Entrevista a Humberto Abanto
Expreso, 21 de mayo del 2025
Aaron Salomón
Abogado alertó que “estamos otra vez ante la campaña por la vacancia presidencial, la disolución del Congreso y el adelanto de elecciones”.
La Fiscalía de la Nación presentó 5 denuncias constitucionales contra la presidenta Dina Boluarte en 48 horas. Humberto Abanto, ¿qué opina?
Y son muchas si tenemos en cuenta las que ya hizo la señora Delia Espinoza.
¿Por qué se presentan si ningún presunto delito por los que se le imputa a la mandataria está contemplado en el artículo 117 de la Constitución?
Porque hubo una mutación que, en realidad, fue una reforma encubierta de la Constitución. El mandato del constituyente es que el presidente no puede ser procesado durante su mandato, salvo por los cuatro supuestos que contempla el artículo 117. Se ha hecho un esfuerzo de interpretación y se ha dicho que acusado no es lo mismo que investigado, y que, por lo tanto, se puede investigar, pero la investigación necesariamente va a acabar en una denuncia que no podrá prosperar. Esto le ha introducido mayor incertidumbre al sistema político peruano.
¿Son inconstitucionales las denuncias que ha presentado la Fiscalía contra la mandataria?
Es que, en mi opinión, el presidente de la República no puede ser investigado durante su mandato. La acusación hay que entenderla desde la etapa más incipiente del proceso, pero se ha preferido la interpretación que separa acusación de investigación.
La Fiscalía solo puede investigar a un presidente, durante su mandato y por cualquier delito, de manera preliminar.
Pero ya lo está investigando; es decir, se menoscaba la imagen del presidente de la República. Es grave tener al presidente en entredicho, acusado de un delito.
Entonces, ¿si a un presidente en funciones se le encuentra robando, por ejemplo, tiene que ser vacado por el Congreso para luego ser procesado penalmente?
Lo hemos visto en el caso de Pedro Castillo, a quien vacaron inmediatamente y fue sometido a proceso según ley. En mi opinión, la señora Espinoza está tratando de introducir elementos de desestabilización política.
¿Para que se geste la vacancia de Dina Boluarte?
Estamos otra vez ante la campaña por la vacancia presidencial, la disolución del Congreso y un adelanto de elecciones. Las elecciones ya están convocadas, no existe la reconvocatoria del proceso electoral. Entonces, si ya han sido convocadas, ¿cuál es la prisa? Es que la izquierda caviar siente que se le está acabando el oxígeno, porque está privada de los recursos del Estado y USAID ha dejado de ser una fuente, además de que la ley obliga a explicar el origen de los fondos.
¿Qué pasa si mañana mismo el Congreso cede y vaca a Boluarte? ¿Los caviares van a decir que ningún miembro de las bancadas que sostuvieron a la presidenta puede sucederla?
No hay que descartarlo, eso ya ocurrió. Después de la vacancia de Vizcarra, se llegó a convencer a la mayoría de que los que habían votado por vacar a Vizcarra estaban moralmente incapacitados para presidir el Congreso, y lo más grave es que esta gente lo aceptó.
¿Podría repetirse con una presión callejera?
Los líderes de los partidos siguen siendo los mismos.
Al final, la izquierda caviar busca llegar al poder entre los palos.
Se meten abiertamente, acá no hay nada subrepticio, está muy claro lo que quieren y, para eso, han lanzado este brulote de los audios que pone dos tesis a la vista: o los audios son producto de inteligencia artificial o alguien tiene acceso a las cuentas de WhatsApp de las personas, porque, según la tesis de los denunciantes, es una conversación privada entre Antonio Fernández Jerí y Christian Salas.
Si ninguno de los dos ha entregado los audios, debe haber sido un tercero.
Tiene que ser alguien que ha interceptado la comunicación.
¿Alguien puede ser tan torpe de mandar audios con acciones ilegales?
Parecía un diálogo de una actuación de colegio. Parece un diálogo leído por Chespirito, pero está hecho para impactar en el oído del hombre común. Me parece extraño que se respeten los signos de puntuación; ninguno de nosotros habla así.
Según Latina y H13, el testigo protegido que entregó los audios es Karelim López.
Pero, ¿acaso la señora Karelim López es testigo protegido de la conversación? ¿Ella era parte de la conversación? Si la señora López no lo era, entonces, es parte de un entramado de interceptación telefónica.
En el reportaje de Latina, se indicó que el ‘Agente Roberto’, que sería una congresista fujimorista, le dio los audios a Karelim López.
El ‘Agente Roberto’ tampoco era parte de la comunicación. ¿Quién le entregó eso?
Solo podría ser Fernández Jerí o Christian Salas.
Y nadie ha dicho eso. Tengamos claro que viene una gran ofensiva dirigida a lograr la vacancia presidencial, la autodisolución del Congreso y la convocatoria adelantada de elecciones. ¿Qué van a hacer los líderes de los partidos políticos? Yo me mantengo escéptico.
Casi fue Rocío Silva Santisteban presidenta del Perú la última vez.
Eso se detuvo porque hubo un resto de cordura, pero la señora ya había ganado la Presidencia del Congreso.
En un escenario similar, hasta Guillermo Bermejo puede ser presidente.
Cualquiera, excepto quien haya “sostenido” a la señora Boluarte. Lo peor no está en la maldad de los creadores de estas cosas, sino en la ingenuidad o torpeza de los blancos de estas cosas.
La Fiscalía introduce incertidumbre
El abogado penalista cuestiona las acciones del Ministerio Público y advierte que se busca desestabilizar al gobierno de Dina Boluarte con interpretaciones forzadas de la Constitución.
Humberto Abanto denuncia una ofensiva política coordinada desde la izquierda caviar con apoyo de filtraciones y audios cuya legalidad está en entredicho.
El jurista considera que las imputaciones contra la mandataria no tienen sustento legal y obedecen a una estrategia para sacarla del poder antes de 2026.
Para Humberto Abanto, el contenido y la forma de los audios atribuidos a funcionarios muestran señales de montaje, y forman parte de una ofensiva mediática.
El letrado sostiene que la Fiscalía debe actuar con neutralidad y advierte que se repite el patrón político-jurídico que precedió la caída de presidentes anteriores.