Para evidenciar la desinformación que moviliza a jóvenes
Jaime de Althaus
Para Lampadia
Cuando se lanza una reforma de gran calado en temas políticamente sensibles o aprovechables por la demagogia política, es indispensable una campaña de comunicación que explique los componentes de la reforma y sus efectos positivos para todos.
Es lo que el gobierno debió hacer con la reforma del sistema de pensiones, para de paso prevenir protestas como las que estamos viendo contra dicha reforma que parten de versiones en muchos casos manipuladas y falaces acerca de algunos de sus aspectos.
Claro, es iluso pedirle eso a un gobierno que más bien le ha dado un golpe a la reforma con el octavo retiro.
Pero, por ejemplo, se ha movilizado a los jóvenes haciendo constar que a los 18 años tienen que afiliarse a una AFP o a la ONP, lo que al parecer verían como un medio para extraerles recursos que obviamente no tienen, en favor de las AFP. En buena cuenta, toda una confabulación de las AFP para beneficiarse de los peruanos desde los 18 años.
Pero es exactamente al revés. Es obvio que, si un joven no tiene trabajo o ingresos, no aporta.
Pero estar inscrito en el sistema le permite más bien recibir en su cuenta provisional el 1% de las compras que pueda hacer, lo que le permitirá ir acumulando poco a poco un fondo previsional para su vejez. Es decir, jóvenes mayores de 18 años no van a aportar nada, van a recibir.
No solo los jóvenes. Todos, formales e informales. Eso y otros aspectos de la reforma debieron y aún deben ser difundidos en una campaña de comunicación para procurar apoyo ciudadano a la reforma y el entendimiento de la necesidad y la ventaja para las personas y para el país de un sistema de cuentas de capitalización individual, algo que las AFP debieron hacer en su momento y nunca hicieron.
Explicar que la reforma incluye a los que estaban excluidos, que son la mayor parte de los peruanos, es indispensable para despejar las narrativas políticas que quieren aprovecharse de la desinformación existente. Así como la pensión mínima que antes no existía y la mayor competencia en el sistema para bajar las comisiones. Todos aspectos muy positivos que, de paso ayudarían a conjurar cualquier peligro fiscal al futuro. Puras ventajas.
No es posible que no se aprovechen en una campaña de comunicación bien hecha. Lampadia