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2021… un buen año de agua

2021… un buen año de agua

Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Lima, 28 de mayo de 2021
Para Lampadia

El tema preferido de los agoreros del clima es la sequía. Hay quienes dicen que con el calentamiento global habrá escasez de agua para toda la humanidad. Para esos videntes de desdichas, la agricultura peruana está condenada a una sequía apocalíptica.

El problema es que luego de los anuncios agoreros, no solo no aparece la sequía, sino todo lo contrario; los ríos se cargan de bote a bote – inclusive algunos se desbordan – y los agricultores brindamos por ello.

A los hechos me remito. Todos fuimos testigos de la gran cantidad de agua que transcurrió por nuestros ríos – entre diciembre y abril pasados – camino al mar. Incluso, muchos no ven – seguramente por temas de soroche – la belleza de las lagunas altoandinas llenas, las pasturas de la Sierra verdes y frondosas, y el ganado sano y bien nutrido. Además ¡qué grato resulta medir la recuperación de los acuíferos subterráneos de la Costa, luego de meses de abundancia de aguas de avenida!

Ahora – acabada la temporada de lluvias – entramos al estiaje, y muchos se lamentarán por la escasez de agua. Pregunto: ¿qué hicieron esos quejumbrosos para retener parte de las abundantes aguas de lluvias que tuvieron frente a sus narices y que se perdieron en el mar? La respuesta es… nada.

Entonces, en vez de quejarse – más bien – hay que actuar como corresponde. Desde las cabezadas de nuestras cuencas – en hermandad entre la Costa y la Sierra, tal como lo hicimos entre Ica, Huancavelica y Ayacucho en el período 2015 / 2018 – hasta las desembocaduras de nuestros ríos en el mar, debemos llevar a cabo lo que se denomina la “Siembra y Cosecha de Agua”.

Arriba – donde más llueve – debemos construir muchos reservorios; pequeños, medianos, y grandes. No importa el tamaño, sino el volumen de agua almacenable por todos los reservorios en conjunto. De eso se trata; de guardar la mayor cantidad de aguas de lluvias posible, para disponer de ellas en los estiajes.

También debemos reforestar y revegetar todas las cabezadas y quebradas. La tala indiscriminada de los últimos años ha dejado a nuestros cerros pelados, lo cual – ante cualquier lluvia, por más pequeña que sea – deviene en mortíferos huaicos que arrasan con todo lo que encuentran en su camino. La vegetación compuesta de bosques y pastizales se constituiría así en una gigantesca esponja natural, que retendría el agua de lluvias, y evitaría la erosión de nuestras quebradas.

La agricultura de secano debe cederle el paso a la agricultura bajo riego. Y el riego en sí, debe tecnificarse a todo nivel. Hay que instalar aspersores de agua en las planicies y quebradas altoandinas, y riego por goteo en las partes medias y bajas de nuestros valles estupendos.

Los acuíferos deben manejarse sosteniblemente. En efecto, el subsuelo sirve muy bien para almacenar grandes cantidades de agua. En ese sentido, los acuíferos se rellenan naturalmente; a través flujos de aguas superficiales (ríos, acequias, surcos, etc.) y artificialmente; a través de procesos de infiltración inducida, tal como se está haciendo en Ica, con resultados muy favorables.

Pero el manejo eficiente del agua implica – también – acciones administrativas innovadoras, tales como tarifas diferenciadas, o lo que en su momento planteamos como “tomas libres”. ¿Qué significa eso? Pues que en épocas de abundancia – llámese, en las temporadas de lluvias, como la que acaba de pasar – casi no se debe cobrar por el agua. Y todas las compuertas deben abrirse para que el agua discurra libremente por todos los cauces y acequias.

En cambio, el agua regulada; aquella proveniente de reservorios y represas debe cobrarse a tarifas que cubran los costos de inversión y distribución del agua. De esa forma, promovemos la infiltración de las aguas de avenida, para – precisamente – recargar al máximo los acuíferos, y hacer uso de las aguas subterráneas en los estiajes. Y todo ello, sin afectar las finanzas de las Juntas de Usuarios

Dicho esto, no podría concluir este artículo sin dar gracias a Dios y a la madre naturaleza, simplemente porque después de un 2020 realmente seco, dispusieran que este año 2021… sea un buen año de agua.

La del estribo. ¡No al estatismo controlista e inoperante! ¡No al totalitarismo opresor y corrupto! ¡No al populismo demagógico! ¡No al marxismo – leninismo fracasado en todo el mundo! ¡No al terrorismo sanguinario y su aliado el narcotráfico! ¡No al candidato violentista que con su matonería – en el 2017 – amenazó y forzó a la bruta a los maestros y escolares de Ica para que no vayan a clases!

Este domingo ¡votemos por la democracia! ¡votemos por la libertad! ¡votemos por el Perú! Lampadia




Tenemos un mundo más verde

Tenemos un mundo más verde

Desde hace un tiempo hemos venido difundiendo sobre cómo el mundo empresarial ha ido desarrollando soluciones ecoamigables para lidiar con un cada vez más creciente calentamiento global (ver Lampadia: El futuro promisorio de las baterías, Los avances de la Biología sintética), cuya existencia ha sido muchas veces denigrada por varios líderes políticos de occidente (ver Lampadia: Persiste el calentamiento global).

Sin embargo y a pesar de la clara sostenibilidad de estos avances, el eco de los que lucran con el miedo hacia el cambio climático continuamente suscita que los gobiernos emprendan soluciones más intervencionistas en los mercados – que dañan el capitalismo – sin si quiera evaluar soluciones promercado o de alineamiento de incentivos.

Pero hay un hecho que se está dando de manera orgánica, a la par del incremento de las emisiones de dióxido de carbono que nos hace pensar de una forma más esperanzadora respecto a la situación del medio ambiente: una mayor presencia de áreas verdes a nivel global. Algo que no se difunde en los medios de comunicación y hasta se oculta.

Un reciente artículo publicado por el científico Matt Ridley en Humanprogress.org explica cómo se ha dado este proceso en las últimas tres décadas y cómo a su vez resulta fundamental para explicar los procesos de glaciación global a lo largo de la historia de la tierra.

Estas reflexiones deben servir para aquellos opinólogos fatalistas del calentamiento global a ver el vaso medio lleno a la hora de despotricar en contra del sistema capitalista, pues ese mismo incremento de gases de dióxido de carbono por el que tanto lo critican está generando una mayor vegetación, lo cual a la larga implica mejor calidad de vida tanto a animales como a seres humanos. Lampadia

El enverdecimiento de la tierra significa más alimentos para los animales y mayores cosechas para los humanos

Ridley: Alégrate, la Tierra se está volviendo más verde

Matt Ridley
Humanprogress.org
8 de julio, 2019
Traducida y comentada por Lampadia

En medio de todo lo que se habla de una inminente catástrofe planetaria causada por las emisiones de dióxido de carbono, a menudo se ignora otro hecho: la ecologización global está ocurriendo más rápido que el cambio climático. La cantidad de vegetación que crece en la tierra ha aumentado cada año durante al menos 30 años. La evidencia proviene de la tasa de crecimiento de las plantas y de los datos satelitales.

En 2016, 32 autores de 24 instituciones de ocho países publicaron un paper que analizó datos satelitales y concluyó que había habido un aumento de aproximadamente el 14% en la vegetación verde durante 30 años. El estudio atribuyó el 70% de este aumento al dióxido de carbono adicional en la atmósfera. El autor principal del estudio, Zaichun Zhu de la Universidad de Beijing, dice que esto es equivalente a agregar un nuevo continente de vegetación verde de dos veces el tamaño de la tierra firme de Estados Unidos.

La ecologización global ha afectado a todos los ecosistemas, desde la tundra ártica hasta los arrecifes de coral, el plancton y las selvas tropicales, pero se manifiesta con mayor fuerza en lugares áridos como la región del Sahel en África, donde la desertificación se ha revertido en gran medida. Esto se debe a que las plantas pierden menos agua en el proceso de absorción de dióxido de carbono si la concentración de dióxido de carbono es mayor. Los ecosistemas y las granjas tendrán menos estrés hídrico a fines de este siglo que en la actualidad durante los períodos de baja precipitación.

No debería haber ninguna sorpresa sobre esta noticia. Se han llevado a cabo miles de experimentos durante muchos años en los que los niveles de CO2 se han incrementado en cultivos o ecosistemas silvestres y se ha impulsado su crecimiento. Los propietarios de invernaderos comerciales suelen bombear CO2 al aire para acelerar el crecimiento de las plantas. El CO2 es alimento vegetal.

Esta ecologización es una buena noticia. Significa más alimento para insectos y venados, para elefantes y ratones, para peces y ballenas. Significa mayores rendimientos para los agricultores; de hecho, el efecto probablemente ha agregado alrededor de US$ 3 trillones a los ingresos agrícolas en los últimos 30 años. Por lo tanto, se necesita menos tierra para alimentar a la población humana y en su lugar se puede ahorrar más para la vida silvestre.

