Ricardo León Dueñas
Expreso, 29 de mayo del 2025
A pocos de cerrarse la inscripción final y definitiva para conocer quiénes serán los candidatos a la presidencia en la elección del 2026, la derecha (o lo que puede llamarse como tal) está enfrascada en peleas sin sentido. No solo están divididos, bueno fuera solo eso, no, tienen un enfrentamiento que va desde la descalificación más gruesa hasta el agravio personal. Ninguno da su brazo a torcer, cada uno pretende ser más incendiario y agresivo que el otro.
¿Recuerdan esa campaña (léase pelea de callejón para ser más precisos) entre la denominada “derecha tecnocrática” liderada por Pedro Pablo Kuczynski y la “derecha popular” con Keiko Fujimori a la cabeza en 2016? Finalmente, no fueron ni lo uno ni lo otro, fueron un par de irresponsables que nos legaron al sinvergüenza de Martín Vizcarra y luego al analfabeto funcional y además golpista de Pedro Castillo, hoy en la cárcel, esperamos próximo a recibir al lagarto en el penal Barbadillo.
Tan irresponsables como lo fueron los candidatos de la derecha en 2021, cuando ninguno declinó sus egos y fueron ultra divididos (Keiko, López Aliaga y De Soto), permitiendo que la peor opción electoral de la historia republicana —la del ignorante “profesor” izquierdista Castillo— se alzara con un triunfo fraudulento encima; pues bien, por ahora nada hace pensar que la historia no se vaya a repetir.
No nos ocuparemos de la siempre mediocre, dividida y nefasta izquierda, allá ellos y sus candidatos de pacotilla, pero si la derecha continúa en esta suerte de antropofagia, pues veremos en palacio en julio de 2026 a émulos —y seguro peor— que los que nos gobiernan desde el 28 de julio de 2021.
No es posible que un reconocido y muy popular periodista, como Phillip Butters, uno que tuvo la valentía de enfrentarse a un superpoderoso Vizcarra en plena pandemia y que ayudara a deshacerse de Castillo y su banda de rateros, algo que el Perú le agradecerá siempre, hoy esté dedicado a lanzar fuego graneado a diestra y siniestra a todo lo que se mueve. O que un alcalde trabajador y exitoso como Rafael López Aliaga viva en permanente conflicto, habiéndose entablado una lucha de dimes y diretes entre estos dos personajes que no solo piensan igual ideológicamente, sino que hasta parientes son e íntimos amigos eran hasta hace poco.
Solo se les pide que depongan sus egos. ¿Es tan difícil ello?
En todo caso ¿qué nos queda?… en la derecha me refiero obviamente. La sempiterna candidata Keiko Fujimori, con todo el bagaje de experiencia acumulada de tres farragosas campañas, pero que carga una pesada mochila antifujimorista que ya resulta transversal a todas las ideologías habidas y por haber. El resto son una suerte de improvisados o pitufos desconocidos, signos letales para una elección presidencial.
Ese es el lóbrego panorama que nos espera, al menos hasta el momento que escribo estas líneas… luego ¿quién sabe?