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No al voto electrónico

No al voto electrónico

Republicamos nuestro rechazo al voto electrónico. Este ha sido prohibido en muchos países, notoriamente en Alemania y Holanda, por los riesgos de fraude a los que está sujeto.

Pero además, en el Perú, donde muchos funcionarios públicos entregan dinero u otras prestaciones a los ciudadanos más pobres, el voto electrónico se presta para la manipulación. “Yo voy a saber por quién votas”, puede ser la amenaza del funcionario público al ciudadano que no puede arriesgar la recepción del apoyo social que lo ayuda a mantener a su familia.

¡No al voto electrónico! Hagamos algo bien. Lampadia

Lima-Perú, 28/04/2016

Nuestro voto debe ser auditable, seguro y secreto
No más voto electrónico

Por primera vez en las elecciones generales pasadas, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) impuso el uso del voto electrónico. Pretendió que se aplicara para tres millones de votantes en Lima, y tuvo que retroceder, días antes de la elección, a menos de 700,000 personas. Aún así, la reorganización de locales y número de votantes por mesa originó un tremendo caos del que muchos huyeron sin votar y otros no alcanzaron a hacerlo por las interminables colas. No se pueden hacer experimentos mal diseñados en medio de un proceso electoral, uno de los eventos más importantes de la vida cívica de los peruanos.

En cuanto al voto electrónico, en Lampadia hemos advertido varias veces que su uso es inaceptable, por su naturaleza técnica y por el riesgo de manipulación política dada la extensión y calidad de los programas asistenciales del Estado.

Este sistema de votación electrónico puede torcer la voluntad popular, ya sea por falta de control ciudadano o por intimidación del elector. En el Perú, millones de ciudadanos reciben distintas prestaciones asistencialistas de programas sociales como Juntos, Beca 18, Qali Warma, Pensión 65 y otros. Múltiples funcionarios públicos nacionales y regionales entregan directamente los aportes asistenciales y es evidente que ellos podrían manipular muy fácilmente la votación con aseveraciones, que sin basarse en la realidad, intimiden a los votantes con la amenaza de retirarles los beneficios.

En El voto electrónico es inaceptable para el Perú, dimos un ejemplo para explicar este caso: ‘Cuidado, yo voy a saber por quién votas’, podría ser la aseveración que se dé al ciudadano, quién no tendría los elementos de juicio necesarios para saber si es cierta o no. Ante ello, es pues presumible, que muchos de los electores, podrían votar en la dirección de las ‘recomendaciones’ del funcionario público ‘benefactor’.

Así lo explicó también el especialista en sistemas y asuntos electrónicos, Franjo Kurtovic, en un artículo para Lampadia (ver: Votación “fraudelectrónica”: ¿Buena para quién?): “el voto electrónico es un sistema fácilmente manipulable, genera miedos, -a veces bien fundados como en el caso de Venezuela-, sobre la posibilidad de vincular al ciudadano con su voto, y esto se presta para una serie de manipulaciones políticas y manipulación psicológica del ciudadano votante que pueden alterar la voluntad en favor del gobernante manipulador”.

Además, en otras partes del mundo, estos sistemas han mostrado serias fallas y en Alemania ha sido prohibido por la Corte Constitucional, por su falta de transparencia como argumento central: “1. El principio (…) ordena que todos los pasos esenciales de la elección estén sujetos al control público (…). 2. En la utilización de aparatos electorales electrónicos, el ciudadano debe poder controlar los pasos esenciales del acto electoral y la determinación del resultado de manera fiable y sin conocimientos técnicos especiales.”

Es decir, al no permitir un control ciudadano efectivo y directo por parte de cualquier ciudadano y en especial de los personeros acreditados, el principio de transparencia se quiebra, lo que hace indeseable y peligroso este sistema.

En esta misma línea, compartimos un video de Franjo Kurtovic que explica detalladamente las falencias del voto electrónico, afirmando que este sistema no cumple con los requisitos de que nuestro voto sea auditable, seguro y secreto:

En Lampadia hemos reiterado nuestras llamadas de atención (ver: La peligrosa campaña por el voto electrónico) y, más recientemente, en enero de este año: ¡No al voto electrónico! Lamentablemente, en un país en el que la clase dirigente ha perdido su ‘capacidad de entusiasmarse e indignarse’, es muy poco lo que se analiza, debate y plantea. Pero la soledad de los que estamos comprometidos con la acción cívica, es seguramente compartida por millones de ciudadanos de las ‘mayorías silenciosas’, a quienes tenemos que seguir alertando tercamente.

Tanto por aspectos técnicos como políticos, hoy tenemos que reiterar nuestro llamado:

¡No al voto electrónico!

Lampadia

 

Otros artículos sobre el tema:

Lima-Perú, 22/01/2014 a las 10:01pm. por Lampadia
Peligro para la democracia
No al voto electrónico

https://www.lampadia.com/analisis/politica/no-al-voto-electronico

 

Lima-Perú, 04/02/2014 a las 05:02pm. por Lampadia
Los peligros del de digitalizar el voto
Votación “fraudelectrónica”: ¿Buena para quién?

https://www.lampadia.com/analisis/politica/votacion-fraudelectronica-buena-para-quien/

 

Lima-Perú, 26/01/2015 a las 06:01am. por Lampadia
¿A quién favorece esta trampa?
La peligrosa campaña por el voto electrónico

https://www.lampadia.com/analisis/politica/la-peligrosa-campana-por-el-voto-electronico/

 

Lima-Perú, 21/03/2016 a las 01:03pm. por Lampadia
¡No al voto electrónico!
El voto electrónico es inaceptable para el Perú

https://www.lampadia.com/analisis/politica/el-voto-electronico-es-inaceptable-para-el-peru/

 

Lima-Perú, 14/03/2017 a las 02:03pm. por Lampadia
No se quiere entender los riesgos
Voto Electrónico: De ninguna manera

https://www.lampadia.com/analisis/politica/voto-electronico-de-ninguna-manera/




Las Herencias del PT

Este es el quinto de una serie de artículos de nuestro colaborador Sebastiao Mendonca, con la que describe cómo el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, fundado y destruido por Luiz Inácio Lula da Silva, deja a la economía brasilera con tres candados simultáneos: pensiones deficitarias, deuda pública costosa y carga tributaria alta.

Lula, el principal símbolo del populismo latinoamericano moderno, montó un mecanismo muy efectivo de expansión política regional que ha dejado a Brasil con dos décadas perdidas. Ahora, los países latinoamericanos tardarán muchos años para resolver los problemas generados y pagar los costos en destrucción política, económica e institucional provocada por el PT y Lula en toda la región. Lula, pues ha sido uno de los elementos más perniciosos de la política regional. Gobernó el país durante cuatro períodos, dos directamente y otros dos a través de Dilma Rousseff (quién no pudo terminar el último mandato), y lo llevó hacia el proteccionismo y el asistencialismo, cooptando a sus opositores y promoviendo altísimos niveles de corrupción gubernamental. Ver en Lampadia: La peor Red de corrupción latinoamericana.

Como explicamos anteriormente, uno de los factores de la interrupción nuestro desarrollo es producto de los escandalosos niveles de corrupción diseñados y ejecutados por el ‘putch’ imperialista de la izquierda brasileña, comandada por el ‘gran Lula da Silva’ y sus socios del chavismo y del castrismo. Ver en Lampadia: Brasil corrompe política y negocios – Y nosotros disparamos fuera del objetivo.

En Lampadia queremos insistir en este tema porque consideramos que nuestro país es vulnerable al populismo y a las ideologías anti-sistema. La historia del PT, su ascenso, sus 4 gobiernos, y su derrota, deberían servir para que las nuevas generaciones no repitan los errores que llevaron al PT al poder y lo sostuvieron en él por 13 años, sus equivocadas políticas públicas, y la debilidad de las izquierdas latinoamericanas que se suben a botecitos que solo navegan mientras les duren las prebendas. Lampadia

Sebastiao Mendonca Ferreira
Centro Wiñaq
Para Lampadia

Como hemos explicado en el primer artículo de esta serie, el PT fue creado en 1980 por sindicalistas, grupos marxistas radicales, sectores de la iglesia católica e intelectuales de izquierda. Su ascenso político fue rápido. Podemos decir que aún antes de llegar al gobierno, el PT ya había ganado una influencia significativa sobre la política nacional y sobre el pensamiento de la juventud, especialmente de aquellos segmentos que estaban en contra del gobierno militar.

Hoy, en el 2018, dos años después del iImpeachment de Dilma Rousseff, el PT no ha muerto. Sigue siendo uno de los tres mayores partidos políticos del país junto al MDB (ex-PMDB) y al PSDB. Sin embargo, podemos decir con bastante confianza que, después de 13 años de gobierno, la Era del PT ha terminado. Es oportuno entonces hablar de las herencias del PT.[i]

Un nudo Gordiano de la economía

Después de haber recibido una economía saneada y haber de haber disfrutado los beneficios del súper ciclo de commodities, el PT entregó el país con la peor crisis económica de las últimas décadas, e hizo retroceder el ingreso per cápita seis años, al 2011[ii]:

  • Un Estado sobre-dimensionado e ineficiente
  • Genera una carga tributaria del 35% del PBI
  • Empresas públicas saqueadas o quebradas
  • Un sistema de pensiones insostenible y más deficitario que antes
  • Sin grado de inversión y con una calificación de economía especulativa[iii]
  • Con una deuda pública cuyo pago cuesta anualmente cerca de 6.5% del PBI
  • La economía brasileña es aún más cerrada y más hostil a las inversiones de lo que era antes de los gobiernos del PT.
  • El Brasil está en el puesto 136 de 158 países en el índice de libertad económica. [iv]
  • En el ambiente de negocios, está en el puesto 125 de 190 países (Méjico está en el puesto 49 y Chile está en el 55).[v]
  • El PT dejó un país donde es muy difícil crear empleo productivo.

En síntesis, la economía que el PT deja al país tiene tres candados simultáneos: pensiones deficitarias, deuda pública costosa y carga tributaria alta. Ese conjunto de factores combinados cuestiona la viabilidad fiscal del país y constituye una traba imposible de superarse, a menos que se realicen reformas estructurales drásticas en el sistema de pensiones y en los costos fijos del Estado. La realización de esas reformas estructurales, implaría grandes recortes de gastos y tendría un alto costo político para quienes las realizara.

Michel Temer comenzó a tocar el tema y desistió por los problemas políticos que le generó. Lo más probable, entonces, es que las reformas se posterguen todo lo posible y que la economía brasileña tenga mucha dificultad para retornar a un nuevo ciclo de crecimiento en los próximos años. El Banco Mundial proyecta un crecimiento futuro de 2.2%, requiriendo más de 30 años para duplicar sus ingresos. Como referencia: China con un crecimiento futuro de 6.5% duplicará sus ingresos cada 11 años e India con 7% lo duplicará cada 10 años.

Una economía “tortuga”, aislada de los motores de la economía global, difícilmente va responder a las expectativas de progreso de la población, generando frustración y creando un espacio político para que el PT recuerde a la población como progresaban los brasileños mientras ellos estaban en el poder. La nostalgia de la bonanza de las commodities va ser una carta política disponible para el PT y partidos similares.

La manipulación de la pobreza

El populismo ha sido un rasgo tradicional en la política brasileña. Getúlio Vargas instaló un Estado paternalista 88 años atrás y transformó el populismo y el desarrollismo en las principales referencias para pensar las políticas públicas del país. El populismo está en todo el país, pero es especialmente fuerte en los estados el noreste. Allá, el pasado sigue existiendo y familias de caudillos populistas se mantienen en el poder por generaciones y décadas enteras.

El PT ha hecho del populismo uno de los ejes de su política. El programa Bolsa Familia, con cerca de 60 millones de beneficiarios, ha creado un sector social, de 30% de la población, adicto a las donaciones del Estado. Ha creado, por tanto, un electorado cautivo del PT y del discurso populista. No es gratuito que, en las encuestas electorales, Lula obtenga siempre un 30% de intención de voto. Una parcela muy significativa de ese porcentaje está conformada por los beneficiarios del Bolsa Familia. Sería una sobre-simplificación atribuir la popularidad de Lula exclusivamente a los programas populistas, pero sería también un error no incluirlo como uno de los principales factores detrás de esa popularidad.

Ese populismo en un amplio sector social, reforzado por el PT, genera un sistema de incentivos nefasto que influencia a todos los políticos nacionales para asumir un discurso demagógico. Una fórmula segura para de ganarse votos en ese sector es asumir un discurso en el cual se arguye que la Bolsa Familia está siendo amenazada por políticos elitistas y presentarse como defensor de los más necesitados.

El populismo es mucho más que un programa social como el Bolsa Familia, es una concepción en la cual el ciudadano no visualiza que puede forjar una ruta de ascenso social sin que un político bondadoso le transfiera recursos del Estado. Es una visión de la política en la cual los políticos demagogos son percibidos como los grandes benefactores de los pobres, como personas que, por su empatía social, canalizan los recursos públicos hacia quienes más necesitan.

El populismo es un distractor muy efectivo que sirve de camuflaje para la corrupción. En un ambiente populista el debate nacional se distorsiona, evitando discutir la calidad de la gestión pública. Los gobernantes corruptos presentan las críticas y denuncias como ataques malintencionados de quienes quieren quitar a los pobres los beneficios de los programas sociales. A pesar de la abundancia de testimonios, pruebas y sentencias condenando a Lula, cerca de 24% de la población no cree que él esté involucrado en los actos de corrupción investigados por Lava Jato y un 46% opina que él no debería estar preso.[vi] Ello significa que existe un 22%, que cree que Lula es corrupto, pero le perdona la corrupción por los programas sociales. El populismo es un factor que corrompe no solo a los políticos y a las empresas, sino también a la población.

La manipulación del pensamiento

La manipulación del pensamiento ha sido un elemento fundamental de la estrategia del PT. Este es uno de los campos que el PT mejor domina, y una de las herencias más difíciles de superar.