Sin embargo, esto nunca se menciona. En su desesperación por mantener el rumbo del miedo, los activistas que viven del miedo al cambio climático hacen todo lo posible por ignorar esta incómoda verdad. Cuando no pueden evitar el tema, dicen que la ecologización es un fenómeno temporal que se revertirá en la última parte de este siglo. La evidencia de esta afirmación proviene de algunos modelos alimentados con suposiciones extremas, por lo que no se puede confiar.

Este fenómeno biológico también puede ayudar a explicar el ir y venir de las glaciaciones. Siempre ha sido un acertijo que las glaciaciones se enfríen gradualmente durante decenas de miles de años, luego de repente se vuelven a calentar de nuevo en el espacio de unos pocos miles de años, momento en el que las enormes capas de hielo de Eurasia y América del Norte colapsan y el mundo entra en un interludio más cálido, como el que hemos estado disfrutando durante 10,000 años.

Los intentos de explicar este patrón cíclico han fracasado principalmente hasta ahora. Los niveles de dióxido de carbono siguen el cambio, pero estos aumentan después de que el mundo comienza a calentarse y caen después de que el mundo comienza a enfriarse, por lo que no son la causa. Los cambios en la forma de la órbita de la Tierra juegan un papel importante, con el colapso de las capas de hielo cuando los veranos del norte son especialmente cálidos, pero solo algunos de estos llamados “grandes veranos” resultan en deglaciación.

Los núcleos de hielo recientes de la Antártida parecen haber tocado finalmente al culpable: se trata de plantas. Durante las edades de hielo, el nivel de dióxido de carbono en la atmósfera disminuye constantemente, porque los océanos más fríos absorben más CO2. Eventualmente alcanza un nivel tan bajo, alrededor del 0.018% en el pico de la última edad de hielo, que las plantas luchan por crecer, especialmente en áreas secas o en grandes altitudes. Como resultado, enormes tormentas de polvo cubren todo el planeta, llegando incluso a la Antártida, donde la cantidad de polvo en el hielo aumenta drásticamente. Estas tormentas de polvo ennegrecen las capas de hielo del norte en particular, haciéndolas altamente vulnerables al derretimiento rápido cuando llega el próximo gran verano. La edad de hielo fue una época horrible para estar vivo incluso en los trópicos: frío, seco, polvoriento y mucho menos vida vegetal que hoy.

Como dijo Svante Arrhenius, el sueco que midió por primera vez el efecto invernadero: “Por la influencia del creciente porcentaje de ácido carbónico en la atmósfera, podemos esperar disfrutar de edades con climas más equitativos y mejores”. Disfruta de la exuberante vegetación del mundo actual y disfruta del hecho de que la vegetación verde está cambiando más rápido que las temperaturas promedio globales. Lampadia

Esta publicación apareció por primera vez en Die Weltwoche.
Matt Ridley es científico, periodista y empresario. Es miembro de la junta de HumanProgress.org.




Se amplifican tensiones entre China y EEUU

Se amplifican tensiones entre China y EEUU

Si las relaciones entre China y EEUU ya venían tensionadas por el conflicto comercial en el que se veían inmersos ambos países el año pasado, las investigaciones en torno al origen del covid 19 supone un nuevo obstáculo que ha exacerbado dicha confrontación ya no solo en el ámbito económico, sino también en el militar.

Esta es una advertencia que hace The Economist en un reciente artículo que compartimos líneas abajo en el que además resume las implicancias que este proceso tiene para la geopolítica global y cómo se van mermando las oportunidades de generar consensos en torno a la lucha de otras problemáticas internacionales como el calentamiento global y la lucha contra la delincuencia, además de la que supone la mencionada pandemia.

Como comentamos en Lampadia: Una globalización reajustada, es muy difícil proyectar cómo será el devenir del mundo en los próximos meses en pleno pico de la crisis, pero sin duda algo que podemos constatar como inevitable, a la luz de estas reflexiones, será un mayor distanciamiento económico entre estas dos grandes potencias. Con ello probablemente se seguirán potenciando los ataques a la globalización – parte importante de los discursos de no solo los líderes de ambos países sino también de gran parte de la elite intelectual de Occidente (ver  Lampadia: La rivalidad de las superpotencias China y EEUU, Trampa ideológica, política y académica) – fortificando así las doctrinas nacionalistas a favor del proteccionismo de ciertas industrias estratégicas locales en los países y dañando los beneficios del libre comercio.

Nosotros desde nuestro umbral, como país pequeño y altamente dependiente de la demanda externa, debemos mantenernos firmes defendiendo el libre comercio y abriendo aún más nuestros mercados de manera que podamos paliar esta arremetida ideológica y sigamos promoviendo desarrollo para nuestros pobres. Lampadia

La nueva guerra fría y gritona
EEUU vs China

Una relación cargada de rivalidad y sospecha ha caído en una hostilidad absoluta

The Economist
9 de mayo, 2020
Traducida y comentada por Lampadia

Se habría esperado que una pandemia uniría al mundo. En cambio, el covid-19 lo está dividendo. A medida que la enfermedad se ha extendido, las relaciones entre EEUU y China se han hundido en un abismo del que tendrán que esforzarse para escapar.

Mike Pompeo, el secretario de estado, dice que tiene “enorme evidencia” de que el virus detrás del covid-19 provino de un laboratorio en Wuhan, aunque las agencias de inteligencia de EEUU y sus socios de inteligencia más cercanos dicen que aún faltan pruebas. Según los informes, para castigar a China por permitir que la enfermedad se propague, la administración Trump ha considerado exigir reparaciones o cancelar algunos bonos del Tesoro en poder de China, aunque los nerviosos funcionarios estadounidenses más tarde rechazaron esta descabellada idea. China ha calificado a Pompeo de “loco” y de “virus político”. Los medios estatales están pidiendo una investigación internacional sobre el “increíble fracaso” de EEUU para hacer frente al brote.

Este ataque profundiza una amarga rivalidad. La opinión dominante en los EEUU es que China es fundamentalmente hostil, un rival estratégico que roba la propiedad intelectual estadounidense y destruye los empleos estadounidenses en la carrera para salir adelante. Mientras tanto, China ve a EEUU como un poder decadente y disminuido que ha recurrido al bullying para mantener a China deprimida porque ya no puede competir de manera justa.

Es probable que la política interna en ambos países intensifique la animosidad. Ahora que el covid-19 ha desvanecido las ganancias económicas que se produjeron durante su vigilancia, el presidente Donald Trump está haciendo que la confrontación con China sea central en su estrategia de reelección, incluida, espera, como una forma de vencer a su oponente, Joe Biden.

China niega cualquier culpa por la pandemia, en su lugar elogia el manejo de enfermedades del partido. En casa, los medios de propaganda insinúan que el virus vino de EEUU, y se cree ampliamente. Sin embargo, la queja de EEUU de que el primer instinto de China fue encubrir el covid-19 es cierta. Otros países, incluido Australia, han pedido una investigación sobre los orígenes de la pandemia. La agencia de noticias Reuters informó esta semana sobre un documento interno preparado para los líderes de China, advirtiendo que los sentimientos en todo el mundo contra su país, liderados por EEUU, son más intensos que en cualquier otro momento desde los asesinatos en la Plaza Tiananmen en 1989. China abofeteará a los extranjeros críticos más vigorosos que nunca.

La tensión entre dos de estos poderes esplénicos tiene consecuencias. Uno es el riesgo de una acción militar. China ha ocupado y fortificado bancos y arrecifes en disputa en el Mar del Sur de China, desafiando el derecho internacional. Recientemente hundió un barco vietnamita allí. Mientras tanto, EEUU ha estado afirmando enérgicamente el principio de libertad de navegación. Cuando las tensiones son altas, también lo son los riesgos de un accidente. El punto de inflamación más peligroso es Taiwán. China reclama la isla como su propio territorio; EEUU tiene un compromiso implícito de protegerlo. Durante la pandemia, China ha estado probando las defensas de Taiwán con salidas aéreas y, en marzo, su primer ejercicio nocturno. EEUU puede estar pensando en enviar a un funcionario de alto rango para visitar.

Ni China ni EEUU buscan la guerra, seguramente. Pero se lanzan deliberadamente hacia una separación económica. El mundo está lleno de rumores de que más industrias deberían considerarse estratégicas. Como lo explica nuestro informe especial sobre la banca de esta semana, China está construyendo un sistema financiero paralelo que evitará los mecanismos de pago basados en el dólar y, por lo tanto, las sanciones estadounidenses. Un acuerdo comercial entre EEUU y China, un descongelamiento menor y precoz en su rivalidad comercial, aún puede desmoronarse.

