Aldo Mariátegui
Perú21, 20 de junio del 2025
“Solo en el Perú un funcionario se puede jactar sin la menor vergüenza de no haber acudido adrede a una votación en el ente que integra”.
-Ignoro si es efectivamente cierto o solo una leyenda urbana aquello de que el segundo lugar más visitado por los turistas tras Machu Picchu es Larcomar, pero clausurar ese centro comercial que es el motor de Miraflores de buenas a primeras es una barbaridad. ¿Por qué se está afectando así al distrito y a tantos empleos que dependen de ese emporio? ¿Exhibicionismo? ¿Ganas de joder? ¿Por plata? A este paso vamos a terminar volviendo a la época de los alcaldes distritales designados por el Ejecutivo, como era antes del primer belaundismo, porque, lamentablemente, en cada comicio se termina eligiendo en muchos distritos a gente absolutamente nefasta para su localidad.
-Solo en el Perú un funcionario se puede jactar sin la menor vergüenza de no haber acudido adrede a una votación en el ente que integra, lo que es parte de su deber, como bien recalcó el diario Correo. El exvocal supremo Távara cuenta, muy fresco, que se ausentó a propósito del pleno de JNJ en donde se votó la restitución de la fiscal Benavides. ¿Por qué no asistió y votó en contra? ¿Para eso cobra una remuneración?, ¿para quedarse hueveando en su casa? ¡Encima, Tavara tiene el caparazón de pontificar!
-España es a veces un consuelo frente a lo que pasa en Perú. Aquí el gobierno de Pedro Sánchez se está tambaleando por una serie de escándalos de corrupción en los que, además, suceden cosas sórdidas y folclóricas como en nuestro país, como un ministro que tenía siete amantes (¡un potrillo el hombre!) y que colocó a alguna en el sector público; un cómplice que fue antes portero de burdel y que grabó a sus compinches (¡y se robaban entre ellos!); el hermano de Sánchez enchufado a un puesto público; la esposa de Sánchez —cuya familia era dueña de negocios tan poco decentes como saunas gay, o sea, centros encubiertos de orgías— implicada en el salvamento irregular de una aerolínea; jerarcas del gobernante Partido Socialista recibiendo coimas de constructoras, sabrosos comentarios sexuales al aire, etcétera.