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10 años del TLC Perú EEUU

10 años del TLC Perú EEUU

Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia

La semana pasada, el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Americas Society & Council of the Americas (AS/COA), organizaron la conferencia: 10 Años del TLC Perú-EEUU: Impacto y perspectivas, en la que participé como ex miembro del Comité Internacional de AMCHAM.  

Comparto algunas de las ideas que presenté:

Un país chico como el Perú solo puede generar riqueza trayéndola del exterior, y eso solo puede suceder vía el aumento del comercio internacional y la inversión extranjera.

El TLC con Estados Unidos permitió ambos procesos y además permitió que nuestras relaciones comerciales se multiplicaran con otros países.

Ese proceso fue muy importante para la recuperación de la economía peruana. Marcó un hito muy importante. Por ello hay que agradecer a los funcionarios públicos que participaron en esta importante gesta, así como a los ciudadanos del mundo civil que lo hicieron.

Esta gesta conllevó tres grandes batallas, la negociación misma del acuerdo, la batalla política en EEUU, y la batalla política en el Perú. Las tres requirieron y lograron superar grandes dificultades. Por ejemplo, en pleno proceso en EEUU se produjo un cambio de administración, de los republicanos a los demócratas, que eran manifiestamente anti TLC. En la negociación se cayó la participación de Colombia, que era, originalmente, el tren del que nos colgamos para ser parte de la negociación. En la batalla política local, el establishment político y mediático eran completamente adversos al acuerdo, sin embargo, hacia el final de la negociación, el 75% de la población llegó a manifestar su aprobación del TLC.

El TLC Perú – Estados Unidos se firmó justo a tiempo para que el Perú pudiera aprovechar el súper ciclo de los commodities, el aumento de los flujos de inversión internacional y la reducción de las tasas de interés, que permitieron que redujéramos la pobreza, la desigualdad y mejoraremos todos los indicadores sociales. Fenómeno que duró hasta inicios de la segunda década del nuevo siglo.

Durante el proceso, el gobierno peruano dejó consentir que el sector agrícola era el sector perdedor del acuerdo. En ese contexto, a mí me tocó desarrollar la tesis contraria:

Ver: https://www.lampadia.com/assets/uploads_documentos/03d0b-estudio-del-impacto-del-tlc-en-el-sector-agri-cola-peruano-jul-07.pdf

La realidad ha demostrado que justamente el sector agrícola, con las agro-exportaciones, ha sido el gran ganador del acuerdo, multiplicando nuestras exportaciones y generando empleo formal en el sector rural.

Lamentablemente, hoy día hay una guerra comercial entre EEUU y China, que nos ha afectado dramáticamente al haber bajado el crecimiento de China y el precio del cobre.

Además, se está deshaciendo la Organización Mundial del Comercio (OMC), que se va a quedar aparentemente sin capacidad de arbitraje de las disputas. Ver en Lampadia: ¿Es el fin de la OMC?.

Este ambiente tan negativo del comercio internacional es muy perjudicial para el Perú. Por ello, debemos ser muy proactivos en promover la recuperación del comercio internacional, aprovechar todos los espacios, foros, instituciones, etc., para unir esfuerzos con otros países pequeños que tienen nuestras mismas necesidades.

El TLC fue liderado por MINCETUR y acompañado por la Cancillería. Ahora les toca a ambas instancias un rol muy proactivo de promoción de nuestra participación en el comercio internacional. Lampadia




La regulación del comercio global de alimentos

Gracias al desarrollo de las agro-exportaciones, el Perú es hoy en día un gran productor de alimentos. Nuestro desarrollo se nutrió de una feliz coincidencia de políticas públicas locales promocionales y de un ambiente global propicio al crecimiento del libre comercio.

Efectivamente, detrás de la promulgación de la Constitución del 93, el sector privado pudo volver a invertir en el campo y aprovechar el gran potencial productivo del país, que había invernado por treinta años. Los resultados son conocidos por todos, más de 5,000 millones de dólares de exportaciones de frutas y hortalizas de primera calidad, más la consolidación de productos como el café y el cacao. Hoy llegamos a todos los mercados del mundo con una gran variedad de productos.

