Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Lima, 7 de julio de 2025
Para Lampadia
Aunque parezca mentira, el principal “agrodetractor” de nuestro país es el propio Estado. Nuestro Estado. Ese Estado que no se inmuta cuando grupos vandálicos bloquean carreteras, perjudicando a personas que no tienen vela en esos entierros. Sin embargo, los más perjudicados por los bloqueos en cuestión, siempre terminan siendo los agricultores y ganaderos del país.
¿Se habrá percatado el Estado que, desde hace varios días están bloqueadas las principales carreteras de Arequipa, Cusco y La Libertad? Pareciera que no. O, peor aún. “Derecho a la protesta de pequeños mineros”. Así justifica el Estado su inacción frente a tales flagrantes delitos.
Por otro lado, cómo no va a ser “agrodetractor” ese Estado que anuncia obras de irrigación faraónicas, pero que nunca ejecuta: Majes – Siguas II, Chinecas, Chavimochic III, Chancay – Lambayeque, Trasvase Río Marañón, Alto Piura, Puyango – Tumbes… pero nada. A los hechos me remito: ni un reservorio, ni un trasvase, ni un canal… nada.
¡Y así pretende el Estado asumir la operación de Olmos, cuyo plazo de concesión está por terminar! Si ni siquiera ha sido capaz de convocar la licitación para seleccionar al nuevo concesionario. ¡Cómo así podría gestionar una operación tan compleja y comprometedora como la del trasvase Olmos! ¿Acaso no importan las decenas de empresas de Olmos, ni las 70 mil personas que trabajan en ellas, ni los miles de proveedores que operan en la irrigación, ni los agricultores del valle viejo que dependen de esas aguas?
Extender – temporalmente – la concesión del trasvase Olmos a la actual concesionaria, hasta que el Estado seleccione – en buena lid – al nuevo concesionario. ¿Tan difícil le resulta al Estado aplicar el sentido común?
Ahora bien, aparte del Estado, el sector tiene otros “agrodetractores”: “políticos”, “intelectuales”, “ambientalistas”, “académicos” … todos entre comillas, porque – valgan verdades – hay muy buenos profesionales peruanos en todas esas categorías.
Me refiero – por ejemplo – a aquellos “agrodetractores” que sostienen maliciosamente que las remuneraciones en el sector agroexportador han bajado.
Bueno pues, tuvieron que participar en el reciente SIAGRO 2025 profesionales tan calificados Luis Carranza, Juan Carlos Mathews, Miguel Jaramillo, Isaac Foinquinos, entro otros, para mostrar exactamente lo contrario: las remuneraciones en el sector agroexportador son las que más han subido (en términos relativos) en los últimos 5 años, a nivel nacional.
Más aún, gracias a las “externalidades positivas” del sector agroexportador (los economistas también tienen su jerga profesional), la salud y nivel educativo de los migrantes de la Sierra mejoró significativamente en los últimos años.
Tales son los casos de los trabajadores peruanos que migraron de la Sierra a regiones como Ica, La Libertad, Lambayeque y Piura. ¡Qué tal!
Y siguiendo con el tema de la jerga economicista, también nos salieron con el concepto (nuevo para mí) de “economías de aglomeración”. Resulta que la “economía de aglomeración” generada por el sector agroexportador ha sido estupenda para el país. Se refiere a las ventajas económicas que surgen cuando empresas y personas se ubican cerca unas de otras.
Bueno pues, cuando se da la “economía de aglomeración”, aumenta la productividad y eficiencia, aparecen la innovación y creatividad, se genera desarrollo, mejora el mercado laboral (sobre todo para los trabajadores), se reducen los costos de transacción, y se consigue en ansiado crecimiento económico. Y todo eso lo viene propiciando nuestro sector agroexportador. ¡Cómo que el agro no genera progreso, desarrollo y bienestar!
¿Qué más tenemos? Pues que en el primer semestre del presente año hemos exportado productos agrícolas por valor de US$ 5,400 millones. ¿Cuánto exportamos el primer semestre del año pasado? US$ 4,400 millones. O sea, estamos US$ 1,000 millones encima.
Y – como se sabe – en nuestro país, los segundos semestres son mucho más “agroexportadores” que los primeros semestres. En los segundos semestres tenemos los picos de las campañas exportadoras de arándanos, uvas de mesa, café, cacao, y espárragos. Ergo, el valor de las exportaciones agrícolas para todo el 2025 estará – digo yo – entre US$ 14,000 y US$ 15,000. ¡Otro récord histórico a la vista!
En resumen, en el 2025 tendremos más exportaciones agrícolas que nunca. En consecuencia, más divisas, más empleos formales, y más tributos para el Estado (IGV y Renta).
Y gracias a las “externalidades positivas” y a la “economía de aglomeración”, tendremos mejores remuneraciones para los trabajadores del campo, más aportes a EsSalud, mejor salud y educación para los peruanos que migraron de la Sierra, y más demanda de bienes y servicios de otros sectores de nuestra economía.
Gran mérito de las empresas y trabajadores del sector. Incluidos, los enjambres de proveedores, transportistas, bancos y demás que participan de una manera u otra en el desarrollo del agro. Mención especial merecen los docentes universitarios, científicos y técnicos agropecuarios por sus valiosos servicios educativos y de investigación. Gracias también a instituciones públicas como SENASA, ADUANAS, puertos y demás.
Nuestra gratitud también va dirigida a los miles de millones de consumidores de todo el mundo por valorar y consumir, cada vez más, nuestros productos agrícolas. Gracias – en buena cuenta – a todos los que apoyan y aportan su granito de arena por el desarrollo del agro peruano.
Como se ve, detrás del extraordinario éxito del sector agrario peruano, hay muchos ganadores y pocos – muy pocos – perdedores: los “agrodetractores”.
¿Qué decirles a esos envidiosos, retrógrados y acomplejados? Pues nada. Simplemente… que se traguen el sapo. Lampadia