Pablo Bustamante Pardo
Director de Lampadia
El gobierno de Castillo y Perú Libre, no pretende hacer un buen gobierno y procurar el bienestar de los peruanos. En verdad, pretende lo contrario, destruir nuestra economía y nuestras instituciones.
Todo buen gobierno tiene que estar comprometido con una política productiva que genere más y mejores empleos, que busque mayores inversiones y mayores rentas productivas, mayores ingresos y mayores recursos para el Estado.
Solo con una buena política productiva, se pueden lograr los recursos fiscales que permitan desarrollar una política social seria, orientada a cerrar las brechas que más aquejan y limitan el futuro de los peruanos, como son las de educación, salud, tecnologías e infraestructuras.
Así de claro lo tiene Guillermo Lasso, el Presidente de Ecuador:
“Toda política social exitosa depende de una política productiva exitosa”
Increíblemente, en el Perú tenemos ahora un gobierno que atenta contra la producción, destruyendo empleos y ahuyentando las inversiones. Un gobierno que afecta gravemente la producción minera, las agroexportaciones, el turismo y el desarrollo de las infraestructuras.
El gobierno que ofreció ‘menos pobres en un país rico’, está multiplicando la pobreza.
Todo esto es tan contrario al más elemental sentido común, que no queda otra cosa que concluir que la destrucción de la producción y el empleo, son parte de un plan antipatriota. Un plan inspirado en el comunismo y el socialismo, que con sus falsas ofertas de bienestar, engañan a los ciudadanos revendiendo ideologías fracasadas clamorosamente en todo el mundo y a lo largo de toda la historia de la humanidad.
Los vendedores del socialismo y el comunismo que pretenden dominar el país, se disfrazan con todo tipo de trajes atractivos para sorprender a quienes tienen la esperanza de mejorar sus vidas, ya sea con reclamos de mayor igualdad, de cuidados del medio ambiente o de rescates identitarios.
¿Por qué destruir la producción y los empleos? No hace falta hacerlo para cubrir esas ofertas. Y es que como siempre en la historia, el comunismo y el socialismo, solo pretenden el control absoluto de la población, la economía y la política.
Pero en América Latina hay algo más grave aun, el mero intento de entronizar en el poder a mafias corruptas que privilegian el narcotráfico y la minería ilegal, sobre el trabajo decente; siguiendo así el ejemplo de Cuba, de Venezuela y de Bolivia, los socios del socialismo del siglo XXI, cariñosamente apadrinados por el Brasil de Lula.
¡Ya sabemos quienes son los que están detrás de este gobierno!
¡Ya sabemos lo que buscan!
¡Ya sabemos lo que tenemos que hacer!
Con la Constitución en la mano, solo nos queda hacer todo lo posible para sacar a estos antipatriotas del poder.
Ver la presentación de Lasso en el Congreso ecuatoriano.
Ver video en: https://fb.watch/dfIFcpMLKS/
Lampadia