Fruit Logistica Berlin 2018

Pero, además, algo determinante de nuestro éxito fue también el espacio de desarrollo global propicio al libre comercio, sin el cual nuestro desarrollo hubiera sido sustancialmente menor. Por ejemplo, en el ecosistema político de comercio, imperante hoy en el mundo, no hubiéramos alcanzado los mismos resultados.

Esto nos lleva a comentar que, actualmente, se está produciendo una reversión de las políticas pro comercio y que el marco regulatorio global, en vez de perfeccionarse, se deteriora.

¿Qué implica esto para el Perú?

Simplemente que, si no nos ocupamos, perderemos espacio de desarrollo productivo y comercial, con todo lo que ello representa.

Por lo tanto, tenemos que entender que debemos desarrollar una presencia promotora del comercio de alimentos en todos los foros mundiales. Pero no una presencia pasiva, sino una presencia activa, de liderazgo. En otras palabras, detrás de nuestras agro-exportaciones, el Perú debiera ser el paladín de la promoción del libre comercio de alimentos.

En vez de que una parte importante del gobierno peruano se avoque a restringir el desarrollo del sector agro-exportador, debiéramos tener un gobierno promotor en el Perú y en todos los foros globales.

Pero esta no es una tarea que el gobierno pueda afrontar solo. Tiene que ser acompañado por el sector privado. Lo ideal sería formar una gran asociación público privada para asentar la presencia de nuestro liderazgo, allá donde podamos mejorar el ambiente comercial para las frutas y hortalizas.

Este desarrollo puede también acompañarse con un esfuerzo de investigación y desarrollo en el que se puede incorporar a nuestras universidades.

Hemos creado una gran industria exportadora de frutas y hortalizas, ha llegado el momento de acompañarla de esfuerzos sistémicos que la fortalezcan, que se expresen en la colaboración entre el Estado y el sector privado, ayudando a cambiar el clima de desconfianza imperante entre las partes, por un gran espacio de prosperidad. Lampadia

La seguridad alimentaria reside en el comercio

Project Syndicate
Nov 19, 2018
Ángel Gurría, José Graziano da Silva

De la granja a la mesa, la comunidad internacional se enfrenta a retos cada vez mayores para erradicar el hambre y la desnutrición. Y, sin embargo, pese a que algunas partes del mundo están evidentemente mejor dotadas que otras en términos de clima, suelo, agua y geografía, hay alimentos en abundancia para todos. Entonces, ¿por qué es la inseguridad alimentaria un problema para tantas personas en tantos países?

Lo que faltan son las condiciones adecuadas para que quienes lo necesitan tengan acceso a alimentos saludables y nutritivos. Los países excedentarios tienen que estar en posición de suministrar a los países deficitarios, y más aún ahora que el cambio climático está socavando las condiciones para la producción de alimentos en muchas partes del mundo.

En otras palabras, para conseguir que todos los hogares tengan acceso a la cantidad, calidad y variedad de alimentos nutritivos necesarios para llevar una vida saludable y satisfactoria es necesario que exista un comercio libre, predecible, no discriminatorio y justo. Lo que, a su vez, solo puede garantizarse a través de las normas mundiales acordadas en la Organización Mundial del Comercio (OMC); unas normas que, hasta el momento, han permitido un aumento del 270 % en el comercio mundial de productos alimentarios y agrícolas desde 1996.

Desde luego, el sistema de comercio mundial no está exento de problemas, y algunos países no siempre respetan las reglas. Además, existen importantes deficiencias en materia de control de las restricciones a las exportaciones (cuyo objetivo sería reducir la incertidumbre en los países que dependen de las importaciones) y de las subvenciones y barreras comerciales que distorsionan el mercado. En 2017, estas últimas supusieron 330 000 millones de dólares estadounidenses en todo el mundo. Es necesario actualizar las normas comerciales para reflejar los cambios que se han producido en los mercados y en las políticas desde que se creó la OMC en 1995, en especial, el aumento de la importancia de las economías emergentes.

