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El Precio del Petróleo le mueve el piso a la economía global

El Precio del Petróleo le mueve el piso a la economía global

Desde 2010 hasta mediados de 2014, los precios mundiales del petróleo habían sido bastante estables, girando en torno a US$ 110 el barril. Desde entonces, ha tenido una fuerte volatilidad. El lunes pasado, el crudo se desplomó un 6 % adicional, llegando a niveles vistos por última vez durante la crisis financiera. Esto se debe principalmente a los temores sobre la desaceleración del crecimiento de China, el motor del crecimiento en la última década, junto con la creciente producción petrolera asociada al shale gas de Estados Unidos.

Bloomberg

El West Texas Intermediate (WTI), precio de referencia en EEUU, marcador usado en el Perú, cayó a un mínimo de US$ 37.75 por barril, el más débil desde febrero de 2009.

A pesar del alza de la esta semana (WTI a US$ 48.9), continúan las predicciones de que seguirá bajando, lo cual preocupa a los inversores. Pero el mayor miedo es China. Este país ha sido un gran contribuyente para el crecimiento de la demanda de petróleo en la última década, por lo que cualquier desaceleración de su economía podría significar malas noticias para el consumo de crudo.

Financial Times

En el lado de la oferta, la producción de EEUU se ha casi duplicado en los últimos seis años y se encuentra en su nivel más alto en 30 años. Este crecimiento en la producción de energía, donde el gas y el petróleo se extraen mediante fractura hidráulica o fracking, ha sido uno de los principales impulsores de la caída de precios del petróleo. Esto ha dejado en problemas a Arabia Saudita, Nigeria y Argelia, que ahora se encuentran compitiendo por los mercados asiáticos, por lo que los productores se ven obligados a bajar los precios. Además, la producción y las exportaciones de petróleo de Canadá y de Irak están aumentando año tras año. Incluso los rusos, con todos sus problemas económicos, se las arreglan para mantener la producción.

Por el lado de la demanda, ésta es baja debido a la debilidad de la actividad económica, el aumento de la eficiencia energética y una creciente migración del petróleo hacia otros combustibles. Las economías de la eurozona y de los países en desarrollo se están debilitando y los vehículos son cada vez más eficientes en el consumo de energía.

Los más afectados son los países exportadores de petróleo. Venezuela, Irán, Nigeria, Ecuador,  y Rusia son sólo algunos ejemplos de quienes sufrirán las turbulencias económicas y, tal vez, incluso políticas. Por ejemplo, Rusia pierde cerca de US$ 2 mil millones en ingresos por cada dólar que cae el precio del petróleo, y el Banco Mundial ha advertido de que la economía rusa se reduciría en al menos un 0.7% en 2015 si los precios del petróleo no se recuperan.

Otro caso importante es el de nuestro vecino: Venezuela. Es uno de los mayores exportadores de petróleo del mundo, pero gracias a la desastrosa gestión económica del chavismo, enfrenta graves problemas, incluso desde antes de que el precio del petróleo comenzara a caer. Según el economista Steve Hanke, tiene una inflación de 700% y la economía está parada. La necesidad de recortes en gastos es obvia, pero el dictador Maduro ha descartado la posibilidad de recortes en los subsidios o de tener precios más altos de gasolina.

Para mayor abundamiento de los problemas de Venezuela, hay que considerar que los inventores del Alba, modelo mental de la izquierda tradicional peruana, ‘disque’ opositores del extractivismo, han destruido toda la producción no petrolera y hoy los hidrocarburos representan más del 90% de sus exportaciones. Que incoherencia de nuestros apóstoles de las ‘ideas muertas’, no critican la dictadura chavista por su insoportable afrenta a la democracia, ni por su manejo económico; pero se dan el lujo de desquiciar los sectores extractivos del Perú, que solo llegan al 15% del PBI y que son la mejor fuente de crecimiento y reducción de la pobreza. En verdad parece que han trastocado su ‘noble izquierdismo’ en un descarado fascismo.

Otros grandes perdedores son las empresas petroleras. Chevron y Royal Dutch Shell, anunciaron recientemente recortes a sus nóminas para ahorrar, pero los productores de petróleo y gas más pequeños ya reportan pérdidas netas, por lo que están recortando dividendos y vendiendo activos.

