BCP
Gestión, 20 de diciembre del 2024
La economía peruana crecería en un 2.8% durante el 2025, pero se trata de un nivel bastante inferior al crecimiento promedio histórico (3.8%). Uno de los diversos factores para ampliar la clase media pasa por salir de este escenario de resultados mediocres.
Luego de la recesión económica en el 2023, la economía peruana crecería 3.2% este año. Si bien significa un resultado positivo, debe observarse que el rebote estadístico debió ser mayor e, incluso, que la tasa de expansión en este rango resulta insuficiente para generar bienestar en la población.
”Perú no necesita crecer alrededor del 3%. Este año debimos rebotar en 5% o 6%, debemos aspirar a esos niveles”, apuntó Carlos Prieto, gerente del Área de Estudios Económicos del Banco de Crédito del Perú (BCP), durante la presentación “Situación macroeconómica” correspondiente a diciembre.
Desde hace unos lustros, el Perú ingresó a un escenario de crecimientos mediocres. Por ejemplo, para el 2025, el BCP estima una expansión de 2.8%, cuando el mundo lo hará en 3.3%. El promedio entre el 2023 y el 2024 es de 1.4% y el del 2017 al 2024 es de 1.9%. Todos estos resultados están muy por debajo del promedio histórico (1923-2024) de 3.8%.
Prieto señaló que el crecimiento desaprovechado responde a factores locales, principalmente, al deterioro institucional. “Todos los problemas institucionales terminaron pasando factura”, comentó. A esto se suman pendientes urgentes estructurales para mejorar la microeconomía como reducir el tiempo actual de 75 días para registrar una nueva empresa, los 180 días para obtener un permiso de construcción o los 30 días que demora una importación que pase un control de aduanas.
En el corto plazo, Prieto observó que el estimado para el 2025 podría ser mejorado por una extensión de una recuperación cíclica o el destrabe de importantes proyectos de inversión privada. En contraparte, podría afectar el dinamismo avizorado mayores restricciones comerciales en el ámbito mundial, una caída de términos de intercambio y que se agraven los factores locales nuevamente.
Freno de bajo crecimiento
Durante su presentación de cierre de año, Prieto recogió una publicación de Oxford Economics que señala que, hacia la siguiente década, y si mantiene sus “anclas de estabilidad”, entre ellos regresar a un crecimiento económico de casi 4%, el Perú podría convertirse en el país de la región andina con la clase media más grande. Esto, en un contexto cuando, al 2023, casi tres de cada 10 peruanos están en situación de pobreza.
”Si Perú mantiene sus anclas de estabilidad, baja inflación, política fiscal prudente, integración al mundo, tipo de cambio más estable que el resto, tendría la clase media más robusta. Es factible y mucho más si logra regresar a tasas de crecimiento de 6%”, señaló.
El primer paso para avanzar en este escenario es detener y revertir el deterioro institucional. “Tenemos que ordenarnos un poco”, subrayó, sumando los esfuerzos de mantener los indicadores macroeconómicos mencionados.
Para el 2025, se tiene en el radar que la economía crezca a un mayor ritmo si el precio del cobre, principal producto de exportación, se acerca a los US$ 5. Precisamente en este punto fue donde Prieto hizo hincapié respecto a que el Perú aproveche los “vientos económicos”.
”Si el tren está pasando hacia un lado, hay que subirse y que nos arrastre lo más lejos posible. Ese tren hoy es el cobre. La tendencia del mediano plazo es que el mundo gire hacia el cobre por su demanda en crecimiento”, apuntó.
En esta línea, el ejecutivo observó que la discusión actual se centre en si Perú será desplazado del segundo o tercer lugar como mayor productor de este metal, cuando el debate debería ser cómo acercarnos a Chile. En el 2023, el vecino del sur registró una producción de 5.3 millones de toneladas métricas, mientras que la de Perú ascendió a los 2.8 millones. Respecto al 2013, se ha duplicado la capacidad de producción peruana. “Ya se debería estar cerca de igualar a Chile. Hay muchas oportunidades”, comentó.
En este punto, se destacó que hay varios proyectos mineros para la producción de cobre que no están en fase de ejecución. Algunos de ellos son Tía María (Arequipa), Chalcobamba (Apurímac), Michiquillay o La Granja (Cajamarca).
”Estamos haciendo muy mal, nos hemos deteriorado e ido degradando, la micro se ha desatendido. Hay que trabajar duro. Con estos factores es perfectamente factible que Perú vuelva a crecer 6%, generar una fuerte clase media y, sin duda, menor pobreza”, puntualizó.
