Jaime de Althaus
Para Lampadia
El diario La República ha emprendido una campaña de desinformación descarada contra la aprobación del proyecto de reforma constitucional que restablece la bicameralidad.
En una larga nota titulada “Congreso: una bicameralidad de contrabando” (13/06/23) comienza diciendo que “el Congreso pretende modificar de forma camuflada más de 25% de la Constitución”. Es cierto que se modifican 53 artículos, pero en la mayor parte de ellos se trata de adecuaciones de palabras: allí donde decía Congreso debe decirse Cámara de Senadores o Cámara de Diputados, por ejemplo. Pero al decir “en forma camuflada”, se quiere sugerir que hay engaño, que se está contrabandeando cambios que no corresponden o que no han sido debatidos.
Sin embargo, a la hora de precisar cuáles son esas reformas que “se colocan en forma de contrabando sin transparencia ni debate previo”, se menciona solo tres:
“La eliminación de la cuestión de confianza obligatoria, la derivación y la eliminación del derecho de gracia del presidente (gracias presidenciales) al Parlamento, y la decisión arbitraria de colocar como único requisito para ser senador haber sido congresista o diputado previamente”.
¡Pero resulta que las tres son falsas, inventadas!
No es verdad que el proyecto establezca como único requisito para ser senador haber sido congresista o diputado. El texto del proyecto dice lo siguiente:
“Para ser elegido senador se requiere ser peruano de nacimiento, haber cumplido cuarenta y cinco años al momento de la postulación o haber sido congresista o diputado, y gozar del derecho de sufragio”.
Es decir, lo que hay acá es una disyunción: puedo ser elegido senador si he sido diputado o congresista o si he cumplido cuarenta y cinco años y soy peruano de nacimiento. Puedo no haber sido diputado o congresista, pero si he cumplid 45 años, puedo postular. La mentira de La República es flagrante.
Tampoco es verdad que en el inciso 2 del artículo 139 se haya eliminado y derivado el derecho de gracia del presidente al Congreso. Allí lo único que se ha hecho es cambiar “Congreso” por “Cámara de Diputados”. En efecto, el texto actual dice:
“…Estas disposiciones no afectan el derecho de gracia ni la facultad de investigación del Congreso, …”
El texto del proyecto reza así:
“…Estas disposiciones no afectan el derecho de gracia ni la facultad de investigación de la Cámara de Diputados, …”
Es increíble la capacidad de La República de inventar supuestos contrabandos. Pero allí no queda la cosa.
La eliminación de la cuestión de confianza obligatoria, presentada también como un contrabando por ese diario, es un tema que ha estado en el debate público y en las sucesivas propuestas desde hace más de 20 años. En efecto, el dictamen del proyecto de reforma total de la Constitución elaborado por la Comisión Pease durante el congreso 2001-2006, proponía a la letra lo siguiente:
“Se propone que cuando el Presidente del Consejo de Ministros concurra al Congreso, en compañía de los demás Ministros, al asumir sus funciones, para exponer sobre la política general del Gobierno y las principales medidas políticas y legislativas que requiere su gestión, dicha presentación no dé lugar a voto del Congreso, a diferencia de lo que la Constitución vigente dispone sobre la obligación de plantear una cuestión de confianza”
No hay pues contrabando alguno ni novedad sin debate en esta propuesta, muchas veces mencionada en los últimos meses por lo demás. Lo lamentable de todo esto que el diario en cuestión sí reconoce que “la bicameralidad es una reforma postergada y necesaria”, pero le atribuye al proyecto de reforma cambios inconsultos que no existen seguramente porque la presidencia de la comisión de Constitución está en manos de Fuerza Popular. Entonces hay que buscarle tres pies al gato para que el proyecto no prospere. Y lo pueden lograr, desgraciadamente, porque los congresistas se atemorizan ante argumentos efectistas pero que carecen de verdad.
Un cambio fundamental que el país necesita se subordina a la fobia política del medio. Imposible construir nada así. Lampadia