Entrevista a Edwin Oviedo
Expreso, 3 de agosto del 2025
Alfredo Melgar Mendoza
Hace muchas revelaciones en su libro ‘El caso Oviedo, la verdadera historia’, entre ellas que Martín Vizcarra influyó ante el MP para su encarcelación.
Señor Oviedo, ¿qué pasó con la acusación contra usted vinculada al caso “Los Cuellos Blancos del Puerto”? Se le señaló como presunto financista de la organización criminal, a raíz de interceptaciones telefónicas que lo relacionaban con el entonces juez supremo César Hinostroza. ¿Qué nos puede decir al respecto?
En 2018, salieron audios con conversaciones que tuve con ese juez, pero que no tenían nada delictivo. Dijeron que yo era el financista. Por eso me detuvieron y las fiscales me hicieron una propuesta: que hiciera una serie de denuncias. Después de dos años, me entero de que estas dos fiscales, Sandra Castro y Rocío Sánchez, eran amigas de Martín Vizcarra y habrían actuado bajo presión política. Esa fue una acusación infundada. La Fiscalía terminó pidiendo el sobreseimiento, porque nunca cometí ese delito. Y el Poder Judicial, a través del juez, también me sobreseyó en ese proceso. Todo quedó claro: no hubo prueba alguna en mi contra. Hoy el caso Cuellos Blancos sigue siendo investigado, pero yo ya no formo parte de este proceso.
¿Usted conoció a Antonio Camayo?
Antonio Camayo, en ese tiempo, era mi amigo porque yo lo conocí en La Parada, trabajando en los años 90, más o menos. Entonces, él me presenta a algunas personas, como el juez César Hinostroza, en el año 2017, cuando nuestra selección peruana de fútbol había generado una expectativa y estábamos cerca de ir a un Mundial, peleando el repechaje. Yo recibía llamadas, sin saber quiénes eran. Como provinciano, no podía negarme a un saludo o una conversación.
¿En los audios entre el juez César Hinostroza y Antonio Camayo se habla de entradas para los partidos de la selección?
En esos audios que se escuchan entre el señor Antonio Camayo y el señor Hinostroza no hay nada delictivo, solamente son pedidos, consultas, porque en ese momento –no sé si recuerdas– ellos querían comprar entradas, y las entradas estaban relacionadas con el Mundial de Rusia. Para ello, había que tener un FAN ID. Era la primera vez que se estaba implementando; cualquiera no podía comprar una entrada.
Primero tenías que tener el FAN ID, que era como un pasaporte para comprar las entradas. Es más, nuestra gente de la Federación, en el área de marketing, viajó hasta Rusia para que los prepararan en qué consistía el FAN ID.
Entonces, en los audios lo que se escucha es: “Oye, ¿cómo es esto?”. Yo digo: “Voy a averiguar, voy a consultar”.
¿Por ese caso estuvo en prisión preventiva? ¿Fue algo injusto?
Totalmente. En el libro explico que las prisiones preventivas, como la mía, que duró más de 500 días, a veces se usan para presionar, para forzar declaraciones. En mi caso, fue porque me negué a ser un instrumento para denunciar a personas que ni conocía.
¿Puede explicar mejor esa propuesta?
Cuando estuve detenido en la Prefectura, me ofrecieron protección a cambio de que denunciara a políticos, congresistas, jueces supremos y fiscales supremos. Recuerdo que la fiscal Sandra Castro me dijo: “Su valla es alta”. También me dijeron que debía cambiar de abogado (dejar de lado a César Nakazaki); que ellos me recomendarían uno que no me costaría mucho. Pero todo eso a cambio de traicionar a personas que ni conocía. Lo rechacé. No acepté. También la fiscal Rocío Sánchez me reiteró la solicitud, indicándome además que tendría una casa de seguridad y que estaría cómodo.
¿Qué hizo usted ante esa presión?
Escribi una carta abierta, pública, denunciando todo esto. Preferi la cárcel antes que someterme a ese chantaje. No podía prestarme a una injusticia. Mi familia sufría, yo lo vivia en carne propia. No iba a permitir que más familias pasaran lo mismo solo para yo salir libre.
