Pablo Bustamante Pardo
Expresidente de IPAE
Director de Lampadia
¿Qué es primero? – ¿La Amistad, o la Verdad?
Un tema sobre el que conversé con mi amigo Richard Webb hace ya varios años. Ambos coincidimos en que primero es la Verdad.

Para mí es claramente así, primero la verdad, sin desmerecer en absoluto la amistad. No sé si por ser arequipeño, telúrico o solitario. Entre amigos, siempre digo que en Lima, primero está la amistad y luego la verdad.
Pues la semana pasada tuve un penoso episodio en el que un amigo, un pariente, al que estimo mucho, reaccionó con mucha violencia hacia mí, calificándome con todo tipo de epítetos.

De Hildebrandt en sus trece
Resulta que en mi artículo: Gracias sector privado, comente que:
La dictadura socialista [el velascato] destruyó la producción de bienes y servicios, pues expropió casi todas las actividades económicas y creó monopolios estatales corruptos, en el Perú y en el exterior. Los cobardes gobiernos de Belaunde y García, no se atrevieron a corregir prácticamente nada.
Una anécdota personal:
El año 81 acompañé una propuesta del entonces Grupo Hochschild Internacional, a Minero Perú para invertir 1,000 millones de dólares en las Bambas, dándole al Estado una participación graciosa del 20%. No se aceptó.
El año siguiente llevamos una propuesta de inversión de 1,500 millones de dólares en Antamina con el mismo 20% libre para el Estado. Belaunde tampoco lo aceptó.
Pasaron décadas para que esos proyectos vieran la luz.
Por décadas el sector privado estuvo prohibido de invertir en el campo, en minería, la pesca, y hasta en los cines. Una locura que atrasó al país 30 años, empobreciendo a toda la población y sembrando en nuestras mentes el germen maligno del socialismo.
No hemos terminado aún de entender todo el daño que hizo la dictadura militar a nuestra nación. Un país al que le robaron treinta años. No voy a entrar en detalles sobre eso ahora, pero volveré.
Un aspecto fatal fue justamente el haber destruido al sector privado, excluyéndolo de la inversión en el campo, la minería, la pesca, y hasta en los cines.
Recuperada la democracia en 1980, no solo había que devolver los diarios a sus propietarios y eliminar el impuesto a las exportaciones tradicionales, también había que hacer algo fundamental para el bienestar de todos los peruanos, había que impulsar el regreso de la inversión privada nacional y extranjera a todas las actividades económicas.
Por ejemplo, el velascato estatizó los grandes proyectos mineros, que se pusieron en manos de Minero-Perú. En los 80s, con el gobierno de Belaunde y en el de Alan García, no solo no se promovió su traspaso al sector privado, no se aceptaron las propuestas de inversión, entre las que estaban aquellas en las que yo participé.
A estas alturas todos sabemos que los años 60s, 70s, y 80s, fueron en conjunto tres décadas perdidas de nuestra historia, de las que aún hoy sufrimos una serie de secuelas.
Entiendo que Rafael defienda el gobierno de su padre, pero creo que le faltó un poco de humildad, y de verdad, para reconocer sus grandes errores, entre ellos, el no haber cortado por lo sano, con las imposiciones de la dictadura.
Lampadia






