Aldo Mariátegui
Perú21, 14 de mayo del 2025
“Es la segunda vez que un proceso llevado por Pérez sufre este papelón, pues hace no mucho un tribunal mandó a fojas cero el caso Cocteles”.
-Según reveló Expreso esta semana, el juez de control de acusación Leodan Cristóbal Ayala le acaba de devolver al fiscal JD Pérez el expediente que presentó para iniciar el caso Metro de Lima. Es la segunda vez que un proceso llevado por Pérez sufre este papelón, pues hace no mucho un tribunal mandó a fojas cero el caso Cocteles, que Pérez también llevaba, por serias deficiencias. La diferencia entre ambos casos es que en el primero de ellos el juez Víctor Zúñiga Urday no solo le devolvió —excesiva e irregularmente— diecinueve veces el caso Cocteles a Pérez para que solucione sus yerros, sino que con problemas y todo lo elevó finalmente al Tribunal y desde allí fue rechazado. Solo por eso, tanto Pérez como Zúñiga ya deberían haberse ido a sus casas por incompetentes, pero ambos cuentan con generoso e inexplicable apoyo de sus jefas, Delia Espinoza y Janet Tello, respectivamente, las que luego salen, sin sonrojarse y hasta altaneras, a exigir respeto por sus respectivas
instituciones.
-Sorprende que Gustavo Gorriti —que es judoka y que siempre fue de James Bond por la vida— ahora se amilane a asistir a una audiencia en el Ministerio Público —convocada encima por una denuncia suya— alegando que su vida está en peligro porque se encuentra “con una condición de salud que le imposibilita realizar interacciones públicas” cuando Gorriti acaba de participar presencialmente junto a la Ospina en un conversatorio caviar, abierto y con público, que duró unas tres horas, en donde felizmente se le apreció bastante sano y hasta algo subido de peso. Lo que sí tiene indudablemente Gorriti es suerte, pues ahora su ONG IDL y él contarán con el blindaje papal, dado que Paola Ugaz, exintegrante del IDL e íntima de Gorriti, ahora tiene mucha llegada a León XIV. Ya veo entonces a Prevost y los curas locales saltando por Gorriti si la Fiscalía se atreve a investigarlo de verdad por las revelaciones del infidente Jaime Villanueva de que él mangoneaba a los fiscales Vela y Pérez.