los déficits que se seguirán generando. Lo más grave, es que el Estado peruano, lejos de destinar nuestros impuestos a cumplir su rol fundamental de atender a las poblaciones más necesitadas en educación, salud y seguridad, los “licuará” en una aventura empresarial de riesgo, claramente no controlado.

La evidencia empírica nos muestra que el Estado, además de estar infiltrado por la corrupción, actúa con gran ineficiencia, y por eso los resultados económicos que reportan sus empresas, han traído como consecuencia una seria rebaja de su calificación de riesgo, a pesar de contar con el respaldo implícito del Estado peruano.

Lo que preocupa más, es que la gente pensante del gobierno (técnicos del MEF), entiende que PetroPerú no debe embarcarse en esta mala aventura, pero hay gente en otro sector del ejecutivo que, en contra de la opinión del MEF, está “empujando” la idea de tal integración vertical. No sólo eso, sino que, en el Congreso, particularmente algunos niños de AP (cuya bancada preside la Comisión de Energía y Minas), está jugando todas sus cartas para lograr este despropósito, y nadie lo está deteniendo.

Ya nos “pasaron por la huacha” la elección del Defensor del Pueblo (ahora le han puesto la puntería al Procurador General del Estado), han negociado a nuestras espaldas dejar sin efecto la censura de cuatro “niños” de Acción Popular (coincidentemente impulsores del despropósito petrolero), están destruyendo el mercado energético manipulando la ley de electricidad, y ahora, quieren embarcarnos en un tremendo despropósito empresarial en PetroPerú.

Me parece que aquí hay un juego peligroso entre el ejecutivo y el congreso, y que debemos levantar nuestra voz de protesta para detenerlo. Si esto continúa así, no habrá forma de financiar sanamente las tareas fundamentales del Estado, y los más pobres sufrirán las consecuencias, pues mientras tanto, seguiremos generando un déficit fiscal muy difícil de controlar y que compromete nuestra estabilidad futura y el control de la inflación, que es el impuesto a los más pobres.

Estamos advertidos, gallina que come huevo, aunque le quemen el pico. Lampadia




Juguemos el partido de fondo

Es el momento de activar la guerra cultural

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

Aunque muchos aún no lo vean, se están alineando los astros para que los que creemos en el crecimiento económico, la economía de mercado, la naturaleza emprendedora de los peruanos y en la democracia, nos pongamos al frente, izando las banderas de la prosperidad que nuestro país, con su pletórica geografía, nos ofrece para emprender el camino del bienestar general.

60 años de idas y venidas

    • A mediados de los años 60, mientras los futuros tigres del Asia optaban por abrir sus economías, promover la inversión y la educación, los latinoamericanos, y notoriamente así el Perú, optamos por seguir las MUY equivocadas ideas de Raúl Prebisch y la Cepal, como la sustitución de importaciones y el desarrollo hacia adentro. Ideas que nos aislaron del resto del mundo. Resultó ser que los asiáticos tuvieron un gran desarrollo y nosotros nos empobrecimos.

Se decía que la tecnología sería cada día más cara y nuestros productos básicos más baratos. Pero fue al revés, la tecnología es cada día más barata y nuestros productos básicos, como los minerales y las frutas y hortalizas, son cada día más valiosos.

La apuesta del desarrollo era ir hacia afuera y no hacia adentro.

    • A pesar de todas las evidencias de éxitos y fracasos, buena parte de la política latinoamericana sigue sin entender algo tan elemental. Y así ha sido nuestra historia desde los 60s.

Belaunde I desayunaba con el verbo de la Cepal, los militares dictadores, con Velasco a la cabeza, no se diga, llevaron todo al extremo y destruyeron nuestras oportunidades de progreso. Belaunde II no se atrevió a corregir nada y García I, volvió a exacerbar las políticas cepalinas re-equivocadas.

