Uri Landman
Para Lampadia
Con este término se denomina popularmente a los hechos históricos que tuvieron lugar entre mediados del siglo XIX y principios del siglo XX durante la expansión de la frontera de los Estados Unidos hacia la costa del océano Pacífico. Aunque la colonización de la zona oeste del continente norteamericano se inició en el siglo XVI con la llegada de los europeos, el objetivo de poblar esta vasta región, se debió a la iniciativa gubernamental impulsaba por el presidente Thomas Jefferson, tras la compra de Luisiana en 1803.
A principios del año 1848, se difundió la noticia que se había descubierto oro en California. Al año siguiente, más de 80,000 “busca fortunas” llegaron a la zona desatando lo que se conocería como “la fiebre del oro”. Una de las características de este periodo es la falta de reglas, la violencia y la ley del más fuerte.
Varios historiadores consideran el año 1892 como el fin de la época del “Salvaje Oeste”. El 5 de octubre de ese año, los hermanos Dalton trataron de robar dos bancos de manera simultánea en Coffeyville, Kansas. Sin embargo, dos de los hermanos fueron abatidos por los ciudadanos, mientras que el tercero, Emmet Dalton, cayó gravemente herido siendo capturado por las fuerzas del orden. El fallido asalto de los hermanos Dalton, simboliza la transición de una época salvaje donde imperaba el más fuerte, a una era donde la ley y el orden son la norma de la convivencia social.
No tenemos que viajar 200 años al pasado, ni miles de kilómetros para llegar al “Lejano Oeste”. En nuestro país, en estos tiempos, en la zona de Pataz en la Libertad, se vive como en el “Lejano Oeste”, en donde impera la ley del más fuerte y donde el Estado y el principio de respeto a la autoridad no existen.
Hace ya varios años el estado ha abandonado la zona de Pataz a su suerte. Los mineros ilegales en asociación con bandas criminales, han tomado el pueblo y los cientos de yacimientos mineros. Vemos en las noticias, desde hace varios años, que delincuentes terroristas atacan a las empresas mineras formales, derribando torres de alta tensión, secuestrando y matando a sus trabajadores, sin que el gobierno haga nada al respecto.
El último fin de semana nos llegó la noticia que 13 trabajadores de la empresa de seguridad R&R fueron secuestrados, torturados y asesinados dentro de un socavón de la minera La Poderosa.
Con esta masacre, ya son 39 los trabajadores asesinados por los mineros ilegales en complicidad con las bandas criminales que operan en la zona.
¿Saben que han hecho nuestras autoridades desde que se agravaron los ataques contra la minera La Poderosa en el año 2023?
La presidenta Dina Boluarte ha estado muy ocupada sometiéndose a procedimientos de cirugía plástica estética.
El primer ministro, Gustavo Adrianzen, negó el supuesto secuestro de los 13 trabajadores de seguridad que resultaron asesinados.
El gobernador regional de La Libertad, Cesar Acuña, se ha ausentado 111 días de su cargo en los últimos dos años, so pretexto de licencias sin goce de haber, un viaje a China en comisión de servicios y sus merecidas vacaciones en Dubai.
El presidente del congreso, Eduardo Salhuana, correligionario de Acuña en APP, aprobó en su gestión la extensión del REINFO que sirve a los mineros ilegales para operar bajo la fachada de supuestos “informales” en vías de regularización.
A pesar que Pataz está bajo Estado de Emergencia y que supuestamente las Fuerzas Armadas en coordinación con la Policía Nacional han asumido el control interno, lo cierto es que es “Zona Liberada” bajo el dominio de las bandas criminales, al mismo estilo que en la época del terrorismo de Sendero Luminoso. Ni la policía ni las FFAA tienen la logística, el presupuesto y el apoyo del gobierno central para acabar con estos delincuentes que han tomado parte del país como suyo.
Desde esta columna le sugiero a la presidenta Boluarte que en lugar de estar preocupada por pedir permiso al Congreso para viajar al Vaticano para la asunción del nuevo Papa, que se dé un viajecito por Pataz para conocer de primera mano lo que sucede en la zona y hacer algo novedoso para ella: gobernar.
En el lejano oeste colocaban avisos, amparados por una ley, que permitía e incluso recompensaba matar, en lugar de capturar con vida, a los criminales. Ante el nivel de violencia y peligrosidad de estos delincuentes, a veces me pregunto si nosotros deberíamos tener una norma similar.
Wanted: dead or alive.
Se busca: vivo o muerto.
Lampadia