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Poder Judicial atiborrado de denuncias maliciosas

Poder Judicial atiborrado de denuncias maliciosas

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Lima, 14 de mayo de 2021
Para Lampadia

Mucha gente cuestiona al Poder Judicial. Lo cuestiona por aquellos casos de corrupción que son de dominio público. Y bueno… es verdad. Lamentablemente, hay jueces corruptos… recontra corruptos. Para muestra un botón. Mejor dicho, un botonazo: los jueces y fiscales embarrados en el caso Los Cuellos Blancos del Puerto. ¡Un asco!

Sin embargo – así como hay corrupción – hay también probidad en el Poder Judicial. Y lo mismo ocurre en los demás poderes del Estado. Incluso, en la sociedad civil. Puede parecer extraño, pero así es la nuez… la corrupción convive con la probidad. Yo puedo dar fe de ello. Lo comprobé durante mi experiencia en el Gobierno Regional de Ica, durante los años 2015 al 2018.

El problema es que muy poco se habla de probidad en el Estado. Todo el mundo – sobre todo la prensa – se refiere casi únicamente a casos de corrupción. Para el común de la prensa – salvo escasas excepciones – todo es corrupción en el Estado. Y si hay audios y videos… mejor. Para ese periodismo escandaloso, farandulero y maledicente, nada hay bueno en el país. Al dios rating le encantan los escándalos. Poco le interesan las noticias positivas.

No obstante, este artículo se refiere a aquellos lobos disfrazados de corderos – tremendos corruptos y sinvergüenzas – que recurren a cada rato al Ministerio Público para denunciar a los buenos funcionarios estatales, quienes con su accionar honesto y responsable, impiden a los corruptos realizar sus fechorías.

En realidad, se trata de una táctica muy efectiva de las mafias enquistadas en el Estado. Ahuyentar a los buenos funcionarios públicos, denunciándolos maliciosamente por todo tipo de delitos. Delitos que son propios de bandidos de las más bajas estofas: abuso de autoridad, malversación de fondos, colusión, negociación incompatible, omisión de funciones, calumnia, difamación, falsedad genérica, o lo que sea. El objetivo es – claramente – alejar a los buenos funcionarios del Estado, para que ellos – los corruptos – sigan haciendo de las suyas.

A ese respecto va una crítica mía al Poder Judicial. ¿Por qué son tan permisivo con aquellos personajes – especialistas en leguleyadas y vericuetos judiciales – que se pasan la vida merodeando por los pasillos de los tribunales de justicia, donde presentan todo tipo de denuncias o querellas maliciosas contra funcionarios probos, las cuales – a la larga – terminan archivándose?

Resulta que para archivar dichas denuncias – por más que no tengan sustento alguno – los jueces y fiscales tienen que esclarecerlas previamente… como si les sobrara el tiempo. Además ¿cuánto cuestan las toneladas de papel y tinta que se consumen en dichos procesos, cuánto cuestan las horas de horas de interrogatorios que pierden los jueces y funcionarios denunciados, cuánto cuestan los atestados que van y vienen por todos lados?, ¿cuánto cuestan las audiencias, citaciones, objeciones, quejas y demás? Y todo por las puras.

Y lo que es peor. ¡Cuántos casos y procesos delictivos reales – crímenes, robos, estafas, vandalismos, corrupción, etc. – quedan desatendidos porque los jueces y fiscales están ocupados en esclarecer denuncias maliciosas! Conversando al respecto con una fiscal que archivó una de las numerosas denuncias maliciosas que tengo en mi contra, me dijo que cerca del 70% de la carga procesal del Ministerio Público se debe a este tipo de denuncias. ¡No hay derecho!

Distraer – y pretender confundir – a jueces y fiscales con denuncias maliciosas debería constituir un delito de suma gravedad. Ante ello, propongo penalizar pecuniariamente – y penalmente – a todos aquellos denunciantes que presenten denuncias que terminen archivándose.

