Entrevista a David Tuesta
El Comercio, 3 de setiembre el 2025
Christian Silva
Presidente ejecutivo del Consejo Privado de Competitividad “Este presupuesto público se podría calificar como un acto de magia y malabarismo. No es creíble”.
Para el presidente ejecutivo del Consejo Privado de Competitividad y exministro de Economía, es difícil lograr alcanzar un déficit fiscal de 1.8% al cierre del 2026
El presidente ejecutivo del Consejo Privado de Competitividad, David Tuesta, conversó con El Comercio sobre el presupuesto 2026 y advirtió que, pese al discurso conservador del MEF, persisten rigideces en el gasto y presiones políticas.
— El presupuesto público presentado el viernes muestra un crecimiento en monto de hasta 2,2% frente al Presupuesto Institucional de Apertura del 2025. Según el MEF, se trata del presupuesto más conservador en los últimos 17 años. ¿Esto es así?
Cuando el MEF dice que el presupuesto 2026 es más conservador, se refiere a una dinámica de crecimiento más baja que la anterior; eso es manipular. Acá hay un elemento que están manipulando y distorsionando, tanto en el análisis como en el mensaje que se da a los mercados. En primer lugar, porque crece menos, pero están planteando que ese crecimiento se dará bajo condiciones económicas sobredimensionadas.
— Un tema en el presupuesto público es que el gasto de personal y obligaciones sociales superan los S/93.000 mlls. ¿Cómo se traduce esto en la productividad?
Es el principal problema. En el presupuesto, sobre todo con el gobierno de Castillo y Boluarte, se ha consolidado un porcentaje importante de ese tipo de gastos difíciles de reducir. Hasta que no se haga un recorte claro o se plantee una transparencia en cuanto a las contrataciones, la dinámica está destinada a seguir presupuestándose de forma rígida; eso te quita grados de libertad para la inversión pública.
— El presupuesto para el 2026 destina más de S/1.250 mlls. para la labor legislativa. ¿Esta cifra es suficiente o pudo ser menor?
El presupuesto del Congreso proporcionalmente es una cuestión mínima, porque hablamos de una actividad administrativa concentrada en cientos de congresistas. En términos de prioridad, se manifiesta de forma clara una heterogeneidad perversa, pues los sectores que requieren más recursos lo pierden en función a que se colocan recursos en un ámbito que no reditúa adecuadamente a la economía.
— ¿Este año se podrá alcanzar la meta de déficit fiscal de 2,2%?
El 2025 ya está avanzando. Igual sigue siendo un poco optimista intentar cerrar en 2,2%, teniendo en cuenta que la proyección de ingresos y gastos, sobre todo esta última, no está suficientemente calibrada. Hoy está en 2,6% el déficit.
— El otro año es electoral. Si alcanzar el 2,2% es retador para este 2025, ¿será posible llegar a 1,8% en el 2026?
El 1,8% hacia el próximo año también es difícil, porque basta ver cómo quieren reducir el gasto público. Un presupuesto público no está hecho para tomar el escenario más optimista, jamás. Los presupuestos siempre se hacen en base al [escenario] conservador, dando espacio de que pueda suceder lo peor y tengamos recursos para reaccionar. Este presupuesto público se podría calificar como un acto de magia y malabarismo. No es creíble.
—En el caso de la inversión privada, se estima un crecimiento de 4,5% para el 2025 y 4% para el 2026. ¿Será posible o se debieron considerar retrasos en proyectos mineros y de infraestructura?
No queda claro en sus estimados, pero el MEF al parecer asume que las adjudicaciones planificadas o la planificación de las inversiones van a suceder de todas maneras.