Es imperativo que las reformas del comercio agrícola estén sobre la mesa. Estas reformas deben ser parte de una estrategia integrada más amplia que incluya otras políticas e inversiones nacionales (respaldadas, en caso necesario, por ayuda internacional). El objetivo debe ser garantizar que más personas puedan beneficiarse de las nuevas oportunidades que brinda la economía mundial y que aquellos que más lo necesitan cuenten con ayuda disponible.

Para aprovechar los beneficios del comercio de productos alimentarios y agrícolas, la comunidad internacional debe hacer tres cosas.

  • En primer lugar, los gobiernos deben ayudar a los agricultores (en especial, a los agricultores familiares) a ser más eficientes. Esto implica invertir en infraestructuras (también digitales) y educación, aplicar un registro de tierras y derechos de propiedad y apoyar la investigación en los ámbitos de la conservación de recursos escasos, la lucha contra el cambio climático y la mejora de la sostenibilidad y la resiliencia frente a los impactos. Cada uno de estos ingredientes es necesario para posibilitar que los agricultores consigan unos ingresos dignos. Pero podrían no ser suficientes; en muchos casos, los gobiernos también deberán diseñar programas de seguridad alimentaria, como son los sistemas de seguros sociales y las transferencias directas dirigidas a las personas con menos recursos.
  • La segunda tarea de los gobiernos es alejarse de las intervenciones en el sector agrícola que distorsionan los mercados y dañan el medio ambiente. Muchos gobiernos intentan mejorar los ingresos de los agricultores estableciendo unos precios elevados dentro del país y levantando barreras comerciales para impedir las importaciones. En último término, estas medidas aumentan los precios para los consumidores, agravan la presión sobre los recursos, socavan la biodiversidad y contribuyen al incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Por último, los gobiernos tienen que anclar estas reformas en normas internacionales, de forma que se genere confianza en que las medidas nacionales se mantendrán. Con independencia de la forma que adopten, estas normas internacionales deben estar redactadas de forma que fomenten y premien las políticas e inversiones nacionales adecuadas en agricultura.

El hecho de que las políticas agrícolas no hayan girado de forma más rápida hacia la dirección que acabamos de describir ha tenido un gran coste, para el propio sector y para la comunidad internacional. Pese a todo, las importantes medidas que los gobiernos han adoptado con vistas a prohibir las subvenciones a la exportación demuestran que todavía es posible avanzar.

De cara al futuro, la máxima prioridad debe ser abordar las cuestiones pendientes de resolver con todos los actores sentados a la mesa, dejando fuera los tabús. Los responsables de formular las políticas deben reconsiderar las ayudas nacionales, teniendo en cuenta las actuales condiciones del mercado y de las políticas. Además, se debe mejorar el acceso a los mercados y convencer a los países de que se comprometan con un régimen más estricto de cumplimiento de las cuestiones relacionadas con la competencia de las exportaciones y con las restricciones a las exportaciones.

Erradicar el hambre, acabar con la inseguridad alimentaria y asegurar la sostenibilidad son prioridades a escala mundial que necesitan una acción colectiva. Debemos fortalecer, y no debilitar, la cooperación internacional. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la OCDE continuarán apoyando los esfuerzos de la OMC para promover el comercio de productos alimentarios y agrícolas. Intensificaremos nuestros esfuerzos para ayudar a los países a adoptar las políticas que necesitan para conseguir un crecimiento inclusivo de la productividad y la seguridad alimentaria para todos.

Angel Gurría, former Secretary of Foreign Affairs (1994-1997) and Secretary of Finance (1998-2000) of Mexico, is Secretary-General of the OECD. He is a member of the Foundation Board of the World Economic Forum.

José Graziano da Silva is Director-General of the United Nations Food and Agriculture Organization.




