Iván Alonso
El Comercio, 30 de mayo del 2025
“La inversión privada no parece depender en absoluto de la alta o baja rotación en el MEF ni de cuánto sea lo máximo que haya durado un ministro en el cargo durante cada gobierno”.
La repentina remoción de José Salardi, apenas tres meses y medio después de haber asumido el cargo de ministro de Economía y Finanzas, ha suscitado los comentarios usuales sobre el efecto, presuntamente desfavorable, de los continuos cambios en esa cartera sobre la inversión privada por la inestabilidad que acarrearían. En más de una ocasión hemos asentido a esa proposición, pero nunca la habíamos sometido a una comprobación empírica (si es que se la puede llamar comprobación). Los datos, como suele suceder, desafían a la sabiduría convencional.
Desde el fin del gobierno militar en 1980 han pasado 45 ministros por el MEF, algunos más de una vez. La estadía promedio ha sido de 12 meses. Pero el promedio no es el mismo para todos los gobiernos. Hay una tendencia decreciente a lo largo del tiempo. Al presidente Belaunde los ministros de economía le duraban 15 meses; a García, 10 en su primer gobierno y 12 en el segundo; a Fujimori, 18. Humala fue una excepción: tuvo solamente dos ministros de economía, uno por 37 meses y otro por 23. Castillo, como no podía ser de otra manera, los cambiaba cada seis.
Esa tendencia decreciente –o, dicho de otra manera, esa rotación cada vez mayor– no está asociada, sin embargo, a una menor tasa de inversión privada. No hay ninguna correlación entre la duración promedio de los ministros de economía y la inversión privada como porcentaje del producto bruto interno (PBI).
En casi medio siglo, la inversión privada no parece depender en absoluto de la alta o baja rotación en el MEF ni de cuánto sea lo máximo que haya durado un ministro en el cargo durante cada gobierno. A lo único que parece haber respondido decisivamente es al cambio de régimen económico a mediados de la década de 1990. En efecto, hasta la primera mitad de 1994 la inversión privada representaba, en promedio, el 10,7% del PBI; desde entonces, ha subido al 17,4%, independientemente del tipo de gobierno. Eso explica la paradoja de que un gobierno que se anunciaba de extrema izquierda, el de Humala, ostente el record de inversión privada con el 21,7% del PBI.
No estamos hablando, obviamente, de la prudencia con la que cada gobierno o cada ministro haya manejado la caja fiscal, y no queremos decir que sea indiferente quién sea el ministro o con qué frecuencia se lo cambie. Pero en lo que se refiere a la inversión privada, todo eso es secundario; más importante es mantener el modelo de economía de mercado.