En la parte final del gobierno militar la influencia del marxismo se expandió en Brasil. Fue un marxismo post-leninista, ligado a la Escuela de Frankfurt[vii] y al teórico italiano Antonio Gramsci.[viii] En ese tipo de marxismo, la política y la cultura deben basarse en la idea de construir una hegemonía cultural[ix]. En aquél entonces, no había en el Brasil otras corrientes de pensamiento que pudieran competir con el marxismo, así que los marxistas y filo-marxistas “jugaron solos en la cancha”. Además, los líderes de izquierda tenían el aurea de luchadores contra la dictadura militar. Esa aurea de heroísmo le daba a la izquierda y a sus ideas una posición de superioridad moral. En la política, la superioridad moral puede ser decisiva.

El marxismo cultural que se propaló entre los intelectuales y artistas brasileños en las dos últimas décadas del siglo pasado ha buscado moldear el imaginario de la sociedad, y su lenguaje para justificar la postura populista. Ellos dieron una atención especial a los creadores de ideas y de cultura: periodistas, académicos y artistas. Bajo esa influencia, un gran sector, sino la mayoría, de los intelectuales renunciaron a la libertad de pensamiento para transformarse en soporte del PT. El Estado instaló una serie de mecanismos de financiamiento, premios y reconocimiento social para incentivar a aquellos que defendían las ideas y valores del populismo petista. El antropólogo Flavio Gordon ha calificado ese fenómeno como un proceso de corrupción de la inteligencia brasileña por parte del poder político.[x]

El número de publicaciones (periódicos, documentales y revistas) y obras de arte (teatro, cine, etc.) de inspiración marxista se expandió notablemente en los años 80 y 90. La presencia de intelectuales y periodistas afines a esas ideas en los medios de comunicación también aumentó, logrando una amplia difusión de sus ideas en la población. Las concepciones marxistas y populistas fueron ganando posiciones académicas en buenas universidades (USP, UE Campinas, UFRJ, etc.) generando una maquinaria de aprobación de teses y reproducción de sus concepciones con las nuevas generaciones.

Con la victoria del PT esas ideas se consolidaron en las universidades y medios de comunicación y sus voceros adquirieron gran prestigio. Las críticas liberales o conservadoras eran presentadas como retrógradas o defensoras de intereses económicos excluyentes, y no faltaban las acusaciones de fascistas. Actualmente, las concepciones marxistas y populistas mantienen una sólida hegemonía en las universidades, especialmente en las carreras de humanidades, y cuentan con toda una generación de profesores, autoridades y alumnos que razonan dentro de sus marcos. El dominio de las ideas marxistas y populistas en los ambientes universitarios brasileños es casi absoluto.

Es recién en este siglo que otras concepciones sociales (liberales y conservadoras) han generado voceros calificados y han logrado abrir espacio en los medios de comunicación y centros académicos, comenzando a ampliar los criterios de análisis de la sociedad brasileña y lograr una influencia, aún bastante minoritaria, en las nuevas generaciones (millennials).

Con el descubrimiento de los mecanismos de corrupción montados por el PT, en especial el Petrolão, sus líderes y seguidores se han desprestigiado, perdiendo su tradicional ventaja moral, y posibilitando que los debates se den en una forma más horizontal. Sin embargo, tomará muchos años para que la herencia ideológica del PT sea desplazada de su posición hegemónica en la sociedad brasileña.

La corrupción de la política

La corrupción en Brasil no ha sido una invención del PT. Brasil, en el inicio del siglo XX fue un capitalismo de apellidos[xi] y posteriormente se transformó en un capitalismo de compadres (crony capitalism).[xii] El control del negocio de los contratos públicos por parte de los políticos existe hace muchas décadas. Sin embargo, la institucionalización de la corrupción como parte de una Política de Estado es, sin dudas, la obra del PT. Ningún partido político ha tenido sus tres últimos tesoreros presos por corrupción.[xiii] Nunca antes, en Brasil, los primeros ministros (José Dirceu y Antonio Palocci) y ministros de finanzas (Palocci y Guido Mantega)[xiv] estuvieron directamente involucrados en el funcionamiento del esquema de corrupción del partido de gobierno. Bajo el PT, la corrupción se volvió una Política de Estado.

La internacionalización de la corrupción para fines de manipulación política también ha sido una obra del PT. Para expandir el populismo en América Latina y África el PT montó tres mecanismos: (1) el Foro de Sao Paulo, (2) la corrupción de partidos políticos y (3) el soporte en marketing político.

  1. Con el Foro de Sao Paulo, el PT montó una red continental de promoción política e ideológica, un espacio de colaboración y celebración, algo parecido a una “Internacional de la izquierda” dirigido por Lula y Fidel.[xv]
  2. Con la corrupción, Lula y Marcelo Odebrecht han financiado a los partidos y gobiernos de izquierda en toda la región y de África: Venezuela, Perú, Cuba, El Salvador, República Dominicana, Argentina, Angola, Mozambique, etc.)[xvi]. El dinero para el financiamiento de los partidos aliados ha salido del BNDES, el gigantesco banco nacional de desarrollo económico y social de Brasil.
  3. El soporte en marketing era brindado por medio de los asesores de campaña del PT (Duda Mendonça, Joao Santana y sus equipos), dirigiendo campañas políticas exitosas en los mismos países antes nombrados. En el caso del Perú, el equipo de Joao Santana trabajó en las campañas de Ollanta Humala y en la revocatoria de Susana Villarán.[xvii]

Con ese trípode de ideología, corrupción y marketing, el PT montó un mecanismo muy efectivo de expansión política regional. Los países latinoamericanos tardarán muchos años para resolver los problemas generados y pagar los costos en destrucción política, económica e institucional provocada por el PT.

Conclusiones

El PT se desarrolló en Brasil porque encontró un país con tradiciones populistas (líderes populistas con arraigo de masa, tradiciones populistas en el pensamiento político del país, amplia intelectualidad populista, etc.), con instituciones públicas aptas para implementar las políticas populistas: sector público grande, banco de desarrollo gigante, corrupción política, etc., e ingresó a la política en un momento propicio.

La Era PT puede ser calificada como típica del período post-dictadura militar. La represión política realizada por los militares evitó el desorden social, pero también destruyó los impulsos creativos de los años 60. Los defensores del orden social fueron vistos como cómplices de la represión y los opositores ganaron un áurea de coraje, inteligencia y espíritu democrático, sin importar la mediocridad de sus ideas políticas ni si eran defensores de dictaduras peores que la de los militares. Ese ambiente distorsionado ofreció condiciones ideales para el crecimiento del PT, y para que personas como Lula y Dilma llegaran a ser presidentes de un país de dimensiones continentales.

Desatornillar al PT del poder fue relativamente rápido, en sólo tres años se precipitaron los acontecimientos, pero requirió una lucha muy compleja. Ello fue posible por la admirable labor de Lava Jato destapando el Petrolão, por las mayores manifestaciones sociales de la historia del país, con más de 6 millones de participantes en las marchas por todo el país, y porque una nueva generación de actores políticos irrumpió en las redes sociales.

El PT ha sido destituido del poder, pero no está destruido. Ellos saben como hacer política populista y tienen un electorado cautivo del orden del 30% del país, saben articular un discurso político demagógico y han sido muy efectivos destruyendo la reputación de sus rivales. El PT, además, cuenta con el apoyo de “organizaciones sociales” financiadas con los recursos públicos (movimientos de los sin-tierra y de los sin-techo), y con una amplia militancia en la clase media, especialmente en los empleados del Estado y de las empresas públicas. Ello significa que el PT seguirá siendo un importante actor de la política brasileña.

Sin embargo, el Brasil cambió en esos años. El período post-dictadura ha quedado en el pasado, y sus fantasmas y mitos se han ido disolviendo en el nuevo paisaje político. Los 33 años de democracia han hecho posible un renacimiento del pensamiento político y algunas instituciones como los institutos liberales han sabido aprovechar el tiempo y han comenzado a formar una nueva generación. El marxismo aún es fuerte pero su hegemonía ideológica comienza a ser fracturada. Las ideas populistas ya no se propagan sin que surjan contendores.

La máscara ética del “luchador” Lula, de los “ex-guerrilleros” Dilma Rousseff y José Genoíno, y de la militancia del PT ha sido retirada. Las pruebas de Lava Jato y las confesiones de los múltiples colaboradores eficaces han puesto en evidencia su real carácter deshonesto y demagogo. A pesar de sus múltiples esfuerzos, el PT ha fracasado en provocar una conmoción social que obligara al poder judicial a retroceder y liberar a un condenado por corrupción.

Lula, el principal símbolo del populismo latinoamericano, ha mostrado sus pies de barro y su alma oscura.

Sin Cuba, sin Brasil y sin Venezuela, la izquierda continental va tener que inventar otros mitos con los cuales confundir a las nuevas generaciones. La experiencia del PT muestra la importancia de la narrativa y de la simbología para que una fuerza política logre acumular fuerza en una sociedad democrática.

Nuestros países seguirán siendo vulnerables al populismo y a las ideologías anti-sistema. La historia del PT, su ascenso, sus 4 gobiernos, y su derrota, debería servir para que las nuevas generaciones no repitan los errores que llevaron al PT al poder y lo sostuvieron en él por 13 años. Lampadia

 

[i] Ello no quiere decir que el PT jamás volverá a gobernar el Brasil, pero si lo hace, será en un contexto muy distinto del actual, y bajo condiciones también muy distintas.

[iii] Todas las calificadoras de riesgo (S&P, Moody’s, y Fitch) han retirado el grado de inversión y han calificado el Brasil como una economía que no puede garantizar las inversiones. La situación fiscal y la incapacidad de los gobernantes para realizar las reformas necesarias son las dos razones por las cuales el Brasil puede tener dificultades de pago.

[vii] La escuela de Frankfurt ha sido la última escuela de marxismo que alcanzó cierto prestigio intelectual. Miembros de esa escuela fueron: Jürgen Habermas, Herbert Marcuse, Erich Fromm.

[viii] En caso del Perú, el marxismo que se difundió estuvo mucho más ligado a los grandes países comunistas, la Unión Soviética y China, y al Trotskismo. La “nueva izquierda”, con afinidades ideológicas al PT, ha sido minoritaria en Perú.

[ix] Antonio Gramsci fue un marxista italiano cuya producción intelectual ocurrió en los años 30, presenciando el ascenso del fascismo. Impresionado por la derrota de los comunistas, Gramsci desarrolló los conceptos de hegemonía cultural y política y del intelectual orgánico. Sus obras alcanzaron gran difusión en Brasil en los años 60, cuando la literatura marxista clásica estaba restringida por el gobierno militar, haciendo que su influencia en los intelectuales brasileños fuera mayor que en otros países latinoamericanos.   

[x] Gordon, F. (2017). A corrupção da inteligência. Rio de Janeiro: Editora Record.

[xi] Estamos llamando capitalismo de apellidos a aquellas sociedades en que el poder económico y político se mantiene en torno a un pequeño grupo de familias, una especie de continuidad de las sociedades oligárquicas previas.

[xii] El concepto de capitalismo de compadres está trabajado por muchos economistas, Mancur Olson fue uno de ellos. El libro “Good Capitalism, Bad Capitalism”, de William Baumol, hace una buena descripción del capitalismo de compadres y del rol de la libre competencia para su superación.

[xiii] Paulo Ferreira, Joao Vaccari Neto y Delúbio Soares, ex-tesoreros del PT, están presos por corrupción.

[xiv] José Dirceu, Antonio Palocci y Guido Mantega están presos por corrupción.

[xv] El Foro de Sao Paulo, conformado por los principales partidos de izquierda latinoamericanos, fue, creado por Lula y Fidel Castro en 1990, y se ha venido reuniendo casi anualmente desde entonces, promoviendo estrategias comunes para que la izquierda llegue al poder en los países de la región. A diferencia de la Internacional Comunista y de la Tricontinental Cubana, el Foro de Sao Paulo no dirigía el accionar de sus miembros, sino que les ofrecía un modelo común de estrategia y coordinaba acciones en las campañas electorales.

[xvi] El PT también trabajó en África haciendo alianzas políticas y financiando a algunos de los gobiernos más autoritarios y corruptos del continente: Angola, Mozambique, Guinea Ecuatorial, etc. https://istoe.com.br/86965_MEUS+QUERIDOS+DITADORES/ 

[xvii] En el caso del Perú, Joao Santana visitó el país, definió las estrategias y encargó la implementación de las campañas políticas a un publicista argentino conocido por el pseudónimo de Luis Favre.




La Era PT en Brasil – IV

Este es el cuarto de una serie de artículos de nuestro colaborador Sebastiao Mendonca, con la que describe el origen, formación, gobierno y debacle del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, fundado y destruido por Luiz Inácio Lula da Silva.

Como explicamos anteriormente, uno de los factores de la interrupción nuestro desarrollo es producto de los escandalosos niveles de corrupción diseñados y ejecutados por el ‘putch’ imperialista de la izquierda brasileña, comandada por el ‘gran Lula da Silva’ y sus socios del chavismo y del castrismo. Ver en Lampadia: Brasil corrompe política y negocios – Y nosotros disparamos fuera del objetivo.

Efectivamente, la estructura de corrupción diseñada por el Partido de los Trabajadores y las empresas constructoras brasileñas, con cuentas especiales y diversos mecanismos para la canalización de fondos, tenía tres propósitos fundamentales:

  • Apoyar la consolidación de las izquierdas latinoamericanas en el poder.
  • Comprometer a políticos, periodistas y empresarios, en redes de corrupción.
  • Multiplicar la participación de las constructoras brasileñas en obras que puedan retroalimentar fondos para profundizar los circuitos de la corrupción.

Este gran desarrollo mafioso fue felizmente desbaratado por los notables jueces brasileños y el sistema judicial estadounidense. Algo que debemos agradecer y ponderar; y en todo lo posible, imitar; tal como se hizo en Brasil con el ejemplo de ‘Manos Limpias’ en Italia.