En diciembre, Chevron canceló un proyecto de exploración de shale gas de US$ 10 mil millones en Ucrania, dinero con el que contaba el gobierno ucraniano para estimular su economía y, con el tiempo, reducir su dependencia del gas ruso. Este es sólo un ejemplo de una tendencia que ya se encuentra en toda la industria: la cancelación o el aplazamiento de proyectos de energía que de repente se han vuelto demasiado arriesgados o económicamente inviablespor un bajo precio del petróleo.

Según Goldman Sachs, mil millones de dólares de inversiones en proyectos de energía podrían estar en riesgo. En largo plazo, esto puede significar una menor producción de petróleo y el encarecimiento de la energía. Pero en el corto plazo, la desaparición repentina de este enorme flujo de inversión está destinada a perjudicar a las compañías de energía y a sus proveedores de equipos y las empresas de construcción e ingeniería que planeaban ejecutar estos proyectos. Sin embargo, también causarían muchísimo daño a las ciudades y regiones donde estas empresas operan y que cuentan con este dinero para destinarlo a otros proyectos.

Por otro lado, los precios del petróleo más bajos impulsarán el crecimiento en China y la India, el hogar de casi la mitad de la población mundial y de los principales motores de la economía mundial. También se verán beneficiados los importadores de petróleo como Chile y Perú.

Ambas economías dependen de sectores que utilizan petróleo como un componente importante de sus costos, como la minería y la construcción. Chile tiene un déficit en el suministro de hidrocarburos, actualmente importa más de 90% del petróleo que consume y se calcula que la caída de su precio, compensa la baja del precio del cobre.

En Perú, la disminución en los precios del petróleo proporcionará un entorno favorable para los sectores industriales, la minería y la construcción. En general, el país importa alrededor de US$ 6.0 mil millones en productos petroleros, lubricantes y refinados. Menores costos de energía beneficiarán a los proyectos de cobre, tales como la mina Toromocho de Chinalco y HudBay Minerals  de la mina Constancia. Además, la caída podría aumentar la renta disponible de los consumidores y ayudar a reducir el déficit comercial, que se prevé que alcance los US$ 1,600 millones en 2015.

Con todos estos movimientos, el gobierno peruano no ha sido capaz de establecer mejores requisitos para los operadores petroleros y ha terminado causando un desmadre en el Lote 192 que dejó Pluspetrol y que nadie quiso recibir en una tardía y mal estructurada licitación. (Ver mayor detalle en Lampadia: Lote 192: Una historia de engaños y absurdas ilusiones).

Esperemos que el Perú no siga desaprovechando todas sus oportunidades, como lo viene haciendo con la minería, el petróleo y la energía. Lampadia

 




El balance de la caída de precios del petróleo

El balance de la caída de precios del petróleo

Los precios del petróleo han bajado de más de 30% desde junio (ha llegado a cotizarse por debajo de US$ 75 el barril WTI), y parece que no va a subir pronto. (Ver en Lampadia (L): El efecto de la caída de precio del petróleo en la economía mundial). Esto causaría una gran tensión financiera en los países exportadores de petróleo. Leonardo Maugeri, profesor de la Universidad de Harvard, asegura que lo más probable es que entremos en un ciclo de 4 o 5 años en el que el precio del petróleo oscile entre US$ 65 y US$ 80 dólares por barril.

La baja en su cotización podría plantear un desafío devastador para los países productores de petróleo que dependen de las exportaciones petroleras para sustentar gran parte de los ingresos de sus gobiernos.

Un punto de referencia para evaluar el impacto relativo del nivel de precios en un país específico, es el punto de equilibrio fiscal (déficit cero) que determine la cotización del petróleo. Según el Fondo Monetario Internacional, en el 2013 los países exportadores de petróleo del Medio Oriente mantenían el equilibrio con una cotización por barril, mayor en US$ 38 que la que requerían el  2008. Esta tendencia al alza de los requerimientos de precio, representan los crecientes problemas financiero so restricciones fiscales que enfrentan algunos países.

The Economist, en su edición impresa del 25 de Octubre del 2014, publicó un gráfico (ver abajo) que muestra punto de equilibrio fiscal de los países productores de petróleo en función a la cotización internacional, o “break even”. El gráfico muestra los datos basado en el índice Brent (el marcador de precios europeo), en vez del usado en nuestra región, el WTI (West Texas Intermediate). Durante los últimos años, el WTI ha sido mayor al Brent en rangos de 4 a 10 dólares por barril.

Brent Blend – Alrededor de dos tercios de todos los contratos de crudo en todo el mundo se referencian con el marcador Brent.