Y en el caso de los caseritos – es decir, de aquellos denunciantes que sólo se dedican a ello, y que tienen varias denuncias archivadas en su haber – aumentar exponencialmente las penas por cada nueva denuncia archivada. La idea es limitar las denuncias maliciosas en todo el país, proteger a los buenos funcionarios públicos, y liberar al sistema de justicia nacional – Ministerio Público y Poder Judicial – de tanta carga procesal injusta e innecesaria.

Estas son ideas – sólo ideas – para cortarle las alas a la corrupción, y para que ésta no se aproveche abusivamente del Poder Judicial. Lampadia




Sí a la lucha contra la corrupción

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 3 de mayo de 2019
Para Lampadia

¡Detesto a los corruptos! Los corruptos se sirven de todos sus poderes para dejar secuelas de miseria en la gran mayoría de la población. Pueden ostentar cualquier cargo en el Estado o en la Sociedad Civil. Lo estamos viendo. Desde presidentes de la república, hasta humildes porta pliegos. Médicos o maestros. Empresarios o periodistas. Jueces, fiscales o policías. Corrupto puede ser cualquiera.

Son unos caraduras. Les gusta fungir de moralistas. Son grandes teatreros. Pasan de la risa al llanto con total naturalidad. Para defenderse recurren a argumentos inimaginables. Manejan el cinismo y la hipocresía con mucha destreza.

Ninguna prueba resulta suficiente para que reconozcan sus delitos. Niegan sus caligrafías. Desconocen sus voces. “El video ha sido editado” espetan espontáneamente cuando son filmados en flagrancia.

Por otro lado ¡detesto la impunidad! La impunidad es la madrina de la corrupción. La impunidad proviene de autoridades judiciales corruptas. Por eso ¡no nos vengan con que el Ministerio Público y el Poder Judicial son los paradigmas de la integridad en nuestro país! ¿Acaso Hinostroza no fue Juez Supremo Titular? ¿Acaso Águila no fue presidente del Consejo Nacional de la Magistratura? Y ¿quiénes eligieron a Águila? Pues nada menos que los máximos representantes de la Corte Suprema de Justicia, la Junta de Fiscales Supremos, las Universidades públicas y privadas, y los Colegios Profesionales. Es evidente… ¡casi todo el sistema de justicia – de arriba a abajo – estaba metido en la mazamorra!

¡Detesto el derecho inquisitorial! Las prisiones sin sentencias – o peor aún, sin acusaciones – son una manifestación de ello. Nuestras cárceles están llenas de presos sin sentencia. ¡40 mil, dicen los que saben! ¡Cuántos serán inocentes! ¡Cuántos estarán siendo chantajeados por fiscales y jueces corruptos!

“Por la ley y la moral”. Así actuaban los inquisidores medievales para quienes todas las denuncias – incluso las anónimas – eran válidas. Estamos viviendo prácticas inquisitoriales donde la voz de cualquiera manda sobre la justicia y la verdad.

No perdamos de vista que la justicia en nuestro país es – en términos generales – paupérrima y muy corrupta. Por eso es tan importante acertar en el caso Lava Jato. Lava Jato es nuestra máxima esperanza. Y los Cuellos Blancos también. ¡Que caigan los poderosos! ¡Que los corruptos vayan a la cárcel!

Para ello, los procesos judiciales tienen que estar perfectamente ajustados a la justicia y la verdad. Los corruptos se aprovecharán del más mínimo error para tirárselos abajo. Recordemos que estamos luchando contra cuatro poderes recontra bravos: el poder político, el poder económico, el poder mediático… ¡y el propio poder judicial! Y los poderosos no se van a rendir así nomás.

En ese sentido, vemos mucha valentía y determinación de parte de los fiscales Rafael Vela y José Domingo Pérez. ¡Excelente! Pero ¡por qué no acusan! Vemos muchas prisiones preventivas, pero casi ninguna acusación. Eso no está bien. ¿Por qué no acusan a Toledo? ¿Por qué tardaron tanto en acusar a Humala y Nadine? ¿Por qué Keiko está presa sin ninguna acusación?

