Fausto Salinas Lovón
Desde Buenos Aires
Para Lampadia
Ayer se llevaron a cabo las elecciones legislativas en Argentina. Con el triunfo de Milei el mapa electoral parlamentario dejó de ser celeste y se pintó de morado, el color de su alianza política: La Libertad Avanza.

Según el conteo de votos nacionales, al 98,9%, MILEI ganó en la mayoría de las provincias incluida la ciudad de Buenos Aires, Capital Federal del país.
Para el Senado obtuvo el 42.15 % frente al 28.41 % de Fuerza Patria, triplicando su número de escaños en esa Cámara.
En Diputados el partido de Milei obtuvo 40.68 % versus 31.69 % de Fuerza Patria, lo cual le permite incrementar en 64 su número de escaños en esta Cámara.

Lo más significativo de esta victoria política de Milei es que le arrebató a la oposición Kirchnerista hasta su principal bastión: la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país.
Un factor importante de este resultado es que el tercer grupo que va a terciar en estos resultados es el grupo Provincias Unidas, que agrupa a los gobernadores provinciales quienes no cosecharon muchos escaños pero incrementan su presencia con 8 diputados y podrían ser, junto a otras formaciones políticas menores una bisagra entre el Gobierno y la oposición. De hecho, Milei ayer los invitó a concertar para “avanzar en las reformas estructurales pendientes”.
De 36 millones de argentinos que estaban habilitados para ir a las urnas, concurrieron a votar más de 24´215,000, el 69.5% de su padrón electoral.
La campaña del presidente Milei, con el slogan “La Libertad Avanza o la Argentina retrocede”, logró vencer a quienes invitaban a los votantes a “frenar a Milei”.
Venció también a los medios argentinos que anunciaban la debacle de Milei. Desde Le Monde Diplomático hasta Perfil, pasando por Página 12 y la Revista Noticias, apostaron por el fracaso de Milei. Con mayor moderación, La Nación y Clarín hablaban de dudas y cambios de gabinete luego de esta elección.
Ninguno de ellos vio venir al León Libertario, que apelando a la confrontación y en un juego de ganar o perder, capitalizó otra vez más el hartazgo de su pueblo con el populismo, el clientelismo y la vieja forma de hacer política de los Kirchneristas, émulos de Perón.
Desde su prisión domiciliaria Christina Kirchner decretaba en los días previos a la elección “el fin de la aventura neoliberal”, sin embargo, el rostro desencajado de su hijo Máximo Kirchner en la conferencia que dieron los dirigentes Kirchneristas la noche de ayer decía lo contrario y era más que elocuente: habían sido aplastados, sólo sumaron un diputado más a los que tenían antes de esta elección. Frenar a Milei se volvió más difícil y la posibilidad de una amnistía para la madre se la llevó el viento que corre estos días en la capital argentina.
Los argentinos no detuvieron el giro a la derecha de Latinoamérica.
Después de la histórica derrota del socialismo boliviano el 17 de agosto pasado y la caída del MAS de Evo Morales que sólo obtuvo un diputado, en estas elecciones argentinas estaba en juego, una vez más si Latinoamérica consolida ese viraje o si, la añoranza del pueblo argentino por subsidios, planes sociales, bonos y apoyo estatal, lo iba a detener. El pueblo argentino, otra vez más, marcó la ruta.
Sin embargo, por bastante que esto parezca, no es todo lo que está en juego en esta elección.
Esta elección permitirá concretar el salvataje norteamericano prometido de 20,000 millones de dólares, que aliviará la tensión cambiaria en este país.
Dará una mejor señal a los mercados para que las inversiones apuesten por una Argentina que parece ir en serio.
De la mano de estas variables económicas, está también en juego si Argentina suelta la mano de la China, de la cual se agarró muy fuerte en el gobierno Kirchnerista con acuerdos comerciales y la entrega de una estación espacial en la Patagonia, que es vista por los norteamericanos como una forma de intervención del país oriental en la Región.
En esta ruta del viraje ideológico, luego de Bolivia, donde el centro derechista Rodrigo Paz Pereira asumirá el gobierno librando a ese país del eje socialista y sin invitar a los gobiernos chavistas de Cuba, Venezuela y Nicaragua, seguían Argentina y Chile. Milei ya hizo su tarea.
El resultado de hoy es una nota más, en esta armoniosa sinfonía que comienza a sonar en nuestra Región. Le toca el turno a José Antonio Kast, Johannes Kaiser y Evelyn Matthei en Chile.
Lampadia






