Carlos Milla Vidal
Desde Cusco
Director del INCUSE
Para Lampadia
La obra de Roger Valencia, Ricardo Ruiz Caro y Carlos Milla, es el ’libro blanco’ que los peruanos estamos esperando para tomar control del manejo de la ‘maravilla’ que hemos heredado de un pasado luminoso y sorprendente.
Machupicchu no solo es una ciudad esplendorosa en una localización mágica, es también un despliegue extraordinario de tecnología, la hidráulica, entre otras. Los peruanos estamos obligados a preservarlo y compartirlo con la humanidad. Ello requiere que lo alejemos de la intervención de intereses políticos y de las mafias predadoras.
El Perú debe establecer una autoridad técnica autónoma para el cuidado y manejo de esta ‘maravilla’.
¿Qué hacer con Machupicchu?
En los últimos días el IPE (Instituto Peruano de Economía), y su par Cusqueño INCUSE, han presentado el libro: Machupicchu, el camino a su sostenibilidad.


El libro es una publicación que explica la visión de un Machupicchu sostenible, recupera y explica muchas piezas de información de los muchos instrumentos de gestión oficiales que son expresión de estudios realizados por profesionales peruanos y extranjeros a través de los años.
Los estudios de capacidad de carga, el plan de uso turístico, las piezas de infraestructura indispensables para el manejo del turismo fueron conceptualizados, escritos, aprobados, unificados en el PLAN MAESTRO.
Fueron sometidos a instancias internacionales como UNESCO, que dio su beneplácito y recomendó su inmediata aplicación.
Todo eso ocurrió el año 2015. ¿Y qué pasó?
NADA es la respuesta. El Estado y sus ministerios encargados no ejecutaron nada, no cambiaron el viejo modelo de gestión, el turismo seguía aumentando y nuestra maravilla, empezó a acumular toda suerte de malas prácticas que ponen en peligro su sostenibilidad.
Las malas prácticas son causadas por igual, tanto por el Estado como los privados:
No vamos a narrar todas las cosas que están mal en Machupicchu.
Las posiciones de dominio se convirtieron en monopolios, y estos en mafias.
Los habitantes de aguas calientes, eufemísticamente llamados “El pueblo”. Imponen su capricho vía secuestro de turistas y actos de violencia.
La tradicional hospitalidad peruana es en MachuPicchu un mal chiste. Es sinónimo de agresión, mal servicio y violencia contra el visitante.
Pero… ¿Cómo va a ayudar este libro a solucionar todos estos problemas?
La visión de los autores (Roger Valencia, Ricardo Ruiz Caro y Carlos Milla), es que todos estos males, son sólo síntomas de un problema mayor.
El problema es que se ha configurado un “callejón sin salida”, modelo que subsiste desde hace 60 años, y ha sido forzado por la geografía (un estrecho cañón), por la falta de infraestructura, y por la nula gestión de las autoridades encargadas.
Las diversas intervenciones indispensables han sido resumidas en:
- La ampliación el territorio (actualmente el turista vista sólo 6 hectáreas en la cima de la montaña, ampliar el espacio de visita a más de 100 hectáreas en una primera fase es posible, a través de:
- Habilitación de una segunda entrada por Santa Teresa (con acceso mecanizado)
- Habilitación de 5 nuevos caminos inkas
- Construcción de dos anillos viales que permitan el acceso de desde Mollepata, hasta Santa Teresa, y desde Santa María hasta Santa Teresa (en construcción) Santa María conecta con la carretera Cusco Quillabamba que está a sólo 24 km (asfaltados)
- Construcción de un acceso mecanizado por el km. 122 (a través de un túnel y un elevador), que lleve directamente a unos de los caminos inkas de acceso a la llaqta
- La construcción de dos centros de visitantes e interpretación
(el primero ya tiene el proyecto de inversión pública) - Un sistema de monitoreo de visitantes y otro de impacto patrimonial
- Articulación a Chokekirao, vía la construcción desde santa teresa hacia Yanama, y maizal. Construcción de dos teleféricos.


Naturalmente que una ampliación territorial, creará nuevos centros de servicio (Quillabamba es la solución natural, situada a sólo 44 km del acceso a MachuPicchu. Esta ciudad además de tener un mejor infraestructura y desarrollo está a sólo 1,050 msnm.
Los defensores al statu quo:
Si estaba todo escrito el 2015. ¿Por qué no se hizo nada?
La respuesta está en el gran incentivo económico que produce una alta demanda en una economía cerrada. Es decir que estamos hablando de un fenómeno ECONOMICO, Y esto ya lo estudió el premio nobel de economía W. Prescott, cuando describía que el resultado de este esquema es: posiciones de dominio, con altos precios al consumidor final, deterioro en la calidad de visita y declive del índice de satisfacción.
Quienes se oponen a los cambios son:
La empresa de buses,
El municipio cuyos ingresos provienen de rentas “empresariales” tan cuantiosas que no cobran predios urbanos.
Los malos funcionarios de la DDCC que manejan el sistema de entradas, y finalmente “el pueblo” que ve amenazados sus privilegios.
El incentivo perverso de una alta demanda en economía cerrada, desaparece abriendo la economía. Y aquello sucederá inevitablemente, con la ampliación del territorio. Mientras eso suceda, habrá que ver la decisión de las autoridades para iniciar las inversiones e implementar cambios en la plataforma de venta de boletos.
La posición del ministro:
Ha sido muy alentadora la participación del ministro de cultura en la presentación del libro Alfonso Luna Briceño dijo textualmente:
“Esta obra interpela a todos: autoridades, empresas, academia y ciudadanía. Pero hoy, como Ministerio de Cultura, tenemos que asumir nuestro rol con firmeza, estableciendo un modelo de gestión que ordene, coordine y asegure decisiones basadas en evidencia.
Vamos a fortalecer el trabajo conjunto entre el Estado, la comunidad local y todos los actores del territorio, aplicando una hoja de ruta que priorice la conservación estructural, el ordenamiento del entorno y la mejora de los servicios culturales asociados.
Nuestra dirección es clara: un Machupicchu sostenible, seguro y digno, capaz de recibir al mundo sin perder su autenticidad”.
Mirando al territorio:
Para que estas cosas sucedan, debemos primero entender la compleja y dramática geografía de montañas tropicales, que fue escenario de las portentosas obras de los Inkas, que usando como referente la montaña sagrada de Salqantay construyeron una multiplicidad de ciudades, unidas por caminos, puentes, e infraestructuras diversas que les permitió acercarse a la amazonía, desde las ciudades administrativas de la sierra, administrando un sistema de intercambios y flujos entre los diversos pisos ecológicos y ecosistemas.
Volver a manejar el mismo territorio de los inkas, con las poblaciones y necesidades contemporáneas será posible si volvemos al espíritu que animó a sus primeros constructores. Un entorno de sacralidad simbólica que debe inspirar a el sentido de pertenencia a la patria peruana.
Ver la obra completa en el siguiente enlace: Machupicchu – El camino a su sostenibilidad
Lampadia