¡Acusen! ¡Juzguen! Pero rápido. Y luego – si los casos lo ameritan – metan a los corruptos a la cárcel. Pero no al revés. Repito. Nadie quiere ver a los corruptos libres. Pero peor es ver a inocentes en prisión. Lampadia




Donde abunda la corrupción… sobreabundará la integridad

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 22 de marzo de 2019
Para Lampadia

Nadie puede jactarse de ser puro e inmaculado. “El que esté libre de pecado… que tire la primera piedra” (Juan 8:7). No hay ser en el mundo que – en algún momento de su vida – no haya dejado de actuar como persona íntegra y transparente.

Ahora bien. “Pecados sí, corrupción no” – dijo el Papa Francisco en su visita a Lima el año pasado –. Sí pues… los corruptos van más allá de la fragilidad natural de los seres humanos. Las personas corruptas están ancladas en sus autosuficiencias. No saben reconocer sus actitudes fraudulentas. Ni mucho menos arrepentirse de ellas. Los corruptos se hunden – cada vez más – en el fango de la mentira y la maldad. Viven sumidos en la corrupción. Pero no lo quieren reconocer. En el fondo son unos cobardes. ¡Su hipocresía no tiene límites!

Los corruptos son personas desintegradas. Se sirven de todos sus poderes para dejar secuelas de miseria en la gran mayoría de la población. Aparecen como personas que cumplen externamente las normas, pero sus corazones están llenos de podredumbre e inmoralidad. Viven una doble vida. Sus conversaciones privadas – sobre todo sus WhatsApp – los pintan de cuerpo entero.

Por eso – a los corruptos – se les dice también sepulcros blanqueados, llenos de huesos secos y podredumbre. La corrupción es como la adicción a las drogas. El soborno – o la coima – comienza por un pequeño sobre que luego se convierte en adicción. Los corruptos son lo peor de la especie humana. Dan de comer a sus hijos pan sucio. No tienen dignidad.

Casi todas las expresiones de este artículo provienen del Cardenal Pedro Barreto (arzobispo de Huancayo) quien puso las cosas en su sitio en un evento – al cual yo asistí – cuyo tema principal era la lucha contra la corrupción en nuestro país.

El problema es de extrema gravedad. “Actuemos con decisión y valentía para recuperar la dignidad – como personas y como país – mediante un trabajo honesto y solidario. Unidos en la verdad podemos caminar apostando por la integridad” – dijo el Cardenal Barreto en aquella ocasión.

Para mí – aparte de actuar con integridad… cada uno por su lado – eso significa confrontar a los corruptos con decisión y valentía. Claro que es riesgoso y complicado. Pero no queda otra. Efectivamente, los corruptos suelen ser personajes poderosos y abusivos. Presidentes, ministros, congresistas, jueces, gobernadores, alcaldes, empresarios, periodistas, funcionarios… los corruptos suelen ser crueles y prepotentes. Pero – repito – no queda otra. ¿Corrupción o integridad? ¡Esa es la cuestión! Por eso, frente a la corrupción ¡sólo cabe la confrontación… con decisión y valentía!

La lista de antivalores que predominan en el Estado peruano – en particular en el Congreso de la República, Poder Judicial, y Gobiernos Regionales y Locales – es interminable. Vanagloria, chantaje, clientelismo, robo, mentira, acoso, altanería, cinismo, tiranía… y paro de contar. ¡Corrupción a tope!

Estamos viviendo de idolatrías y adoraciones a las más viles diosas de la humanidad. Idolatría a la diosa corrupción. Y adoración a la diosa cobardía.

No obstante – a pesar de todo – no debemos desfallecer. Confrontemos a la corrupción con decisión y valentía. Caiga quien caiga, y le duela a quien le duela. Donde abunda el mal, sobreabundará el bien. Y donde abunda la corrupción, sobreabundará la integridad. ¡Amén! Lampadia




CÍVICA contra la corrupción, el maltrato y la inoperancia del Estado

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 22 de febrero de 2019
Para Lampadia

Los corruptos saben que son corruptos. ¡No nos vengan con cuentos! Los presidentes, ministros, empresarios, árbitros… todos los involucrados en el caso Lava Jato sabían que le estaban robando al Estado. Igualmente, los congresistas, gobernadores, alcaldes, regidores, empresarios… todos los involucrados en los casos de corrupción que aparecen todos los días en la prensa, saben que han delinquido penalmente. Las coimas… coimas son. Aquí… y en la China.