Agro-exportaciones y eficiencia hídrica

Benjamín Cillóniz
Especialista en producción y comercialización agrícola
Para Lampadia

Más de uno debe haber escuchado que el agua será el causante de las guerras del futuro. Lamentablemente, eso ya se está dando en el Perú y debemos evitarlo. Cada vez, vemos y oímos más acusaciones en contra de empresas privadas, por – supuestamente – estar dejando sin agua a la población. Prácticamente todas las acusaciones vienen de organismos o personas que tienen algún tipo de objetivo en contra de las empresas privadas y omiten – o quizás desconozcan – datos claves en sus investigaciones.

Voy a referirme puntualmente a la acusación de una ONG que asegura que los cultivos de espárragos en la región de Ica, vienen dejando sin agua a su población, con el claro objetivo de afectar la demanda de espárragos peruanos en los mercados de destino.

Es sabido que la agricultura es la actividad económica que mayor cantidad agua consume. Comparativamente hablando, los seres humanos consumimos muy poca agua en nuestro día a día. No por eso debemos dejar de ser eficientes y responsables en su uso, pero es importante entender que el agua que se requiere para regar una hectárea de cualquier cultivo, alcanza para dotar de agua a muchísimas personas. No se olviden que Lima es la segunda ciudad más poblada del mundo, instalada en un desierto, después de El Cairo y no creo que podamos decir que somos eficientes en el uso de agua en esta ciudad. La cantidad de hectáreas que habría que sacrificar para dotar de agua a la población de Ica es muy baja y les aseguro que nadie sería tan ingenuo de no aprovechar la posibilidad de mantener contenta a la población, en un negocio donde el principal componente es la mano de obra. Sin embargo, el problema no es de cantidad sino de distribución y para solucionar esto, dependemos de los alcaldes. Duele decirlo, pero no puedo ser optimista en que vayamos a tener alcaldes que contribuyan de manera eficiente, sincera y desinteresada en la solución del problema. Ojalá, todas estas ONG se preocuparan tanto, o más, de la corrupción, antes de atacar a una industria que es un ejemplo de éxito.

La población de Ica ha aumentado de manera importante gracias al pleno empleo que se consiguió como consecuencia del auge agroexportador en la región. Auge en el cual el espárrago fue la punta de lanza. Lamentablemente el ordenamiento urbano es un desastre y las invasiones son un gran problema hoy en día. Por el lado de los cultivos, las inversiones se han dado principalmente en zonas que antes eran un desierto. Una inversión agraria es ineficiente con menos de 100 hectáreas y es casi imposible encontrar unidades de esta extensión en el valle viejo debido a la atomización que dejó la reforma agraria. El crecimiento de la población y la generación de puestos de trabajo fuera de los centros urbanos tradicionales está haciendo que tierras agrícolas se conviertan en zonas urbanas, y cada vez que una parcela es vendida para un proyecto urbano, quedan disponibles muchos metros cúbicos de agua que ya no serán usados en producción agrícola. Hay suficiente agua para la población actual y futura de Ica, pero hay que llevarla a los hogares y eso tiene que realizarse mediante obras municipales que sin duda alguna contarían con el apoyo de los agroexportadores.

Es absolutamente cierto que la situación hídrica en Ica y Villacurí no es buena. ¿Que esperaban? ¡Si a pesar de ser una de las zonas climáticas más favorables en el mundo para hacer agricultura, Ica no ha recibido ni un dólar de inversión pública para su afianzamiento hídrico! El sector privado viene generando un crecimiento destacable, con altísimas inversiones y haciendo uso de los recursos de suelo y agua que tiene la región. Dejar estos recursos durmiendo, solo generaría menos puestos de trabajo, lo cual llevaría a tener una menor población en Ica y les aseguro que seguiríamos con los mismos problemas de agua para la población. La dotación de agua para desarrollar agricultura – y por ende para la población – en las pampas y valles comprendidos entre Villacurí y Nazca debería ser algo prioritario para el estado. En pocos lugares del mundo se logran los rendimientos que se ven en estas zonas y ciertamente el Perú necesita a gritos, que este foco de generación de empleo y descentralización siga creciendo.