Sin embargo los daños en el Perú han sido inmensos. Somos el único país de la región que desbarató su sector de construcción. Apenas estalló el escándalo de Lava Jato en el Perú, nuestra primera preocupación fue cómo separar la paja del trigo, cómo evitar que el remedio hiciera daño, afectando nuestra debilitada economía. Lamentablemente el gobierno de PPK rechazó nuestras sugerencias de intervenir las empresas y proyectos vinculados al escándalo, permitiendo que mientras se avanzaba con las investigaciones, continuaran operando.

Lula, pues ha sido uno de los elementos más perniciosos de la política regional. Gobernó el país durante ocho años y lo llevó hacia el proteccionismo y el asistencialismo, cooptando a sus opositores y promoviendo altísimos niveles de corrupción gubernamental. Ver en Lampadia: La peor Red de corrupción latinoamericana.

Leamos la cuarta entrega de Mendonca, que nos ayuda a entender este abominable proceso.

Sebastiao Mendonca Ferreira
Centro Wiñaq
Para Lampadia

El 2008, cuando Dilma Rousseff fue electa presidente de Brasil, el Partido de los Trabajadores (PT), creía que había descubierto la fórmula mágica de la política. Lula había gobernado por dos mandatos, había terminado su segundo mandato con una aprobación extraordinaria (78% según una encuesta de Data Folha), y había logrado elegir a quien lo seguiría en el gobierno (Dilma Rousseff), mientras él se preparaba para regresar para el cuarto o quinto período continuado del PT en el gobierno, el 2014 ó 2018. Con esos éxitos, el PT ya se consideraba la versión brasileña del PCC (partido comunista cubano) o del PRI[i] mejicano, en pleno siglo XXI.

Sin embargo, en el 2013 la popularidad de Dilma comenzó a caer. Ello ocurrió sin crisis económica, cuando el ingreso per cápita brasileño estaba en su cumbre: US$ 15,430  (ajustado por poder de compra).  Después un período de inestabilidad política[ii], el PT logra reelegir Dilma manipulando los precios, ocultado los déficits, y utilizando métodos cuestionables de marketing político. Recién elegida, la popularidad de Dilma comienza a caer aún más, y después de grandes movilizaciones y de un juicio político por sus malos manejos en la Gestión del Estado, Dilma fue destituida. El 31 de agosto de 2016, después de casi 13 años, la era del gobierno del PT llegó a su fin.

Menos de un año después, en junio del 2017, Lula da Silva, el gran activo político del PT, fue condenado por el juez Sergio Moro a 9 años y medio de prisión por corrupción y lavado de activos, y el 24 de enero de 2018 su sentencia fue ratificada por unanimidad por el TRF-4 y su condena fue aumentada a 12 años y un mes. Hace poco más de un mes que Lula se encuentra prisionero en una cárcel de la Policía Federal y los innumerables intentos legales y políticos del PT por liberarlo han fracasado. A pesar de mantener 30% de intención de voto, Lula está prohibido de ser candidato por su condena por corrupción. La prohibición se debe a la Ley de Ficha Limpia (nº.135), promulgada por el mismo Lula el 2010.

¿Qué pasó para que la suerte del PT cambiara tanto, en tan poco tiempo?

 El caso del PT es una historia de fracaso y no de derrota, es decir, su tragedia se debe principalmente a fallas propias del PT y no a las habilidades de sus rivales. Los petistas,

naturalmente, no están de acuerdo con ese diagnóstico, e intentan explicar su destino buscando culpables externos. Para entender el fracaso comencemos por explicar el éxito inicial del PT. El éxito de Lula se debió a cinco grandes factores:

  1. El boom de las exportaciones (2002-2008) que generó un gran superávit comercial, bajó el dólar y permitió el ingreso masivo de importaciones industriales baratas de China, mejorando la calidad de vida de los sectores medios.
  2. Una política económica conservadora, de Lula, que mantuvo y fortaleció los equilibrios macroeconómicos heredados del gobierno anterior (Trípode Macroeconómico)[iii].
  3. La expansión de los programas sociales que permitieron aparentar resultados de corto plazo (no sostenibles) en la reducción de la pobreza y generar un electorado cautivo numeroso (cerca de 30 millones de electores dependientes de los programas sociales).
  4. La estabilidad económica heredada del gobierno anterior (FHC) que posibilitó el aumento del crédito y el consumo de bienes durables.
  5. Una intensa campaña demagógica que descalificaba a su antecesor y presentaba a Lula y al PT como los únicos políticos realmente comprometidos con el mejoramiento de la calidad de vida de la población del país.

Con Lula, el Brasil desperdició una oportunidad histórica para construir las bases de su desarrollo. Al concluir el boom de las exportaciones, los sueños de grandeza se esfumaron, dejando la triste realidad de una economía poco productiva y un sistema político corrupto.

Las semillas de la destrucción: La corrupción, Mensalão

Desde los inicios, el gobierno del PT, puso en marcha un esquema de institucionalización de la corrupción como uno de los pilares de su estrategia política.[iv] El sistema de corrupción era importante para financiar sus campañas y su militancia, consolidar su alianza con un grupo de grandes empresas, comprar a periodistas e intelectuales y ampliar su coalición de poder.

El escándalo conocido como “Mensalão” (2004-2006) ocurrió al descubrirse que el PT estaba comprando alianzas políticas pagando mensualidades a congresistas de varios partidos: Partido Popular Socialista (PPS), Partido Laborista Brasileño (PTB), Partido Socialista Brasileño (PSB), etc. El escándalo envolvió a líderes clave del PT como José Dirceu (primer ministro de Lula), Antonio Palocci (ministro de finanzas de Lula), José Genoíno, (ex-guerrillero comunista y presidente del PT), Duda Mendonça, (estratega de campaña de Lula), Delúbio Soares (tesorero del PT)[v], entre otros.

El mecanismo de pago de sobornos era bastante sofisticado e involucraba redes de empresas privadas e instituciones públicas, en el Brasil y el exterior.[vi] Ese escándalo casi trajo abajo al gobierno de Lula y destruyó la reputación de sus dos mejores líderes y potenciales candidatos para presidente de la República el 2010: José Dirceu y Antonio Palocci. Sin opciones competentes para su continuidad, Lula tuvo que contentarse con la única figura visible que, por ser externa al PT, no estaba públicamente involucrada en el Mensalão, Dilma Rousseff, una persona muy limitada, y sin mayor experiencia política.

A pesar de las limitaciones de inteligencia y de experiencia de Dilma Rousseff, Lula construyó una imagen falsa de su candidata, presentándola al país como si fuera una gerente competente y una política hábil, para así inducir a la población (que confiaba en él) a votar por aquella señora como la continuación de su gobierno. En vez de esperar para regresar cuatro años después, Lula prefirió mentir a la población, induciéndola a entregar el mayor poder político del país a una persona sin las calidades ni las competencias mínimas para tan importante cargo.

El problema era que Lula y el PT querían destruir la alternancia democrática para instalar un gobierno de una oligarquía partidaria. Sin darse cuenta, el PT estaba imitando a los militares que gobernaron al Brasil entre 1964 y 1985. Lula nombraba los presidentes al interior de su organización, y buscaba legitimarlos electoralmente en base a la manipulación política. Como veremos más adelante, esa estrategia le iba costar mucho al Brasil y al PT.

Las semillas de la destrucción: La corrupción, Petrolão

Mientras avanzaba el juicio a los corruptos del Mensalão, Lula y el PT estaban dedicados a organizar el sistema de corrupción en Petrobras. Ese nuevo sistema, conocido como Petrolão, era aún más grande que el anterior. Esta vez, el PT no actuó solo, sino que lo hizo con sus dos principales aliados: el Movimiento Democrático Brasileño (PMDB, hoy MDB) y el Partido Progresista (PP).

 Descubierto por la Operación Lava Jato, el Petrolão resultó siendo el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil,[vii] involucró a varias de las principales empresas contratistas del país: Odebrecht, Andrade Gutierrez, Camargo Correa, OAS, etc. Por primera vez, Luis Lula Inacio da Silva estaba personalmente involucrado en un gran escándalo de corrupción. Ya no era posible responsabilizar solamente a los tesoreros del PT o a algunos ministros o congresistas por los delitos descubiertos. Las evidencias que fueron saliendo a la luz indicaban la participación directa de Lula en diversos componentes del escándalo. Preso y con 8 juicios adicionales, el impacto de la corrupción sobre la imagen de Lula ha sido demoledor, especialmente en la clase media brasileña, en el centro y sur del país, y en la escena internacional. Se ha deteriorado seriamente la imagen de Lula, el principal activo político del PT, perjudicando mucho sus posibilidades electorales.

 La red de corrupción no se limitó al gobierno de Lula. Durante el gobierno de Dilma, los esquemas montados por Lula siguieron operativos. Dilma puso a los corruptos en los más altos cargos del Estado y de las empresas públicas. Los robos en Petrobras solo se interrumpieron cuando apareció el  Lava Jato el 2014. Antonio Palocci, hoy preso por corrupción, fue primer ministro de Dilma, y Guido Mantega, preso por corrupción, fue su ministro de finanzas hasta el final. El asesor de marketing político de Dilma (Joao Santana), también está preso por corrupción.

Para financiar la corrupción y consolidar el capitalismo de compadres, el PT expandió el Banco Nacional del Desarrollo Económico y Social (BNDES) a niveles extraordinarios. En 8 años Lula triplicó el volumen de crédito del banco, pasando de R$60 a R$168 mil millones de créditos anuales. Dilma mantuvo ese crecimiento en 20% anual incrementando el costo de la deuda pública a 14%, para brindar créditos subsidiados al 5% a las grandes empresas y gobiernos ideológicamente afines. Los grandes beneficiarios fueron Odebrecht, JBS/Friboi, Eike Batista y otros. Hoy, los gerentes de la mayoría de esas empresas están presos por corrupción. [viii]

 Semillas de la destrucción: Heterodoxia económica

Puede parecer increíble, pero en el Brasil, las teorías económicas heterodoxas aún son creíbles.[ix] A diferencia de Lula, un conservador en economía, Dilma optó por la heterodoxia. Cuando el boom de las exportaciones se enfrió, Dilma abandonó el Trípode Macroeconómico “neoliberal” de Fernando Henrique Cardoso, aplicado por Lula, y lanzó la “Nueva Matriz Económica” de concepción heterodoxa. Con su “nueva” política económica Dilma decidió estimular el consumo sin cuidar los costos.

Los resultados no se hicieron esperar. El superávit fiscal primario (antes del pago de deudas), que en el 2011 era de 3%, comenzó a caer en forma sistemática llegando a -2% el 2016. La deuda pública, que ya era alta (50% del PBI) se disparó el 2014 llegando a 70% del PBI en poco más de dos años, manifestando un absoluto descontrol de las finanzas públicas. En el caso de Brasil, la deuda pública genera un costo financiero muy alto porque, como ha sido indicado, los intereses pagados por el Estado brasileño son de 14% anual.

El control de precios, utilizado como instrumento de demagogia electoral, permitió ocultar la inflación por dos años, pero la disparó a partir del 2013. Los precios “controlados” se descontrolaron y subieron un 18% el 2015. Los gastos públicos, también con fines demagógicos, se dispararon. Según el Tribunal de Cuentas de la Unión, la Copa del Mundo el 2014 costó cerca de 12 mil millones de dólares,[x] y las Olimpíadas del 2015 costaron $17.6 mil millones.[xi] Ninguno de esos gastos mejoró la productividad de la economía brasileña.

 Dilma gastaba todo lo que ella consideraba necesario para mantener su popularidad, y manipulaba las cuentas nacionales para ocultar los déficits. La confianza de los empresarios comenzó a caer desde el inicio del gobierno de Dilma, pero se derrumbó el 2014, cuando los indicadores empeoraron. La confianza de los consumidores seguía a los empresarios, aunque con un año de diferencia. El 2015 Brasil perdió el grado de inversión de las principales agencias de riesgo (Standard and Poor, Fitch y Moody’s). La consecuencia final de esa cadena de errores fue la peor crisis económica desde 1930. Después de más 80 años, la economía brasileña cayó ocho trimestres consecutivos: -3.8% (2015) y -3.7% (2016).[xii]

La manipulación de las cuentas nacionales fue la gota de agua que llenó el vaso. Para ocultar su crisis, Dilma comenzó a utilizar a los bancos públicos para financiar los gastos corrientes del Estado, las llamadas Pedaladas Fiscales. Con esa práctica Dilma hacia sus cierres mensuales ocultando los déficits y mostrando “resultados” falsos. Esa práctica había sido prohibida durante el segundo gobierno de FHC (Ley de Responsabilidad Fiscal 101 del 2000).

En la Ley de Responsabilidad Fiscal se especificaba que la penalidad por su violación sería la destitución del cargo presidencial. FHC obedeció esa Ley rigurosamente y Lula también, aunque se descuidó un poco al final de su segundo gobierno (ver gráfico). Es Dilma quien hace de las Pedaladas Fiscales una práctica regular de gestión para manipular las cuentas públicas, realizando operaciones por más de 20 mil millones de dólares.

Semillas de la destrucción: La anulación de la alternancia democrática

El plan del PT era quedarse en el poder para siempre, como los comunistas en Cuba y el PRI en Méjico. Para ello el PT creó los mecanismos de manipulación política de la población pobre (Bolsa Familia), desarrolló una narrativa de descalificación de sus rivales (derecha neoliberal) y financió su coalición con la corrupción institucionalizada (Mensalão, Petrolão, etc.).