La animosidad también hace que las amenazas globales, como el cambio climático y la delincuencia internacional, sean más difíciles de manejar. Considere la pandemia en sí. Esta semana, la Unión Europea celebró una conferencia que recaudó US$ 8,000 millones para financiar la búsqueda de una vacuna que podría salvar vidas y permitir que las personas vuelvan a trabajar sin temor. Pero EEUU se mantuvo alejado y China envió un embajador con las manos vacías. Para que esas decisiones tengan sentido en Washington y Beijing, algo debe haber salido muy mal. Lampadia




Las críticas a la responsabilidad limitada

Las críticas a la responsabilidad limitada

La estructura societaria denominada “responsabilidad limitada” se ha constituido desde los tiempos de la Revolución Industrial, como uno de las instituciones impulsoras del crecimiento al alinear los incentivos de los inversionistas de tal forma que se limitan los riesgos, potenciando así la acumulación de capital en las empresas.

Sin embargo, y como hemos comentado anteriormente (ver Lampadia: Formas societarias, propensión a invertir y control de riesgos), existen ciertas críticas académicas hacia esta institución argumentando que su existencia incentiva la comisión de actos que pueden ser en desmedro del consumidor, puesto que los activos personales de los propietarios no estarían en riesgo de liquidarse ante la posible quiebra de una empresa.

En un contexto de creciente calentamiento global y de diversas controversias que involucran muertes en torno grandes empresas (como el reciente caso de Boeing), estas críticas ahora se han potenciado en los últimos años con  líderes políticos que inclusive han solicitado el retorno a la figura de “responsabilidad ilimitada” (ver Lampadia: El plan disruptivo de Warren). Un reciente artículo publicado por Project Syndicate, que compartimos líneas abajo, refleja uno de estos embates.

Al respecto de esta postura, estamos completamente en desacuerdo. En primer lugar, porque estas críticas de la responsabilidad limitada se circunscriben a las empresas grandes, desconociendo  los grandes beneficios que otorgan a las pequeñas y medianas empresas y a sus propietarios. De no existir esta protección, el alto nivel de riesgo al cual están expuestos estos empresarios y sus restricciones de financiamiento producto de su poco patrimonio, desincentivarían cualquiera de sus inversiones limitando su crecimiento y así el de toda la economía.  En países en vías de desarrollo como el Perú en donde el 95% de empresas son MYPEs, la forma de responsabilidad limitada es fundamental para seguir incentivando la inversión y el empleo en ellas.

En segundo lugar, en relación a las críticas de la “responsabilidad limitada” a las grandes empresas, estas tampoco toman en cuenta que el mismo mercado en los últimos años está valorando, y por ende penalizando, aquellas organizaciones cuyos CEO no se encuentran impulsando lo que se denomina como “capitalismo de stakeholders” (ver Lampadia: ¿Qué tipo de capitalismo queremos?). Esto ya se visualiza con especial foco en EEUU con los políticos y la sociedad civil quienes les exigen a las empresas un nuevo rol en la sociedad, de tal manera que genere bienestar social y ambiental en torno a consumidores, proveedores, y todo agente que se vea beneficiado directa e indirectamente de su actividad productiva.

En ese sentido, creemos que en vez de lapidar permanentemente la responsabilidad limitada, se debiera difundir más la implementación de esta nueva corriente de tal forma que el mismo mercado pueda forzar la aparición de buenas prácticas en las grandes empresas. Así, el empresario propendería iniciativas sociales y ambientales de forma orgánica sin desvirtuar sus derechos de propiedad. Lampadia

La responsabilidad limitada está causando un daño ilimitado

Katharina Pistor
Project Syndicate
5 de febrero, 2020 
Glosado por
Lampadia

NUEVA YORK – En un tuit reciente, Olivier Blanchard, ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional, se preguntaba cómo podemos “tener tanta incertidumbre política y geopolítica y tan poca incertidumbre económica”. Se supone que los mercados miden y atribuyen riesgos; sin embargo, a las acciones de las empresas que contaminan, venden analgésicos adictivos y construyen aviones inseguros les está yendo bien. Lo mismo es válido para las corporaciones que enriquecen abiertamente a los accionistas, directores y funcionarios a costa de sus empleados, a muchos de los cuales les cuesta ganarse la vida y proteger sus planes de pensión. ¿Los mercados están equivocados o las señales de alarma sobre el cambio climático, las tensiones sociales y el descontento político, en realidad, son pistas falsas?

Un análisis más de cerca revela que el problema reside en los mercados. En las condiciones actuales, los mercados simplemente no pueden valorar el riesgo de manera adecuada, porque los participantes del mercado están protegidos de los daños que las corporaciones les infligen a los demás. Esta patología lleva el nombre de “responsabilidad limitada”, pero cuando se trata del riesgo asumido por los accionistas, sería más preciso llamarla “sin responsabilidad”.

Según la normativa legal vigente, los accionistas están protegidos de toda responsabilidad cuando las corporaciones de las que tienen acciones causan daño a los consumidores, a los trabajadores y al medio ambiente. Los accionistas pueden perder dinero en sus participaciones, pero también obtener ganancias cuando e inclusive porque las empresas han causado un daño incalculable contaminando océanos y acuíferos, ocultando los perjuicios que causan los productos que venden o abarrotando la atmósfera de emisiones de gases de tipo invernadero. La propia entidad corporativa podría incurrir en responsabilidad, quizás hasta entrar en quiebra, pero los accionistas pueden salir del naufragio con ganancias en la mano.

Los accionistas han salido indemnes en un caso tras otro –desde la fuga de gas de 1984 en una planta de Union Carbide en Bhopal, India, que mató a miles de personas, hasta las grandes compañías tabacaleras, los fabricantes de asbestos y British Petroleum luego del desastre de Deepwater Horizon-. Desde entonces, los accionistas de Boeing, la empresa responsable de dos accidentes aéreos en los que murieron 346 personas, obtuvieron 43,000 millones de dólares a través de recompras de acciones entre 2013 y 2019 –precisamente el período durante el cual la empresa ignoró patrones de seguridad con la intención de recortar costos-. Mientras tanto, las familias de quienes murieron deben arreglárselas con un fondo de desastres de 50 millones de dólares, que representa apenas 144.500 dólares por víctima.

En otras partes, una demanda legal contra miembros de la familia Sackler, propietaria de Purdue Pharma, una de las compañías en el centro de la epidemia de opioides, está intentando una vez más que los beneficiarios de una mala conducta corporativa asuman sus responsabilidades. Por miedo a la responsabilidad, algunos miembros de la familia, según informes, han vendido sus propiedades en Nueva York y han trasladado su dinero a Suiza. Pero, probablemente, no tengan de qué preocuparse. Como demuestra John H. Matheson de la Facultad de Leyes de la Universidad de Minnesota, las cortes rara vez les permiten a las víctimas de una conducta corporativa nociva “levantar el velo corporativo” que protege a los accionistas de toda responsabilidad.

La justificación manifestada para una responsabilidad limitada es que ésta alienta la inversión –y la toma de riesgo- en corporaciones, lo que conduce a innovaciones económicamente beneficiales. Pero deberíamos reconocer que salvar a los dueños de los perjuicios que causan sus empresas equivale a un enorme subsidio legal. Como sucede con todos los subsidios, los costos y beneficios deberían volver a evaluarse cada tanto. Y, en el caso de la responsabilidad limitada, el hecho de que los mercados no puedan valorar el riesgo de actividades que, se sabe, causan un daño sustancial debería hacernos reflexionar.

Peor aún, este subsidio particular tiene poco sentido económico. Los derechos de propiedad, todo economista sabe, están pensados para aumentar la eficiencia garantizando que los propietarios internalicen los costos asociados con los activos que poseen. Pero la responsabilidad limitada aísla a los inversores de las externalidades creadas por las empresas de las que son dueños: las cabezas ganan –y las colas también.

Mientras que los accionistas puedan beneficiarse con estas externalidades, las defenderán. Y combatirán todo intento de forzar una internalización de los costos, incluido el impuesto al carbono que la Unión Europea está promoviendo actualmente. La regulación vertical, sostienen, es ineficiente, porque los gobiernos no tienen manera de identificar la tasa óptima del impuesto. Pero si ése es el caso, ¿por qué no permitir que los mercados evalúen el riesgo correctamente, eliminando la distorsión que hoy les impide hacerlo?

Las reglas de responsabilidad no se pueden cambiar de la noche a la mañana. Pero los cambios deberían introducirse gradualmente después de un período de transición que ponga a todos en aviso. No hace falta ningún tratado multilateral nuevo ni esfuerzos de armonización complicados. Si sólo un puñado de países adoptaran “estatutos que levanten el velo” y garantizaran que los demandantes pudieran presentarse en sus cortes, los mercados responderían en consecuencia.

Sin duda, los accionistas intentarían eludir responsabilidades trasladando activos a jurisdicciones seguras, y haciendo lobby con sus propios gobiernos para que los protejan con la amenaza de sanciones comerciales contra los países que sí adopten estatutos que levanten el velo. Pero cuanto mayor sea la cantidad de países que adopten estos estatutos, menos exitosas serán estas tácticas de brazo fuerte.