Como medida de emergencia para no poner en riesgo las inversiones ya existentes, se prohibió la perforación de nuevos pozos, pero poco se ha hecho para traerle más agua a Ica y aprovechar como país, esa bendición que recibimos con una región tan propicia para producir, espárragos, uvas, paltos, cítricos, arándanos etc.  

Hoy en día existe una iniciativa público – privada para dotar de agua a Ica y Huancavelica, con obras mucho más eficientes que Poechos y San Lorenzo en Piura, Olmos y Tinajones en Lambayeque, Chavimochic en La Libertad, Majes en Arequipa etc., pero la burocracia del estado sigue dilatando la decisión. Parecería que Ica y Huancavelica no les significan suficientes votos electorales ya que no tiene sentido que el referente peruano en cuanto agro-exportación, no reciba mayor atención para solucionar este problema.

Ya que mencioné a los principales cultivos de agro-exportación de la región, es importante mencionar que, contrariamente a lo que se escucha en estas mismas acusaciones, son cultivos de alta eficiencia hídrica. La eficiencia hídrica no se mide en metros cúbicos por hectárea. Ese es el gasto y no toma en cuenta la productividad. La eficiencia se mide en dólares de facturación por metro cúbico y también en puestos de trabajo por metro cúbico. Hagan los números y compárenlos con los de un algodón o un pallar. Por algo es que la producción de cultivos de poco valor nos lleva a las típicas huelgas de agricultores pidiendo subsidios de parte del estado (o mejor dicho, de los que pagamos impuestos).

Y ya que estamos en comparando eficiencia hídrica y eficiencia en el uso de suelo, hagan la comparación entre un cultivo tradicional, uno orgánico (que produce menos volumen por unidad de área, con la misma cantidad de agua) y un transgénico resistente a la sequía. Se darán cuenta que, lo que se supone es lo más amigable con el medio ambiente, termina siendo un gran problema.

Antes de oponernos a uno u otro cultivo, busquemos soluciones y explotemos el mercado que hay para cada uno, de manera sostenible y priorizando correctamente. Al mismo tiempo, exijamos a las autoridades que den solución a los problemas de la población y pongamos a disposición la capacidad ejecutora del sector privado. Aplaudo el interés de la prensa por identificar posibles casos de corrupción o abuso de autoridad, pero esto se debe hacer sin sesgo, y vale decir que el sesgo anti-empresarial, es muy fácil de identificar. Lampadia




De las agro-exportaciones a la minería

Datos demasiado grandes para el formato del archivo




The wind beneath my wings

EDITORIAL DE LAMPADIA

La figura del viento se usa muchas veces para explicar los ciclos de la economía. El viento a favor impulsa el crecimiento y el viento en contra lo detiene. Pero hay otra forma de ver la figura del viento que, para un país pequeño como el Perú, es una figura más importante, una menos coyuntural: ‘el viento debajo de mis alas’1. En esta figura el viento se ve como el sustento en el que se despliegan las alas para volar. O crecer a buen ritmo, si hablamos de la economía.

¿Cuál es ese viento? – Pues el comercio internacional, los flujos de inversión extranjera, la globalización. Sin ellos, un país tan pequeño como el nuestro solo podría crecer lentamente, a un ritmo insuficiente para remontar las brechas sociales y económicas que nos lastran y lejos de poder dar el impulso que necesitamos para emparejarnos con los países más ricos y evitar así que nuestros pobres se alejen para siempre del nuevo mundo que trae la ‘cuarta revolución industrial’.

Fuente: www.meditaldia.com

Como hemos dicho mil veces en Lampadia, lamentablemente nuestras izquierdas siguen sin entender esas ecuaciones básicas y siempre se han opuesto al comercio internacional, la inversión extranjera y la globalización. Lo que es más, han llegado al extremo de ponerse una camisa de fuerza para que ninguno de ellos se escape del despropósito: todos ellos abogan oficialmente por el llamado pos-extractivismo. (Ver: Pos-Extractivismo: Autarquía y empobrecimiento).