Pero la historia no acaba ahí. Los jueces, fiscales, políticos, empresarios… todos los involucrados en el caso de los Cuellos Blancos del Callao sabían que estaban violando – descaradamente – los principios de veracidad, justicia y bien.

Y lo mismo sucede más abajo en la jerarquía del Estado. Por ejemplo… ¿qué pueden pensar – de su accionar – los médicos que abandonan los hospitales en horario de trabajo? ¿Y los mafiosos que trafican con terrenos, brevetes, títulos académicos, o licencias de construcción? ¿Acaso los municipales o policías coimeros no saben que están violando la ley cuando cobran cupos a vendedores ambulantes? ¿Qué decir del tremendo rabo de paja que arrastran los periodistas que calumnian – sin escrúpulos – para ver quién cede a sus chantajes? Como dice la canción de Los Nosequién y Los Nosecuántos… “y total, corrupción hay en todos lados”.

Lo curioso es que muchos corruptos niegan ser corruptos. Incluso les gusta fungir de santurrones. Preconizan – a los cuatro vientos – su “profunda” religiosidad. ¡Su cinismo no tiene límites! Muchos pertenecen a hermandades religiosas. El Señor de los Milagros tiene miles de fieles corruptos. El Señor de Luren – de Ica – igual. Pobres Virgencitas. ¡Tener que soportar a tantos sinvergüenzas infiltrados en sus feligresías!

Todos los años – en Semana Santa – los corruptos entran en trance. En octubre se visten de morado. Incluso cargan andas. Sus conciencias están llenas de remordimientos, pero conviven con ellas como si nada. Sin embargo, nada los exime de sus pecados mortales. El gran Basadre los describió con mucho acierto. Los llamó… podridos.

Ahora bien. El problema es que la corrupción no es – sólo – una afrenta, una vergüenza, o un deshonor. La corrupción es mucho más que un descaro moral. La corrupción es – sobre todo – una pesada e injusta carga para la población civil. Por eso hay que combatirla con firmeza y valentía.

Dado que el Estado no puede con la corrupción – o peor aún, dado que el Estado está coludido con ella – tenemos que hacerle frente… desde la ciudadanía. ¡No queda otra!

Para ello ha sido creada CÍVICA… La Asociación Cívica por el Perú (www.civica.pe). Una asociación de personas destinada a monitorear los servicios que debe brindar el Estado de manera idónea y cordial. CÍVICA también ha sido creada para denunciar actos de corrupción – sobre todo – aquellos que afectan directamente a la ciudadanía. Incluidas las faltas que el Estado suele dejar pasar… por falta de autoridad, indolencia, inoperancia, o – simplemente – por corrupción.

¡Caerán los que tengan que caer! Los de arriba, los del medio, y los de abajo. Los inoperantes que están de más en el Estado. Los abusivos que maltratan a la ciudadanía… cruelmente. Y los corruptos que le roban al Estado… descaradamente.

¡Insurgencia civil contra el Estado inoperante, maltratador y corrupto! Ese es el llamamiento de CÍVICA a la ciudadanía. Yo – Fernando Cillóniz – me aúno a ello. Lampadia




Así es la nuez

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 11 de mayo de 2018
Para Lampadia

En los bajos mundos de la corrupción en el Estado, los de arriba les cobran a los empresarios. Los de abajo les cobran a los ciudadanos. Y los periodistas le cobran a los de arriba. Los únicos que no le cobran a nadie son los ciudadanos. Así es la nuez.

A los hechos me remito.

