Jaime Spak
Para Lampadia
Faltando cinco meses para las elecciones, podemos colegir que es una incógnita, quienes pasaran a la segunda vuelta.
Con una cantidad enorme de candidatos, casi 40 para ser precisos hay que tener una bola de cristal para adivinar quienes serán los que llegarán a esa instancia.
La derecha está totalmente desunida. Que puede diferenciar los planes de gobierno de muchos de ellos, pues casi nada.
Todos van a prometer bajar la inseguridad, mejorar la educación, un crecimiento económico importante, un apoyo a las personas menos favorecidas, apoyo a la minería, industrias y agro.
La izquierda igualmente está dividida.
Con menos candidatos que la derecha, la posibilidad que alguno de ellos pase a la segunda vuelta, es más difícil aún.
En estos momentos ni la derecha, ni la izquierda tienen líderes como para sentirnos seguros por quién votar.

Dentro de la izquierda la influencia de Vladimir Cerrón será importante, a pesar de estar prófugo y no habido hace dos años.
Jerí se anotaría un poroto si lo captura.
Este neurocirujano tiene una historia muy interesante que valdría la pena reseñar, para los que aún creen en él.
Vladimir Cerrón, un hombre de 54 años, empezó sus estudios universitarios en carreras que no tienen nada que ver con su actual especialidad.
Empezó estudiando Ingeniería Eléctrica en la Universidad del Centro, en donde su padre era vicerrector.
No duro mucho y se pasó a la carrera de ingeniería civil en la Universidad de los Andes.
A raíz del asesinato de su padre, Jaime Cerrón, en el año 1990, decidió cambiar de rumbo y se trasladó a la capital.
Postuló a varias becas y al final logró la de la Universidad de Camagüey en Cuba, donde cambió radicalmente de profesión y se graduó de neurocirujano a los 29 años.
Y también se hizo comunista.
Este cambio de estudios profesionales, de dos ingenierías a medicina merece un análisis psicológico, como una persona puede cambiar tanto entre dos profesiones tan disimiles.
Así como cambio de profesión, también cambiaba de partido político.
Por ello hace veinte años, Cerrón, era considerado un paria dentro de la izquierda y nadie deseaba codearse con él.
Tiene un carácter muy fuerte y a la vez es inteligente, por lo que es fácil que pueda convencer a tantos incautos.
En el año 2005 estuvo en el partido Nacionalista de Ollanta Humala, pero al año siguiente se desligo de este partido, no se sabe si por renuncia o porque lo invitaron a retirarse.
Luego de ello, fundo sus propios partidos, Perú Libertario con el que postuló a la presidencia en el año 2016 y al ver que tenía muy poco arraigo popular, y las encuestas que tanto desconoce le daban un margen mínimo, decidió renunciar para no perder la inscripción.
Recordemos que por ese partido, postuló la inefable Dina Boluarte a la alcaldía de Surquillo y luego a las elecciones complementarias al congreso y no logró salir elegida.
Luego Cerrón, cambio de nombre a su partido y le puso Perú Libre.
Sin embargo, al tener varios procesos abiertos en la fiscalía como líder de la organización criminal “Los Dinámicos del Centro”, aportes irregulares a Perú Libre y ser condenado por el caso de Aeródromo Wanka, en el año 2021 buscó a algunos ingenuos como Pedro Castillo y Dina Boluarte, y presentó la plancha con su presencia en una de las vicepresidencias.
Su candidatura fue tachada y tuvo que presentarse esa plancha presidencial con solo dos candidatos.
Recordemos que cada vez que hacia un mitin en Junín y había alguien que lo criticaba, aparecía el popular Arturo Cárdenas Tovar, hombre incondicional de Cerrón y le arrojaba pintura a esa persona.
De allí Cárdenas se ganó el apelativo de “pinturita“.
Logró hacer una campaña exitosa con Castillo y paso a la segunda vuelta.
Perú Libre logró salir primero en las elecciones.
Obtuvo un 15.72% de votos contra Keiko con solo 10.99 %
En la segunda vuelta le gano a Keiko, por algo más de 40,000 votos.
No gano Castillo, sino fue el anti-fujimorismo.
El legado de Cerrón, son estos cinco años de retroceso.
Apoyo a dos ignorantes a la presidencia y luego influyó en el primer gabinete para que juramenten, algunos de ellos exterroristas.
Y otros limitadísimos.
De los 37 miembros de Perú Libre que ingresaron al congreso, la mayoría se ha ido a otros partidos y solo quedan 11.
Es una muestra de la frivolidad de estos congresistas.
La mayoría se ha pasado a otras bancadas como Podemos.
Un humilde neurocirujano de Junín acumuló una fortuna que ahora ha sido confiscada.
De donde pacata mía, sino es de la sacristía.
La mejor herencia que dejaría el gobierno de Jerí, es lograr su captura.
Lampadia






