Jaime Spak
Para Lampadia
“Hemos improvisado y así estamos.
Un país maduro no improvisa: previene”.
La semana pasada, estaba viendo una entrevista que le hicieron al ingeniero Raúl Delgado Sayán, presidente de la empresa Cesel Ingeniería, a raíz del sismo que nos alarmo el día 15 de junio.
Hace año y medio el referido ingeniero , escribió en Lampadia, que el Perú estaba destinado a soportar un sismo de grandes proporciones.
Hablaba de científicos que habían pronosticado uno de 8.8 grados.
La sensación con respecto al que tuvimos aquel domingo sería de 12,000 veces más fuerte.
Ojalá no ocurra.
Para que tengan una idea, en el año 1960 en la ciudad de Valdivia en Chile, se produjo el sismo más fuerte de la historia, con una magnitud de 9.5 y una duración de más de 10 minutos.
Esto produjo un tsunami con olas de 25 metros de altura.
Le destrucción fue catastrófica, miles de muertos y millones de damnificados.
El ingeniero Delgado, presento un plan de construir mallas en los acantilados de la costa verde, de aproximadamente 21 km, de longitud y perforar en los acantilados estructuras de fierro que iban a contener que iban a prevenir que edificios enteros colapsen a lo largo de los distritos aledaños.
Solo esta inversión costaría unos 500 millones de dólares.
Sin considerar las medidas de previsión que se deberían de tomar en los barrios marginales y populares para evitar desgracias lamentables.
Sobre todo, construcciones frágiles en los cerros.
Quiero indicarles que los continuos rescates de la ineficiente Petroperú le han costado al erario la friolera de Once mil millones de Dólares.
Ese dinero debería de haber sido utilizado en cosas más importantes.
Lo invertido en una empresa ineficiente, cuando los automóviles eléctricos son un camino de no retorno, en el futuro automovilístico. El petróleo ya no será imprescindible.
Voy a mencionar algunas maravillas de imprevisión que ha realizado este gobierno y algunos otros y no exagero.
Durante la gestión del inefable ministro del Interior Santivañez, el engreído de la presidente Dina Ercilia, se adquirieron para luchar contra la delincuencia 7,000 fusiles.
Hace dos años tenía un presupuesto de 61 millones de soles, y acabo costando 49% más, es decir casi 90 millones.
¿Quién lucro con este negocio?
Pero lo más grave, se olvidaron de comprar municiones.
Ahora los fusiles están en los almacenes durmiendo el sueño de los justos, hasta que alguien se le ocurra comprar las municiones. Corrupción e imprevisión de la mano.
Durante el gobierno de Castillo, las permanentes y frustradas compras de Urea, generaron un desabastecimiento nunca visto en el país.
En el año 2018, es decir hace más de siete años se inició la construcción del nuevo aeropuerto Jorge Chávez, según muchos el más moderno de esta parte de América.
Pero a nadie se le ocurrió darle vías de acceso.
Salir y entrar es un caos y la construcción de una vía para el ingreso demorara un par de años.
Encima no pensaron el destino del antiguo aeropuerto, que se convertirá en un elefante blanco, hasta que decidan qué hacer.
Imprevisión total.
En febrero de este año colapso el puente de Chancay, por el que iba a transitar la enorme cantidad de contenedores que transitarían diariamente desde y hasta el nuevo puerto.
Generó que un bus y un automóvil caigan en ese momento y hubo la lamentablemente muerte de tres personas y decenas de heridos.
Ha pasado ya casi cinco meses y el puente sigue igual colapsado.
Mayúscula imprevisión.
Hace más de siete años se vino abajo el puente Solidaridad en la zona de San Juan de Lurigancho.
Las autoridades dijeron que no se cayó, sino se desplomo.
¡Plop! como diría Condorito!
El inefable alcalde de Lima, López Aliaga, dando una muestra de populismo puro, impuso una demanda a la empresa Rutas de Lima , aduciendo que estaba ligada a Odebrecht.
Gasto más de seis millones de dólares en honorarios a abogados extranjeros, y al final perdimos las demandas por más de 200 millones de dólares.
¿Quién pagara esta imprevisión?
Y ahora se viene el otro litigio de la empresa Brookfield, sobre el peaje de Puente Piedra qua ha demandado al gobierno local por 2,700 millones de dólares.
Así están las cosas en este país.
Solamente he mencionado algunos casos.
La imprevisión y la improvisación son conceptos diferentes, aunque ambos se refieren a situaciones no planificadas.
La imprevisión implica la falta de anticipación a eventos futuros.
La improvisación, por otro lado, es la acción de actuar o tomar decisiones sin preparación previa, a menudo con un enfoque más inmediato.
Insisto, el próximo año es imprescindible elegir un gobierno que tenga la capacidad de planificar y no improvisar.
No solo un buen candidato, sino un buen equipo que lo acompañe.
Sino, seguiremos retrocediendo.
No juguemos con el futuro del Perú.
Piensen antes de votar.
Lampadia