Al final, un subsidio que distorsiona los mercados y les da a los inversores una licencia para causar daño no sólo es ineficiente. Es una amenaza tanto para el sistema de mercado como para el ambiente natural del que todos dependemos para nuestra supervivencia. Lampadia

Katharina Pistor, profesora de Derecho Comparado en la Facultad de Derecho de Columbia, es autora de “The Code of Capital: How the Law Creates Wealth and Inequality”.




Persiste el calentamiento global

Persiste el calentamiento global

Como hemos señalado en anteriores oportunidades (ver Lampadia: ¿Es posible acabar con la contaminación del aire al 2050?), el problema del cambio climático global, producto del calentamiento de las paredes de la atmósfera, de ninguna manera se soluciona extirpando el sistema capitalista de la faz de la tierra, un argumento que ha sido esgrimido insistentemente por las izquierdas en Occidente, hasta de las más moderadas.

Por el contrario, es la misma economía de mercado y la libre competencia las que pueden proveer de soluciones ecoamigables a diversos problemas de índole ambiental, como de hecho ya lo ha estado haciendo (ver Lampadia: El futuro promisorio de las baterías, Las baterías del futuro de China y EEUU). Ejemplos hay varios, como el desarrollo de los autos eléctricos y la transformación de la industria alimentaria – una de las principales emisoras de gases de efecto invernadero – desde la ganadería hacia la producción de alimentos con alto contenido vegetal.

Sin embargo, es menester señalar que, aún con dichos esfuerzos del empresariado, la realidad es que nuestro mundo sigue sufriendo los embates de la contaminación, producto en gran medida de la aún vasta combustión de los combustibles fósiles. Y es que pareciera que los líderes políticos de las grandes potencias – ensimismados en guerras comerciales y tecnológicas por la geopolítica global – no han terminado de internalizar la gravedad de esta problemática en sus agendas. Inclusive en muchos casos, como es el caso del presidente Trump en EEUU, lo han terminado denigrando y hasta acusando de que es una invención proveniente de China. Nada más lejano de la realidad.

He aquí la autocrítica que realiza The Economist en un artículo reciente, que compartimos líneas abajo, en donde expresa su preocupación por la falta de interés de las clases políticas dominantes en los 12 países que son responsables de las tres cuartas partes de las emisiones a nivel mundial.

Es imperativo que tales actores tomen conciencia no solo de que el cambio climático ya es una realidad y que por ende se deben tomar medidas en conjunto para combatirlo a la brevedad. Más importante aún es que adviertan que el único sistema capaz de proveer de soluciones a la humanidad en este impasse es el sistema capitalista, a través de la inversión y del alineamiento de los incentivos. En ese sentido, las soluciones de política pública provistas para combatir el calentamiento global deben girar en torno a él, de manera que no termine torciéndose la aguja del desarrollo que ha experimentado y sigue experimentando nuestro mundo (ver Lampadia: Recuperando lo mejor del capitalismo).

Un mundo en calentamiento
El problema del clima

El cambio climático toca todo lo que informa este medio. Debe abordarse con urgencia y claridad

The Economist
19 de setiembre, 2019
Traducido y glosado por Lampadia

De un año al siguiente, no puede sentir la diferencia. Sin embargo, a medida que se acumulan las décadas, la historia se vuelve clara. Las rayas en nuestra portada representan la temperatura promedio mundial en todos los años desde mediados del siglo XIX. Los años azul oscuro son más fríos y los rojos más cálidos que el promedio en 1971-2000. El cambio acumulativo salta. El mundo es aproximadamente 1ºC más caliente que cuando este medio era joven.

Representar este lapso de la historia humana como un conjunto de rayas simples puede parecer reduccionista. Estos son años que vieron guerras mundiales, innovación tecnológica, comercio a una escala sin precedentes y una creación asombrosa de riqueza. Pero esas historias complejas y las rayas simplificadoras comparten una causa común. El clima cambiante del planeta y el notable crecimiento en el número y la riqueza humana provienen de la combustión de miles de millones de toneladas de combustibles fósiles para producir energía industrial, electricidad, transporte, calefacción y, más recientemente, computación.

A nuestro alrededor

Que el clima cambiante afecta a todo y a todos debería ser obvio, como debería ser que los pobres y marginados tienen más que perder cuando el clima se vuelve contra ellos. Lo que es menos obvio, pero igual de importante, es que, dado que los procesos que fuerzan el cambio climático están integrados en los fundamentos de la economía mundial y de la geopolítica, las medidas para controlar el cambio climático deben ser igualmente amplias y abarcadoras. Descarbonizar una economía no es una simple resta; requiere una revisión casi completa.

Para algunos — incluidos muchos de los millones de jóvenes idealistas que, como The Economist fue a la prensa, se estaban preparando para un ataque climático global, y muchos de los que invadirán las calles de Nueva York durante la Asamblea General de la ONU de la próxima semana — esta revisión requiere nada menos que el castrado o el desarraigo del capitalismo. Después de todo, el sistema creció mediante el uso de combustibles fósiles en cantidades cada vez mayores. Y la economía de mercado hasta ahora ha hecho muy poco para ayudar. Casi la mitad del dióxido de carbono extra hecho por el hombre de la atmósfera se colocó allí después del cambio de la década de 1990, cuando los científicos dieron la voz de alarma y los gobiernos dijeron que actuarían.

De hecho, concluir que el cambio climático debería significar encadenar el capitalismo sería equivocado y perjudicial. Existe un inmenso valor en el vigor, la innovación y la adaptabilidad que los mercados libres aportan a las economías que tomaron forma durante ese siglo rayado. Las economías de mercado son los pozos que producen la respuesta que requiere el cambio climático. Los mercados competitivos debidamente incentivados, y los políticos que sirven a una verdadera sed popular de acción, pueden hacer más que cualquier otro sistema para limitar el calentamiento que se puede evitar y hacer frente a lo que no.

Para comprender ese contexto, es importante comprender todas las cosas que el cambio climático no es. No es el fin del mundo. La humanidad no está balanceándose al borde de la extinción. El planeta en sí no está en peligro. La Tierra es una cosa vieja y dura y sobrevivirá. Y aunque se puede perder mucho, la mayor parte de la vida maravillosa que hace a la Tierra única, por lo que los astrónomos aún pueden decir, persistirá.

Sin embargo, el cambio climático es una amenaza grave para innumerables personas, una que tiene un alcance planetario. Desplazará decenas de millones, como mínimo; interrumpirá las granjas de las que dependen miles de millones; secará pozos y tuberías de agua; inundará lugares bajos y, a medida que pase el tiempo, también los más altos. Es cierto que también proporcionará algunas oportunidades, al menos a corto plazo. Pero cuanto más tiempo demore la humanidad en reducir las emisiones, mayores serán los peligros y menos los beneficios, y mayor será el riesgo de sorpresas verdaderamente catastróficas.

La escala de las implicancias subraya otra cosa que el cambio climático no es. No es solo un problema ambiental junto con todos los demás, y absolutamente no uno que pueda resolverse mediante la abnegación autoflagelante. El cambio por parte de las personas que están más alarmadas no será suficiente. Lo que también se necesita es un cambio en la vida de aquellos a quienes aún no les importa mucho. El clima es un asunto de todo el gobierno. No se puede desviar al ministro del medio ambiente, a quien nadie puede nombrar.

Y eso lleva a una tercera cosa que el cambio climático no es. No es un problema que pueda posponerse durante algunas décadas. Es aquí y ahora. Ya está haciendo que eventos extremos como el huracán Dorian sean más probables. Sus pérdidas ya están allí y a menudo están de luto, en paisajes apagados donde los glaciares han muerto y en los arrecifes blanqueados de sus colores coralinos. El retraso significa que la humanidad sufrirá más daño y enfrentará una lucha mucho más costosa para recuperar el tiempo perdido.

Colgando juntos

Qué hacer ya está bien entendido. Y una tarea vital es la especialidad del capitalismo: mejorar la situación de las personas. La adaptación, incluidas las defensas marinas, las plantas de desalinización, los cultivos resistentes a la sequía, costará mucho dinero. Ese es un problema particular para los países pobres, que corren el riesgo de un círculo vicioso donde los impactos del cambio climático les roban continuamente la esperanza de desarrollo. Los acuerdos internacionales enfatizan la necesidad de apoyar a los países más pobres en sus esfuerzos por adaptarse al cambio climático y hacerse lo suficientemente ricos como para necesitar menos ayuda. Aquí el mundo rico está eludiendo sus deberes.

Sin embargo, incluso si tratara de cumplirlos, de ninguna manera todos los efectos del cambio climático se pueden adaptar. A medida que avanza el cambio, menos adaptación podrá compensarlo. Eso lleva a la otra necesidad del capital: la reducción de emisiones. Con mejoras tecnológicas plausibles y mucha inversión, es posible producir redes eléctricas que no necesitan centrales eléctricas que emitan dióxido de carbono. El transporte por carretera puede electrificarse, aunque los envíos de larga distancia y los viajes aéreos son más difíciles. Los procesos industriales pueden ser reestructurados; aquellos que deben emitir gases de efecto invernadero pueden capturarlos.