En ese esquema, los presidentes Lula, Dilma y otros, se alternarían en el poder, dejando a todos los demás partidos políticos al margen del poder presidencial. El PT reservaba para sí el rol hegemónico en el sistema político nacional, asignando a todos los demás partidos un rol subordinado. Si algún partido osaba disputarle esa hegemonía por la vía electoral, el PT descargaba sobre él su demoledora batería de difamación. En las elecciones del 2014, en que Marina Silva[xiii] y Aécio Neves compitieron con Dilma Rousseff, el PT demostró que dominaba bien los principios de la propaganda del nazi Joseph Goebbels, logrando erosionar las reputaciones de sus rivales hasta descalificarlos moral y políticamente.[xiv]

El problema de esa postura es que, después de un tiempo, todos los partidos se unificaron en contra del PT, como condición para ampliar sus espacios políticos. Es como si la historia se repitiera con variaciones. En los años 1980 todos los partidos políticos querían el final de la dictadura, pues los militares habían definido que solo ellos podrían ser presidentes. El resultado fue que, pasado el riesgo del caos social de los años 60 y 70, todas las fuerzas políticas del país sentían que podrían beneficiarse con la apertura democrática, la coalición política de los militares colapsó y tuvieron que dejar el gobierno. Lo mismo sucedió con el PT. El 2015 todos, hasta sus aliados, querían el fin de la Era PT.

El fin de Dilma

El desgobierno de Dilma, con la violación sistemática del la Ley de Responsabilidad Fiscal, ofreció a los demás partidos la oportunidad para retornar a la alternancia democrática. La ley era tajante: castigaba con la destitución al presidente que no la cumpliera. El caso de Dilma estaba claro, estaba documentado y tenían abundantes pruebas (ver gráfico). Además, su popularidad se había derrumbado, la población estaba protagonizando las mayores marchas de la historia del país. Lula estaba desprestigiado y no tenía como salir en defensa de Dilma.

Además, los petistas, no entendían qué estaba sucediendo. Ellos habían dominado los medios y las calles por 30 años, y ahora no lograban armar nada parecido a las campañas y marchas de la oposición. El tradicional discurso del PT, con el cual descalificaban a sus rivales, dejó de funcionar. Para la mayoría de la población el discurso petista había perdido significado. Su simbología, las banderas rojas y las marchas violentas, chocaban con las expectativas de las nuevas generaciones. Las nuevas marchas eran masivas y pacíficas, con banderas de Brasil, con frases de apoyo a Lava Jato y a Sergio Moro, y demandaban el enjuiciamiento de Dilma Rousseff.

Dilma fue destituida el 31 de agosto de 2016 con la aplicación rigurosa del marco jurídico del país. El PT armó el discurso de golpe para recordar el golpe militar de 1964 y crear una narrativa para su aliados nacionales e internacionales. Sin embargo, el proceso de enjuiciamiento de Dilma y el cambio de gobierno al vice-presidente Michel Temer ha sido institucionalmente ejemplar, y muestra una nueva fase del desarrollo democrático del país.

La salida del PT fue un alivio. Se interrumpió el desastre de Dilma, pero el país vivía una severa crisis económica y moral, con un sistema de pensiones insostenible, con una deuda pública que devora la capacidad de inversión del Estado, con una economía cerrada y con baja productividad, con pésima calidad de servicios de Salud y Educación, con una clase política más corrupta que antes, con decenas de millones de jóvenes ideologizados, con 60 millones de personas dependientes de la asistencia social, y la población desconcertada sobre las ideas que deben orientar a los gobernantes del país.

En el próximo artículo de esta serie, desarrollaremos las implicancias y desafíos de las nefastas herencias del PT.

Hoy, en pleno proceso electoral presidencial, la situación de Brasil es de alta incertidumbre. A cinco meses de las elecciones, los candidatos son todos minoritarios y las opciones liberales no tienen probabilidades de éxito. A pesar de todo, el país está mejor que el 2013, cuando el discurso populista era el único que se paseaba en los medios de comunicación y se alojaba en la mente de la población. Ahora hay debates abiertos, y algunos segmentos de la población comienzan a entender como funciona la política en su país. Se abren nuevas posibilidades. Lampadia

 

[i] El PRI, Partido Revolucionario Institucional, es un partido político mejicano que gobernó su país por 71 años consecutivos (1929 a 2000), un período aún más largo que el Partido Comunista de Cuba (1959-2018).

[ii] En junio del 2013 se realiza una serie de marchas en contra del alza de pasajes. Aún que el objeto de las marchas no fuera político, dio inicio a una serie de otras marchas que terminaron siendo importantes para la caída de Dilma.

[iii] El Trípode Económico, definido por el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, tenía tres principios: Cambio flotante, meta de inflación, y meta fiscal (equilibrio).

[iv] La corrupción es una tradición en el sistema político brasileño, pero era personalizada. La institucionalización de la corrupción ha sido responsabilidad del PT. Ningún partido, antes del PT, había encargado a sus primer ministros y ministros de finanzas el manejo de la corrupción. Sólo el PT lo hizo.

[v] Delúbio Soares acaba de ser preso para cumplir una segunda condena de 6 años de prisión por corrupción.

[vii] En el siglo y medio que duró el ciclo del oro, Portugal se llevó entre 20 y 40 millones de onzas de oro de Brasil. Considerando el precio del oro en la época (US$20) y actualizando al valor presente (US$600 la onza) se llega a cantidades entre 12 a 24 mil millones de dólares.

[ix] El Perú experimentó la teoría heterodóxica en el primer gobierno de Alan García, con la asesoría de Daniel Carbonetto, y sirvió como vacuna, pero en el Brasil el experimento recién se realizó en esta segunda década.

[xii] Todos los gráficos de Mercado Popular están disponibles en: http://mercadopopular.org/2016/05/a-ascensao-e-queda-do-pt-em-13-graficos/

[xiv] Marina Silva llegó al llanto en público ante las mentiras que fueron irradiadas por el PT en su contra.




Sobre Asistencialismo Social y Apoyo Productivo

Sobre Asistencialismo Social y Apoyo Productivo

Pablo Bustamante Pardo

Presidente del Patronato de Sierra Productiva

Desde principios de siglo ningún gobierno ha querido apoyar el programa de apoyo productivo para la sierra alto andina llamado ‘Sierra Productiva’, desarrollado por Carlos Paredes Gonzales (un antiguo correligionario de Javier Diez Canseco en el PUM), que puede ayudar a superar la pobreza de los campesinos minifundistas que aún se mantienen en una suerte de Siglo XVI.

Sierra Productiva actúa sobre el predio de la unidad familiar campesina y hace que sus potencialidades: agua, tierra, recursos naturales, cultivos, crianzas y su sapiencia, que viene heredada de sus padres y abuelos, se potencien con tecnología. Al aplicar conocimientos innovadores y la implementación de tecnologías, hace que sus productividades se eleven sustantivamente. Solo en pastos, la elevación de productividad con riego tecnificado, riego por aspersión, se eleva en 100 veces, cuestión que no ocurre en cualquier otra actividad de la economía.

Efectivamente, ninguno de los gobiernos recientes quiso apoyar este extraordinario programa. El gobierno de Humala lo recogió a medias cambiándole el nombre a Haku Wiñay aplicándolo en una proporción muy pequeña y con varias distorsiones en su concepción. En esta oportunidad se estaría produciendo un cambio total en el enfoque del nuevo gobierno que ha manifestado su intención de desarrollar programas productivos desde el MIDIS (Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social). Lo que es más, es indudable que el gobierno de PPK tendrá un gran apoyo para este cometido por parte de Fuerza Popular, ya que el programa de Sierra Productiva es parte de su plan de gobierno.

Durante el gobierno de Humala hemos multiplicado los programas sociales, invirtiendo en ellos recursos muy importante. El presupuesto de los programas sociales (MIDIS) pasó de 213´629,382 soles el 2012 a 4,305´578,000 de soles el 2016. El enfoque de gobierno fue básicamente de asistencialismo tradicional, al estilo del chavismo y del gobierno de Lula en Brasil.

La oportunidad de multiplicar el asistencialismo, dados los recursos fiscales que estuvieron disponibles, permitió que dichos gobiernos se obnubilaran con el asistencialismo que, mientras duraran los recursos, creara resultados de un aparente bienestar. Aparente,  pues no son sostenibles fiscalmente, ni superan la pobreza (solo la compensan) y, a diferencia de los programas de apoyo productivo, no dan dignidad a los pobres como lo hace un Sierra Productiva, que en vez de solo compensar la pobreza, tiende a su superación con un admirable efecto de empoderamiento individual y la ‘explosión’ de dignidad.

Evidentemente, tampoco se trata de abandonar el asistencialismo social. Allí donde hay pobreza extrema, todos, el Estado, las empresas y los individuos debemos apoyar. Lamentablemente, eso no permite que todos los pobres superen sus carencias, pero para algunos hace toda la diferencia. Permítanme compartir con ustedes, dos anécdotas muy ilustrativas al respecto:

Las Estrellas de Mar (de un video de hace 25 años)

Cuentan que un hombre sabio se encontraba en lo alto de una playa observando el mar. En la arena se veían miles de estrellas de mar rojas expuestas al sol. Hacia la derecha, el sabio divisó a un joven que recogía una estrella, corría hacia el mar y la tiraba al agua, para luego repetir la misma acción, una y otra vez.

El sabio se acercó al joven: “Oiga con tantas estrellas quemándose al sol, ¿cree usted que puede ayudarlas?” El joven lo miró a los ojos, recogió otra estrella, corrió hacia el mar y la echó al agua. Volvió hacia el sabio y le dijo: “Para esa estrella, hace toda la diferencia”.

El SIS, la Diálisis y el Canillita

Hace pocos días me encontré con el canillita que me reparte los periódicos. Él es un hombre relativamente mayor, pero más afectado por su duro trabajo que por su edad. Su oficio le exige madrugar, llevar mucho peso en la bicicleta, haga calor, frío o llueva.

El buen señor se enfermó de los riñones y en un centro de salud pública le indicaron que necesitaba que lo dialicen tres veces por semana. El canillita no tenía recursos para afrontar el tratamiento y tampoco había adquirido ningún seguro en su vida. Sin embargo, el funcionario público le indicó que iba a verificar si por casualidad su nombre figuraba en el SIS (el Sistema Integral de Salud). Para suerte del canillita, si figuraba y desde entonces le hacen las diálisis. No solo ha superado su dolencia, de alguna manera, hasta ha rejuvenecido después de haber estado envenenándose, sabe Dios cuanto tiempo. Para él, el asistencialismo hizo toda la diferencia.

MORALEJA

El asistencialismo hace toda la diferencia para uno o varios individuos, pero no para todos y, los administradores de un país donde prevalece la pobreza, están obligados a buscar soluciones para todos, soluciones sostenibles. Y esa es:

“Traer a los pobres a la economía de mercado”, en vez de optar por ‘distribuir para crecer’ hasta que se acaben los recursos o cambie el gobierno, para que a otro le toque retroceder.

Para emprender esta tarea se necesitan recursos sostenibles, para ello hay que crecer y optar por ‘crecer para distribuir’, pero privilegiando el apoyo productivo, sin dejar al más pobre en el abandono.

Pero, para apoyar los programas productivos, no hace falta hacer preguntas maliciosas ni maniqueas como las expresadas por mi respetado amigo, Carlos Eduardo Aramburú en su artículo de ayer en el diario El Comercio que tituló: ¿Basta con crecer? Veamos:

“¿Qué relación hay entre crecimiento económico y pobreza? ¿Será cierto que basta con crecer para salir de pobres? Entre los países desarrollados, no son los de mayor crecimiento los que tienen mejores niveles de vida”.

Algunas importantes reflexiones al respecto:

  • Que yo sepa nadie ha dicho nunca que basta con crecer. Ver en Lampadia: La agenda pendiente.
  • La relación entre crecimiento y reducción de la pobreza es muy clara. A mayor crecimiento mayor reducción de la pobreza. Extraña pregunta para un estudioso del país. Recordemos que en el Perú, cuando empezamos a crecer a principios de siglo, por cada 1% de crecimiento del PBI, la pobreza se reducía en 0.5%. Pero, cuando el crecimiento se aceleró, por cada 1% de crecimiento del PBI, llegamos a reducir la pobreza en más de 2%. Esa relación entre crecimiento y pobreza es dinámica. Ver en Lampadia: Crecer para reducir la pobreza.
  • Nadie ha dicho que basta con crecer para salir de pobres.
  • Finalmente, decir que: “Entre los países desarrollados, no son los de mayor crecimiento los que tienen mejores niveles de vida”, es otro comentario insidioso, pues la foto actual de los que son más desarrollados no tiene, evidentemente, ninguna relación con su ritmo de crecimiento actual. Esa riqueza, desde la cual ya no crecen al mismo ritmo, la construyeron antes.

Los peruanos necesitamos faros nítidos para que no equivoquemos las prioridades. Efectivamente, el crecimiento económico no es el objetivo del desarrollo, como si dice correctamente Carlos Eduardo Aramburú, es el medio para todo lo demás. Ver en LampadiaSin crecimiento económico no hay desarrollo. Ya tenemos muchos agentes políticos negando los beneficios de la economía de mercado y planteando el absurdo pos-extractivismo. Está muy bien que Aramburú apoye el eventual desarrollo del magnífico programa de Sierra Productiva, pero no es necesario dar pita a las ideas que promueven los economistas que hablan cotidianamente en nombre de la PUCP.

Busquemos un alto ritmo de crecimiento, apoyemos los programas productivos y no olvidemos que para los más pobres, una ayuda ‘hace la diferencia’.




La izquierda se desmorona en América Latina

El antes alabado modelo brasileño del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula da Silva parece haber llegado a su fin con la histórica votación para procesar la destitución de la presidenta Dilma Rousseff. Esto significaría el fin de 13 años de gobierno de su partido que ha llevado al Brasil a una crisis económica, política y moral sin precedentes

http://danielebarreto.com.br/wp-content/uploads/2016/03/manifesta%C3%A7%C3%B5es-1.jpg
Millones de brasileños exigieron la destitución de Rousseff

Formalmente, la acusación contra Rousseff es por su manipulación del déficit fiscal que trató de cubrir recurriendo a los fondos de agencias y bancos del Estado que no forman parte del presupuesto nacional. Muchos pretenden decir que esta es una cosa menor, además, Dilma Rousseff está también vinculada a la ominosa corrupción del ‘lava jato’, ella fue presidente de Petrobras cuando se desarrollaron los esquemas fraudulentos y se estima que su campaña política fue financiada por fondos de la corrupción. En todo caso, esto puede parecerse a la condena del famoso Al Capone, que recibió su castigo por evasión fiscal y no por los múltiples crímenes que llevaba a cuestas.