El exfiscal Carrasco Millones había solicitado 26 años de cárcel para usted por las muertes de Manuel Rimarachin Cascos y Percy Farro Vite. Lo acusaban de ser autor intelectual, como parte de la organización criminal «Los Wachiturros de Tumán». Sobre esta segunda denuncia contra usted, ¿qué nos puede decir?
Es cierto, esas acusaciones existieron por parte del fiscal en Chiclayo [Juan Manuel Carrasco Millones). En el año 2015, por el mes de agosto, el empieza a inventar acusaciones en mi contra, relacionadas al caso del asesinato de dos personas, en el que él me pone como autor mediato. Para em pezar, yo era director ejecutivo de la azucarera Pomalca, no de Tumán. Y lo que yo era, era acreedor; no tenía ningu na participación en la compañia. Luego, en el Poder Judicial pude demostrar que no tenían ningún sustento. Purgué más de 500 dias en la cárcel, pero seis jueces valientes determinaron, en el Poder Judicial, que esas acusaciones no te nian sustento. Y además, no solamente al que habla, sino a todos los que nos investigaron, hemos quedado absueltos. Los jueces determinaron que esa investigación hecha por el fiscal en Chiclayo había sido de manera pésima
¿Por qué cree que el fiscal Juan Carrasco Millones se ensañó con usted?
Este fiscal Carrasco Millones, que luego paso a ser nistro en el gobierno de Pedro Castillo, al parecer intentaba entrometerse en el sector azucarero a través de algunos familiares
¿Y qué diria usted a las familias de las victimas que murieron?
Yo lamento los hechos sucedidos allá. Yo, la verdad, me solidarizo con esas familias. Pero esos malos fiscales deberían hacer una buena Investigación y buscar a los verdaderos responsables, y no direccionar para perjudicar a otros, que es como lo que ha sucedido y ha sido demostrado.
Si usted tuviera al frente al exfiscal Carrasco Millones, ¿qué le diría?
Que ha hecho mucho daño, con sus pésimas investigaciones, con sus colaboradores inventados, sin haber corroborado los hechos. Además, él lo ha hecho en otros casos más, porque hay un periodista de Chiclayo que también ha escrito un libro que se llama «El falso Sheriff», donde relata el accionar de este fiscal, Carrasco MiIlones, de fabricar colaboradores de dudosa reputación para que pueda inculpar a alguien.
¿Cómo fue esa experiencia en el penal de Picsi?
Me refugié en mi fe. No salía al patio. Estaba afectado emocionalmente. Me cuestionaba todo el tiempo: «¿Por qué estoy aquí si soy inocente?». Estaba encerrado, viendo sufrir a mi esposa, a mis hijos, a mis hermanos. Es una experiencia que no se la deseo a nadie.
¿Tuvo contacto con otros internos?
Recuerdo que un día me invitaron a ver un partido de Perú. Yo no quería ir, no tenía ánimos, pero lo pensé bien. Cuando llegué, ya todos estaban en el piso, frente a un televisor pequeño. Me ofrecieron dos ladrillos para sentarme. Fue un gesto de respeto. Y ahí, sentado, recordé que un año antes estuve en Rusia, viendo el Perú-Francia junto a Gianni Infantino, el presidente de la FIFA. Y ahora estaba allí. Fue muy fuerte.
¿Cómo logró superar todo esto?
Por mi familia. Siempre estuvieron conmigo. Me dieron fuerza. También por mi fe. Fueron más de 500 días duros, pero sali con dignidad. Luego, seis jueces revisaron el caso y concluyeron lo que yo decia desde el inicio: que yo era inocente.
En su libro también habla de la empresa azucarera Tumán. ¿Qué pasó allí?
Yo era acreedor, no administrador. Pero igual me acusaron. Eso generó caos: se metieron medidas cautelares, entraron administraciones judiciales, y la empresa se vino abajo. Desde 2015, han pasado ocho administraciones judiciales. Cada una fue saqueando y depredando más.
¿Cómo está Tumán hoy?
