Por: Abraham Chahuan, CEO de Minera Antamina
Gestión, 12 de diciembre de 2019
Uno de los principales retos del país es lograr que el crecimiento económico sea acompañado por el desarrollo social. Con casi 20 años de operaciones en Áncash, resulta interesante observar qué camino nos ha permitido contar con una experiencia que implica visión de futuro, progreso y sostenibilidad para todos.
La base de esta experiencia es un modelo de gestión que denominamos “multiactor, con visión de desarrollo territorial”. En términos sencillos, se trata de la sinergia que se genera entre comunidades, autoridades locales, Gobierno nacional y, por supuesto, la empresa, en el objetivo de fomentar desarrollo y sostenibilidad considerando las potencialidades del territorio, el fortalecimiento de las capacidades de la población y el impulso de proyectos productivos.
En nuestra empresa creemos que el desarrollo humano es el motor del progreso. Bajo esta premisa, desplegamos nuestra estrategia social a través equipos multidisciplinarios dedicados a gestionar, articular e impulsar sostenibilidad desde cinco esferas de intervención: educación, salud, cultura y turismo, proyectos productivos e infraestructura. Un eje los une: el fortalecimiento de la gestión local.
Los programas se despliegan en 20 distritos, diversos en geografía y potencialidades socioeconómicas. De acuerdo al Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, el Índice de Desarrollo Humano en la zona donde ejecutamos nuestra estrategia social se ha incrementado en más de 50% en los últimos 18 años.
Existen diversos casos de positivo impacto que corroboran y reafirman este modelo de impulso de desarrollo social sostenible: mujeres tejedoras, cuyas prendas de vestir se exportan a Japón o los productores apícolas que abastecen a diversos mercados de la región.
Los emprendedores locales que lideran sus negocios gracias a “capital semilla”, así como decenas de familias productoras de paltas, melocotones y espárragos que exportan a través del modelo del cooperativismo.
En proyectos de infraestructura hídrica, se han ejecutado más de 132 kilómetros de canales; sistemas de riego por aspersión y reservorios, entre otros, que han permitido beneficiar a más de 4,400 familias y mejorar la productividad de casi 3,200 hectáreas. El mecanismo de obras por impuestos (OxI) se suma a este impulso para mejorar la calidad de vida de las personas. Hay tres hospitales por construir bajo esta modalidad, así como un Colegio de Alto Rendimiento. OxI cierra brechas de infraestructura, genera confianza y transparencia.
Lo que se viene logrando en Áncash demuestra que es posible generar desarrollo sostenible con visión conjunta. Pero no se trata de un camino simple, requiere del franco compromiso de todos los actores involucrados; en especial: comunidad, autoridades y empresas.