Fujimori gobernó a contra mano de sus propuestas políticas, y la dura prueba de la realidad, tocamos fondo, lo llevó a rodearse de gente consecuente y valerosa que supo corregir la estructura del país, abrir la economía y permitir que la capacidad y empuje de los peruanos rescate al Perú de ser un ‘Estado Fallido’, para que, con el marco de la Constitución de 1993, a fines de la primera década del nuevo siglo, rascáramos la ilusión de la prosperidad.

    • Desde el 2011 volvimos a aflojar, y excepto por el interregno reparador del gobierno de García II, volvimos a abrir el aliento falaz del nacionalismo, el populismo y el voluntarismo político, versus hacer crecer el espacio de desarrollo del espíritu emprendedor de los peruanos.
    • Todavía hoy, el 95% de nuestros políticos no entiende que el futuro de prosperidad de los peruanos está en la promoción del crecimiento económico, que solo puede sustentarse sosteniblemente y hacerlo con gran efectividad, en nuestro sector externo, en nuestras exportaciones de bienes y servicios, como los minerales, las frutas y hortalizas, la madera, nuestra pesca y el turismo.

Justamente las actividades económicas atacadas por los enemigos del Perú, desde el 2011.

Punto de quiebre social

Gracias a la naturaleza de los peruanos, no hemos caído en los cantos de sirena del socialismo del siglo XXI, el hartazgo actual es por el empobrecimiento de un país que tiene todas las capacidades para prosperar.

  • Hemos pasado de crecer 7 a 8% por año a 2% y menos aún.
  • Hemos pasado de una inflación anual menor a 3%, a una que no atinamos a controlar.
  • Hemos pasado de generar empleos para todos nuestros jóvenes, a no poder darles empleos adecuados.
  • Hemos pasado de multiplicar las empresas exportadoras, a perder muchas de ellas.
  • Hemos pasado de desarrollar grandes proyectos de inversión privada y de infraestructuras, a no poder arrancar otros.
  • Hemos pasado de atraer a nuestros hijos de regreso, a ponerlos en situación de potenciales emigrantes.
  • Hemos pasado de haber recuperado la confianza en el futuro, a perder el norte y la confianza en nuestros líderes.

Hace escasamente seis meses, dolidos de ese empobrecimiento, los peruanos fuimos convocados para destruir nuestras instalaciones de transporte, nuestras comisarías, y fiscalías; fuimos convocados para impedir el trabajo de los ciudadanos, a atacar a nuestras fuerzas del orden y a destruir la imagen del Perú como un país que respeta los contratos, las inversiones y la libertad individual.

Pero, repito, gracias a nuestra naturaleza industriosa y humana, los peruanos rechazamos la violencia y reasumimos el reto del trabajo y el cuidado de nuestros hijos.

La ayuda del entorno mediático y político

En los últimos meses se han manifestado una serie de procesos que nos ayudan a dar sustento técnico y moral al punto de quiebre social, e impulsar el relanzamiento de nuestro desarrollo integral, económico, social e institucional.

  1. El informe del Banco Mundial que afirma que el crecimiento económico de la primera década del siglo XXI fue inclusivo, redujo la pobreza de 60 a 20%, redujo la desigualdad y se debió en un 85% al crecimiento de la economía.
  2. El resultado de la Encuesta Nacional de Hogares del INEI, que demuestra que los ingresos reales de los habitantes del Perú rural, entre el 2011 y el 2022, aumentaron notoriamente, y en mucho mayor medida que para el conjunto del país.
  3. El documento técnico-económico de Lant Pritchett, que demuestra que El crecimiento económico es suficiente – Y solo el crecimiento económico es suficiente, destacando que:

    Ningún país tiene un PBI per cápita alto,
    con bajos indicadores de bienestar, y

    Ningún país tiene indicadores de bienestar altos
    con un bajo PBI per cápita.