Rousseff y sus partidarios, afirman que van a luchar hasta el final contra lo que ven como ‘una conspiración’ y ‘un intento de golpe’. Pero el proceso de limpieza de la política brasileña sigue adelante. Acaba de ser condenado a 23 años de cárcel, José Dirceu, el brazo derecho de Lula. El PT ha dilapidado su ascendencia en Brasil, según la encuestadora Datafolha, la popularidad de la presidenta está en 8% y el abrumador voto en su contra en el Senado indica que hay pocas posibilidades de que sea absuelta.

El impeachment de Rousseff tendrá consecuencias en toda América Latina. Brasil llegó a considerarse una potencia económica emergente con numerosos programas sociales que aceleraron la reducción de la pobreza y fomentaron una nueva clase media, algo que esperamos pueda preservarse.

En Lampadia no nos dejamos engañar por los cuentos de grandeza del PT y sus políticas aislacionistas y proteccionistas que fomentaron el mercantilismo empresarial, ni por sus políticas asistencialistas que duraron lo que duró el ciclo de ingresos extraordinarios por el precio de la soya y otros. En una visita de Lula al Perú (segundo gobierno de García), declaró  que era mejor distribuir para crecer (equívoca política adoptada luego por Humala). Lula alardeó con sus cifras, pero en Lampadia las comparamos con las peruanas (Luces y sombras de la visita de Lula al Perú) y mostramos que nuestras políticas y performance eran muy superiores.

La oportunidad que ha perdido Brasil ha sido probablemente la mejor de su historia (ver en Lampadia: El ‘país del futuro’ tendrá que diseñar otro futuro). Pero Brasil no ha sido el único que malogró sus oportunidades en la región. Casos muy parecidos, con distintos énfasis y ritmos de reversión, los tenemos en Venezuela, Argentina, Ecuador y Bolivia. Los países que mejor aprovecharon las grandes oportunidades del nuevo siglo, son los de la Alianza del Pacífico, México, Colombia, Chile y el Perú. Nosotros, después de las reformas pro mercado de los años 90, estuvimos listos para transformar ‘oportunidades en realizaciones’. Así lo dijeron en el Perú hace un par de años Paul Krugman y Nouriel Roubini. (Ver en Lampadia: Paul Krugman rompe mitos).

Es por eso que reportajes como el publicado por Cuarto Poder (Poder de Cuarta), la semana pasada sobre el caso brasileño, en el especial conducido por el colaborador de La República, René Gastelumendi, es sorprendente y alarmante. Parecía un programa de la televisión chavista de Venezuela en el que se hizo una defensa cerrada del gobierno del PT (el conductor llegó a discutir con los furibundos brasileños), apoyando los reclamos de Dilma. No importó, ni se mencionó que días antes hubo una manifestación de seis millones de brasileños exigiendo la destitución de la presidente.

En verdad, las traumáticas experiencias de Venezuela, Argentina y Brasil, con el decimonónico ‘socialismo del siglo XXI’, un aislacionismo anti globalización y una dantesca corrupción, son una de las mejores lecciones de economía y política para nuestros ciudadanos y debemos mostrarlas y compartirlas sin manipulaciones políticas. 

Estos son tiempos importantes para América Latina, de hecho, parece que estamos entrando en un nuevo ciclo político relativamente pragmático y centrista, como afirma el artículo del Financial Times que glosamos líneas abajo:

Desaparición del izquierdismo brasileño resonará en las Américas

Los latinoamericanos ya no tolerarán la corrupción como antes

Por John Paul Rathbone

Publicado por el Financial Times

12 de Mayo de 2016

Traducido y glosado por Lampadia

 

Dilma Rousseff se mostró desafiante. “Me voy a resistir por todos los medios legales”, dijo después de que el Senado de Brasil votara a favor de iniciar el proceso de destitución.

A pesar de su actitud desafiante, la decisión del Senado probablemente marca un punto de inflexión para la séptima mayor economía del mundo. Michel Temer, el vicepresidente, ha juramentado como presidente interino.

La partida de Rousseff marca el final del PT después de 13 años. Desde su fundación en 1980, el PT se convirtió en el mayor partido socialdemócrata en la región, el “principal movimiento de izquierda en el mundo democrático”, señala Matias Spektor, profesor asociado de relaciones internacionales de una institución académica de Sao Paulo.

Durante la última década, muchos gobiernos de izquierda en la región han sido auxiliados por el PT. Brasil mostró una extraordinaria “paciencia estratégica” con sus vecinos socialistas como Bolivia y Venezuela, haciendo la vista gorda a sus deficiencias, como también lo hizo con la Habana. Pero ahora la mayor parte de América del Sur se está moviendo hacia el centro político.

El impeachment de Rousseff se debe en realidad al disgusto popular por la mala gestión económica y el escándalo de corrupción en Petrobras y también marca otra tendencia regional: los latinoamericanos ya no tolerarán la corrupción como lo hacían antes.

De acuerdo con Kevin Casas-Zamora, del diálogo Inter-Americano con sede en Washington, este alboroto popular no se debe a que la región es más corrupta. Las encuestas realizadas por grupos como Transparencia Internacional sugieren que hay menos corrupción, no más.

Más bien, el crecimiento de las redes sociales, combinado con una clase media cada vez más activa y mejores garantías institucionales en contra de abusos, han llevado a una fuerte reacción negativa.

Lampadia




No más voto electrónico

No más voto electrónico

Por primera vez en las elecciones generales pasadas, la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) impuso el uso del voto electrónico. Pretendió que se aplicara para tres millones de votantes en Lima, y tuvo que retroceder, días antes de la elección, a menos de 700,000 personas. Aún así, la reorganización de locales y número de votantes por mesa originó un tremendo caos del que muchos huyeron sin votar y otros no alcanzaron a hacerlo por las interminables colas. No se pueden hacer experimentos mal diseñados en medio de un proceso electoral, uno de los eventos más importantes de la vida cívica de los peruanos.

En cuanto al voto electrónico, en Lampadia hemos advertido varias veces que su uso es inaceptable, por su naturaleza técnica y por el riesgo de manipulación política dada la extensión y calidad de los programas asistenciales del Estado.

Este sistema de votación electrónico puede torcer la voluntad popular, ya sea por falta de control ciudadano o por intimidación del elector. En el Perú, millones de ciudadanos reciben distintas prestaciones asistencialistas de programas sociales como Juntos, Beca 18, Qali Warma, Pensión 65 y otros. Múltiples funcionarios públicos nacionales y regionales entregan directamente los aportes asistenciales y es evidente que ellos podrían manipular muy fácilmente la votación con aseveraciones, que sin basarse en la realidad, intimiden a los votantes con la amenaza de retirarles los beneficios.

En El voto electrónico es inaceptable para el Perú, dimos un ejemplo para explicar este caso: ‘Cuidado, yo voy a saber por quién votas’, podría ser la aseveración que se dé al ciudadano, quién no tendría los elementos de juicio necesarios para saber si es cierta o no. Ante ello, es pues presumible, que muchos de los electores, podrían votar en la dirección de las ‘recomendaciones’ del funcionario público ‘benefactor’.

Así lo explicó también el especialista en sistemas y asuntos electrónicos, Franjo Kurtovic, en un artículo para Lampadia (ver: Votación “fraudelectrónica”: ¿Buena para quién?): “el voto electrónico es un sistema fácilmente manipulable, genera miedos, -a veces bien fundados como en el caso de Venezuela-, sobre la posibilidad de vincular al ciudadano con su voto, y esto se presta para una serie de manipulaciones políticas y manipulación psicológica del ciudadano votante que pueden alterar la voluntad en favor del gobernante manipulador”.

Además, en otras partes del mundo, estos sistemas han mostrado seria fallas y en Alemania ha sido prohibido por la Corte Constitucional, por su falta de transparencia como argumento central: “1. El principio (…) ordena que todos los pasos esenciales de la elección estén sujetos al control público (…). 2. En la utilización de aparatos electorales electrónicos, el ciudadano debe poder controlar los pasos esenciales del acto electoral y la determinación del resultado de manera fiable y sin conocimientos técnicos especiales.”

Es decir, al no permitir un control ciudadano efectivo y directo por parte de cualquier ciudadano y en especial de los personeros acreditados, el principio de transparencia se quiebra, lo que hace indeseable y peligroso este sistema.

En esta misma línea, compartimos un video de Franjo Kurtovic que explica detalladamente las falencias del voto electrónico, afirmando que este sistema no cumple con los requisitos de que nuestro voto sea auditable, seguro y secreto:

En Lampadia hemos reiterado nuestras llamadas de atención (ver: La peligrosa campaña por el voto electrónico) y, más recientemente, en enero de este año: ¡No al voto electrónico! Lamentablemente, en un país en el que la clase dirigente ha perdido su ‘capacidad de entusiasmarse e indignarse’, es muy poco lo que se analiza, debate y plantea. Pero la soledad de los que estamos comprometidos con la acción cívica, es seguramente compartida por millones de ciudadanos de las ‘mayorías silenciosas’, a quienes tenemos que seguir alertando tercamente.

Tanto por aspectos técnicos como políticos, hoy tenemos que reiterar nuestro llamado:

¡No al voto electrónico!

Lampadia




“Fuera de la ideología todo es ilusión” (I)

“Fuera de la ideología todo es ilusión” (I)

Es paradójico que en el Perú, un país en el cual se están dando pasos efectivos para sacar a su población de la pobreza, surjan corrientes de pensamiento que proponen, en diversos aspectos, el regreso al pasado pre-industrial e incluso pre-Colombino.

¿Cómo puede ser que surjan corrientes de pensamiento contrarias al desarrollo y que defiendan como alternativa la permanencia de la pobreza?

¿Cómo puede ser que, con el eufemismo de alternativas al desarrollo, le propongan a la población rural renunciar a sus aspiraciones de progreso en función a una idea de buen vivir en la pobreza? Esas corrientes evidencian una indiferencia chocante con las aspiraciones de progreso de las poblaciones rurales del país. Desde su condición de clase media y alta financiada con donaciones y/o con fondos públicos, ellos buscan venderle al país un discurso hostil en contra del progreso, de la minería y del aprovechamiento de los recursos naturales en general, e indiferente frente al sufrimiento que genera la pobreza rural.

 

Fuente: http://ambiental.net/2015/11/transiciones-al-pos-extractivismo-conferencia-en-cajamarca/

Las ideas de los pos-extractivistas peruanos no son ni latinoamericanas ni peruanas.[1] Son copiadas de pensadores radicales europeos y americanos, marginales en sus propias sociedades. En realidad, los pos-extractivistas locales o regionales son básicamente reproductores de un discurso creado en Europa y Estados Unidos. Ellos mismos fueron adoctrinados en universidades del norte (Edinburgh, Yale, Madrid, etc.), y buscan hacer lo mismo con los líderes de la población local.[2] Aunque no visten camisas blancas ni usan corbatas cortas, no son muy distintos de algunos promotores religiosos-americanos que encontramos en los barrios de Lima.

El origen de los Anti-Mineros

El primer gran movimiento en contra del uso de tecnología moderna surgió en Inglaterra a inicios de la revolución industrial. Fue Ned Ludd (un personaje que no se sabe si es ficticio o  real), quien en 1811 se le atribuyó la iniciativa de convocar a los trabajadores ingleses para destruir las máquinas que posibilitaban la emergencia de la industria textil.

La rebelión Ludita fue duramente reprimida por el Estado Británico. Sus líderes fueron encarcelados o asesinados, y el movimiento salió de la historia por más de un siglo. En su lugar, surgió el Marxismo, la cual en vez de oponerse a la industrialización, hablaba de una utopía autoritaria basada en la industria y dirigida por un partido formado por intelectuales de clase media que decían representar a los trabajadores industriales.

Más allá de su intento insensato de bloquear la revolución industrial, el movimiento Ludita, como se le conocía, tenía una justificación social. Los cambios en la  economía inglesa estaban generando serias dificultades a los diversos sectores de esa sociedad, ya que el uso de los telares industriales estaba literalmente llevando a la quiebra a miles de artesanos y trabajadores textiles. Además, los artesanos estaban siendo desplazados por los telares industriales en dónde los obreros trabajaban 16 horas diarias viviendo una existencia corta y miserable. 

Los anti-mineros modernos son tan o más retrógrados que los Luditas del siglo 19, no solo porque repiten los mismos errores dos siglos después, sino porque al bloquear la minería moderna, sacrifican las aspiraciones de progreso de las poblaciones rurales del Perú y lo hacen para defender los intereses ideológicos de las corrientes radicales europeas y americanas que los adoctrinan y financian.[3]

Surge el Neo-Ludismo

A pesar de la derrota de los Luditas en Inglaterra, el rechazo a los avances técnicos (basado en las actividades industriales) siguió teniendo adeptos, especialmente en los Estados Unidos. En 1975, Edward Abbey escribió una novela de gran éxito e influencia, The Monkey Wrench Gang [La Pandilla del Sabotaje], en la que cuatro personajes luchan contra la construcción de represas hidroeléctricas y del desarrollo industrial en el oeste americano. Los personajes de la novela se dedicaban a destruir las instalaciones que, según ellos, afectaban las costumbres locales y la belleza del paisaje natural. La novela se transformó en una referencia para el naciente movimiento Neo-Ludita, un movimiento hostil en contra del uso la tecnología moderna y las actividades extractivas. Una comparación entre los discursos de los pos-extractivistas peruanos y las ideas de los personajes de la novela de Edward Abbey permite ver que el pensamiento Neo-Ludita los ha influenciado, aunque  ellos se resistan a reconocerlo.[4]

Con la caída del muro de Berlín y el colapso de la Unión Soviética, se desprestigió el Marxismo. La utopía comunista resultó ser una dictadura muy semejante a la fascista, y su economía centralmente planificada se derrumbó ante el avance de la innovación en los países capitalistas. El giro de China hacia el capitalismo, con fuerte rol del Estado, y su extraordinario éxito económico reforzó el desprestigio de la ideología marxista. Hoy, el Marxismo es un símbolo de dictaduras y de atraso económico con dos íconos claros: Corea del Norte y Cuba.