  • Un presidente de la República corrupto le cobró a un contratista corrupto. En realidad, no fue un solo presidente… fueron más. Pero, en fin. El de arriba le cobró a un empresario. Check.
  • Un servidor público abusivo le cobró a un ciudadano que no tenía porqué pagar por un servicio público gratuito. El de abajo le cobró a un ciudadano. Check.
  • Y un periodista chantajista le cobró a un alcalde coimero para no delatar sus corruptelas. El periodista le cobró al de arriba. Check.

Así es la nuez.  

En los bajos mundos de la corrupción, las cosas suceden por algo. El corrupto es un animal racional. El fin justifica los medios. El de arriba recupera lo que le paga al periodista con lo que le cobra al empresario. El empresario recupera lo que le paga al de arriba con los sobrecostos que le cobra al Estado. El de abajo y el periodista se la llevan fácil sin tener que pagarle a nadie.

El chantaje – burocrático y periodístico – es un negocio muy lucrativo… lo cual no implica que no sea sucio. El único pagano que no le cobra a nadie es el sufrido y maltratado ciudadano. Así funciona la corrupción en el Estado. Así es la nuez.

El punto es que la corrupción es ilegal. Además – y, sobre todo – es injusta, inmoral… y cruel. Me refiero – obviamente – ante la ciudadanía. Para muchos la corrupción es repugnante. Pero para los corruptos… nada que ver. Así es la nuez. Sin embargo, ha llegado a tales niveles de podredumbre que se ha tornado insostenible y explosiva.

Ojo. Los de arriba no son – sólo – los presidentes de la República corruptos. Los de arriba son – también – los funcionarios que cobran coimas a empresarios corruptos. Por ejemplo, los Congresistas, Consejeros Regionales, o Regidores que cobran 5% por gestionar obras para sus regiones; o por promulgar leyes o normas con nombres propios. Los de arriba son – también – los ministros, gobernadores, o alcaldes que cobran 10% – o más – por adjudicar a dedo obras a contratistas corruptos. También los Policías o Jueces que cobran cupos a traficantes ilegales de tierras, drogas, madera, oro, etc. Todos esos – y muchos más – son los corruptos de arriba.

Los de abajo son todos los funcionarios y servidores públicos que cobran indebidamente a los ciudadanos de la calle. Pueden ser médicos o maestros que cobran coimas a pacientes o estudiantes. Servidores que “venden” todo tipo de licencias o permisos. Policías o Fiscales que cobran cupos a delincuentes callejeros en vez de denunciarlos de acuerdo a ley.

Los corruptos de arriba son menos, pero cobran más. Incluso, cobran en dólares. Los corruptos de abajo cobran menos, pero son más. Y los periodistas chantajistas son unos cuantos que cobran más o menos. Al final – dólares o soles… coimas más, coimas menos – todos son la misma porquería.

ACLARACIÓN: En nuestro país hay autoridades honorables y capaces, a quienes hay que identificar y defender para que nos gobiernen con eficiencia y dignidad. Hay – también – muchos servidores públicos honestos y serviciales a quienes hay que agradecer y – sobre todo – respetar. Y estupendos periodistas que buscan insistentemente historias relevantes basadas en la verdad, y que denuncian la corrupción con objetividad y valentía. Es cuestión de identificarlos y respaldarlos para que los peruanos progresemos en lo moral y en lo material.

Pero también hay de los corruptos… a quienes hay que desenmascarar públicamente y denunciar como corresponde. Tolerancia cero con esos miserables. Así debería ser la nuez. Lampadia




Las 7 plagas de la metástasis burocrática

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 16 de febrero de 2018
Para Correo Ica y Lampadia

Roberto Abusada escribió un artículo muy bueno titulado “La República Burocrática del Perú”. Allí dijo “la economía peruana está trabada en grado extremo por un sistema administrativo que ha hecho metástasis y que es capaz de frenar cualquier plan de inversión”.

Ciertamente se refería a la necesidad que tenemos – como país – de crecer de la mano de la inversión privada. 100% de acuerdo. Pero el problema es aún mayor. El sistema administrativo al que hace alusión, no solo traba inversiones. Traba TODO. Incluso los trámites más sencillos que todo ciudadano requiere para su vida cotidiana. Atenciones médicas, entregas de placas de rodaje, certificados de estudios, y mil etcéteras más.