Es una tontería pensar que todo esto se puede hacer en diez años más o menos, como lo demandan muchos activistas y algunos aspirantes presidenciales estadounidenses. Pero los esfuerzos de hoy, que son demasiado laxos para mantener al mundo alejado de dos o incluso tres grados de calentamiento, pueden mejorarse enormemente. Obligar a las empresas a revelar sus vulnerabilidades climáticas ayudará a los inversores cada vez más preocupados a asignar capital de manera adecuada. Un precio sólido sobre el carbono podría estimular nuevas formas de innovaciones para reducir las emisiones que los planificadores aún no pueden imaginar. Sin embargo, por poderosa que sea esa herramienta, la descarbonización que conlleva deberá acelerarse a través de regulaciones bien orientadas. Los electores deben votar por ambos.

El problema con tales políticas es que el clima responde al nivel general de dióxido de carbono en la atmósfera, no a la contribución de un solo país. Si un gobierno reduce drásticamente sus propias emisiones pero otros no, el galante reductor generalmente no verá daños reducidos. Esto no siempre es del todo cierto: los excesivos subsidios de energía renovable de Alemania impulsaron un auge mundial en la producción de paneles solares que los hizo más baratos para todos, reduciendo así las emisiones al exterior; los prósperos parques eólicos marinos de Gran Bretaña pueden lograr algo similar. Pero es lo suficientemente cierto en la mayoría de los casos como para ser un gran obstáculo.

La solución obvia será desagradable para muchos. Las conversaciones sobre el clima de la ONU tratan a 193 países como iguales, proporcionando un foro en el que todos son escuchados. Pero las tres cuartas partes de las emisiones provienen de solo 12 economías. En algunas de ellas, incluida EEUU, es posible imaginar votantes más jóvenes en las democracias liberales que exigen un realineamiento político sobre cuestiones climáticas, y un nuevo interés en lograr que otros se unan. Para un club compuesto por una docena de grandes y medianos poderes extravagantes, resolver un acuerdo “minilateral” dejaría a miles de millones excluidos de las preguntas que podrían dar forma a su destino; los participantes necesitarían nuevos sistemas de preferencia comercial y otras amenazas y sobornos para mantenerse en línea. Pero podrían romper el estancamiento, empujando lo suficiente del mundo a una trayectoria de mitigación más pronunciada para beneficiar a todos, y ser ampliamente emulados.

El daño que terminará causando el cambio climático depende de la respuesta humana en las próximas décadas. Muchos activistas de la izquierda no pueden imaginar las democracias liberales de hoy respondiendo al desafío en una escala adecuada. Piden nuevos límites a la búsqueda de la prosperidad individual y el control general del gobierno sobre la inversión, restricciones que algunos de ellos aceptarían bajo cualquier circunstancia. Mientras tanto, a la derecha, algunos apartan la mirada del incipiente desastre como diciendo “estoy bien, Jack” e ignoran sus deberes para con el grueso de la humanidad.

Si el espíritu de empresa que primero aprovechó el poder de los combustibles fósiles en la Revolución Industrial es sobrevivir, los estados en los que más ha prosperado deben demostrar que esas actitudes son erróneas. Deben estar dispuestos a transformar la maquinaria de la economía mundial sin renunciar a los valores de los que nació esa economía. Algunos afirman que el amor del capitalismo al crecimiento lo enfrenta inevitablemente a un clima estable. Este periódico cree que están equivocados. Pero, sin embargo, el cambio climático podría ser la sentencia de muerte para la libertad económica, junto con mucho más. Si el capitalismo quiere mantener su lugar, debe mejorar su juego. Lampadia




A propósito del niño. ¿por qué se caen los puentes y el SNIP?

Raul Delgado Sayán
Para Lampadia

Cada vez que tenemos un Fenómeno de El Niño; lluvias inusuales con los cambios climáticos producto del calentamiento global que además las harán más frecuentes, en el Perú se generan huaicos; se cortan las vías de comunicación; ocurren inundaciones y desbordes de ríos; y lo más grave es que cobran vidas. Los bloqueos de carreteras pueden solucionarse en corto tiempo con equipamiento, pero el reemplazo de puentes toma bastante más tiempo en reconstruirlo a su plena capacidad y aísla a las poblaciones.

Cada vez que ocurren estos fenómenos se pierden centenares de puentes. Todos esos puentes o su gran mayoría, son diseñados y construidos cumpliendo con las normas de diseño y construcción y sin embargo se caen. ¿Por qué se caen? Si uno observa los puentes colapsados no se caen generalmente por la súper estructura (la parte horizontal por donde transita el tráfico), mayormente colapsan los apoyos y por eso en las fotos uno observa que los puentes se caen completos. Otra de las razones es que la altura libre entre el nivel del cauce del río y el piso del puente es sobrepasada y el agua llega a la superficie del puente con mucha fuerza y lo arrasa.

¿Por qué fallan los apoyos?

El Perú tiene como característica ríos de excesivo caudal; velocidad, y por consiguiente energía cinética, que hace que cuando llueve con más intensidad los ríos se cargan exponencialmente y bajan con mucha fuerza llevando todo tipo de rocas, que en su discurrir erosionan las bases de los apoyos hasta quitarles todo soporte. En apenas 70 a 80 kilómetros de recorrido, las aguas del río bajan desde 4,800 metros sobre el nivel del mar hasta el nivel del mar, con lo cual la fuerza erosiva es muy alta. Hace pocos días el presidente de la República, en una de sus visitas a Moquegua con ocasión de la caída del Puente Montalvo, mencionó que los puentes fallaban porque antes no se utilizaban pilotes para la cimentación de los apoyos, y por eso se erosionaban y caían. En lugar de cimentarlos sobre pilotes de acero o de concreto que llevan a 15 o 20 metros de profundidad la cimentación, simplemente se apoya sobre zapatas y a no más de 3 a 3.50 metros de profundidad.

¿Por qué el río crece, sobrepasa y arrasa el puente?

La estimación del caudal de agua que lleva consigo el río a extrema velocidad sobrepasa las estimaciones previstas, ya sea porque éstas no fueron suficientes o porque no se hizo mantenimiento al fondo del cauce del río con lo cual disminuye su capacidad. Esto último tenemos que aceptar que es una realidad porque para los centenares de puentes que hay en el Perú no se va a disponer de recursos para limpiar los cauces de todos cada año previo a las lluvias. Por consiguiente, lo que debiera hacerse, sobre todo considerando ya estas avenidas extremas de los Fenómenos del Niño, es elevar los apoyos del puente por lo menos 1 metro o algo más, sobre aquello que determine el cálculo de avenidas probables, de modo de tener un factor extra de seguridad frente a estas avenidas extremas del Niño que irán agravándose por causa del calentamiento global.

¿Por qué se ha construido así en el Perú?

La respuesta tiene que ver con el famoso SNIP. La definición del SNIP, que es la etapa de pre-inversión (estudios a nivel de Factibilidad donde se analizan varias alternativas); obliga a que se decida como alternativa elegida: “Aquella que cumple el objetivo al menor costo”. El objetivo es cruzar de un lado a otro del río con tráfico vehicular, entonces si se coloca pilotes a los apoyos del puente para preservar y asegurar su no colapso ante fenómenos de crecidas de los ríos, o se decide elevar los apoyos 1m más como una medida de factor extra de seguridad, el costo del puente aumentará en aproximadamente un 15% a 17%, con lo cual no pasa el SNIP y le dicen al diseñador: “disminuye los costos”. Pero se quita los pilotes y baja la altura de los apoyos, con ello el riesgo es muy alto que colapse el puente y se pierde el 100% de la inversión, genera un pasivo adicional por todo el costo de no tener el puente durante un buen tiempo y finalmente lo tienen que volver a construir y ojalá en el evento no se produzca el colapso con tráfico encima que conllevaría tener también pérdida de vidas.

Ahora si el buen ingeniero supervisor dice: un momento, esto no es seguro y hay que cambiar la cimentación para poner pilotes y elevar la altura de los apoyos, con lo cual se genera un Adicional, después va a venir alguien de los organismos de control o del Congreso, o de donde fuera, y va a denunciar que ha habido sobrecosto en el puente y por consiguiente hay que denunciar a quién decidió implementar estas mayores medidas de seguridad.

Así como este caso y en diferentes tipos de edificaciones e infraestructuras hay muchísimos ejemplos similares, y el gravísimo problema es que todavía no cambiamos la mentalidad de creer que la mejor solución de un proyecto de ingeniería es aquella del menor costo, en lugar de tomar todos los factores de riego en consideración durante la vida útil de la infraestructura y después decir la solución a escoger es aquella que resulta siendo la óptima. Lampadia




Encontrando solidaridad en un desastre

Nuestro país está pasando por momentos críticos y necesita la ayuda de todos. Las inusuales lluvias a causa del Niño Costero han golpeado fuertemente la costa norte del Perú, inundando hospitales y dejando aisladas a algunas ciudades. Las tormentas están siendo causadas por un calentamiento de las aguas superficiales en el Océano Pacífico y se espera que continúen por otras dos semanas, afectando a más de la mitad de la nación. Sin embargo, a pesar de tantos destrozos, es encomiable como los peruanos estamos siendo tan solidarios con nuestros compatriotas.