Este postulado ideológico, formulado por un uruguayo, plantea que los peruanos optemos por una economía de sustento, de sobrevivencia, por producir lo mínimo posible de todo. Un crimen anti-pobre y anti-peruano, pues justamente nuestro país se caracteriza por tener todos los recursos posibles para que seamos un país rico, para no tener pobres. Ya hemos ejemplificado este crimen analizando la aplicación de este planteamiento en el sector agrícola, por el cual, increíblemente, todas las izquierdas, los supuestos luchadores por los pobres, pretenden ‘condenar a nuestros campesinos a la pobreza eterna’. Ver: Agroexportación: Una industria de clase mundial.

Hace algunos días hemos requerido a esas izquierdas que renuncien al pos-extractivismo, pero: no se oye padre. Mutis por  el foro. Todos ellos prefieren seguir agazapados detrás de esas murallas construidas con ‘las ideas muertas’, como las califica Moisés Naím.

Pero volvamos al ‘viento debajo de nuestras alas’. Para salir de la pobreza tenemos que crear riqueza. ¿De donde la sacamos? ¿Podemos inventarla solos? ¿Aislados del mundo? ¡Pues debemos decir categóricamente que no!

La riqueza nos está esperando en el crecimiento de la economía. Nos está esperando en los bolsillos de los que más tienen en el mundo. La integración de la economía peruana a los mercados globales es una suerte de sifón que extrae recursos de los más ricos para proveerlos a los pobres, nosotros, todos los peruanos. El crecimiento que solo puede acelerarse volcando nuestros recursos hacia el exterior, genera empleo y excedentes productivos en todos los sectores de la economía y para el Estado. Repetimos, sin ellos, sin esos recursos, estaríamos condenados a arrastrarnos en una pobreza innecesaria, injusta e inmoral. Pues teniendo todo para generar riqueza, no hacerlo es inmoral.

Este análisis es incontrastable. No hay otro camino para el bienestar general. Por ello nos llama la atención la falta de ambición del gobierno de PPK, que no atina a llamarnos a desarrollar una gesta por el crecimiento, que no sale a las calles y plazas a explicar a los ciudadanos las ecuaciones de la creación de riqueza, que no alienta aún las grandes inversiones en todos los sectores.

Por ahora el gobierno plantea que nuestro PBI crezca 5% anual, cuando podemos desatar una revolución productiva que nos lleve a crecer 7 a 8% por año. Cuando podemos terminar de desarrollar nuestros proyectos mineros, energéticos y forestales además, por supuesto de las infraestructuras, las agro-exportaciones y el turismo, entre otros.

Por ejemplo, el ministro de Energía y Minas sigue disculpándose de tener una mayor pro actividad en los supuestamente bajos precios de los metales, pero la verdad es que el Perú es competitivo con los precios actuales y, solo el crecimiento de la China de 6% equivale a más de tres veces el PBI anual del Perú. ¿Por qué no atinamos a invitar a los mayores operadores globales del sector forestal de Finlandia, Noruega, Canadá y Nueva Zelanda a invertir en el país? Solo en la sierra tenemos 7´000,000 de hectáreas deforestadas. Solo en el sector forestal podríamos lograr algo parecido al boom de inversiones mineras que arrancó en los años 90 y movió las agujas de nuestro crecimiento de manera tan importante. Nuestro potencial forestal permite que lleguemos a exportar entre 30 y 40,000 millones de dólares anuales (cinco veces las de Chile).

¿Qué estamos esperando para emprender ‘la gesta del crecimiento y el bienestar general’?

Por supuesto, crecer no es lo único que debemos hacer. También debemos ver la mejor y más rápida manera de traer a nuestros pobres a la economía de mercado. También tenemos que hacer una revolución educativa y llevar los servicios del Estado a todos los peruanos. Para ello tenemos que hacer reformas y mejorar nuestras instituciones. Por ello, ante tan grande tarea y, después de haber prácticamente perdido cinco años, no tenemos tiempo que perder.

