Fausto Salinas Lovón
Para Lampadia
En un país que tiene un déficit de infraestructura de 159,000 millones de dólares (estimación de la Universidad del Pacífico para el período 2016-2025), cerrar aeropuertos o convertirlos en museos o centros comerciales debería ser un crimen y quienes lo permiten, deberían estar por lo menos procesados.
La misma estimación de la Universidad del Pacífico muestra que el déficit en el sector transportes es de 59,000 millones de dólares. Dicho de otro modo: Nos faltan carreteras, puentes, puertos, aeropuertos, terminales terrestres y estaciones ferroviarias y para tenerlos, necesitaríamos esa cantidad de dinero, que obviamente no tenemos.
- ¿Como se explica entonces que el Gobierno, éste y los anteriores, haya consentido que se cierre el terminal actual del Aeropuerto Jorge Chávez y se discuta, con la irresponsabilidad que tienen los que manejan bienes y recursos de otros, para beneficio de otros (los burócratas) si el actual terminal va a ser museo, centro de convenciones o centro comercial?
- ¿Cómo se explica esta decisión si el crecimiento del flujo de pasajeros en aeropuertos en el Perú ha pasado de 24 millones el año 2013 a más de 42 millones el año 2025 y sigue en alza, de los cuales el 61% se concentran en el aeropuerto Jorge Chávez de Lima? ¿No es lógico advertir que bajo ese ritmo de crecimiento, en Lima no serán suficientes las nuevas puertas de acceso del terminal que se inaugura estos días y no solamente se necesitará mantener su actual terminal sino que se necesitará otro en Las Palmas o al Sur, en San Bartolo o una zona que permita descongestionar la llegada a Lima?
- ¿Tiene lógica cerrar el terminal actual cuando entre el 70% y el 80% de los pasajeros de los aeropuertos nacionales son pasajeros de vuelos domésticos, que muy bien podrían seguir siendo atendidos en las instalaciones del actual aeropuerto Jorge Chávez, al cual va a llegar el Metro de la ciudad como sucede en cualquier ciudad del mundo y que puede ser conectado por un elemental túnel con el nuevo terminal, para mantenerse como una operación aeroportuaria conjunta con múltiple acceso?
- ¿Como se explica que con esa misma irresponsabilidad, las autoridades de transportes avalen la delirante aventura de las autoridades cusqueñas de pretender cerrar el aeropuerto Velasco Astete del Cusco una vez que se construya el limitado aeropuerto de Chinchero, pese a los riesgos, límites y dificultades que dicho proyecto tiene? ¿No resulta razonable, lógico y elemental que este aeropuerto debería seguir atendiendo la demanda doméstica y la de los visitantes que buscan ahorrar en traslados, conexiones y costos de aeropuertos?
Nada de esto se explica por lógica, sentido común, sentido patriótico o uso eficiente de los recursos públicos. Debe tener otras razones que usted apreciado lector ya debe estar imaginando.
Concentrando el transporte aéreo en aeropuertos limitados, caros e ineficientes no solamente afectamos el turismo, cuyas cifras son limitadas si las comparamos solamente con las cifras de turismo de nuestros vecinos Chile, Colombia o Brasil. Deterioramos la calidad de la visita al mezclar en un mismo terminal vuelos domésticos y vuelos internacionales, cuyos pasajeros tienen demandas y exigencias distintas, con estándares distintos.
Manteniendo modelos concentrados de terminales de transporte aéreo, en manos del ineficiente operador estatal Corpac y del operador en Lima, afectamos también el modo y la calidad de vida de los peruanos que optan por el transporte aéreo en lugar del transporte terrestre, más peligroso y con cifras de siniestralidad mucho mayores.
¿Será acaso que en materia de transporte aéreo, el sentido común es el más escaso de los sentidos?
Todavía estamos a tiempo. Evitemos que esa infraestructura sea dilapidada por la estupidez o por intereses mercantiles, esos que corrompen nuestra economía y nuestra sociedad durante toda nuestra historia, con la complicidad de políticos, burócratas, analistas y periodistas.
Los peruanos necesitan viajar, tener terminales acordes a sus vuelos low cost, limpios, amplios, con costos razonables. No necesitan que sus terminales se conviertan en centros comerciales, ni que se erijan museos donde no corresponde.
Ciudades con más de un aeropuerto existen muchas: Londres, Nueva York, Buenos Aires, Ciudad de México, etc. Aeropuertos con varios terminales existen en todos los países. Escribo esta nota precisamente sentado en el terminal internacional de un aeropuerto que tiene varios terminales, antes de conectar al Perú, advirtiendo como estamos llenos de estupideces peruanas. Lampadia