  4. El resultado de la elección del Consejo Constitucional en Chile, que rescata la importancia del orden y de la economía de mercado para el progreso de nuestros vecinos.
  5. El rechazo de las izquierdas alrededor del Mar Mediterráneo, en Grecia, Italia y España.
  6. El abrazo a Nicolás Maduro, el dictador y genocida venezolano, por parte de Lula da Silva, el presidente de Brasil, demostrando que las nuestras izquierdas regionales son la misma mugre.
  7. Los desequilibrados ataques de los presidentes de México y Colombia al Perú, demostrando una agenda política continental abiertamente anti peruana.

Llamado a la ACCIÓN

Como indiqué hace un par de semanas “Es hora de poner Toda la carne en el asador”.

Es el momento en que los peruanos de buena voluntad, conocedores del gran potencial de desarrollo de nuestro país, y comprometidos con el bienestar general, salgamos de nuestros cuarteles de invierno y llevemos la antorcha de la buena nueva sobre como el Perú puede aprovechar su fabulosa geografía y la pujante naturaleza de nuestra gente, para apuntar a un futuro de prosperidad común.

Hagamos una campaña informativa sobre nuestra realidad, nuestro potencial de desarrollo y sobre la importancia del crecimiento económico, para alcanzar las metas que soñaron nuestros mejores hijos. ¡Viva el Perú!!!

Lampadia




Mediante devolución de pagos de IGV

POR CONSUMOS DE PERSONAS NATURALES

El estudio de Juan Carlos Odar que presentamos líneas abajo, analiza y sustenta el impacto previsional y fiscal de la eventual devolución de parte de los pagos por IGV que efectúan los ciudadanos por sus consumos, según la propuesta que Lampadia ha venido difundiendo.

El estudio muestra que una devolución uniforme a todos los segmentos de la población no favorece tasas de reemplazo adecuadas para los informales de menores recursos y conlleva un costo fiscal que dificultaría su adopción.

Pero, si se establecen mayores porcentajes de devolución del IGV para dichos segmentos y menores devoluciones a los trabajadores formales, que ya tienen mecanismos de acumulación de aportes pensionarios, se logran mejores tasas de reemplazo y hasta una mayor recaudación fiscal.

Pablo Bustamante Pardo,
Director de Lampadia

Juan Carlos Odar Zagaceta
Economista y director de Phase Consultores
Para Lampadia

La presente nota evalúa el impacto de asignar una fracción de las cargas por IGV que enfrentan las personas naturales como parte del precio que pagan por los bienes y servicios adquiridos a un fondo individual que opere de manera similar a los fondos administrados por las AFP, y les sea devuelta bajo la forma de pensiones mensuales después de cumplir 65 años, incluyendo la rentabilidad generada. El análisis se realizará por quintiles para el año 2019 debido a que es el año más reciente no distorsionado por la pandemia.

 

Cruzando información de distintas fuentes, como Banco Mundial, INEI y Grade, calculamos los montos de IGV que paga un consumidor representativo según quintil de ingreso y condición de informalidad, lo que se presenta en el Cuadro 1.

Cuadro 1.
IGV Mensual Estimado según Quintil de Ingreso y Condición de Informalidad (S/)

Fuente: Estimaciones propias sobre reporte de Banco Mundial INEI y Grade

A continuación, se ha supuesto que del IGV aportado mensualmente, se destina 5/18 con fin previsional a un fondo administrado de manera similar a los fondos previsionales actualmente gestionados por las AFP. Se ha supuesto además que la gestión genera una rentabilidad anual promedio del 5% y que la misma se mantiene a lo largo de distintos horizontes, los que dependerán de la edad actual del trabajador. Para facilitar la comparación intertemporal, se ha considerado todo el ejercicio en términos reales (en soles de 2019).

