Pablo Bustamante Pardo
Expresidente de IPAE
Director de Lampadia
De porqué algunos países que no pasan al estadio del desarrollo
Como vemos en el gráfico, los países que se enfocan en el crecimiento y el desarrollo son generalmente exitosos, con un buen nivel de vida para su población.
Sin embargo hay otros países que no logran crecer sostenidamente y caen, una y otra vez, en la pobreza.
Hay una suerte de barrera invisible que no los deja trascender hacia el bienestar y rebotan hacia la pobreza. Esa barrera ha sido creada por el pésimo lenguaje político que ha percolado a los distintos estamentos de la sociedad.
Este es justamente el caso del Perú. No podemos enfocarnos en el crecimiento y el desarrollo, porque nuestra clase política está atrapada en la politiquería, la ideología y el populismo, espacios en los que se nutren políticamente las izquierdas cavernarias y medran las castas corruptas.
Y esto es así porque hemos dejado que sus narrativas, con la ayuda de los medios de comunicación y el mundo académico, penetren en la cultura, las artes y la educación, como lo diseñó el marxista Antonio Gramsci hace ya 100 años.
Más allá del Perú, hemos visto que el desenfoque del mundo académico ha llegado a extremos de politización en las mejores universidades del mundo, como son la universidades de la Ivy League de Estados Unidos, entre las que están Columbia, Harvard, Princeton y Yale.
Lamentablemente, el resto de la clase dirigente, como son los gremios empresariales, no se organizan para generar narrativas desarrollistas que le muestren a los ciudadanos que nosotros también podemos crecer y desarrollarnos, prosperar y alcanzar el bien común.
Nuestro idioma tiene que propiciar espacios de crecimiento para nuestros emprendedores, esos millones de empresarios acosados por normas castrantes, corrupción pública y recientemente, por la extorsión criminal.
Estamos entrando al proceso electoral, Lampadia abre sus páginas para recibir, de algunos de los 970,000 de nuestros seguidores en Facebook, sugerencias sobre cómo activar un mayor diálogo cívico sobre el crecimiento y el desarrollo de nuestro querido país, que más allá de las diferencias que se han sembrado entre nosotros, sigue siendo muy nuestro, muy de todos.
Lampadia