Entrevista a Alfonso Morante
Perú21,13 de agosto del 2025
El director de Ocho Sur nos habla sobre economía circular y la incansable búsqueda de la empresa por minimizar los desperdicios de su proceso productivo.
Ocho Sur es la operación más grande de palma aceitera en la región Ucayali. Desde hace casi una década le da valor agregado a este cultivo, convirtiéndolo en grasa vegetal y en aceites que cruzan los Andes y se exportan a todo el mundo. “La grasa vegetal está en todo. Desde que uno se levanta en la mañana usas el jabón y champú. También en el desayuno, todos los productos de panadería tienen grasa vegetal, así como los postres, chocolates, dulces, productos procesados, incluso las bebidas, los productos de limpieza. No hay día en que alguna persona deje de usarla”, asegura Alfonso Morante, director de la empresa y con quien hablamos sobre economía circular y la incansable búsqueda de Ocho Sur por minimizar los desperdicios de su proceso productivo.
¿Cuál es el impacto de la empresa?
Como empresa líder en la región, beneficiamos directa e indirectamente a más de 20 mil personas en el oriente peruano. Somos, por ejemplo, el mayor empleador formal de todo Ucayali, más de 2,300 puestos de trabajo formales en planilla con todos los beneficios. A nivel de cadena de suministro de proveedores, damos prioridad a los locales para poder dinamizar la economía local. Tenemos una cadena de más de 500 proveedores que son familias y que viven de proveer bienes a Ocho Sur. Tenemos también una cadena de suministro de pequeños palmicultores a quienes les damos asistencia en fertilizantes para sus plantones. Los impactos son múltiples, por ejemplo, firmamos acuerdo de conservación con comunidades nativas para proteger el bosque. Tenemos más de dos mil hectáreas de bosque primario en protección.
¿Cómo es que Ocho Sur aplica la economía circular en su actividad?
Pocos conocen que la palma aceitera es una industria con 100% economía circular. En la planta extractora la materia prima es la fruta fresca y el otro insumo es el agua porque la extracción de aceite es un proceso mecánico, no usa ningún químico. Si asumimos que son 100 kg de fruta, 30 kg se convierten en productos finales: aceite crudo de palma, aceite de palmiste y harina de palmiste. Quedan 70 kg de subproductos, unos 40 kg son biomasa, la cáscara. Eso va a la planta extractora que tiene una caldera y ahí pasa agua a presión que genera vapor. Adicionalmente, pasa por una turbina y cogenera casi dos megas de capacidad de energía eléctrica que abastece todas las necesidades de la planta extractora. La palma produce su propia energía para este proceso. Luego, quedan unos 30 kg de escobajo, ceniza, lodos que vienen de la producción. Eso regresa a las plantaciones como abono orgánico que venimos usando en combinación con microorganismos eficientes y hemos logrado una mejora sustancial de los suelos de la plantación.
¿Y en cuanto al manejo del agua?
El agua se necesita para cocinar la fruta y hacer la separación de los aceites. Una vez que termina el proceso productivo, va a una planta de tratamiento de aguas residuales industriales, que usando bacterias, limpian el agua hasta dejarla pura y regresa como agua de riego a las plantaciones de palma. En ese proceso en el que el agua se trata se genera gas metano, que es el gas que usamos en las cocinas con biogas. Proyectamos hacer una planta de cogeneración eléctrica usando biogas para ayudar a la electrificación rural en la zona donde operamos porque muchas de las comunidades cercanas no tienen acceso a electrificación si no usan motores. Así, al usar los residuos en la plantación como abono orgánico, reducimos el uso de fertilizantes convencionales, costos y ayuda al medioambiente. Con la generación eléctrica, al usar la misma biomasa de la planta, reducimos costos y el uso de combustibles fósiles. Es el ejemplo perfecto de productos y subproductos en economía circular.
La palma aceitera es un sustituto a la hoja de coca…
La palma aceitera nació en el Perú como una necesidad para luchar contra el narcotráfico y la coca ilegal. Fue parte principal de este programa de sustitución de cultivos. En Perú hay más de 30 mil hectáreas que han sido cocaleras y salieron de ese negocio ilegal para ser palmicultores. Ese es un impacto importante, la palma aceitera es una alternativa para rentable para el agricultor.
¿Cuál es el plan de sostenibilidad de la empresa?
Va en varios frentes. Uno es el tema de impactos sociales. Tenemos más o menos 25 comunidades vecinas de nuestras operaciones, en 10 mil hectáreas de tierra, tres nativas y el resto son mestizas. Estas comunidades son rurales, alejadas y han sentido el beneficio de la inversión privada responsable. Con ellos tenemos un plan en cuatro ejes. Salud, con programas de atención, campañas médicas en coordinación con las autoridades, construcción de postas médicas. En educación hacemos mejora de colegios, Internet para conectarlos con el mundo. El tercer eje es la infraestructura básica con dos temas principales. Uno es el agua, la gente toma agua de quebradas o de cochas donde hay mucha contaminación y eso genera anemia, por eso trabajamos para mejorar la calidad de agua. Lo otro es infraestructura, el mantenimiento de vías porque la conectividad en época de lluvia es muy complicada. El último eje es deporte y cultura, estamos por firmar dos convenios con las universidades principales de Ucayali e incentivamos prácticas deportivas en la región. Siempre pensamos en los tres pilares de la sostenibilidad, economía, ambiente y gente.