Según lo estimado, las tasas de reemplazo más altas corresponden, como era previsible, al sector formal. Dentro de este grupo, las más altas serían las de los trabajadores de menores ingresos y podrían alcanzar, tras 50 años de aporte a este sistema, una tasa de reemplazo superior al 160% por los 5 puntos del IGV asignado con fines previsionales, tal como se aprecia en el Gráfico 1. Para las personas en el mayor quintil de ingresos formales, su tasa de reemplazo por los 5 puntos de IGV en el mismo horizonte apenas bordearía el 53%.

Sin embargo, las tasas de reemplazo para las personas en condición de informalidad son sustancialmente menores independientemente de en qué quintil se ubiquen. Además, en este caso se encuentra que las tasas de reemplazo correspondientes al quintil de menor ingreso son las menores de todas: bordean el 20% por cada 5 puntos de IGV tras 50 años de contribución al fondo financiado con IGV (ver Gráfico 2). Cabe destacar que el quintil informal de mayor ingreso termina en una situación ligeramente superior, mientras que los segmentos más favorecidos son el tercer y el cuarto quintil.

Gráfico 1. Tasa de Reemplazo Estimada por 5 Puntos de IGV, Trabajadores Formales
(% del Ingreso en cada caso)

Fuente: Estimaciones Propias

Gráfico 2. Tasa de Reemplazo Estimada por 5 Puntos de IGV, Trabajadores Informales (% del Ingreso en cada caso)

Fuente: Estimaciones Propias

Consideremos ahora que la propuesta que se planteará busca mejorar la situación en la vejez de las personas que en la actualidad están iniciando o están por iniciar su vida laboral ya que ése es el grupo que podría verse más favorecido por las devoluciones de parte del IGV aplicado a sus consumos. De esa manera, centraremos el análisis en el grupo de personas que podrían aportar por 50 años, iniciando este esquema de ahorro al momento en que cumplen 18 años.

Los trabajadores formales del Quintil 1 podrían obtener, con una rentabilidad promedio de 5% anual, una tasa de reemplazo equivalente a casi 165% de su ingreso por cada 5 puntos del IGV de sus compras utilizados con fines previsionales. Esta tasa de reemplazo sería decreciente con el nivel de ingreso hasta llegar a 52.9% para las personas en situación formal que se ubiquen en el quintil superior.

En el caso de las personas en condición de informalidad, la tasa de reemplazo por 5 puntos de IGV en el mismo horizonte de 50 años bordea el 20% en los quintiles 1 y 5, con resultados algo superiores al 30% para las personas que se encuentren en la parte media de la distribución (ver Gráfico 3).

Gráfico 3. Tasa de Reemplazo Estimada por 5 Puntos de IGV para Aportantes por 50 Años
(% del Ingreso en cada caso)

 

Fuente: Estimaciones Propias

De lo anterior se concluye que la propuesta puede ayudar a construir pensiones para quienes se ubiquen en el sector formal, favoreciendo sobre todo a quienes en este segmento cuenten con menores ingresos. Ésta es una conclusión importante que muestra el potente efecto que la formalización puede tener para la construcción de ahorro previsional. Por supuesto, éste sería el efecto máximo, ya que las personas que ya han empezado su vida laboral o han superado los 18 años de edad no alcanzarían las tasas estimadas.

Gráfico 4. Tasa de Reemplazo Estimada Tras Efecto Formalización para Aportantes por 50 Años
con rentabilidad de 5% anual (Por cada 5/18 del IGV pagado, % del Ingreso en cada caso)

Fuente: Estimaciones Propias

Sin embargo, este análisis no considera el impacto de los incentivos. En particular, asumamos que el atractivo para formalizarse es creciente con el nivel de ingreso, lo que nos lleva a establecer el supuesto de que mientras en el quintil 1 solo una de cada diez personas encuentra incentivo a pedir boleta por sus consumos, en el quintil 1 esta proporción llega a una de cada dos. ¿Cómo afectan los incentivos a las estimaciones anteriores de tasa de reemplazo? Como se aprecia en el Gráfico 4, que toma el caso de los aportantes por 50 años, las tasas de reemplazo aumentarían de manera significativa para el quintil de menor ingreso que salte del sector informal al formal, lo que evidencia el doble impacto positivo en la economía de esta medida: promoción de la formalización y mejora de la situación previsional para las personas de menores ingresos, especialmente en los jóvenes.

