Oscar Fernández Orozco
Periodista
Para Lampadia
Cuando una persona escucha al Presidente lo hace con la mejor intensión, voluntad y confianza en busca de la verdad, el dato real, ideas, guía, tranquilidad, esperanza, futuro. Nadie busca que el presidente fracase, que le vaya mal. Pero que difícil resulta escuchar las charlas del presidente Vizcarra sin sentir que algo se oculta, que hay mentiras, improvisación, interlínea política y manipulación.
Vizcarra conoce bien al pueblo peruano. Lo maneja a su antojo: traicionó a PPK, a Keiko, se metió a patadas al Congreso para evitar los cambios en el Tribunal Constitucional, y terminó dando un golpe de Estado que fue aceptado popularmente y convalidado por los cuatro del TC. Asimismo, prometió construir 12 hospitales en el 2019 porque comprendía que la estructura de salud era precaria y no cumplió, su ministra de salud solo gastó la mitad de su presupuesto y, sin plan estratégico, adelanto la cuarentena por el Covid, y se dedicó a desarrollar confusos monólogos en conferencias desde Palacio para teatralizar “su sacrificio”, canales de televisión pasan todo el día sus “conferencias”, reparte bonos y así gana respaldo popular usando los dineros que nunca supo ganar y usa estratégicas encuestas que sabe le serán favorables.
Pero la conducción del país es patética. Casi nada funciona. Se ha disparado la miseria, estamos frente a un estado ineficiente que genera incertidumbre y desconfianza: record de contagiados por el Covid, estado de emergencia en salud con centenares de médicos, auxiliares y policías muertos y/o contagiados, bonos lanzados como papel picado y a quien le ligue, aperturas comerciales mediatizadas por torpes medidas burocráticas, reactiva Perú no funciona y peligra el empleo de millones de trabajadores de las MYPES. El país es una caldera populista y pro roja que nos empuja hacia la concentración estatal, una sociedad subsidiada, las empresas públicas, el control de precios, la dictadura y la miseria.
El Congreso actual es el más destacado protagonista de este huaico rojo y populista, juega en pared con el Presidente Vizcarra en busca de postergar las elecciones y preparan el asalto al BCR para romper el chanchito de los ahorros logrados en tantos años. Cuestionar a tres directivos es el inicio del operativo ante la ambigua mirada de Acción Popular, luego seguirán las elecciones del 2,021 sobre el caballito de la constitución del 93 y su modificación lenta y parcial hasta convocar a una asamblea constituyente.
Los rojos han agregado y vendido bien la palabra «neoliberalismo» y con ello buscan para hacernos volver al pasado.
Nos llevan al fracasado socialismo actual de la pobre Venezuela, la doliente Cuba y la cárcel de Corea del Norte. ¿cuántos rojos y caviares peruanos viven en estos países gozando de las maravillas comunistas?
El detalle es que ellos y ellas viven aquí rodeados del discreto encanto de la burguesía, casa propia con todas las comodidades, buenos sueldos, hijos en colegios caros y en universidades extranjeras sobre todo de los Estados Unidos, tienen carros nuevos para la familia, se divierten en clubes privados y viajan para relajarse, muchos y muchas a sus casas de reposo.
Si bien es cierto que todavía estamos lejos de entender la economía de mercado, la democracia, la libertad y los valores ideológicos del liberalismo, falta relievar, fortalecer y defender los resultados económicos logrados desde los 90: se bajó la pobreza de 50 a 20% y hoy se trata de luchar contra las distorsiones del mercantilismo concentrador de poder, los altísimos intereses financieros, la manipulación de la libertad de expresión en un país que necesita salud, educación, agua, desagüe, formalidad, honestidad (orfo).
“…la devoción que tiene el sector A/B por Martín Vizcarra escapa a toda racionalidad y comprensión. Sufrimos una clase política de bajísima calidad” Madeleine Osterling Letts.