Más Paralizada. Antes se producían 10 mil bolsas de azúcar al día. Hoy produce cero. No hay caña, no hay trabajadores. Lo que hay es invasión, tristeza y sufrimiento. de 3,000 familias quedaron sin trabajo. Ahora están en Lima, Trujillo, Chiclayo Piura, buscando cómo sobrevivir Dios quiera que esta empresa pueda levantarse los escombros de como está. La ver dad que es dificil en este momento, pero lo único que espero hoy es que ojalá pueda volver a generar puestos de trabajo para esas familias que lo perdieron todo.
¿Qué hizo usted tras ese golpe?
Me enfoqué en Azucarera Pomalca. Ahí llevo más de 20 años. Hoy tenemos más de 2,000 trabajadores en planilla y casi 800 contratados. En los últimos tres años hemos generado utilidades, con mucho esfuerzo. Hacer empresa en el Perú no es fácil, pero seguimos adelante.
¿Y cómo está la industria azucarera a nivel nacional?
No se cubre la deman-da nacional. El Perú importa entre el 20% y el 25 % del consumo. Nosotros abastecemos con producción local. Pero hay mucho por mejorar. Seguimos apostando por la productividad y el trabajo.
¿Qué recuerda de su paso por la Federación Peruana de Fútbol?
Lo mejor. Cuando llegué a la FPF en el año 2015, nuestra selección se encon traba en el puesto 54 en el ranking FIFA, y gracias al trabajo del profesor Ricardo Gareca llegamos al puesto 10. Muchos me recuerdan por eso, incluso dentro de prisión. Hablaban del Mundial, de haber traído a Ricardo Gareca, de respaldar lo cuando no nos iba bien. Me decían: «Gracias a usted volvimos al Mundial después de 36 años». Eso me emocionaba.
¿Cómo fue su relación con Ricardo Gareca?
Excelente. En momentos duros, él me visitó en prisión. Eso nunca lo voy a olvidar. Como profesional, fue clave en el renacer de la selección. Lo respeto y le tengo gratitud eterna.
¿Qué opina de la situación actual de la Federación?
Me apena mucho. Todo lo que avanzamos se ha perdido. La selección retrocedió. Hoy estamos penúltimos, pese a haber más cupos para el Mundial. Ya no están los profesionales que construyeron todo eso. Se fueron por intereses personales.
¿Cuál fue su estrategia para mejorar el fútbol peruanо?
Recuperar la confianza. Implementamos licencias FIFA, buscamos transparencia, for mamos un comité consultivo con profesionales reconocidos. Triplicamos los ingresos por derechos de televisión y patrocinio. Apostamos por el trabajo con menores. Yo siempre decía: «Si no siembras, no cosechas». Y en el fútbol, la siembra son las divisiones menores
¿No piensa volver al fútbol?
Hoy estoy enfocado en el sector empresarial. Tengo un compromiso con Pomalca y con las 3,000 familias que dependen de nosotros. Estoy agradecido con quienes me piden volver, pero ahora mi prioridad es sacar adelante esta empresa.
¿Qué encontrará el lector en su libro?
En este libro narro mi biografía desde mi infancia en el Cusco, en mi natal Urcos. Luego cuento cómo llego a Lima, a La Parada, a trabajar en la venta de abarrotes, de azúcar, de arroz, por los años 90. Y luego, después de trabajar un poco más de 10 años, voy al norte del Perú, a las azucareras, a comprar azúcar por allá, hasta que se me da la oportunidad de comprar acciones de la empresa Pomalca.
¿Y cómo llega al Juan Aurich?
En el año 2004 ingreso a este club, que estaba peleando el descenso. Pasamos por un momento muy dificil, pero asumimos esa, responsabilidad. Y en el año 2011 ya estábamos campeonando por primera vez.
¿Para luego postular a la Federación Peruana de Fútbol?
Así es. En el año 2015 llego a la Federación. En una parte del libro también narro mi paso como presidente del máximo ente del fútbol peruano
Usted asegura que, por el momento, no piensa volver a ocupar un cargo dirigencial, ¿pero no lo descarta?
No sé lo que me depare el tiempo y la vida. He pasado momentos difíciles y trato de salir. Hoy estoy enfocado en el tema empresarial. No sé lo que pase más adelante. ¿A quién no le gustaría contribuir con su selección, con su país?