Fuente: COEN, Semana Económica

El Perú ha respondido con una enorme campaña en favor de nuestros compatriotas. Mucha gente se unió donando ropa, agua, alimentos, tiempo y manos para recibir, seleccionar y empacar lo recolectado. No solo en organizaciones establecidas como la Cruz Roja, sino en pequeños grupos de personas, que ayudaron como pudieron: en Lima, limpiando las playas de Punta Hermosa, llevando comida y abrigo a ciudades afectas y mediante donaciones en todo el país.

Se crearon distintas campañas como #NuestroPerúunido, #FuerzaPerú, #juntosporpiura, #juntosporPH, #unasolafuerza y #AyudemonosEntrePeruanos. Todas con el mismo objetivo: apoyarnos entre hermanos para salir adelante tras este terrible desastre. Inclusive algunos locales apoyaron:

¿Qué más podemos hacer?
El Perú nos necesita y llegó la hora de actuar. Donar o ser voluntario son algunas opciones. La Cruz Roja activó un sistema de donación online para peruanos y extranjeros: Ingresa aquí. También puedes llevar agua embotellada, comida enlatada, ropa en buen estado, artículos de aseo y mucho más a los puntos de acopio establecidos: los centros comerciales Plaza San Miguel, Jockey Plaza y Mega Plaza, en Lima, así como las instalaciones del Real Plaza en Sullana, Piura, Chimbote, Chiclayo y Trujillo. Otra alternativa es inscribirte como voluntario en #UnaSolaFuerza, el portal del gobierno que reúne información oficial sobre la situación del fenómeno. 

Fuente: Radio Vaticano

Tales respuestas a los desastres revelan una visión alternativa de cómo organizar la sociedad: con la gente común que se unen para ayudar a rescatar y reconstruir sus comunidades. Los desastres sirven como recordatorios de que todo el mundo depende de sus amigos y vecinos. Desastres como el Niño Costero demuestran que otro mundo es posible. La respuesta inmediata al desastre no es individualista ni dirigida por el Estado, sino más bien creada por la gente local ayudándose mutuamente. La cooperación y la solidaridad, visibles después de los desastres, también pueden hacer la vida ordinaria más rica y más resistente. ¡Bravo Perú! 

Lampadia




COP21: Una primera descripción del acuerdo por el clima global

COP21: Una primera descripción del acuerdo por el clima global

Después de haber acumulado varios fracasos, finalmente, con el esfuerzo de varios años de negociaciones sobre el calentamiento global se concretó de un acuerdo considerado positivo en París este sábado (12/12/15) por la noche, cuando el presidente de la COP21, el canciller de Francia y presidente de la conferencia, Laurent Fabius, dio el martillazo simbólico sobre la mesa y dijo: “el acuerdo de París por el clima es aceptado”.

Los participantes asisten a un panel de ” Presentación de la Ciencia en una esfera ” en la COP21, 
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en Le Bourget, al norte de París. (Fuente: AP foto)

El acuerdo de 31 páginas firmado en París, que entrará en vigencia en 2020, pasó por varios borradores antes de ser aceptado. Acá una pequeña explicación de los principales temas:

Objetivo a largo plazo:

El objetivo a largo plazo del acuerdo es hacer que el calentamiento global se mantenga “muy por debajo” de los 2 grados centígrados y para “seguir con los esfuerzos” de limitar el aumento de temperatura de 1.5 grados centígrados. Las temperaturas ya han aumentado en cerca de 1 grado Celsius desde los tiempos pre-industriales. Para lograr ese objetivo, los gobiernos se han comprometido a detener el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero que atrapan el calor “tan pronto como sea posible.” En algún momento después de 2050, dice el acuerdo, las emisiones de origen humano deben reducirse a un nivel que los bosques y los océanos puedan absorber.

Objetivos de emisiones

Con el fin de alcanzar el objetivo de largo plazo, los países acordaron establecer objetivos de reducción de emisiones nacionales cada cinco años. Más de 180 países ya han presentado objetivos para el primer ciclo que comienza en el año 2020. Se espera que sólo los países desarrollados recorten sus emisiones en términos absolutos; las naciones en desarrollo son “incentivadas” a hacerlo ya que sus capacidades evolucionarán con el tiempo. Hasta entonces, se espera sólo frenen el crecimiento de sus emisiones a medida que sus economías se desarrollan.

Revisión de los objetivos

Los objetivos iniciales no serán suficientes para encaminar al mundo para alcanzar la meta de temperatura a largo plazo. Así que el acuerdo pide a los gobiernos revisar sus objetivos en los próximos cuatro años y ver si pueden ser “actualizados”. Eso no requiere que los gobiernos profundicen sus recortes de emisiones, pero la esperanza es que lo hagan a medida que las fuentes de energía renovables se vuelvan más asequibles y eficaces.

Transparencia

No existe penalidad para los países que no cumplan con sus objetivos de emisiones. Pero el acuerdo tiene normas de transparencia para ayudar a alentar a los países a hacer realidad sus promesas. Esa fue una de las piezas más difíciles de acordar, con China pidiendo requisitos más suaves para los países en desarrollo. El acuerdo dice que todos los países deben informar sobre sus emisiones y sus esfuerzos para reducirlas. Pero permite cierta “flexibilidad” para los países en desarrollo ya que “lo necesitan.”

Apoyo financiero

El acuerdo dice que los países ricos deben seguir ofreciendo apoyo financiero para ayudar a los países pobres a reducir sus emisiones y adaptarse al cambio climático. También alienta a otros países a apoyar en forma voluntaria. Esto allana el camino para que las economías emergentes como China contribuyan, a pesar de que no es obligatorio que lo hagan.

No se ha acordado un monto fijo de apoyo financiero, pero los países ricos ya se habían comprometido previamente en proporcionar US$ 100 mil millones al año en el financiamiento climático para el año 2020.

Estas son hermosas promesas. Sin embargo, queda mucho trabajo que por hacer. Algunos analistas describen el pacto de París tanto como un milagro y un desastre. Entre sus debilidades más significativas está el hecho de que las emisiones de la aviación y el transporte marítimo están excluidos del acuerdo, las promesas nacionales de los países para reducir las emisiones son tan sólo de carácter voluntario y que la ayuda financiera para que los países en desarrollo migren a economías bajas en carbono puede ser pequeña y tardía.

“París es sólo el pistoletazo de partida en la carrera hacia un futuro bajo en carbono”, dijo el presidente ejecutivo de WWF (World Wild Fund), David Nussbaum. “Este acuerdo por sí solo no nos va a sacar del agujero en el que nos hemos metido”, dijo el director ejecutivo de Greenpeace, Kumi Naidoo, “pero hace que la caída sea menos pronunciada”.

Muchos en el Perú ven el acuerdo de Paris como muy lejano a Perú, ya que América Latina solo es responsable del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero, pero muchas zonas del continente son vulnerables en un mundo que se calienta. Significa mucho, por ejemplo, que el acuerdo de París señale que los países deben hacer su mejor esfuerzo para evitar que el aumento de la temperatura global supere los 1.5 grados centígrados, aunque el límite haya sido establecido “muy por debajo” de los dos grados centígrados.

Tal vez el cambio más significativo que afecte a América Latina en el futuro será el cambio a la economía sin el uso de fuentes de energía fósiles. Los observadores dicen que el objetivo del acuerdo es alcanzar un techo mundial de las emisiones de gases de efecto tan pronto como sea posible y que eso implica una dirección clara para evitar el uso del petróleo, gas y carbón y el traslado de las economías a la dependencia de las energías renovables. América Latina es considerada una región bastante atractiva para la inversión en energía limpia y este acuerdo podría ayudar al ímpetu de los inversionistas para que se interesen en las energías renovables.

Un último tema relevante para Perú es el de la Selva Amazónica. Ecuador, Bolivia, Colombia, Brasil y Perú, tienen un tercio des selvas tropicales y millones de pobladores en ellas. Muchos países del continente dependen de reducir la deforestación con el ánimo de alcanzar sus objetivos en la reducción de emisión de gases. Las movilizaciones en París reclamaron a los presidentes latinoamericanos un alto a la deforestación de bosques para construir carreteras y exploración petrolera.