No podemos perder el período de gracia del nuevo gobierno sin movilizar las voluntades de todos los peruanos por la gran gesta del crecimiento, la madre de nuestra riqueza y la fuente del empleo digno para todos.

Pero ahora se cierne otro peligro sobre nosotros, la torpe ola anti-globalización y anti-comercio-internacional que se está desatando en el mundo de los países más ricos. El corte del ‘viento debajo de nuestras alas’ que es la base para crear riqueza en los países emergentes. Ver en LampadiaLa trampa anti globalización¿El fin de la globalización?El sándwich que amenaza a los países emergentes.

No nos dejemos engañar, la globalización, el comercio internacional y los flujos de inversión extranjera son los que permitieron la mayor disminución histórica de la pobreza y la desigualdad en los países emergentes durante las últimas décadas.

Conclusión y Propuestas

  • Exijamos a nuestras izquierdas que renuncien al pos-extractivismo y a las ‘ideas muertas’.
  • Apoyemos al gobierno para que sea más ambicioso y asuma un rol más pro activo por el crecimiento.
  • Enarbolemos la bandera del libre-comercio y la globalización y aprovechemos la próxima reunión de APEC en el Perú para generar una reacción global por mantener ‘el viento debajo de nuestras alas’, las de todos los países emergentes.

Lampadia 

1 El viento debajo de mis alas, “The wind beneath my wings”. Canción escrita en 1982 por Jeff Silbar y Larry Henley, popularizada por Bette Midler.




Alberto Verme nos recordó que el Perú es un país maravilloso

Alberto Verme nos recordó que el Perú es un país maravilloso

El peruano Alberto Verme, banquero internacional que vive en Londres como Chairman of Institutional Clients Group del Citigroup, nos encandiló en el CADE con una sentida y emotiva presentación sobre su visión del Perú, recogida a lo largo y ancho del mundo que transita.

“Lo que nos hace falta es liderazgo pero del responsable”

A continuación compartiremos con nuestros lectores los comentarios más impactantes que hemos podido recoger:

  • En sus recorridos por el mundo recoge una y otra vez los mismos comentarios sobre el Perú:

– Tienes un lindo país

– Con gente muy agradable

– Comida fantástica

– Arqueología espectacular

– Cultura extraordinaria

– Todos quieren volver al Perú

  • Pero también le dicen:

– Que nos falta ambición

– Que somos algo auto destructivos

– Que tenemos miedo al éxito

  • Verme nos dice que lo que falta es un liderazgo responsable y humilde
  • Destacó algunos de nuestros logros. Por ejemplo:

– Hemos logrado diversificar nuestro comercio. Un 25% de nuestras exportaciones van a EEUU, y otro tanto a Europa, Asia y Latino América.

– Hemos pasado de un Estado que asfixiaba la economía a uno donde el sector privado (vía privatizaciones) aporta la parte esencial del PBI.

– Tenemos financiamiento de buen nivel con grado de inversión.

– Hemos crecido con inversión que produjo empleo, ingresos y servicios.

  • Tenemos inmensas ventajas competitivas en:

– Agro exportaciones

– Minería

– Turismo

  • Nos falta mejor educación e infraestructuras.
  • Tenemos que ser más ambiciosos.
  • ¿Por qué no podemos hacer del nuevo aeropuerto del Cusco el mejor de la región?
  • ¿Por qué no podemos tener uno de los mejores puertos del mundo en El Callao?
  • La especialización es fundamental.
  • ¿Por qué no podemos tener una de las mejores Bolsas de Valores de la región, especializada en el financiamiento de las PYMES?
  • Necesitamos ambición y liderazgo.
  • La humildad es símbolo de grandeza.
  • El único cambio verdadero nace de uno mismo.
  • Necesitamos y AMBICIÓN Y OPTIMISMO.
  • Para el buen proyecto siempre habrá financiamiento.
  • Solo tenemos tres millones de turistas por año. ¿Por qué no podemos tener el doble? En turismo la oferta genera su demanda.

Necesitamos que estos peruanos que aman el Perú, pero viven lejos, estén más cerca de nosotros. Lampadia