EN LUGAR DE TANTO DISPENDIO, URGE UN FONDO DE RESERVAS DE LA MINERIA
Fausto Salinas Lovón
Para Lampadia
Al cierre del mes de mayo de 2025 el canon minero, sí, el que aporta la minería formal para las regiones y municipalidades, ha llegado a otra cifra récord: 6,982 millones de soles. Ancash, Arequipa, Tacna y Moquegua, en ese orden, se han llevado el 52.6% de esos recursos.
¿Usted amigo lector que lee, comenta, pone like o critica esta columna desde esas regiones, los ve?
¿Tiene usted agua potable las 24 horas?
¿Hay más seguridad en sus calles?
¿Sus hospitales tienen más camas, consultorios o medicinas?
¿La escuela donde lleva a su hijo ha mejorado?
Y Usted amigo lector, que nos lee desde otras regiones, donde va el 47.4% restante del canon minero, ¿tiene algo que contarnos sobre la mejora de los servicios de salud, educación o saneamiento en base a los recursos del canon?
Desde 2004 a 2025 la cifra de canon recibida por regiones y municipalidades supera los 59,000 millones de soles. Ancash, Arequipa, Tacna y Moquegua reciben más del 47% de estos recursos.
¿Los ha visto?
Esa es la pregunta que no solamente nos hacemos nosotros, sino millones de peruanos que leen y escuchan esta danza de millones de soles, pero no la ven en sus hospitales, escuelas, pistas o servicios de agua potable y saneamiento. Sin duda, que hay obras dispersas, escuelas por aquí, postas por allá, centros de salud por más allá o carreteras, sin embargo pese a tanto dinero, no hay un cambio sustancial, un giro relevante en la calidad de los servicios públicos de esas regiones ni en las demás regiones del país, que también reciben canon minero.
¿Podríamos consolarnos diciendo que 59,000 millones puestos en la economía, así sean mal utilizados, la dinamizan? De ninguna manera. Sería una irresponsabilidad generacional de la cual no hay que ser cómplices.
Gobernadores corruptos, alcaldes ineptos y la complicidad de funcionarios del MEF y congresistas saben las mil formas de no dejar dinero en el presupuesto.
Poblaciones miopes también contribuyen a ello y piden su parte del botín minero en bonos, fiestas patronales y hasta orquestas de cumbia.
Ni que decir de consultorías o proyectos de sensibilización cuyo impacto nunca se ve.
Saben cómo sacarlo y gastarlo, sin ninguna responsabilidad.
Más aún, exhiben como blasón su “ejecución presupuestal”, como signo de buena gestión, porque la Contraloría no ve los elefantes de la corrupción estatal mientras se distrae en las pulgas de la “pecosa mal llenada” (formulario usual en las entidades públicas) o el currículum del consultor al que le falta una hoja.
Las regiones no invierten las regalías mineras, las gastan, las mal gastan. Podríamos hacer un listado de todo el mal gasto estatal, pero puede resultar ocioso y reiterativo. Lo urgente es frenar este mal gasto.
Propongo que se recorte el 25% de ese CANON MINERO y que sea colocado en un FONDO DE RESERVAS DE FUENTE MINERA, que sirva para enfrentar las contingencias climáticas o sísmicas que afectan periódicamente a nuestro país y nos devastan. Se debiera confiar el manejo de estas reservas, por Ley, al BCR que tiene autonomía constitucional y que por mandato constitucional no puede financiar irresponsablemente al Gobierno. Si lo hubiéramos hecho desde el año 2004, ya podríamos tener cerca de 15,000 millones de soles en reservas para cuando vuelva el Niño o la Niña como cada cierto tiempo, para los terremotos que afectan nuestro país periódicamente o para las sequías, friajes e inundaciones que devastan las zonas alto andinas o la ceja de selva.
Obviamente, una iniciativa como esta es incompatible con la coexistencia de una minería ilegal que no aporta, ni preserva y coacciona. Esa debe ser combativa y la formalización minera no debe ser una concesión al chantaje. Cuando sea formal, la que pueda ser porque no se ejerce sobre áreas naturales protegidas, concesiones ajenas, predios privados no autorizados y preserve el medio ambiente, también debe aportar, igual o más, a este Fondo.
Es un poco de sentido común, como cuando guardamos dinero para cuando estemos enfermos o nos hagamos viejos.
Los rácords de la recaudación minera nos deben despertar acerca de la necesidad de guardar las riquezas de nuestro país de un modo distinto. Estamos dilapidando las reservas del Perú como se dilapidó el auge del salitre y el del guano. Esta historia no debe repetirse. Que la dilapiden gobernadores y alcaldes en lugar de aristócratas o presidentes como sucedió en el siglo XIX no cambia el problema. Debemos actuar ya. Lampadia