Aldo Mariátegui
Perú21, 21 de noviembre del 2025
“Hoy Franco está como de moda y lo más curioso —y preocupante— es que sus mayores fans se hallan en las generaciones más jóvenes (Milennials y Z) según las encuestas”.
Se cumplen 50 años de la muerte del longevo dictador español Franco y una de las cosas que más llama la atención de ese país es esa obsesión con ese personaje que dominó España a su antojo. En el vecino Portugal se habla muy poco de Oliveira Salazar, un dictador civil que les gobernó también por décadas, y en Italia tampoco es que Mussolini sea mucho tema. Y si vamos a Latinoamérica, tampoco en Paraguay existe mucha remembranza por Stroessner, el dictador militar más longevo en la zona después del cubano Fidel Castro (otro tirano que también ha sido bastante olvidado).
Hoy Franco está como de moda y lo más curioso —y preocupante— es que sus mayores fans se hallan en las generaciones más jóvenes (Milennials y Z) según las encuestas, donde se percibe una nostalgia por una España en que era mucho más fácil para los jóvenes urbanos encontrar trabajo bien pagado y vivienda barata (eso fue a partir de mediados de los 60, con las reformas liberales que instauró el tardofranquismo que impulsaron el PBI a más del 6% anual. Antes la pobreza mordía y había mucha migración laboral española a Alemania, UK y Francia). Esa nostalgia se refleja en que VOX es el partido más popular entre la juventud.
Como se imaginarán, la izquierda está al borde de la apoplejía por esta situación, pero para nada van a reconocer que los grandes culpables de que la figura de Franco esté siendo vista más benignamente es de ellos, pues tanto Zapatero como Pedro Sánchez lo metieron a fondo en el debate político, con una serie de medidas y gestos que han terminado a hartar a mucha gente y generar esta reacción. Desde sacar aparatosamente a Franco de su tumba en el Valle de los Caídos a mil idioteces demagógicas más, lo que estos tontos han conseguido es levantar su figura. Esos odios eternos y ponzoñosos solo perjudican a las sociedades. Como ese obseso antifujimorismo de nuestra estúpida caviarada, que tanto daño ha hecho al dividido Perú. ¿No Gorriti, García Sayán, Mohmes, Vargas Llosas, No a Keiko (NAK), Pedro Cateriano, etcétera?