De lo visto anteriormente, los informales de menores ingresos mantienen -a pesar de la mejora- una tasa de reemplazo particularmente baja, de manera que una propuesta que apunte a mejorar la provisión de pensiones para las personas de menores ingresos no puede basarse en un esquema de redistribución homogéneo, sino que el mismo debe establecerse de manera focalizada. Así, plantearemos -considerando que el quintil de mayores ingresos formal cuenta ya mayoritariamente con ahorro previsional- que con fines previsionales se destinen los siguientes montos de sus pagos por IGV:

– 10/18 a los informales del quintil 1.
– 8/18 al resto de informales.
– 3/18 a quienes se ubican en el quintil 1 y formalizan sus consumos debido a que pasan a solicitar comprobantes de pago.
– 2/18 a las personas que se formalizan y se ubican en otros quintiles.
– 1/18 a los formales de todos los quintiles.

Cuadro 2. Comparación de la Tasa de Reemplazo asignando 5 puntos del IGV de manera generalizada frente a alternativa usando tasas diferenciadas

Fuente: Estimaciones propias

Los resultados de dicha asignación se presentan en el Cuadro 2. En el esquema diferenciado propuesto, lo que se busca es obtener tasas de reemplazo similares entre quienes ya se encuentren actualmente en situación de formalidad y quienes pasen a dicha situación como consecuencia de la implementación de esta propuesta. Asimismo, si bien se obtienen tasas de reemplazo comparativamente bajas entre las personas que se ubican en el quintil de mayores ingresos, justamente ellas tienen una mayor probabilidad de tener otras fuentes de ahorro, incluso si se mantienen en situación de informalidad.

Cuadro 3. Comparación de los costos fiscales de asignar parte del IGV con fines previsionales
(Millones de Soles)

Fuente: Estimaciones propias

En esta propuesta, ¿cuál sería el costo fiscal? Para ello, debemos indicar que hay un efecto indirecto sobre la recaudación que hasta ahora no hemos considerado, que se refiere a que una mejora en la recaudación del IGV puede llevar a una mejora en la recaudación del impuesto a la renta de tercera categoría al generar una mayor presión para que las empresas formalicen sus ventas.

Nuestra estimación es que por S/ 1 adicional de IGV se puede recaudar adicionalmente S/ 0.30 por concepto de impuesto a la renta.

Considerando que la formalización generará una mejora en la recaudación tanto de IGV como de Impuesto a la Renta y que focalizar la transferencia sobre todo en el sector informal reducirá el costo de la medida al tiempo que la hará progresiva, mostramos en el Cuadro 3 una comparación de los costos aplicando la devolución de manera generalizada (panel superior) frente a la del esquema presentado en el Cuadro 2 (panel inferior).

En este último esquema, la reforma no solo es financiada por todos los demás quintiles en favor del quintil 1 sino que adicionalmente deja un saldo fiscal anual positivo de alrededor de S/ 637 millones. Este superávit incluso resulta mayor si se considera que más de 600,000 personas que forman parte de los informales en el quintil 1 ya son actualmente beneficiarios del programa Pensión 65, por lo que la estimación de la tasa de reemplazo para este segmento debería considerar que la devolución de los pagos por IGV sería menor a la aquí presentada ya que solamente sería complementaria a la pensión que aquellas personas reciban por dicho programa.

Asimismo, en la medida que la economía crezca y la tasa de formalización aumente a nivel nacional, la capacidad de consumo tendería a crecer, lo que incrementaría los aportes mensuales, que rentabilizados aumentarían la tasa de reemplazo aquí calculada. Por otro lado, es posible que haya negocios que actualmente sean formales, pero realicen sub-declaraciones de sus ingresos, lo que tendería a reducirse conforme sea más generalizada la práctica de solicitar boleta o comprobante de pago.

