KAST consolida el viraje en Chile y cambia la hegemonía en la Región
Fausto Salinas Lovón
Para Lampadia
El aplastante triunfo de José Antonio Kast (58.2%) sobre la candidata comunista Jeanette Jara (41.8%) en la segunda vuelta electoral en Chile consolida el viraje ideológico de Sudamérica y modifica la hegemonía política que, hasta antes de este triunfo, tenían los partidos del Foro de Sao Paulo en Sudamérica: Brasil, Venezuela, Colombia, Uruguay y Chile.

Con el triunfo de Kast hoy la mayoría de las democracias sudamericanas han cambiado de orientación: Ecuador, Paraguay, Argentina, Bolivia y ahora Chile han salido del eje del Socialismo del Siglo XXI y se han colocado a la derecha.
Este viraje podría continuar el año que viene en Perú y Colombia si esos países consolidan alternativas serias de derecha, liberales o conservadoras.
Este triunfo saca a Chile de la influencia del Foro de Sao Paulo, agrupación que reunió por primera vez a los partidos y movimientos políticos de izquierda en julio de 1990 en la ciudad brasilera de Sao Paulo. Este movimiento de reacción contra el fin de la URSS y la caída del Muro de Berlín en 1989, logró por más de 3 décadas definir la agenda política en toda la región latinoamericana y consiguió, hasta hoy día, en base a su lucha contra el neo liberalismo y el consenso de Washington, varios de sus objetivos muy definidos:
i) Mantener a flote la dictadura cubana luego de la caída de la URSS.
ii) Engendrar movimientos socialistas en Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, que han ejercido y ejercen el poder de manera autoritaria y represiva.
iii) Atacar a regímenes democráticos en Colombia, Chile, Perú con acciones de desestabilización interna, apoyo a movimientos violentistas o infiltración paramilitar
iv) Lograr la llegada del Partido de los Trabajadores (PT) al poder en Brasil, su permanencia pese a los graves escándalos de corrupción descubiertos en ese país como la operación Lava Jato y su retorno al poder.
v) Sostener el populismo peronista de la familia Kirchner y sus seguidores
vi) Financiar proyectos políticos de izquierda en varios países latinoamericanos como Perú, Colombia, Argentina, Chile, con recursos de la corrupción brasilera, la financiación venezolana y la ayuda paramilitar cubana.
vii) Medrar en la región a través de la corrupción en la obra pública a cargo del cartel de las constructoras brasileras, tan funcionales al PT.
viii) Alentar el narcotráfico, la extorsión y la delincuencia transnacional a toda la región sudamericana como factor adicional de desestabilización social.
El viraje ideológico de 5 naciones en Sudamérica es un golpe muy fuerte a esta hegemonía política. Este viraje es una pérdida concreta de espacio de acción, de tolerancia social, de complicidad política frente al delito.
La derrota del partido comunista chileno ayer en todo el territorio de ese país, es un grito de rechazo a la inseguridad, el odio, el vandalismo y la extorsión social y delictiva que se instauró en ese país desde octubre de 2019 y que llegó al Palacio de la Moneda. Es un basta ya¡ al Tren de Aragua, a los carteles de la droga, a la delincuencia justificada desde la política, a la extorsión colombiana que llegó de la mano.
Falta obviamente que caiga la pieza más importante para que este viraje sea irreversible: Venezuela. Desde allí se ha financiado, impulsado y dirigido toda la desestabilización en Sudamérica.
Desde los bloqueos en La Paz que hicieron caer a Goñi y llevaron a Evo al poder hasta las asonadas violentas en el sur peruano luego del fallido golpe de estado del marxista Pedro Castillo. Desde los incendios y saqueos en Santiago en 2019 hasta los asesinatos políticos en Ecuador y Colombia.
Desde Caracas la metástasis cubana se siguió alimentando y multiplicando en nuestra Región con miles de cómplices, asalariados, alfiles y peones disfrazados de luchadores sociales y progresismo.