Ante el fracaso del Marxismo, los grupos anti-capitalistas, marxistas y no marxistas, los grupos anti-modernidad, y los diversos rebeldes confusos, volvieron sus ojos hacia una nueva versión del Ludismo: una versión que combina elementos del marxismo con ideas de un ecologismo radical y un histórico resentimiento social. Esas corrientes están activas en Perú, influenciando fuertemente al movimiento anti-minero, canalizando marxistas frustrados, aventureros políticos locales, izquierdistas desocupados e intelectuales de menor rango. Ellos se auto-titulan pos-extractivistas.

El Terrorismo Anti-Tecnología

En 1995, el matemático americano Theodore Kaczynski, autor de una serie de atentados terroristas con cartas bombas, le exigió al New York Times y al Washington Post que publicaran su “Manifesto” en contra de la sociedad industrial, en donde planteaba la necesidad de destruir la tecnología moderna y regresar a la vida pre-industrial.[5]

El texto de Kaczynski, claro y consistente, es uno de los pronunciamientos Neo-Luditas más completos e influyentes.[6]La lectura de sus textos y la comparación con las ideas de los anti-mineros peruanos evidencia cierta convergencia evolutiva entre ambos grupos de ideas.

Para Kaczynski, las sociedades primitivas posibilitaban una experiencia de vida más acorde con la naturaleza humana (similar al Buen Vivir de los pos-extractivistas). En la párrafo 115 de su Manifesto, dice: “Entre los pueblos primitivos las cosas en que los niños son entrenados tienden a ser razonablemente en armonía con los impulsos humanos naturales. Entre los indios americanos, por ejemplo, los niños eran entrenados en actividades en el campo. Pero, en nuestra sociedad los niños son empujados a estudiar temas técnicos, lo que la mayoría hace en forma reluctante.”

En un artículo sobre el post-extractivista uruguayo Eduardo Gudynas de The Guardian (periódico inglés que influencia la izquierda latinoamericana),  se ilustra el concepto del Buen Vivir con una foto de dos niños amazónicos desnudos jugando con papagayos, dejando claro a qué tipo de pasado los post-extractivistas nos quieren llevar en el futuro.[7]

La utopía de los post-extractivistas peruanos y de los Neo-Luditas es la misma: una sociedad sin tecnología industrial. En esto coinciden Gudynas, Abbey y Kaczynski. Aún con diversos niveles de radicalidad, los tres sienten aversión ante el progreso técnico y a la manera cómo éste ha modificado la forma en que estructuran sus sociedades y sus métodos de producción en masa.

El costo humano que se genera como consecuencia de sus absurdas ideas en términos de permanencia de la pobreza y deterioro de la calidad de vida de la población rural no les interesa mucho. Son de clase media y alta, y sus ingresos no dependen de cómo le va a la población rural.

La contradicción más evidente del pensamiento de los post-extractivistas es que, sin el desarrollo industrial moderno, Gudynas no estaría publicando sus opiniones en The Guardian, ni viajando en avión (con turbinas de alta tecnología) para dar charlas en reuniones de anti-mineros en Cajamarca y Lima y no tendría celular con procesadores de última generación.

Algunos anti-mineros pueden considerar injusta la comparación de sus ideas con las de conocidos anarquistas y terroristas de los países del norte, sin embargo, una lectura cuidadosa y objetiva de los materiales producidos por ambos grupos pone en evidencia muchas coincidencias entre sus ideas. Quienes todavía tengan dudas, pueden leer todos los textos citados.

Una diferencia importante con los pos-extractivistas peruanos es que Kaczynski es revolucionario y propicia el terrorismo como método de propaganda, mientras los pos-extractivistas son, por lo general, reformistas radicales. Aunque promueven la violencia en las marchas anti-mineras, no promueven el terrorismo como estrategia política. Su actuación política combina una diversidad de métodos: la promoción de conflictos locales, la intimidación y represión de la población local vía rondas campesinas u otros elementos de poder local (ver: El cerco cognitivo de las comunidades donde operan), la realización de los actos de sabotaje a instalaciones mineras, la incidencia política en el Estado, la destrucción de la legitimidad de las empresas mineras y el adoctrinamiento de la juventud y líderes locales. Algunos ex-terroristas han encontrado en el movimiento anti-minero el lugar perfecto para canalizar su radicalismo ideológico, sus inclinaciones hacia la violencia y sus habilidades en organizar conflictos, pero ello no justifica llamarlos de terroristas.

La narrativa pos-extractivista tiene una deficiencia fundamental.

Los pos-extractivistas no pueden ofrecer una respuesta efectiva a las aspiraciones de progreso de las poblaciones rurales. Para ocultar esa deficiencia, hablan del Buen Vivir o de la Dignidad. Esas dos opciones le sugieren a la pobreza rural que su sufrimiento es un problema de actitud y no una cuestión de ingresos económicos, acceso a servicios de salud, electricidad, productividad agrícola, costos de transporte, etc.

En una reciente conferencia en Cajamarca (2015), la región más pobre del Perú, el ícono pos-extractivista Eduardo Gudynas (ver foto del evento con líderes de Patria Roja) no pudo decir nada claro ni efectivo sobre cómo abrir una ruta de progreso para la población Cajamarquina. En una conferencia que tenía por temática la transición de la sociedad actual con minería industrial hacia el pos-extractivismo (sin minería moderna), no propuso ninguna medida específica con la cual se pudiera realizar dicha esta transición. Lo único concreto que dijo fue la necesidad de oponerse a los grandes proyectos mineros, a la agro-exportación y a las hidroeléctricas.

Ese desinterés e incapacidad de los pos-extractivistas de ampliar las rutas de progreso de la población rural incrementa la responsabilidad de las corrientes pro-desarrollo, pero también ofrece una oportunidad para aislarlos socialmente.

Los pos-extractivistas solo pueden ofrecer la permanencia de la pobreza y una cultura de victimización y resentimiento.

Las corrientes pro-desarrollo pueden promover el debate público mostrando cómo la minería responsable puede generar recursos y oportunidades que dinamicen el desarrollo regional y les permitan a los niños de esas regiones tener el futuro que se merecen.

La condición para que las corrientes pro-desarrollo sean capaces de responder a las expectativas de las poblaciones de las regiones mineras del Perú es superar los enfoques asistencialistas y el pragmatismo transaccional aún presentes en las estrategias de las empresas mineras para que la minería contribuya efectivamente a dinamizar las economías locales y brindarle la posibilidad a la población rural y los sectores urbanos que visualicen un futuro mejor en relación sinérgica con la minería. Lampadia

 

[1] El pedagogo brasileño Paulo Freire, un pensador del sur, desarrolló un enfoque de alfabetización que hasta hoy influencia las universidades del norte, pero ese no es el caso de los post-extractivistas, pero este no es el caso de los post-extractivistas peruanos.

[2] Una estrategia mediática de los post-extractivistas es el adoctrinamiento de voceros locales para dar la ilusión de que sus ideas son originarias de los países en donde operan.

[3] Los luditas no entendieron que la industrialización no era solo consecuencia de las condiciones en Inglaterra sino de la naciente demanda global de telas, máquinas, insumos industriales, etc. La industrialización de China e India, y después de África, va incrementar la necesidad de la minería hacia niveles nunca antes conocidos en la historia de la humanidad. El bienestar futuro de la humanidad va requerir más minería y no menos minería como se imaginan los post-extractivistas.

[4]Otras corrientes Neo-Luditas buscan bloquear la tecnología digital y la ingeniera genética: computadores, robots, modificaciones genéticas, etc., pero ese no es el caso en Perú en donde la minería, el petróleo y las represas hidroeléctricas son los blancos preferidos de los pos-extractivistas.

[5] Kaczynski, un matemático con un IQ de genio, entre 150 y 170, redactó su Manifesto en forma muy lógica e completa. Más allá de sus ideas absurdas, es un documento de lectura entretenida.

[6] En el final del Manifesto (del §213 al §232), Kaczynski realiza una crítica aguda a la izquierda y a su ambición de poder por el poder. Por ello, sería más adecuado caracterizarlo políticamente como más próximo a los anarquistas que a la izquierda tradicional de Latino América o de los países del norte.

[7] http://www.theguardian.com/sustainable-business/blog/buen-vivir-philosophy-south-america-eduardo-gudynas

 




La Caída de Brasil

La Caída de Brasil

The Economist

02 de enero 2016

Traducido y glosado por Lampadia

 

Comentario de Lampadia

El modelo del Presidente Humala de ‘incluir para crecer’, instaurado con soberbia por el Presidente Lula en Brasil se cae a pedazos. Ver en Lampadia: Luces y sombras de la visita de Lula al Perú.

Como bien se dice en economía: ‘No hay lonche gratis’. El modelo brasileño, tan admirado por el gobierno nacionalista y por una de sus creaciones indirectas, ‘Ciudadanos por el Cambio’, de Salomón Lerner (el ex Primer Ministro del gobierno de la inclusión), basado en un asistencialismo desenfrenado, crecimiento del Estado, proteccionismo interno, cooptación de rivales, medios y líderes de opinión, corrupción y mucha soberbia; se acerca a una crisis de proporciones brasileñas. Los amigos y padrinos del Alba y del ‘socialismo del siglo xxi, van hacia una profunda crisis política y económica.

Según Bloomberg, Brasil va a su peor recesión desde 1901 y tendrá dos años seguidos de recesión, algo que no ha tenido desde la del 1930 – 1931.

Las lecciones para el Perú debieran sernos claras para todos los estamentos de nuestra sociedad. Pero lamentablemente, todavía tenemos una serie de agrupaciones políticas que siguen cerrando los ojos a la evidencia, así como a la crisis humanitaria y política de Venezuela.

Hoy día, además de nuestra propia experiencia histórica, tenemos a mano tres descomunales fracasos entre nuestros vecinos: Venezuela, Brasil y Argentina. Ya no tenemos ninguna disculpa para no entender las relaciones causa-efecto de las malas políticas públicas. Una gran oportunidad para la necesaria introspección pre electoral que debemos hacer todos los peruanos.

La Caída de Brasil  

Al inicio de 2016 Brasil debería estar en un estado exuberante de ánimo. En agosto Río de Janeiro será la sede de primeros Juegos Olímpicos de América del Sur, dando a los brasileños la oportunidad de embarcarse en lo que mejor saben hacer: una fiesta realmente espectacular. En lugar de ello, Brasil se enfrenta a un desastre político y económico.

El 16 de diciembre, Fitch fue la segunda de las tres grandes agencias de calificación crediticia en rebajar la deuda brasileña a la categoría de basura. Días después Joaquim Levy, el ministro de Hacienda nombrado para estabilizar las finanzas públicas, renunció después de menos de un año en el puesto (ver en Lampadia: Brasil: Del Cielo al infierno en la vida del PT). Se prevé que la economía se contraerá un 2.5 a 3% en 2016, no mucho menos que en 2015. Incluso Rusia, rica en petróleo y sancionada apunta a hacerlo mejor. Al mismo tiempo, la coalición gobernante ha sido desacreditada por el colosal escándalo de soborno que rodea a Petrobras, la compañía petrolera estatal. Y Rousseff, acusada de ocultar la magnitud del déficit presupuestario, se enfrenta a un juicio político de destitución en el Congreso.

Como la B de los BRICS, Brasil debería estar a la vanguardia de las economías emergentes de rápido crecimiento. En cambio, se enfrenta a la disfunción política y tal vez al regreso a una inflación galopante. Sólo decisiones difíciles pueden poner a Brasil de nuevo en curso. Justo ahora, Rousseff parece no tener el estómago para ello.

El sufrimiento de Brasil, como el de otras economías emergentes, se debe en parte a la caída de los precios mundiales de las materias primas. Pero Rousseff y el Partido de los Trabajadores (PT), las izquierdas brasileñas, han hecho de una mala situación, algo mucho peor. Durante su primer mandato, del 2011-14, Rousseff gastó extravagante e imprudentemente en altas pensiones y deducciones fiscales improductivas para industrias privilegiadas. El déficit fiscal aumentó de 2% del PIB en 2010 al 10% en 2015.

Los administradores de esta crisis no se pueden dar el lujo de esperar tiempos mejores para comenzar las reformas. Con una deuda pública del 70% del PIB y en rápido aumento, la situación, para un país de ingresos medios, es muy preocupante. Debido a sus altas tasas de interés, el costo del servicio de deuda es un aplastante 7% del PIB. El Banco Central no puede utilizar la política monetaria para combatir la inflación, que llega al 10.5%. Por lo tanto, Brasil no tiene más remedio que subir los impuestos y recortar el gasto.

Levy hizo intentó el juego de renovar el edificio mientras apagaba el fuego. Recortó el gasto discrecional en un récord de 70,000 millones de reales (US$ 18 mil millones) el 2015 y se ajustó la elegibilidad para el seguro de desempleo. Pero no fue suficiente. La recesión desbarató los ingresos fiscales. Rousseff solo le dio un apoyo tibio a su ministro de Finanzas y el PT le fue hostil. La oposición, con la intención de derrocar al presidente, no estuvo de humor para cooperar.

A pesar de que era un funcionario de alto nivel de la tesorería durante el desastroso primer mandato de Rousseff, Nelson Barbosa, el nuevo ministro de Finanzas, puede ser capaz de lograr algo más. Él tiene apoyo político dentro del PT. También tiene cierto poder de negociación, ya que Rousseff no puede permitirse el lujo de perder a otro ministro de Finanzas. Una primera prueba será ver si Barbosa puede persuadir a un Congreso recalcitrante, restablecer el impopular impuesto a las transacciones financieras.