Presentado todo lo anterior, el análisis se puede afinar en varios sentidos. Por ejemplo, se ha supuesto que:

  • El perfil de gasto se mantiene a lo largo de todo el horizonte de vida a pesar de que típicamente los trabajadores tienen un perfil de ingreso que mejora consistentemente hasta alrededor de la mitad de la vida laboral, momento desde el cual empieza a decrecer. Este inconveniente se puede salvar si se tiene en cuenta que el consumo suele ser más estable a lo largo del tiempo que el ingreso y que el IGV es finalmente una proporción del consumo.
  • Asimismo, supone que los precios y los niveles de informalidad son similares en todo el país; por no ser así, es probable que el perfil resultante aplicando una corrección en este sentido lleve a una mejora mayor para las personas de más altos ingresos en las ciudades más grandes del país, quienes probablemente a la fecha ya estén realizando ahorros con fin previsional.

Pese a ello, las cifras presentadas dan inicio a una primera discusión sobre el tema planteado incluyendo efectos redistributivos intertemporales.

Finalmente, consideremos que volver a una tasa universal de IGV aumentaría el potencial recaudador. Si bien esto generaría un salto inicial en el nivel de precios, sobre todo de alimentos, para compensarlo la medida debería ser complementada con un bono para las personas de menor ingreso. Acotando este bono solo para quienes trabajen de manera formal, se alinearían los incentivos para mejorar tanto la recaudación como el ahorro con fin previsional. Lampadia




Mineros no muestran sus aportes a comunidades

Por: Guido Bayro
Correo, 1 de Junio del 2023

El director de la Caja Municipal de Ahorro y Crédito de Cusco, Guido Bayro, señaló que los empresarios mineros son satanizados por las izquierdas radicales de esta región y no les reconoce su participación en el desarrollo del país

En ese sentido, dijo que está en los empresarios del sector minero mostrar el testimonio de sus aportes a las comunidades donde operan. Bayro, que fue panelista en un evento que desarrolla InPerú en Cusco, evocó el caso de Tintaya, yacimiento minero de cobre, que, cuando aún era un proyecto, solo tenía unas 30 casas de adobe con techo de paja.

“En la actualidad, Yauri, capital del distrito del mismo nombre, en la provincia de Espinar (Cusco), es ahora una ciudad con construcciones modernas”, manifestó a Correo.

Por ello, instó a los mineros a ser más proactivos con sus aportes que benefician a la población.




Silicon Valley, el fin del valle ‘naif’

Por: Maite Vizcarra
El Comercio, 1 de Junio del 2023

“El mito más desarrollado ha sido aquel de que se puede atraer ingentes cantidades de dinero tan solo con una versión muy preliminar de lo que vamos a proponer al mundo”.

“Work hard, play harder” es el primer contacto que se puede tener con el llamado valle del silicio (Silicon Valley). La frase hace alusión a un estilo de trabajo que se relaciona con intensas horas de trabajo, muchas. Pero, sobre todo, con más horas de diversión. Esa frase no solo describe un estilo de trabajo, sino una forma de vida.

La influencia de ese lugar en la cultura moderna es enorme, no solo porque es la meca de los desarrollos tecnológicos más disruptivos, sino porque es un lugar en donde la posibilidad de forjar fortunas enormes a través de la mera enunciación de ideas muy locas –los llamados ‘elevator pitch’– o a través de versiones muy tempranas de las que pretenden romper el mercado –’killer application’– es muy accesible. Muy accesible si nuestra tecnología es lo suficientemente desestabilizante para lo que ya existe y si se está muy bien conectado.

