Cayetana Álvarez de Toledo
Perú21, 5 de noviembre del 2025
Nicolás Castillo
La diputada española instó a los empresarios a asumir una militancia democrática y defender el orden liberal ante el avance del populismo en la región.
Durante su intervención en CADE Ejecutivos 2025, la diputada y periodista española Cayetana Álvarez de Toledo lanzó un llamado firme al empresariado peruano y latinoamericano: “La neutralidad no es prudencia, es complicidad por omisión”. Con esta frase, la parlamentaria del Partido Popular de España exhortó a los líderes del sector privado a invertir en democracia, entendida como un compromiso activo con la libertad, la verdad y las instituciones republicanas.
Álvarez de Toledo advirtió que en tiempos de polarización y desconfianza hacia la política, la pasividad del empresariado frente al deterioro institucional puede tener consecuencias profundas. “El silencio no es neutralidad, es colaboración pasiva con el deterioro de la democracia”, señaló. A su juicio, los empresarios no deben limitar su papel a la generación de riqueza, sino participar en la defensa de los valores que hacen posible la prosperidad y la estabilidad.
“La democracia no se sostiene sola; necesita militantes, ciudadanos y empresarios comprometidos. Invertir en democracia es invertir en estabilidad, prosperidad y libertad”, afirmó ante el auditorio de ejecutivos reunidos en el foro empresarial más importante del país.
Liberalismo
En su mensaje, la diputada española también profundizó en su propuesta de refundar el orden liberal, un sistema que —según explicó— ha garantizado el progreso y la igualdad de oportunidades, pero que hoy enfrenta una crisis de legitimidad. “El liberalismo ha sido víctima de una caricatura y de la cobardía de sus propios defensores. Es momento de recuperar el orgullo de ser liberales”, expresó.
Álvarez de Toledo destacó que el orden liberal no es solo un modelo económico, sino una concepción moral de la vida en sociedad, basada en el respeto a la verdad, el mérito, la libertad individual y la responsabilidad cívica. “No hay libertad sin responsabilidad, ni progreso sin verdad”, enfatizó, insistiendo en que la defensa del liberalismo debe trascender las etiquetas ideológicas para convertirse en una causa ética compartida.
En esa línea, hizo un llamado a los empresarios a recuperar la confianza en la democracia como el mejor vehículo del desarrollo humano y económico, y a no ceder ante los discursos populistas que prometen soluciones simples a problemas complejos. “El populismo se alimenta del silencio de los buenos. Por eso, la neutralidad es complicidad”, subrayó.
Su intervención combinó reflexión política y apelación moral, en un contexto en que los líderes empresariales del país debaten sobre el rol del sector privado en la consolidación institucional. “La defensa de la democracia no es una tarea exclusiva de los políticos. Es un deber colectivo que empieza por no callar ante la mentira y el abuso del poder”, concluyó.