Sí… nuestro sistema administrativo ha hecho metástasis. Todo es lento y engorroso. El maltrato al ciudadano es grosero. La plata por lo bajo se ha hecho ley en nuestro país.

SOLUCIÓN: “Eliminar trámites” proponen algunos. De acuerdo. Pero yo voy más allá. Además de trámites, yo propongo eliminar burócratas. Aunque el término adecuado es depurar. O sea, quitar lo que no sirve.

“Los problemas se resuelven… o se disuelven” decía mi profesor de estadística. En vez de “resolver” la metástasis burocrática, yo prefiero “disolverla” … depurándola. Quitando lo malo. Lo que no sirve.

Claro que hay que eliminar – y simplificar – trámites. La digitalización de procesos – está probado – produce resultados extraordinarios en beneficio de la ciudadanía. Nosotros – en Ica – lo hemos hecho en varias direcciones regionales. Y muy bien.

Pero más que la tramitología que de por sí es atroz, la causa principalísima de la metástasis burocrática es la cantidad – excesiva, innecesaria, perniciosa, onerosísima – de funcionarios que no merecen estar donde están. Funcionarios – todos – que entraron al Estado por la puerta falsa. Generalmente impuestos por algunos congresistas o consejeros regionales… sus padrinos políticos.

La última década fue la debacle. El ministro Carlos Bruce lo describió así. “Cuando dejé el Ministerio – de Vivienda – en el 2005 había 300 funcionarios. Cuando volví en el 2017 encontré 3,000”. ¡1,000 % de incremento burocrático! Y lo mismo ha ocurrido en todas las instituciones públicas. ¡Cómo no iba a revivir el cuco del déficit fiscal!

Vamos con una breve descripción de las 7 plagas que configuran la metástasis burocrática:

(1) Los CORRUPTOS son los clásicos coimeros. Los que sobrevaloran las compras y contrataciones a cambio de sobornos. Los que falsifican documentos para obtener beneficios ilícitos. Los que abandonan su trabajo y cobran como si hubieran trabajado. Y todo lo demás.

(2) Los BOICOTEADORES – como su nombre lo indica – son los que boicotean la gestión pública. Por ejemplo, los que taponean los desagües de nuestros hospitales para inundar las Unidades de Cuidados Intensivos. Los que “construyen” chats falsos para incriminar a nuestros funcionarios honestos. Son unos miserables.

(3) Los MALTRATADORES son eso… los que maltratan a los ciudadanos. Los que gritan e insultan a la gente. Ustedes saben a quienes me refiero. Son detestables.

(4) Los INDOLENTES son los que no se inmutan ante el dolor de la gente necesitada. Los que hacen esperar a la gente por las puras. Son crueles.

(5) Los INEPTOS son los que no saben hacer su labor. Están donde están por sus padrinos políticos. Pero no hacen nada porque no tienen idea cómo hacerlo. Y los paganos son los ciudadanos.

(6) Los COBARDES son los que no hacen nada – no firman nada – por temor a ser sancionados o criticados. Son perniciosos.

(7) Los OCIOSOS son los que – simplemente – no les gusta trabajar. Son adictos a la Internet y a los periódicos faranduleros. Se la pasan chismeando. Son unos parásitos.

Pues bien. En Ica estamos “disolviendo” la metástasis burocrática… depurándola. Con todas las de la ley. Sacando lo malo. Lo que no sirve. Sobre todo, a los corruptos. Y quedándonos con lo bueno. Y ¡vaya que tenemos excelentes funcionarios! Gracias a ellos, estamos progresando. Lampadia




El mandamiento incompleto

El mandamiento incompleto

Fernando Cillóniz B.
Gobernador Regional de Ica
Ica, 29 de Setiembre de 2017
Para Correo Ica y Lampadia

Cuando asumió el cargo el año pasado, el Presidente Kuczynski tuvo una ocurrencia muy comentada… entregó a sus ministros un listado de siete mandamientos, los cuales – al igual que los 10 mandamientos del catolicismo – debían guiar el accionar de su equipo de gobierno.