Pero toda esta hegemonía comenzó a resquebrajarse.
En Ecuador Lenin Moreno no fue instrumental a su mandante Rafael Correa y abrió las puertas de la institucionalidad en ese país. Guillermo Lasso llega luego de esa apertura, sin embargo, la protesta social financiada todavía lo puso en jaque y fue así que llegó Daniel Noboa en 2023, ahora con nuevo mandato.
Ese mismo año ya había llegado Santiago Peña en Paraguay, siguiendo una zaga de victorias del partido Colorado luego de la aventura marxista que tuvo ese país con el sacerdote Lugo, funcional al Foro de Sao Paulo.
Sin embargo, el verdadero golpe de timón lo marcó la llegada de Milei en la Argentina. Después de 7 décadas de populismo peronista se comprobó que era posible confrontar las consignas del Foro de Sao Paulo con las ideas de la libertad, la propiedad, el respeto al proyecto de vida personal y la economía de mercado.
El Foro de Sao Paulo vio como sus consignas, sus acciones políticas, sus triquiñuelas electorales y la plata venezolana no eran suficientes para callar a un pueblo harto del clientelismo, de la retórica revolucionaria vacía de políticos que cobraban las coimas en bolsas de basura, del cinismo Kirchnerista de cientos de millones de propiedades en hoteles y lujo robados a una nación que fue próspera.
La fuerza disruptiva del ¡Viva la Libertad Carajo! O de ¡La Libertad Avanza o la Argentina retrocede! ha llegado no sólo a Buenos Aires, sino a toda la Región. Puso en evidencia que se puede ser más, mucho más que esas derechas cobardes, camufladas, que transigen, que se alinean al pensamiento progre, que pactan y que le compran las sogas a su verdugos para que los ahorquen.
Milei demostró que se puede levantar la bandera de la libertad, la propiedad, la iniciativa personal, el orden y la patria en lugar de las falsas consignas de la justicia social.
En el 2023 Buenos Aires encendió la luz. No solo Buenos Aires para ser justos. Toda la Argentina, especialmente la de Córdoba, Mendoza, Santa Fe, encendieron la luz con la cual esa Nación alumbró a toda la Región a inicios del siglo xxi. Dejó de ser un punto más de la influencia paulista, un apéndice de los dictados del PT y un mendigo alimentado por maletas de dinero corrupto que llegaban desde Caracas para la familia Kirchner.
Buenos Aires encendió la luz de la libertad. Como en los tiempos de Alberdi, Buenos Aires se convirtió otra vez en un Faro para la región sudamericana, un Faro desde el cual no se dan consignas, ni se organizan bloqueos o se maquinan golpes de estado o asonadas violentas, sino un Faro desde el cual se irradian las ideas de la libertad, el respeto al ideal del prójimo, el respeto a la propiedad y el premio al esfuerzo de cada ciudadano.

El triunfo de la derecha chilena unida detrás de José Antonio Kast ha sido posible en este contexto. La derecha chilena explotó sus espacios a mil. Se fue con Evelin Mathei y Johannes Kaiser a los extremos a los cuales nunca hubieran llegado ni Lavin, ni Longueira, ni el mismo Piñera. Obtener cerca del 60% de la votación es posible cuando se ve que la luz de la libertad ilumina, anima, moviliza, triunfa.
Estamos viendo, por fin, el inicio del fin de la hegemonía del Foro de Sao Paulo y su reemplazo por la luz del Faro de Buenos Aires. Un Faro que no dirige ni trama. Es un Faro que ilumina. Tiene muchos riesgos y se puede apagar. Por ahora está encendido y tendrá para rato.
Los chilenos hicieron ya su tarea. No dejaron entrar al enemigo por la rendija de la puerta.
Ahora les toca a los peruanos y a los colombianos, consolidar este viraje el año 26. Y a los pueblos de Venezuela y Cuba, librarse de una vez por todas de sus opresores. Lampadia