West Texas Intermediate (WTI) – WTI se refiere al petróleo que se extrae de los pozos de Texas y el sur de Oklahoma en los EE.UU. Es el marcador de referencia principal para el petróleo que se consume en Norte América y en resto de la región americana.

Como se puede observar en el gráfico, hay grandes perdedores como Venezuela y Ecuador entre nuestros vecinos, e Irán y Rusia en el resto del mundo, que enfrentarán fuertes déficits fiscales a los precios actuales y previstos en el futuro inmediato. Por ejemplo, Irán es muy vulnerable, ya que necesitaría una cotización de US$ 136 el barril para financiar sus planes de gasto.

Los analistas caracterizan el escenario a la baja de los precios del petróleo, persistentemente, como el “acantilado del gasto de capital” (Capex Cliff), un escenario en el que las empresas estatales y privadas de energía tendrían que recortar drásticamente sus gastos. Se estima que la incidencia será mayor en las empresas estatales, que en su mayoría operan con precios subvencionados o proveen recursos financieros para cubrir requerimientos fiscales de sus  programas políticos, cuando no, por corrupción abierta.

El Deutsche Bank tiene estimados de equilibrio similares a los de The Economist, como se puede ver en el siguiente gráfico.

Si el precio se mantiene bajo, estos países o bien se verán obligados a pedir un préstamo para cubrir sus déficits fiscales o tendrá que dar marcha atrás en las promesas de gasto. En los casos de Rusia y Venezuela, conseguir un financiamiento podría ser muy costoso ya que ambos países son considerados actualmente como de alto riesgo por los inversionistas internacionales.

En el caso de Venezuela, por ejemplo, el precio del petróleo tendría que casi duplicarse para poder mantener un orden fiscal. Y, en un país en el que sus políticas populistas y de penetración y cooptación internacional son financiadas por el petróleo (el 95% de sus exportaciones son petroleras, un auténtico país primario exportador), esto le causaría muchos problemas, dado que el gasto público se está desbordando. El gobierno venezolano ya ha pedido formalmente a la OPEC que se tomen medidas en respuesta a la caída de los precios del petróleo, asunto que se verá en su siguiente reunión del 27 de noviembre próximo.

Cabe recordar que PDVSA, la empresa petrolera estatal venezolana, después de su estatización ha sido prácticamente destrozada: Ha perdido más de un tercio de su capacidad de producción. Subsidia exageradamente el petróleo, generando pérdidas al gobierno, por US$12,500 millones al año. Perdieron a sus mejores cuadros técnicos. Despidieron 20,000 trabajadores con un equivalente de 300 mil años de experiencia y conocimientos. La planilla  aumentó de 42,000 a 140,000. Vende un tercio de su producción actual a países “amigos” a largo plazo y precios rebajados, como a Cuba, por ejemplo. Ha comprometido importantes despachos futuros para el repago de deudas contraídas con China, para cubrir sus déficits de balanza de pagos. Últimamente, acaba de celebrar otro contrato de futuro con Rusia. Además, se estima que la empresa cubre buena parte de la escandalosa corrupción del chavismo.

Otro país que necesita un alto precio del petróleo es Brasil, para poder financiar las inversiones necesarias para el desarrollo del proyecto de reservas submarinas  profundas, que debe atravesar la capa pre-sal. Ya han tenido que abandonar todas sus inversiones en el exterior (como en el caso del Perú), para concentrar sus disminuidas capacidades en Brasil. Petrobras, como tantas compañías petroleras estatales (modelo y aspiración de nuestra izquierda tradicional), sigue cayendo en los insondables abismos de la corrupción. Una empresa que por algún tiempo prestigió al PT partido de gobierno brasileño de Lula y Rousseff, ex presidenta de Petrobras, puede ahora terminar de hundirlo en el rechazo popular. Ver en L: Petrobras en Problemas y La reelección de Rousseff y el oscuro porvenir brasileño.

En el Perú se insiste en potenciara Petroperú hacia actividades upstream y downstream (exploración y perforación, las operaciones de mayor riesgo, y distribución y venta,  respectivamente). Por ahora el gobierno peruano está embarcado en el proyecto de ampliación de la refinería de Talara (midstream) con un dispendioso presupuesto de US$ 3,500 millones. Esperamos que después de la debacle de PDVSA y Petrobras, se aquieten las aguas por acá. El Perú tiene prioridades clarísimas en los campos sociales y de infraestructuras, la aventura petrolera debe ser apoyada como actividad de riesgo privado. Lampadia