“Debes ser absolutamente incorruptible” dice el primer mandamiento. Los siguientes mandamientos – del segundo al sexto – tienen que ver con la modestia, el trato a las personas, el conocimiento del país, los ministerios, y la PCM. El último mandamiento – el sétimo – dice así: “Toma las cosas con calma, sonríe y reza”.

Analicemos – brevemente – el último. Estamos de acuerdo… siempre es bueno tomar las cosas con calma, sonreír y – sobre todo – rezar. El atolondramiento no es bueno… y menos en gestión pública. Pero el extremo opuesto tampoco es bueno. Por ejemplo… algunos funcionarios – digamos flojos – podrían interpretar este mandamiento como “Ráscate la panza, no asumas ninguna responsabilidad, aplica la mecedora, y finalmente… sonríe y reza”. Y eso no es – precisamente – lo que quiere el Presidente.

Al contrario, a veces hay que tomar al toro por las astas y actuar con prisa y sin pausa; incluso hay ocasiones en las que es mejor no sonreír y proceder con severidad – sobre todo – frente a la corrupción e indolencia de algunas personas. A la corrupción hay que confrontarla, caiga quien caiga… rápido.

Lo de rezar – eso sí – hay que rezar… siempre. Sin embargo, no deja de causarme gracia ver cómo algunos corruptos – con un cinismo de telenovela – también rezan… ¡y con qué devoción! Pero ese es otro tema. Además – estoy seguro – el Señor de Luren sabe perfectamente quién es quién en su rebaño.

El hecho es que – con las aclaraciones del caso – los siete mandamientos de PPK son muy pertinentes, y constituyen una buena guía para todos los que estamos involucrados en la gestión pública. Tomarlos en cuenta a la hora de gobernar, es – ciertamente – un buen consejo.

Sin embargo – y a eso quería llegar – me parece que al primer mandamiento le falta algo. Como que está incompleto. En mi opinión, al “Debes ser absolutamente incorruptible”, yo le agregaría – y en mayúsculas – “… Y DARLES SU MERECIDO A LOS CORRUPTOS. Yo completaría así el primer mandamiento.

Y para que se entienda bien… darles su merecido a los corruptos es simplemente sancionar – con todas las de la ley… y en al acto – a los funcionarios o servidores que cometan faltas en el ejercicio de sus funciones. Y desenmascarar – porque no se les puede sancionar formalmente – a los corruptos que gozan de inmunidad o autonomía, como ciertos congresistas, consejeros regionales, periodistas, dirigentes gremiales, etc.  

Es que no se puede gobernar – siendo absolutamente incorruptible – con permisividad o pusilanimidad frente a gente corrupta enquistada en las gerencia o direcciones de nuestras instituciones públicas; inclusive con gente corrupta en los mandos medios o bajos del aparato estatal. No se puede gobernar – siendo absolutamente incorruptible – sin pararle el macho a políticos o personas en general, que exigen favores indebidos como dar trabajo a allegados, o contratar a amistades para hacer obras o adquisiciones sin la transparencia debida.

Tampoco se puede gobernar – siendo absolutamente incorruptible – con funcionarios que abandonan su trabajo y cobran como si nada. O con funcionarios que rinden cuentas de viáticos con facturas falsas. ¡Cómo se va a gobernar – bien – con funcionarios que encarecen presupuestos para cobrar coimas – previamente – concertadas con proveedores de su misma calaña! No se puede gobernar sin combatir a las mafias que trafican con licencias y permisos que sólo ellos pueden otorgar.

Puesto en positivo… hay que gobernar con gente honesta, eficiente y servicial, como los muchos servidores del Gobierno Regional de Ica.

Entonces… “debes ser absolutamente incorruptible… Y DARLES SU MERECIDO A LOS CORRUPTOS”. He ahí el primer mandamiento del Gobierno Regional de Ica. Y perdón por la apropiación intelectual de los demás mandamientos. Lampadia