Un objetivo central debe ser el de las pensiones. La prestación mínima es igual al salario mínimo, que ha aumentado en casi un 90% en términos reales durante la última década. Típicamente, las mujeres pueden jubilarse a los 50 años, y los hombres dejan de trabajar a los 55, casi una década antes que la media de la OCDE (el club de los países mayormente ricos). El Gobierno de Brasil paga casi el 12% del PIB en  pensiones, una proporción mayor que la de Japón, un país más viejo y más rico.

Si Brasil desea cumplir su promesa, se necesita mucho más. Una típica empresa industrial gasta 2,600 horas al año para cumplir con código de impuestos; el promedio latinoamericano es de 356 días. Las leyes laborales inspiradas en las de Mussolini hacen muy costoso despedir, incluso, a empleados incompetentes. Brasil ha protegido a sus empresas de la competencia internacional. Esa es una razón por la cual, entre 41 países medidos por la OCDE, la productividad de su industria es la cuarta más baja.

Para reformar el régimen laboral y las pensiones, Rousseff debe hacer frente a  problemas que han estado décadas en la agenda. Alrededor del 90% del gasto público está protegido contra los recortes, en parte por la Constitución que en 1988 celebró el fin del régimen militar, consagrando beneficios y protecciones generosas del empleo. Debido a que es tan difícil de reformar, el sector público de Brasil compite con los Estados de Bienestar europeos en tamaño y los supera en ineficiencia. El largo agotamiento de su vitalidad económica, es ahora la causa principal de la crisis fiscal.

Los problemas económicos de Brasil en gráficos:

La superación de estas prácticas tan arraigadas será difícil para cualquier gobierno. En Brasil se hace todo más difícil por un sistema político tonto, que favorece la fragmentación partidaria y la compra de votos y atrae mercenarios políticos que tienen poco compromiso. El umbral de los partido políticos para entrar a la cámara baja del Congreso es bajo; hoy 28 tienen representación, añadiendo a la parálisis legislativa. Los congresistas representan a estados enteros, algunos tan poblados como los países vecinos de América Latina, lo que hace ruinosamente caras las campañas políticas -una de las razones por la cual los políticos han extraído enormes cantidades de dinero de Petrobras.

Por lo tanto, es difícil, a pesar de las ventajas del señor Barbosa, sentirse optimistas sobre las perspectivas de una reforma profunda. Los votantes consideran a los políticos en desacato. La oposición se empeña en el juicio político a Rousseff, una batalla equivocada que podría dominar la agenda política durante meses. El PT no tiene apetito por la austeridad. Para las reformas constitucionales se necesita lograr el apoyo de tres quintos en ambas cámaras del Congreso, una tarea muy difícil.

¿Y si Rousseff no logra el cambio? La mayoría de los préstamos de Brasil son en moneda local, lo que hace poco probable un ‘default’. En vez de ello, el país puede terminar inflando sus deudas. El logro de Brasil ha sido sacar a decenas de millones de personas de la pobreza. La recesión detendrá eso, o incluso comenzará a revertirlo. La esperanza es que Brasil, que ganó duramente estabilidad económica y democrática, no caiga una vez más en una mala administración crónica y la agitación política. Lampadia




Los peronistas pretenden sabotear el gobierno de Macri

Los peronistas pretenden sabotear el gobierno de Macri

Después de una histórica elección, el recién elegido presidente de Argentina, Mauricio Macri, heredará una economía en ruinas, una débil moneda y un arbitraje internacional por deudas en miles de millones de dólares. Aunque el camino por delante será difícil, muchos observadores esperan que las políticas de centro-derecha con una inclinación pro-empresarial de Macri distancien al país de las de su predecesora, Cristina Fernández de Kirchner.

Después de 12 años de gobiernos peronistas bajo Fernández y su difunto esposo, Néstor Kirchner, la primera orden del día será un acuerdo sobre la deuda potencial, el legado de la crisis económica del 2001 que provocó un default (no pago) de US$ 100 mil millones de dólares de deuda soberana, el más grande de la historia. Una prolongada batalla legal y la falta de liderazgo de Fernández obligaron al país a caer de nuevo en default el año pasado.

Macri ha prometido reimpulsar la tercera economía más grande de América Latina, que estaría cayendo nuevamente en una recesión, poniendo fin a las restricciones proteccionistas a la importación, la reducción de impuestos ​​sobre las exportaciones agrícolas y ganaderas, el control de precios y eliminando la tasa de cambio oficial que está inflando el peso argentino.

Pero la gran polémica nacional en los días previos a la toma de mando de Macri se ha limitado a una disputa entre él y Kirchner. Comenzó con un desacuerdo acerca de dónde se llevaría a cabo la ceremonia de inauguración. Macri quería tomar el juramento del cargo en el Congreso y luego recorrer los dos kilómetros al icónico palacio presidencial, la Casa Rosada, para recibir la banda presidencial y el cetro de Kirchner.

Kirchner, sin embargo, insistió que todo el asunto se podría hacer en el Congreso, en consonancia con la Constitución y la tradición que ella y Néstor propusieron. Acusó a Macri de querer faltarle el respeto. Sin embargo, Macri, decidido a tener su momento de gloria, llevó el asunto a los tribunales, argumentando que Kirchner dejaría de ser presidente a la medianoche.

El tribunal falló a su favor, por lo que el país tuvo tres presidentes en cuestión de horas: Kirchner hasta la medianoche, el presidente del Senado entrante, Federico Pinedo, hasta la ceremonia de inauguración y Macri a partir de entonces.

Después de todo el enredo, Cristina Kirchner se negó a asistir a la ceremonia de su sucesor. La  ausencia del mandatario saliente en la ceremonia es la primera desde el fin del régimen militar en 1983. 

Sin embargo, no es el primer problema que estaría causando la Kirchner. Según Macri, la acusa de causar tantas dificultades como sea posible para el gobierno entrante:

  • Aprobó la delegación de miles de millones de dólares de gasto a los gobernadores provinciales, que presenta un gran problema para el país que ya tiene severas restricciones financieras.
  • Cambió el presupuesto para el próximo año, con un aumento del gasto en el Congreso, el poder judicial, las fuerzas militares y sus populares planes sociales, como Fútbol para Todos, un programa que muestra gratis los partidos de fútbol, junto con mensajes políticos.
  • Nombró a una serie de nuevos embajadores y además, algunos de sus aliados, entre ellos Alejandro Vanoli, el presidente del Banco Central, se niegan a dimitir.
  • Se ha negado a entregar la cuenta de Twitter de la Casa Rosada, apoderándose de ella y cambiándole el nombre a CasaRosada2003-2015.

La revista de The Economist fue uno de los muchos medios de comunicación que mostraron su desacuerdo con el último recambio presidencial, describiéndolo como “muy incómodo, incluso para los estándares argentinos” y le atribuye la culpa a Cristina Kirchner. Primero pone el foco en que no respetó la decisión de Mauricio Macri de hacer la toma de atributos en la Casa Rosada y luego enumera algunas decisiones de la ex presidente que influirán en el nuevo gobierno, sobre todo las económicas. “Las primeras semanas de Macri serán una prueba de su capacidad política: por las duras medidas que tomará debe culpar, y con razón, a su predecesora”, concluye el artículo.

Cada vez es más evidente que los mandatarios latinoamericanos que hicieron comparsa con Hugo Chávez y las ideas del socialismo del siglo xxi, aplicando programas masivos de asistencialismo y enfrentando la inversión privada, solo querían capturar el poder de sus países para crear gobiernos eternos, ya sea mediante el fraude, como en Venezuela y Brasil, o mediante cambios constitucionales que permitieran la reelección permanente, como en la misma Venezuela, Ecuador y Bolivia. En Argentina, los peronistas recurrieron a la reelección conyugal y planeaban la filial, pero el desastre económico y los insoportables niveles de corrupción a los que llegaron, no lo hicieron posible. Hoy se expulsó a los Kirchner, Dilma Rousseff está a punto de ser vacada, Maduro cuelga de hilos, Correa ya perdió el liderazgo y Evo Morales, cual excepción, se encamina a una quinta reelección, pero con muchas resistencias.

La batalla por recuperar a Argentina de su desastre económico, social, político y de corrupción, que lidera Macri recién empieza. La ausencia y boicot de la Kirchner es un claro símbolo de las profundas divisiones sociales y políticas que aún existen y que estarán determinadas a impedir que Macri logre promulgar unas muy necesarias reformas económicas. Esperemos que logre unir al país y encaminarlo a una senda de recuperación económica y política. Lampadia

 




Perú: País de Propietarios y Emprendedores

Perú: País de Propietarios y Emprendedores

El libro ‘Poor Economics’ (La economía de los pobres), de Abhijit V. Banerjee y Esther Duflo plantea soluciones prácticas para la superación de la pobreza. (Seguir enlace a la página web del libro: http://www.pooreconomics.com/about-book). Los párrafos siguientes corresponden a la presentación del libro (traducido por Lampadia).

Repensando la manera de superar la pobreza

¿Por qué un hombre que vive en Moroco, que no tiene suficiente para comer compra un televisor? ¿Por qué es tan difícil para un niño en zonas de pobreza aprender incluso si va a la escuela? ¿Por qué los más pobres del estado indio de Maharashtra gastan el 7% de sus ingresos comprando azúcar? ¿Tener muchos hijos te hace realmente más pobre?

Por más de quince años, Abhijit V. Banerjee y Esther Duflo, han trabajado con los pobres en docenas de países (en los cinco continentes), tratando de entender los problemas específicos que vienen con la pobreza para encontrar soluciones probadas. Su libro Poor Economics es una forma revolucionaria de repensar la economía de los pobres y totalmente práctico en cuanto a las sugerencias que ofrece. A través de un cuidadoso análisis de un conjunto muy rico de evidencias, incluyendo cientos de controles y experiencias aleatorias que los autores han diseñado, muestran porqué los pobres, a pesar de tener los mismos deseos y habilidades que cualquiera otro, terminan teniendo vidas completamente diferentes.

En su trabajo Banerjee y Duflo miran algunos de las más sorprendentes facetas de la pobreza: ¿por qué los pobres necesitan crédito para ahorrar?, ¿por qué desaprovechan inmunizaciones que salvan vidas, pero pagan por medicamentos que no necesitan?, ¿por qué inician una serie de negocios, pero no crecen?, y muchos otros enigmáticos hechos acerca de vivir con menos de US$ 0.99 por día.  

‘Poor Economics’ plantea que muchas de las políticas anti-pobreza han fallado a lo largo de los años por un inadecuado entendimiento de la pobreza. La batalla contra la pobreza puede ser ganada, pero requiere paciencia, pensamiento cuidadosos y la disposición para aprender de la evidencia. Banerjee y Esther Duflo son visionarios prácticos, cuyo meticuloso trabajo ofrece un potencial transformativo para los pobres en cualquier lugar, y es una guía vital para los hacedores de políticas, filántropos, activistas y cualquier otro que se preocupe sobre la construcción de un mundo sin pobreza.

Según hemos publicado anteriormente en Lampadia en un primer análisis del libro  (ver: Economía del desarrollo aplicada – Una visión práctica para la superación de la pobreza), las propuestas de los autores están basadas en investigaciones rigurosas en distintos escenarios y a lo largo de muchos años. Para expresar su propuestas, los autores recurren a extensos levantamientos de información y entre sus hallazgos está el impacto en la generación de ingresos de los pobres que tiene acceso a activos productivos (junto con capacitación e ingresos complementarios que eviten la eventual venta del activo producto de la asistencia).

Otro hallazgo se refiere a que los pobres no gastan todos sus ingresos en alimentos, aun cuando consuman menos calorías que las teóricamente necesarias.

En cuanto al título de este artículo, ‘Perú: País de Propietarios’, los autores muestran que los pobres son propietarios de sus tierras en porcentajes notoriamente altos. Este es justamente el caso del Perú: con títulos o sin ellos las familias peruanas son propietarias de sus casas en los centros urbanos y una gran mayoría de agricultores en el campo.  Ver la siguiente tabla resumen y los cuadros de los autores para familias de ingresos menores, desde US$ 1 por día y por persona, hasta aquellas que tienen ingresos de entre 6 a 10 dólares diarios:

Queda claro que los peruanos, incluyendo a los más pobres, somos propietarios. Lamentablemente no se ha avanzado lo suficiente en la formalización y titulación de los predios urbanos y rurales. Sin embargo, sociológicamente, en el país se debiera fomentar una mayor conciencia con el hecho de ser propietarios, que conllevaría una auto percepción de una base económica positiva para el bienestar.

Además, como sabemos todos, otra característica socioeconómica de nuestros pobladores es la naturaleza emprendedora de nuestra gente. En este aspecto, otra vez, estamos muy lejos de lograr una mayor formalidad de los oficios y empresas de nuestros pobres. (Ver en Lampadia: La Realidad del Perú Informal y el retorno a la miopía).

Sin embargo, a pesar de estas importantes características de nuestra población: “Propietarios y Emprendedores”, los gobiernos del país y, especialmente el actual, parecen desconocer esta realidad y están empeñados en, supuestamente, superar la pobreza a través de programas asistencialistas que se multiplican y profundizan todos los días en vez de dirigirse, como lo plantean los autores del libro reseñado, a apoyar las capacidades productivas de los pobres.

Este enfoque de las políticas públicas hace dudar sobre cual es el verdadero propósito del asistencialismo: ¿Es efectivamente un propósito de asistencia o más bien de clientelismo?.

Como hemos manifestado muchas veces, a diferencia del asistencialismo, el apoyo productivo no solo permite la superación sostenible de la pobreza, también genera un sentimiento de dignidad, como lo prueban las 60,000 familias que han podido acceder a programas productivos como los de ‘Sierra Productiva’ que no ha merecido el apoyo de ningún gobierno y, hasta ha sido pasible de oposición y cortapisas desde el MEF hasta el MINDES.

