Por: José Martínez, Vicepresidente Ejecutivo de Inversiones de Rimac Seguros
Gestión, 27 de agosto de 2020
Se ha iniciado ya el proceso de recuperación de una de las peores crisis económicas en la época moderna. La “Gran Cuarentena” fue detonada por el brote de un patógeno desconocido a fines del 2019 y ha puesto en relevancia las fallas existentes en la estructura de la sociedad. En realidad, han sido pocos los estados capaces de mantener a sus poblaciones organizadas en la lucha contra este patógeno. El más exitoso, posiblemente, haya sido Nueva Zelanda. Los menos exitosos, lamentablemente, se encuentran todos en nuestro continente.
Lo que es cierto es que, con el anuncio por parte del Gobierno ruso del lanzamiento de Sputnik V, la primera vacuna contra el SARS COV II, se da inicio a lo que, se espera, sea un período de revelaciones de vacunas exitosas contra esta enfermedad que provendrán de Europa, China y Estados Unidos. De cumplirse esta expectativa, 2021 sería el año en el que se consolide la erradicación de esta amenaza y debería ser un año de fuerte recuperación económica.
En el mercado de capitales, los índices de acciones parecen ya haber descontado estas previsiones. Los principales índices de los Estados Unidos alcanzaron ya niveles cercanos a sus máximos históricos. Los índices son promedios y ocultan grandes verdades, sin embargo. Si separamos a las cinco empresas más grandes del S&P500-Microsoft, Apple, Facebook, Alphabet y Amazon el resto de las empresas en ese índice se encuentra hoy a 11% de su máximo histórico alcanzado en enero de este año. Durante 2020, las “cinco grandes” han subido en promedio 43% (la que más subió, Amazon, subió 81%; la que menos Alphabet, 20%). Amazon cotiza hoy a 111 veces sus utilidades para 2021, las otras cuatro, a 31 veces.
En contraposición, las empresas del resto del S&P 500 cotizan hoy a 20 veces sus utilidades para 2021. El ACWI, índice que representa al mercado accionario global, cotiza a 20 veces. Para que las valorizaciones de las “cinco grandes” hagan sentido, sus utilidades tendrían que crecer a 17% por año hasta 2031. Por el contrario, las valorizaciones actuales del índice ACWI descuentan un crecimiento anual en las utilidades de 10% a nivel global.
El mercado de bonos está descontado que este crecimiento se producirá en ausencia de inflación. El Banco Mundial (BM) espera un crecimiento de 4.2% en 2021 y lo más probable es que esta previsión se revise al alza. Respecto a la inflación, el FMI espera que en 2020 se mantenga en 0.3% para economías desarrolladas y 4.4% para emergentes. De hecho, hoy las tasas de interés interbancarias de las mayoría de las economías del mundo son menores a 2% (entre las contadas excepciones están China, India, Rusia, Argentina, Brasil y México).
En realidad, para que la predicción de crecimiento y esas tasas de interés sean consistentes, la inflación a nivel global debería mantenerse por debajo del 2%. Dados los altos niveles de capacidad instalada no utilizada y desempleo existentes (alrededor de 30% y 9.4% para economías de la OCDE), las perspectivas de crecimiento acelerado y baja inflación son razonables. Aunque estas previsiones son promisorias, el mercado parece estar descontando una recuperación mucho más acentuada. Quizás como resultado de la euforia y del bajo costo del capital.
En el largo plazo, los altos niveles de deuda gubernamental, corporativa y personal, y el proceso de transformación social resultantes del covid-19, deberían restar 0.6% del crecimiento potencial de las economías avanzadas y sumarse al cambio climático y al menos crecimiento poblacional y de la productividad del trabajo para generar menores tasas de crecimiento a nivel global. Durante los últimos cinco años, la economía global creció 2.8% al año en promedio. Durante los próximos cinco debería de crecer alrededor de 2% por año. Con esto, en 2025 el PBI real percápita del mundo debería alcanzar US$ 11.2MIL, 1.5% más que a fines de 2019.