Iván Alonso
El Comercio, 9 de mayo del 2025
“Cada dólar que se resta de la producción por la compra de un producto importado es un dólar que se suma al gasto, ya sea como consumo o como inversión”.
El Bureau of Economic Analysis (BEA) ha reportado la semana pasada una caída de 0,3% en la economía estadounidense en el primer trimestre del año que en el Perú no sería una caída. En los Estados Unidos el crecimiento o decrecimiento de la economía se mide por la variación del producto bruto interno (PBI) de un trimestre a otro que luego se convierte a una tasa anual. En el Perú lo medimos por la variación del PBI entre un trimestre –primero, segundo etc.– y el mismo trimestre del año anterior. Visto de esta manera, el PBI estadounidense más bien ha crecido 2%.
Al reportar la caída de 0,3%, según su forma de medirla, el BEA se la atribuye principalmente a un aumento de las importaciones y una reducción del gasto del gobierno. Las importaciones, dice el BEA, “son una resta en el cálculo del PBI”. Parece puro sentido común, pero no es así: las importaciones no reducen la producción.
Para entender por qué no comencemos con la forma o, mejor dicho, una de las formas de medir el PBI, que es el PBI por tipo de gasto. Tipos de gasto son el consumo, la inversión y el gasto del gobierno. Las exportaciones son también un gasto que hacen los extranjeros en el país; pero no sólo cuando están físicamente como turistas en el país, sino también desde sus propios países. No todo lo que se gasta en el país, sin embargo, se produce en el país. Una parte se trae de otros países. Por eso, para saber cuánto se ha producido en el país, sumamos consumo, inversión, gasto del gobierno y exportaciones y restamos las importaciones: C+I+G+X-M, como dicen los libros de texto de macroeconomía.
La prensa estadounidense ha comentado que el aumento de las importaciones se debe a que la gente se ha apresurado a comprar productos importados antes de que entren en vigor los aranceles anunciados por su gobierno. Pero eso no puede explicar la caída del PBI. La compra de un producto importado es, a la vez, un gasto de consumo o de inversión. Cada dólar que se resta de la producción por la compra de un producto importado es un dólar que se suma al gasto, ya sea como consumo o como inversión, pues podrían ser las tiendas que comercializan productos importados las que se hayan apresurado a acumular inventarios antes de que suban los aranceles. «Diario El Comercio. Todos los derechos reservados.»