Por: Rosa Bueno de Lercari
Presidenta de la Cámara de Comercio de Lima
Gestión, 3 de agosto del 2023
Tenemos especial preocupación por las pequeñas empresas, las cuales son particularmente vulnerables a las fluctuaciones económicas, los desastres naturales y los vaivenes políticos”.
Después de la pandemia, la prevención en general –en particular, la sanitaria– se ha vuelto de suma importancia en el Perú. El panorama que enfrentaremos en el corto plazo nos obliga a prestarle aún más atención. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha anunciado el inicio del fenómeno de El Niño global y nos advierte sobre la necesidad de prepararnos para condiciones extremas. El Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú (SENASA) solicita que nos preparemos para la presencia de plagas: ántrax, moscas de la fruta, langostas y roya amarilla; mientras que el Ministerio de Salud advierte que nos enfrentaremos a un incremento en la incidencia de enfermedades como el dengue, covid-19 y el síndrome de Guillainbarré.
El fenómeno de El Niño siempre tiene un impacto económico significativo. En marzo, el ministro de Economía y Finanzas, Alex Contreras, anticipó que este fenómeno climático podría afectar entre 1% o 2% el Producto Interno Bruto (PIB) del país, lo que resultaría en pérdidas económicas de hasta S/18,600 millones.
Las advertencias están dadas, pero la desconfianza sobre la capacidad de reacción de las autoridades persiste. Los resultados del Barómetro de los CEO de Gestión lo reconfirman. La mayoría de los encuestados expresaron escasas esperanzas en la capacidad del Estado peruano para enfrentar un posible nuevo azote del fenómeno de El Niño durante el verano de 2024. Un 97 % consideró que el Gobierno central está poco o nada preparado, mientras que un 96 % y un 98 % opinaron lo mismo sobre los gobiernos regionales y locales, respectivamente.
Por ello tenemos especial preocupación por las pequeñas empresas, las cuales son particularmente vulnerables a las fluctuaciones económicas, los desastres naturales y los vaivenes políticos. No debemos esperar a que ocurran los desastres para intentar acciones de salvataje, ya que estas suelen llegar tarde. Aún tenemos tiempo para prevenir y prepararnos ante diversos escenarios.
En este sentido, resulta relevante recordar la famosa frase del expresidente de Estados Unidos, John F. Kennedy: “No preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país”. Y lo mejor que podemos hacer todos es prevenir. La prevención debe convertirse en un deber ciudadano, y no puede depender únicamente de las acciones del Estado.
Como empresarios, debemos desarrollar planes frente a estos fenómenos climáticos. En caso de que ya los tengamos, es el momento de mejorarlos e implementar medidas concretas desde ahora. Según The Economist, se espera que El Niño dé un fortísimo golpe a nuestro país este año, lo que implica que los costos económicos serán mayores y más duraderos de lo esperado.
Por eso, ante el inminente impacto del fenómeno de El Niño y las consecuencias del calentamiento global, se requiere un esfuerzo conjunto de todos los actores de la sociedad. El Estado debe liderar la coordinación, pero también las empresas y los ciudadanos tenemos la responsabilidad de participar activamente y contribuir a la prevención y mitigación de los efectos adversos. Es hora de tomar medidas concretas y evitar que estas amenazas climáticas se conviertan en desastres de mayor magnitud al anunciado.