En el 2015, en Lima, el gurú de la tecnología Salim Ismail –MIT, Singularity University– me describió bien el tipo de emprendimientos que Silicon Valley financiaba: “Si has descubierto cómo viajar en el tiempo, algo así como la máquina del tiempo, Silicon Valley es para ti. Si lo que tienes entre manos no es así, mejor no intentes ir para allá”.

Silicon Valley es un lugar mitificado. Esto implica reconocer que hay verdades que se engrandecen más de lo debido: que ahí es posible encontrar gente fuera del promedio, genial, es cierto. Que mucha de esta gente se convierta en multimillonaria a temprana edad –como Jobs o Gates– es relativamente cierto. Pero el mito más desarrollado ha sido aquel de que se puede atraer ingentes cantidades de dinero tan solo con una versión muy preliminar de lo que vamos a proponer al mundo, vía el llamado “Modelo Mínimamente Viable”.

Pareciese que un lugar mítico requiriese de fábulas para vivir o existiese el deseo de dejarse llevar por la expectativa. Ya antes hubo un antecedente en los años 90, cuando se produjo la caída de las empresas web (la crisis de las “punto com”), debido a la alta especulación que traían y al poco respaldo real que ofrecían a quienes las financiaron.

Y ahora, más recientemente, se corona con otra desilusión que nos lleva a pensar en el fin de la época de gloria de Silicon Valley. Porque, además de ser un caso mediático, la condena a prisión que acaba de merecer Elizabeth Holmes, otrora disruptiva emprendedora de la tecnología para la salud, nos habla del fin de una manera de hacer negocios basados básicamente en un alto optimismo, muchas promesas y pocos resultados.

Holmes les había contado a importantes inversionistas que había encontrado una tecnología “de frontera” para acabar con las pruebas de salud invasivas: a partir de la creación de su empresa, Theranos, las pruebas de sangre ya no iban a requerir de jeringa, pues con una sola gota de sangre era posible hacer complejas evaluaciones como las del cáncer y otras enfermedades mortales.

Gente como Rupert Murdoch –que llegó a invertir US$100 millones en la firma–, Henry Kissinger –el centenario exsecretario de estado de EE.UU.– y los dueños de la cadena Walmart se dejaron llevar por la narrativa mítica y creyeron que los unicornios existían solo porque les mostraron una foto de ellos. Nunca existió la tecnología que Holmes había descrito, pero todos se dejaron seducir por una expectativa.

El Caso Theranos no solo nos habla del fin de una era en la meca de la tecnología global; nos habla de cómo es que las personas actuamos la mayoría de las veces movidos por la emotividad, la simpatía y lo que queremos ver, más allá de las razones lógicas. Y eso también aplica para las expectativas que algunas ideologías prometen en un país menos sofisticado que el valle del silicio, como el Perú.




El lado de la oferta de la descarbonización

Por: Ricardo Hausmann
El Comercio, 1 de Junio del 2023

“Una estrategia para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que les dé el mismo peso a la oferta y a la demanda ganaría mayor respaldo político”.

Usted ya ha oído hablar de esto antes: las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) son demasiado altas como para impedir cambios catastróficos para nuestro clima. Es preciso concientizar a los países, a las empresas y a las familias sobre la fragilidad del planeta en el que vivimos.

Son cada vez más los economistas que quieren gravar al carbono para fomentar su sustitución. Otros se centran en garantizar que los costos del cambio a energías limpias no recaigan de manera desproporcionada en los países en desarrollo que, según se espera, renunciarán a las fuentes de energía barata a pesar de ser responsables de muchas menos emisiones de GEI –tanto históricamente como en la actualidad– que sus contrapartes desarrolladas.

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) les pide a los países que anuncien sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés) y espera que la presión social los obligue a cumplir con esas promesas. Todas estas estrategias para promover la transición a energías limpias tienen algo en común: se centran en fomentar la demanda global por descarbonización.

