Jim O’Neil, el presidente de Goldman Sachs y el economista que acuñó el término BRIC, ahora ha sacado otro acrónimo para las que considera las nuevas promesas de la economía mundial: MINT, para agrupar a México, Indonesia, Nigeria y Turquía. ¿Y el Perú? ¿No era la «estrella»? ¿No es que estamos «de moda»?
Queremos creer que el 5% de crecimiento es bueno, en especial bajo un régimen como el de Humala y en un año en que se desaceleró la economía mundial. Pero en la interna, sabemos que ha sido tan solo un modesto desempeño.
Primero, no somos los campeones del crecimiento en América Latina. Paraguay, Panamá y Bolivia nos pasaron. Y somos aún un país de ingreso modesto.
Segundo, considerando que el crecimiento poblacional es de 1.2% promedio, no basta crecer al 5% o 6% para quebrarle el espinazo a la pobreza. Hay que apuntar al 7% u 8% mínimo para que, descontando el 1.2% inercial, quede en un neto de crecimiento de 6% o 7%. Y, sin considerar las futuras crisis, que pueden llevar el crecimiento a cero.
Tercero, desaprovechamos la oportunidad de inyectar un par de puntos al crecimiento solo priorizando, pero en serio, la reducción de la brecha de infraestructura. Y para esto hay que fomentar la inversión en ella. Y de nuevo, en serio.
Cuarto, el ruido político que metió el propio Presidente hizo más bulla que todos los pirotécnicos de fin de año y perforó la confianza general. Y terminó hasta asustando con su velada amenaza a las universidades y a los medios de comunicación.
El 2014 se perfila «pesado» con el inquietante panorama político. Cuidado. Que lo que hemos avanzado en la economía, con dureza y disciplina, no está para arriesgarlo jugando a los dados.
Publicado en Correo, 13 de enero de 2014