El presidente de la COP21, el ministro de Relaciones Exteriores francés, Laurent Fabius, fue explícito en afirmar que el acuerdo va a ayudar a los países latinoamericanos en sus intentos de reforestación y protección de la enorme selva amazónica. El pacto de París también reconoce la importancia de proveer “adecuados y previsibles” fondos para ayudar a los gobiernos para reducir la deforestación. Esto significa el incremento de dinero para los países que tienen parte de la Amazonía, en tanto puedan alcanzar los requerimientos para asegurar la reducción de la deforestación de una forma confiable. En el caso del Perú, una agenda ofensiva consecuente con nuestra realidad, de un país que tiene mucho por crecer, debería basarse en compromisos de reforestación (ver en Lampadia: El Perú tiene que abordar la COP20 con sus cinco sentidos bien puestos) y en la limpieza de nuestras aguas (en el mar, ríos y cochas).

Por lo tanto, hay sentimientos encontrados sobre el resultado de la reunión de Paris, ya que tiene puntos fuertes y débiles. La situación actual de la COP21 puede ser resumida en las palabras de la Ministra sudafricana Edna Molewa en una de las conferencias en Paris, en las que canalizó el espíritu de Nelson Mandela, citando: “He recorrido el largo camino hacia la libertad. He tratado de no fallar, he tenido errores en el camino. Pero he descubierto que el secreto después de escalar una gran colina, es que uno sólo encuentra muchas más colinas que subir. Me he tomado un momento para descansar, para robar una vista de la gloriosa visión que me rodea, para mirar hacia atrás y ver desde donde vengo. Pero sólo puedo descansar por un momento, ya que con la libertad viene la responsabilidad, y no me atrevo a quedarme, mi larga caminata no ha terminado”. Lampadia

Líneas abajo compartimos algunas imágenes ilustrativas y las cifras más relevantes presentadas en la COP21:

HOLANDA: 1er gobierno en ser declarado culpable de no proteger a sus ciudadanos del cambio climático en julio de 2015

La Contaminación del Agua: Se estima que hay 1.75 mil millones de piezas de plástico flotando en el medio del Océano Atlántico 

 Hay 6 gases de efecto invernadero enumerados en el marco del Protocolo de Kyoto

 La contaminación del aire: 57% del metano producido en Francia cada año proviene de los animales de granja

 Carros Eléctricos: 33% de los nuevos autos registrados en Noruega en 2015 fueron eléctricos, 

volviendo al país en el líder mundial de carros eléctricos

 Los recursos renovables fueron la única fuente de electricidad en Costa Rica por 75 días en 2015

 Agua: 250 mil millones de galones de agua fueron utilizados por empresas energéticas de EEUU para el gas de esquisto entre 2005 y 2014

Energía: Los Emiratos Árabes Unidos se han comprometido a invertir $ 35 mil millones en 2025 

para reducir su dependencia del gas natural 

 La Contaminación del Aire: Letonia es el país que menos contamina de la UE, liberando tan sólo 3.8 toneladas de CO2 por persona al año

Cambio Climático: 8% de las especies están en peligro de extinción  si la temperatura global se eleva en 3°C al 2100

Reforestación: Una cifra récord de 100,450 árboles fueron plantados en una hora en Perth, Australia en Julio de 2014 

Calentamiento Global: La Tierra será 2.7°C más cálida a finales del siglo si los gobiernos 

no hacen recortes de emisiones de carbono 

Desastres Naturales: Las empresas de seguros pierden $50 mil millones cada año por desastres naturales 

relacionados a cambios climáticos

Energía: 46,150 paneles solares proveen toda la electricidad que necesita el Aeropuerto Internacional Cochin de la India 

Cambio Climático: Julio de 2015 fue el mes más cálido registrado en la historia por el NOAA, con una temperatura promedio de 16.61°C 

Cambio Climático: Se impuso un feriado obligatorio de 4 días en Iraq por las olas de calor de Julio de 2015 

Cambio Climático: El aumento anual de los niveles del mar es de 3.2mm desde 1993

Ahorro de Energía: El 100% del alumbrado de las calles en la isla francesa de L’île de Sein provienen de luces LED

-25% del CO2 de bosques son el resultado de los esfuerzos de preservación entre 2001 y 2015 

Deforestación: Se pierde 1Km cuadrado de bosque en el mundo cada segundo 

Cambio Climático: Hubo 91 huracanes en 2014, un récord mundial 

Cambio Climático: Tener hasta 80 días de nieve al año en Suecia será historia al 2100 

Objetivo: 40% del total de la producción eléctrica en Francia vendrá de fuentes de energía renovable al 2030 

Cada búsqueda en Google produce 7 gramos de CO2  

La Contaminación del Aire: China, el país que más contamina en el mundo, liberó 8.1 mil millones de toneladas 

de CO2 a la atmósfera en 2013 

Calentamiento Global: Los países desarrollados se han comprometido a invertir $57 mil millones 

La Capa de Ozono: 2 millones de casos de cancer a la piel serán prevenidos al 2030 

gracias a los esfuerzos de reparar la Capa de Ozono de la Tierra

 




Estrategia ambiental que ayude a los países más pobres

Estrategia ambiental que ayude a los países más pobres

Como hemos comentado anteriormente, la estrategia básica de la humanidad para contrarrestar el calentamiento global esta circunscrita, en gran medida, a lograr compromisos de reducción de emisiones de CO2. Estos compromisos vienen siendo asumidos principalmente por países desarrollados como: Suiza (30% al 2030), Unión Europea (40% al 2030), Noruega (40% al 2030) y EEUU (26% al 2025), entre otros.

Todas estas naciones tienen dos particularidades que los diferencian sustancialmente de países como el Perú. La primera, niveles de desarrollo e ingresos altos; y la segunda, sufren de bonos demográficos negativos (sus poblaciones han entrado en un proceso de disminución importante, con reducciones hacia el 2050 de 30, 40 y 50%).

En cambio, el Perú no ha alcanzado aún los niveles de desarrollo que nos permitan ser parte del primer mundo, tanto por nuestros incipientes niveles de ingreso como por el limitado acceso a la tecnología moderna. Esto significa que todavía debemos que crecer mucho más. Por otra parte, tenemos un bono demográfico positivo por delante. Hacia el 2050, nuestra población económicamente activa (PEA) se incrementará en 40%.

Esto nos obliga, junto con muchos otros países de menor desarrollo, a generar estrategias que hagan compatible nuestro esfuerzo por contribuir a mitigar el calentamiento global con nuestras imperiosas necesidades de crecimiento.

Ya hemos destacado que la reforestación (diferente al cuidado de los bosques), es para nosotros una gran oportunidad de desarrollo productivo y de contribución al ambiente. Por ejemplo, solo en la sierra peruana tenemos 7 millones de hectáreas con capacidad de reforestación. Haciéndolo podemos compensar no solo nuestras propias emisiones actuales y futuras, sino también, seguramente, las de buena parte del resto del planeta. Los bosques jóvenes, a diferencia de los maduros, tienen un alto metabolismo, es decir una alta capacidad de absorber y de fijar el carbono de la atmósfera por muchos años. Ver en LampadiaMadera: Fabulosa reserva productiva.

Otro aspecto fundamental para que logremos una contribución positiva a la calidad del ambiente es la de “limpiar nuestras aguas”.

En el Perú, lamentablemente, los cursos y depósitos de agua se usan como basureros. Esto empieza con los desagües y aguas negras de la mayoría de nuestros pueblos, se agrava con el vertimiento de basura a los ríos, los desechos industriales, los flujos de los relaves mineros antiguos y finalmente el descuido absoluto de nuestro mar.

Los océanos cumplen una función fundamental en la calidad del ambiente, son un pulmón que absorbe el CO2, tanto por parte de los trillones de microorganismos que lo habitan, además del plancton y las algas, que aparte de absorber el carbono emiten oxígeno fresco. Se calcula que los mares absorben el 25% del CO2 que generamos los seres humanos y producen cerca del 70% del oxígeno del planeta.

Entonces, acá tenemos una muy importante tarea: iniciar un proceso serio, permanente y efectivo para limpiar nuestras aguas. Para ello debemos identificar los avances tecnológicos que puedan ayudarnos a profundizar esta tarea, por lo cual, debemos estar más cerca de estos desarrollos.

La eliminación del dióxido de carbono de la atmósfera por los mares, ha desacelerado el calentamiento global. Los océanos han absorbido el 48% de todo el dióxido de carbono emitido por la quema de combustibles fósiles y de la fabricación de cemento entre 1800 y 1994.

