Ian Vásquez
El Comercio. 17 de junio del 2025
“Esas medidas económicas están destinadas a fracasar, como han fracasado en todo lugar en toda la historia”.
Tras el escape espectacular de cuatro venezolanos –líderes opositores– de la embajada argentina en Caracas el mes pasado, el régimen bolivariano se ha puesto nervioso. Después de todo, Nicolás Maduro tenía la sede diplomática cercada y bajo estricta guardia, cortó el agua y la electricidad, prohibió visitas y negó otorgar salvoconductos en violación al derecho internacional –y aun así los rehenes lograron fugarse después de estar encerrados más de un año–.
Fue un golpe duro al régimen y una victoria importante de la oposición que representa prácticamente a todo el país. En cierto modo, el drama de los escapados simboliza la lucha de quienes viven en un país secuestrado y su escape les ha dado esperanza.
Según Pedro Urruchurtu, uno de los exrehenes y el coordinador de relaciones internacionales de la líder de la oposición, María Corina Machado, la hazaña muestra la vulnerabilidad de la dictadura que “es derrotable […] que no es monolítico ni fuerte como se hace ver, que siempre hay grietas, que siempre hay maneras de desafiarle y derrotarle”. Refiriéndose a los miembros del régimen, Urruchurtu nos recuerda que “hay juego de poder… entre ellos”.
Se presume que tenía que haber algo de eso para que se diera el escape. Pero esa victoria de la oposición no es la única que tiene nervioso al régimen. Según Machado, ha habido cuatro victorias seguidas. La primera se dio en octubre del 2023 con las primarias que organizó la oposición y en las que el pueblo votó masivamente. La segunda fue la victoria en las elecciones presidenciales el 28 de julio del 2024, cuando la oposición pudo comprobar que ganó con un 70% del voto y demostró que el régimen cometió fraude.
La tercera victoria fue el escape de los secuestrados en la embajada. La cuarta fue la falta de participación en las elecciones regionales organizadas por el régimen en mayo y a las cuales Machado pidió al pueblo no acudir. Todas esas victorias han mostrado la falta total de legitimidad del régimen y el liderazgo efectivo y legítimo de Machado.
Para ser efectiva, la oposición bajo Machado ha logrado ser extremadamente disciplinada, organizada y trabajadora. Urruchurtu explica que han usado mecanismos convencionales, como el voto presidencial, “cuya organización, despliegue y defensa fue no convencional”. Por ejemplo, para transmitir las actas y así mostrar el verdadero resultado electoral, se montaron 160 antenas de Starlink por todo el país. El escape de la embajada tampoco fue nada convencional, aunque esta es una historia que prometen contar en el futuro.
Ante estas victorias y el debilitamiento de la economía venezolana, el régimen ha respondido con “probablemente la represión más feroz que hemos vivido en 26 años de régimen”, según Urruchurtu. Se han allanado los hogares de los familiares de la oposición, se han encarcelado a otros líderes y se ha impuesto mayores controles económicos.
En las últimas semanas, por ejemplo, el régimen ha detenido por lo menos 50 personas por “delitos económicos”. Específicamente, los detenidos son gente que han operado en el mercado paralelo de divisas. En otras palabras, quienes hacen algún negocio con referencia al tipo de cambio libre, que es ilegal, en vez del tipo de cambio oficial, que sobrevalora la moneda local, están siendo perseguidos. Los agentes del Estado han entrado a los mercados para controlar precios de referencia al dólar y han detenido a quienes postean el tipo de cambio libre con el dólar.
Esas medidas económicas están destinadas a fracasar como han fracasado en todo lugar en toda la historia. Pero comprueban que el régimen está viviendo un momento de alta fragilidad.