Sin embargo, el lado de la oferta está notoriamente ausente de la conversación. Cada vez que alguien hace una compra, hay alguien que hace una venta; el gasto de una persona es el ingreso de otra. Si bien la estrategia del lado de la demanda hace hincapié en la compra y el gasto, pasa por alto la dinámica crucial de vender y ganar. Esto hace que todo el esfuerzo se vuelva ineficiente, injusto y políticamente engorroso.

Centrarse únicamente en los factores del lado de la demanda es ineficiente. Una creciente demanda de descarbonización, sin un incremento correspondiente en la oferta de las herramientas esenciales como cables, baterías, electrolizadores, vehículos eléctricos (VE), acero verde, fertilizantes y celdas eléctricas, no haría más que hacer subir los precios y enriquecer a los proveedores actuales de estos productos.

Este foco exclusivo en el lado de la demanda de la descarbonización también es financieramente ineficiente. Dirige el capital disponible hacia los grandes emisores y no hacia los potenciales proveedores de recursos de descarbonización.

Un buen ejemplo es la iniciativa “Una transición justa para todos” del Banco Mundial, que brinda financiamiento a los países que cierran las centrales eléctricas alimentadas a carbón. Las alianzas para una transición energética justa que han sido anunciadas hasta el momento han apuntado a los principales consumidores de carbón, pero no respaldan a los países que podrían contribuir del lado de la oferta.

Hasta el momento, la transición energética justa se ha centrado esencialmente en mitigar las pérdidas experimentadas por los trabajadores en la industria de los combustibles fósiles y en gestionar los costos adicionales asociados con abandonar estas fuentes de energía. Pero la transición a energías limpias, probablemente, tenga efectos distributivos significativamente más amplios.

Los países importadores de energía hoy en día incurren en costos muy elevados para comprar carbón, petróleo y gas, lo que enriquece a los exportadores de esos recursos. Un mundo verde alimentado con energía solar, eólica, de biomasa e hidráulica resultaría en una distribución más equitativa de la producción que favorecería a regiones como los trópicos y las zonas áridas.

Como el petróleo es tan barato de transportar, hizo que el mundo se volviera energéticamente plano, permitiendo que industrias de alto consumo de energía como el acero y los productos químicos puedan operar en países importadores de energía. Pero es poco probable que esto siga siendo sustentable en un mundo verde. Dado que las energías renovables son mucho más costosas de transportar que el petróleo, las industrias de alto consumo energético probablemente intenten reubicarse más cerca de zonas ricas en energías verdes.

Una estrategia que incluya tanto el lado de la demanda como el de la oferta de la descarbonización fomentaría coaliciones mucho más amplias en favor de una transición acelerada. Si los países pudieran forjarse un rol como proveedores de las herramientas de la descarbonización, tendrían un incentivo para presionar por un mundo que demande más sus nuevas exportaciones.

Comparemos ese incentivo con la noción de que instalar solamente paneles solares generaría suficientes empleos como para justificar la transición a energías limpias. Esos empleos nunca podrían convertirse en un motor de crecimiento porque la mayor parte del gasto va hacia los productores de paneles solares. Por el contrario, convertirse en los proveedores de herramientas de la descarbonización del mundo les permitiría a los países en desarrollo crear nuevos flujos de ingresos nacionales y regionales, facilitando un crecimiento generalizado del empleo en todas las actividades económicas.

La estrategia prevaleciente para reducir las emisiones de GEI amenaza con hacer que la transición a energías limpias se vuelva ineficiente, costosa, injusta y políticamente contenciosa, mientras que una estrategia que les dé igual peso a los lados de la oferta y de la demanda reduciría los costos, promovería la justicia y ganaría mayor respaldo político. Esta estrategia movilizaría el potencial creativo de los países al ampliar su foco, pasando de sus propias emisiones a satisfacer las necesidades de un mundo en proceso de descarbonización. Esa es una estrategia de crecimiento para todos y un llamado a la acción más convincente y lleno de energía.

–Glosado y editado–

Project Syndicate, 2023