“Los océanos están realizando un gran servicio a la humanidad mediante la eliminación de este dióxido de carbono de la atmósfera”, dijo Christopher Sabine, un geofísico de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica en Seattle, Washington

Veamos algunos desarrollos técnicos aleccionadores:   

  1. Plantear objetivos ambientales básicos para la limpieza de las aguas y tomar medidas preventivas.
  2. Las microalgas son una fuente de energía y limpieza de aguas contaminadas. Un proyecto europeo de la Universidad de Vigo ha investigado sobre las posibilidades del uso de microalgas como energía renovable y, además, está investigando la posibilidad de usar estos materiales para limpiar aguas contaminadas por metales pesados.
  3. Las bacterias transgénicas pueden limpiar las aguas contaminadas con mercurio. Las bacterias transgénicas soportan altas dosis de mercurio y pueden sanear su entorno. Oscar Ruiz y sus colegas de la Universidad Interamericana de Puerto Rico consideran que estas constituyen “una alternativa” a las costosas técnicas actuales de descontaminación, reseñó AFP. Son capaces de proliferar en una disolución que contenga 24 veces la dosis mortal de mercurio para las bacterias no resistentes, las cepas transgénicas pudieron absorber en cinco días el 80% del mercurio contenido en el líquido, según un estudio publicado en Londres por BMC Biotechnology.
  4. Las bacterias Escherichia coli se volvieron resistentes a altas concentraciones de mercurio gracias a la inserción de un gen que les permite producir metalotioneína, una proteína que juega un papel de desintoxicación del organismo en los ratones.
  5. Las bacterias transgénicas demostraron que pueden extraer el mercurio de un líquido, de modo que “la primera y principal aplicación podría ser recuperar el mercurio en el agua y en otros líquidos”, precisó a AFP Ruiz.
  6. Un polvo blanco para limpiar el agua. Entre los métodos tradicionales para limpiar sustancias químicas se encuentran los materiales de grafeno y las esponjas.
    Un equipo científico usó un nanomaterial que puede absorber hasta 33 veces su peso para limpiar agua contaminada.
    Se trata del nitruro de boro, que puede absorber en cantidades enormes y de manera preferencial sustancias orgánicas contaminantes presentes en el agua, además de químicos industriales y aceite de motores. El nitruro de boro es un material de nueva generación.
  7. Entre los familiares de esos nanomateriales están el grafeno y los nanotubos, los cuáles han sido muy elogiados. De ellos destacan su proporción de superficie-peso, que les permite absorber cantidades increíbles para su tamaño, algo que los hace atractivos para la limpieza de sustancias contaminantes. Pero nuevas investigaciones sugieren que el nitruro de boro supera ampliamente la eficacia de muchos nanomateriales y de otros métodos más tradicionales, como las esponjas.
  8. El nitruro de boro, o “grafeno blanco”, está formado por láminas de un solo átomo de grosor dispuestas como en una cadena de eslabones.
  9. Un equipo científico de la universidad de Deakin, en Australia, y de la universidad de Pierre y Marie Curie de París, creó unas “nanoláminas” porosas de nitruro de boro: capas onduladas con agujeros, de un átomo de grosor, que juntas forman un polvo blanco. El preparado demostró tener una gran “absorción selectiva”, al recoger del agua, de manera preferente, colorantes y sustancias orgánicas contaminantes. El polvo absorbió 33 veces su propio peso.
  10. Además, las sustancias contaminantes se pueden eliminar del polvo absorbente calentándolo a altas temperaturas o simplemente quemándolo.
  11. “Todas estas características hacen que estas nanoláminas porosas sirvan para una amplia gama de aplicaciones en el tratado y purificación del agua”, escribieron los autores. El profesor Francesco Stellacci, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, Suiza dijo que los datos presentados por los investigadores son “excelentes e impresionantes. Al final no es el rendimiento lo que determina qué material se usa, sino más bien el costo y la capacidad para aplicarlo a gran escala”, apuntó.

Como podemos ver, hay mucho por hacer, no solo debemos seguir los procesos de países que tienen una realidad muy distinta a la nuestra. El Perú tiene un potencial infinito de desarrollo integral en relación a nuestra población. Nuestra clase dirigente tiene una inmensa deuda con ella, a la que hasta ahora, no hemos sabido llevar a un mejor estadio de prosperidad. Establezcamos nuestras prioridades con un enfoque estratégico y aprovechemos nuestras capacidades y la oferta tecnológica que nos ofrece el mundo. Lampadia

 



Un nuevo impulso al sector forestal peruano

Un nuevo impulso al sector forestal peruano

Por Diego Díaz Pastor

(Gestión, 07 de Noviembre del 2014)

La devastación causada por la minería ilegal en zonas de la selva peruana como Madre de Dios, donde se deforestaron miles de hectáreas de bosques nativos y contaminaron gravemente los recursos hídricos y la deforestación asociada a la tala ilegal, son amenazas contra el medioambiente. Esto ya que los bosques cumplen un rol central en la conservación de la biodiversidad que alojan y en la captura de carbono, función relevante en el escenario actual de calentamiento global.

Esto ha implicado un mayor interés de parte del Estado por implementar políticas que promuevan el uso sostenible de los recursos naturales, una mayor fiscalización sobre las actividades ilegales que podrían poner en riesgo dichos recursos y la protección de áreas naturales. Al respecto, el sector forestal engloba a un conjunto de actividades con impacto directo en el uso sostenible de los bosques: la tala de árboles y la extracción de productos no maderables en bosques nativos y plantaciones forestales; por lo que la dirección que tome en los próximos años debe ser de especial interés.

A pesar de su gran potencial – contamos con la segunda mayor superficie de bosques naturales entre los países de América Latina y la número nueve a nivel mundial – este ha quedado relegado a la producción de bienes de bajo valor agregado y a un alto nivel de informalidad / ilegalidad en su cadena de valor. De acuerdo al Ministerio de Agricultura (Minagri), la producción maderable alcanzó los 7.9 millones de metros cúbicos en el 2012, de los cuales aproximadamente el 89% fueron destinados a leña.

Diversos factores han dificultado el desarrollo del sector forestal, entre ellos destacan la deficiente infraestructura de transporte entre los centros de producción maderera y los principales mercados, y las dificultades de financiamiento para los agentes del sector, lo cual permitiría realizar inversiones que otorguen valor agregado a su producción. Asimismo, el fraccionamiento de la política del Estado, que otorgó competencias a los gobiernos regionales en materia de planificación y promoción del uso sostenible de los bosques, lo cual, sumado al exceso de trámites burocráticos y la limitada capacidad de supervisión de los organismos nacionales, habría fomentado la expansión de actividades ilegales en el sector.

Afortunadamente, en los últimos meses el Minagri ha venido trabajando en el reglamento

de la Ley N° 29763 “Ley Forestal y de Fauna Silvestre”, la cual busca fortalecer la institucionalidad forestal y mitigar los cuellos de botella que dificultan el desarrollo del sector. Esto incluye, entre otros, otorgar un enfoque ecosistémico a las concesiones forestales, la creación del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) y la simplificación de los procesos administrativos.

Si bien la iniciativa es adecuada, esta no sería suficiente para otorgar el impulso que el sector necesita para alcanzar las optimistas metas planteadas por el Minagri hacia el 2021: US$ 1,500 millones de producción de madera de concesiones forestales, US$ 3,000 millones anuales de inversión privada en plantaciones forestales y 100 mil puestos de trabajo al año. La experiencia internacional ha mostrado que una política forestal coherente y estable y un buen clima para las inversiones no son suficientes para darle el impulso necesario a la inversión privada en plantaciones forestales comerciales. ¿Hay una falla de mercado?

Debido a los riesgos inherentes a la actividad –son inversiones de largo plazo con un período de maduración de mínimo cinco años para su aprovechamiento comercial– es necesario que el Estado diseñe intervenciones eficientes que permitan un mayor interés de los inversionistas por esta alternativa de desarrollo del sector. Diferentes regiones cuentan aún con importantes extensiones de tierras aptas para reforestación, de acuerdo al Minagri estas ascenderían a 9.5 millones de hectáreas. Si consideramos que actualmente sólo se han desarrollado aproximadamente 30,000 ha de plantaciones, es claro que el potencial de crecimiento en esta actividad es altísimo.

De acuerdo a la FAO (2004), existen incentivos directos e indirectos que pueden impulsar la inversión en plantaciones. Entre los directos se cuentan diversas formas de subsidios estatales a los insumos utilizados (semillas, fertilizantes, etc.), reposición de parte de la inversión inicial (Chile, Colombia y Ecuador reponen el 75% de los costos de plantación), facilidades para el financiamiento de largo plazo, entre otros. Los incentivos indirectos pasan por asegurar los derechos de propiedad de los inversionistas, promover la creación de clústeres industriales en los que se dé valor agregado a la producción forestal (maderas, pulpas, no maderables, etc.), mejoramiento de la infraestructura de transporte y fomento de la investigación.

En este sentido, el nuevo esfuerzo del Estado por modernizar la política forestal debe otorgar especial atención a la promoción de la inversión privada en plantaciones forestales, actividad en la que nuestro país tiene un gran potencial y que ha permitido un crecimiento exponencial del sector en países de Latinoamérica que ya han implementado intervenciones como las mencionadas previamente. El impulso de esta actividad es positivo a nivel económico y ambiental, entre los beneficios destacan: creación de empleo en zonas rurales, crecimiento de las exportaciones, mejoras en el bienestar de la población de las áreas de influencia de las plantaciones, protección y rehabilitación de suelos, incremento de la captura de carbono, reducción de las presiones sobre los bosques nativos y uso sostenible de los bosques.