Los peruanos somos propietarios, emprendedores y nuestros pobres claman por acceder a la “modernidad”. Ya es hora de desarrollar un buen diagnóstico de nuestra realidad y de actuar en consecuencia. Lampadia




Alivio y superación de la Pobreza (separando la paja del trigo)

Alivio y superación de la Pobreza (separando la paja del trigo)

Agustín Laje, Director del Centro de Estudios Libertad y Responsabilidad (LIBRE), en su artículo ¿Por qué hay tantos niños ricos de izquierda?, sostiene que el joven que ha aprendido a vivir mediante el esfuerzo de otros (sus padres), quiere lo mismo para los demás. Un buen sentimiento, pero completamente errado pues sus padres jamás hubieran mantenido a un completo desconocido que no integre su grupo familiar.

Agrega que el joven que vive de la redistribución de la riqueza que efectúan sus padres en su favor, “ha aprendido de forma inconsciente a concebir la economía como una torta dada que debe ser repartida, cuando lo cierto es que en la economía la torta no está ni dada (debe producirse) ni puede ser repartida por una figura paternalista sin que ello ponga en peligro los propios incentivos que llevaron a crear dicha torta”.

 

 

Laje señala, además, que “lo que no entiende el niño rico de izquierda, es que los peores totalitarismos que ha vivido la humanidad han sido consecuencia precisamente de querer hacer de la sociedad moderna una ‘gran familia’ y del Estado un ‘buen padre’”.

Lo mismo sucede cuando un buen ser humano es conmovido por una desgracia individual, a la que se reacciona con los mejores sentimientos y brinda algún tipo de apoyo o ayuda, que luego se proyecta a la necesidad de apoyar inmediatamente a todos los que tengan problemas similares. Así, nace el asistencialismo en una concepción que puede llevar a pensar que hay que distribuir la “torta”. Una suerte de modelo mental ‘Ganar-Perder’, determinista, que implica que la riqueza existe per se y no es creada. Cuando contrariamente, el modelo ‘Ganar-Ganar’ es el mejor para lograr la prosperidad de los ‘más’.

Así ha pasado precisamente con la humanidad, que ha tenido un crecimiento exponencial de bienestar, ingresos y trabajo, durante los últimos 200 años.  

 

El mismo tipo de pensamiento, se introduce ‘osmóticamente’ en muchos religiosos que por su sagrada función conviven con la miseria física de muchos seres humanos, a quienes dedican su vida, ayudando de la manera que un alma sola puede hacer, de uno en uno. De esta vivencia, vemos muchas veces que con el corazón en la mano, se proponen acciones sociales imbuidas de la misma concepción asistencialista.

Está muy claro que la miseria no puede ser dejada de pasar y que debe ayudarse a soportar la pobreza extrema, tanto por parte del Estado, como de las empresas e individuos con mayores capacidades, pero eso no debe llevarnos a confundir la necesidad de diseñar políticas públicas que permitan eliminar la pobreza en forma sostenible, mediante los mismos procedimientos que aplicaron los países que ya lo lograron: buena educación, acceso a buenos servicios públicos, disposición de infraestructuras que faciliten sus labores y calidad de vida e, inversión e innovación que permitan la creación de empleo de calidad para el sustento de vidas dignas.

Los países que todavía mantenemos altos niveles de pobreza, corremos el riesgo de caer en políticas que confunden los planos individuales con los sociales. Y peor aún, el mayor riesgo, históricamente comprobado, el del populismo. Aquella prédica que se cuela por todas las ranuras sentimentales y promueve falsas esperanzas.

Por esa razón es que una sociedad, una nación que quiera emprender un camino sólido hacia la prosperidad, necesita buenos líderes. Estos, nos parecerán, duros, algunas veces, pero todos sabemos que el camino al bienestar tiene siempre luces y escollos, requiere una buena dosis de persistencia y el sacrificio de la gratificación inmediata, por el bienestar futuro.  

Laje explica que: “En primer lugar, debe decirse que los principios de justicia socialista basados en la necesidad (“de cada uno según su capacidad a cada uno según su necesidad” decía Marx), resultan apropiados para regir órdenes sociales micro, tales como la familia o el grupo de amigos en las sociedades modernas. En efecto, hace justicia la madre que da a sus hijos según sus necesidades y urgencias, y no según otros criterios como podría ser el mérito. ¿Acaso consideraríamos justo que el padre de familia evalúe el mérito de sus hijos, por ejemplo, en la escuela, a la hora de decidir si suministrarles o no alimento?”

“Ahora bien, si intentáramos aplicar hasta las últimas consecuencias el principio de la necesidad como criterio de justicia en un orden extenso, sólo una situación de incompleta injusticia e ineficiencia podría derivarse de tal cosa. El legítimo altruismo familiar devendría en ilegítimo saqueo social por parte de una autoridad planificadora que acabaría a la postre con toda libertad individual y hundiría a la sociedad en el hambre y la miseria (el genocidio soviético y el genocidio maoísta son sólo dos ejemplos históricos de lo dicho)”.

Recomendamos leer el artículo de Laje. Es muy importante entender porque el sentido común puede a veces llevarnos a proyectar nuestro pequeño espacio de experiencia personal para sustentar la construcción de trampas sociales y políticas que al final hacen más difícil la superación de la pobreza. Reflexionemos sobre los peligros del asistencialismo desaprensivo y del populismo. Estamos entrando en un nuevo proceso electoral, tengamos muy presente que, lo que tenemos o queremos para nuestro hogar, no se puede lograr del mismo modo para el conjunto de la sociedad. Lampadia

 

 
 



Sumémonos a la lucha contra el populismo en Latinoamérica

Sumémonos a la lucha contra el populismo en Latinoamérica

Comentario de Lampadia

El populismo ha sido una de la mayores plagas de la política latinoamericana durante casi cien años. Es interesante, por ejemplo, recordar una carta de uno de sus grandes propulsores y, todavía hoy, uno de sus principales inspiradores, Juan Domingo Perón al General Carlos Ibáñez, recién elegido presidente de Chile: “Mi querido amigo: dele al pueblo, especialmente a los trabajadores, todo lo que pueda. Cuando le parezca que ya les está dando demasiado, deles más. Verá los resultados. Todos tratarán de asustarlo con el espectro de un colapso económico. Pero todo eso es una mentira. No hay nada más elástico que la economía, a la que todos temen tanto porque nadie la entiende” (Publicado por Sebastián Edwards en su libro “Populismo o mercados, el dilema de América Latina”).

El populismo es una alianza entre la mentira y la esperanza.

La mentira, porque el político populista sabe que no va a cumplir con lo que ofrece, solo lo hace para conseguir votos de los más necesitados y carentes de alternativas.

La esperanza, porque resulta ser como el último pedazo de madera del cual uno se puede agarrar en medio del mar, después de haber llegado a creer que ya nada puede darle algo que lo ayude a mejorar su situación.

El populismo tiene todos los colores, todos los tonos y ropajes. Debe ser denunciado cada vez que sea adoptado por un candidato y combatido con propuestas sustentadas en la realidad, pero que se orienten a mejorar la vida de los ciudadanos. Todos saben que no hay lonche gratis, las cosas buenas cuestan, la mejora de la vida de los ciudadanos requiere el esfuerzo de todos, nunca será regalada, a no ser que sea el espejismo que se desvanece tan pronto querramos alcanzarlo.

Gloria Álvarez, una joven guatemalteca ha tomado la bandera de la lucha contra el populismo en nuestra región. En Lampadia creemos que todos debemos apoyarla, difundiendo sus mensajes, compartiendo ejemplos de los fracasos de los políticos sinverguenzas que durante las últimas largas décadas engañaron a sus poblaciones. Hagamos una lista de los políticos latinoamericanos populistas y un concurso, un ranking de los peores. Esperamos sus contribuciones y mientras tanto seguiremos a Gloria Álvarez y trataremos de ver que se le invite al Perú para que comparta su pasión para curarnos de esta enfermedad social.

 

‘Aquellos con tecnología deben tener una ideología definida’ 

El Comercio de Quito, Ecuador, 2 de mayo 2015

 

Entrevista a Gloria Álvarez, politóloga y activista guatemalteca cree que hay que trabajar en el mismo método que el Foro de Sao Paulo, que estableció la agenda para el Socialismo del siglo XXI. A través de la tecnología, armar foros para recuperar la institucionalidad republicana.

SU VIDA: Es una activista y politóloga guatemalteca. Luego de su participación en el Parlamento Iberoamericano de la Juventud, en Zaragoza, tuvo una gran repercusión. Forma parte del Movimiento Cívico Nacional de Guatemala.

Ver en Lampadia su presentación en Zaragoza:  No queremos más populistas.

 

 

Usted es una detractora del populismo. Pero, ¿cómo lo define?

Lo identifico como un mecanismo de manipulación que es utilizado por políticos para conseguir votos de una forma fácil y sencilla de poblaciones que económicamente han sido marginadas y que han sido siempre excluidas del sistema jurídico. El populismo resurge con la caída del muro de Berlín, el desplome de la Unión Soviética, cuando la izquierda latinoamericana, las guerrillas marxistas y los partidos comunistas se ven sin financiamiento del gran gigante. En ese momento se estructura para saber cómo llegar al poder. Van al foro de Sao Paulo, a principios de los 90 y delimitan la agenda de lo que se conoce como el Socialismo del siglo XXI.

¿Esa agenda llega al poder?

Lo estamos viendo en mayor o menor medida. También es debido al descontento ante los gobiernos de derecha a principios de los años 90. Se había pensado que el capitalismo y el libre mercado habían triunfado, pero dejó un mal sabor. Los presidentes de la época no fueron capaces de liberar el mercado; privatizaron industrias pero las convirtieron en oligopolios y monopolios que beneficiaron a su círculo cercano y la población latinoamericana fue rezagada otra vez de la política.

¿Y nos llegó el populismo?

Ahí fue donde el populismo y el Socialismo del siglo XXI propuso una nueva vía: la transferencia de la riqueza. Llevamos más de 15 años de verlo implementado y solo hemos visto más postergación de la pobreza, un desmantelamiento de las instituciones. Y esto ha hecho que la derecha también se vuelva populista porque ve que funciona a la izquierda.

 ¿América Latina tiene una vocación populista?

Cada vez que hay una crisis, el latinoamericano no ha tenido reparos en seguir a este superhombre en forma de caudillo, cacique, dictador militar y ahora del populista electo democráticamente. En la historia se ha mantenido a la población psicológicamente aplastada y aún piensa que un superhombre la puede salvar. Yo, apuesto por la institucionalidad sobre todo del organismo judicial.

¿Cómo armar la transición hacia la república?

La república concibe el equilibrio y autonomía de los tres poderes. La ingeniería constitucional por la que caímos en el hiperpresidencialismo hace que debamos cuestionarnos la elección de magistrados y legisladores porque responden más al presidente que a sus representados. También, cree en la meritocracia, que las mejores personas lleguen al poder. No sé si habrá que implementar alguna evaluación de inteligencia emocional, de aptitudes académicas para determinar un cierto estándar y no que cualquiera pueda legar al poder solo porque tiene la habilidad para manipular.

 ¿Y el rol del ciudadano?

El ciudadano sí se puede parar por sí mismo y que en el uso de sus tres derechos fundamentales (vida, libertades y propiedad privada) trace el camino de su vida. Necesitamos ciudadanos cuestionadores. La república no se hizo para adiestrar una masa de borregos sino para que administre seguridad y justicia.

¿Cuál sería la estrategia?

La tecnología. Abarata los costos de educación y permite extender puentes para darnos cuenta que somos víctimas de los mismos males y hacer lo mismo que en el foro de Sao Paulo: una agenda para rescatar nuestras repúblicas. La izquierda dirá que es una proclama de la derecha y que tampoco es creíble… 
 Anular algo solo porque quien lo dice nos cae mal es una falacia. Las cosas hay que evaluarlas por el peso que tiene en el examen de realidad. Me rehúso a pensar en el pobre como una boca que alimentar. Hay mucha gente en situación de pobreza que busca oportunidades. Quiero dejar en claro que con la derecha también tengo conflictos.

¿Cuáles?

No soy conservadora religiosa ni homofóbica. No tengo problemas con que la droga se legalice. Con la izquierda estoy de acuerdo con las libertades civiles y que cada quien tiene derecho a vivir bajo sus propios principios morales, pero no con que el Estado transfiera riqueza. Tomo las libertades económicas de derecha y las libertades individuales de izquierda para formar mi propia escala de principios que se acogen en una ideología que se llama “libertarianismo”.

¿Qué hacer con las personas en tal grado de exclusión que no tienen esas posibilidades de crecimiento?

Primero, hay que empezar a educar a aquellas personas que ya tiene acceso a la Internet, pero que no la están usando para ningún beneficio personal. Está comprobado que cuando se usa la tecnología como un instrumento de empoderamiento, surgen movimientos de diferentes tipos. Aquellos que sí tienen acceso a la tecnología que tengan una ideología definida. Los jóvenes deben definirse ideológicamente, que lean de capitalismo, de comunismo, de anarquismo y lleguen a sus propias conclusiones porque sino cualquiera los puede venir a babosear. La juventud quiere salir a protestar pero si no tiene ideas claras de cuál es el gobierno o el país que quiere, de nada sirve.

Pero ¿cómo hacer para que el Estado no sea asistencialista, pero sí permita que haya esa oportunidad de crecimiento de los postergados?

La forma más rápida de acabar con la pobreza es acabar con las fronteras migratorias y con los obstáculos comerciales: abajo aranceles, abajo impuestos, arriba la libertad económica absoluta. No estoy hablando de empresas que se refugian en las faldas del gobierno, sino que un peruano, si está muriéndose de hambre en una favela de Quito, pueda hacer negocios con otro que esté en alguna favela de México y así ver nuevas oportunidades. Si un país no puede dárselas, tal vez varios países en conjunto sí. No es fácil. Es una tarea de empoderamiento individual. Lo que pasa es que se culpa al gobierno pero quiere que resuelva sus problemas. Yo no. Yo creo que si el problema es el gobierno, no puede ser la solución. La economía tiene que trabajar completamente independiente de los intereses lucrativos que han llevado a personas inescrupulosas al poder.

 

Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO de Ecuador en la siguiente dirección:

http://www.elcomercio.com/actualidad/entrevista-gloriaalvarez-socialismo-populismo-tecnologia.html.