Fernando Cillóniz B.
CILLONIZ.PE
Ica, 17 de noviembre de 2025
Para Lampadia
En términos generales, la política peruana es centralista y capitalina. Eso está fuera de toda discusión. Lo cual no quiere decir que esté bien. Al contrario. El centralismo limeño – y costeño – es un tremendo problema peruano. El resentimiento provinciano – en muchos casos – está más que justificado. Sobre todo, en los ámbitos andinos y amazónicos.

El país está de espaldas a la Sierra y a la Selva – así se expresan nuestros compatriotas de aquellas regiones. Y en buena medida… no les falta razón. Para muestra, algunos botones.
El Proyecto Especial Tambo Ccaracocha (PETACC) del Gobierno Regional de Ica, no tiene ninguna representación huancavelicana, a pesar de que, tambo el río Tambo como la laguna Ccaracocha están en territorio huancavelicano.
Algo parecido pasa con el Proyecto Especial Olmos Tinajones (PEOT) del Gobierno Regional de Lambayeque que, desde setiembre pasado, opera el trasvase Olmos. El problema es que, tanto el río Huancabamba como la presa Limón – ambos componentes fundamentales del trasvase en mención – están en territorio cajamarquino.
¿Por qué el PETACC y el PEOT – siendo proyectos birregionales – excluyen de sus directorios a sus pares andinos? Centralismo costero puro y duro.
¿Por qué, habiéndose promulgado la Ley de Canon Hídrico (Ley 31720), en abril de 2023, hasta la fecha no se redacta el reglamento de la mencionada ley?
Centralismo costero puro y duro. ¡Qué difícil había resultado que autoridades nacionales y regionales de la Costa, reconozcan y compensen el gran aporte de la Sierra, en materia agua!
Pues craso error.
Muchas comunidades huancavelicanas, sobre todo de las provincias de Huaytará y Castrovirreyna, no quieren saber nada del PETACC. Para ellos, el PETACC es una institución indolente y prepotente frente a las clamorosas necesidades (y derechos) de las comunidades huancavelicanas, de donde proviene – precisamente – el agua para la próspera agricultura iqueña.
Y lo del PEOT lambayecano es muy similar al PETACC iqueño. La Cajamarca pobre provee el agua y Lambayeque prospera de la mano de Olmos. Sin embargo, Cajamarca no recibe ninguna compensación por ello.
Incluso, en el directorio del PEOT apenas hay un representante de Gobierno Regional de Cajamarca, cuando debería ser paritario. Es decir, igual número de representantes cajamarquinos con iguales derechos. Pero no… centralismo costero puro y duro.
En el Gobierno Regional de Ica – durante el período 2015 / 2018 – establecimos lo que denominamos “La Hermandad del Agua” entre Ica y Huancavelica.
Juntos, promovimos la promulgación de la Ley de Canon Hídrico, que financia la construcción de reservorios y plantaciones forestales altoandinas – de donde proviene el agua de la Costa – con el 50% del Impuesto a la Renta que pagan las empresas agroexportadoras. Asimismo, en señal de aprecio y gratitud, dispusimos compartir el directorio del PETACC con nuestros pares huancavelicanos, de manera paritaria.
Inclusive, acordamos trasladar la sede del PETACC a Huaytará – Huancavelica, donde precisamente se encuentran las fuentes de agua de los valles iqueños.
¿Qué pasó? ¿Por qué se frustró la Hermandad del Agua entre Ica y Huancavelica? Pues por el centralismo costero puro y duro.
Mi sucesor – Javier Gallegos – deshizo el acuerdo de integrar a nuestros pares huancavelicanos en el directorio del PETACC. Incluso, en su afán por desprestigiarme – a mí y a mi equipo de gobierno – paralizó los proyectos de Siembra y Cosecha de Agua. ¡Típica politiquería envidiosa, mediocre y acomplejada! El hecho es que “La Hermandad del Agua” que tan buenos resultados tuvo para Ica y Huancavelica, está muerta.
Recordemos. Fue el DIÁLOGO – así con mayúsculas – lo que nos llevó a ver la luz del agua para Ica. Un diálogo basado en el respeto, equidad, justicia, y sostenibilidad. La sostenibilidad estaba referida a la intangibilidad de los bofedales y lagunas huancavelicanas. ¡Claro que había que respetar la naturaleza altoandina! La justicia implicaba la promulgación de la Ley de Canon Hídrico, lo cual se logró. Aunque falte el pinche reglamento.
La equidad implicaba dos condiciones.
(1) Compartir el PETACC entre ambas regiones, para lo cual se creó la Mancomunidad Regional Huancavelica – Ica (MANRHI). Y
(2) compartir todas las aguas afianzadas. Primero para los usuarios de las partes altas de las cuencas, y luego para los usuarios de las partes bajas. Es decir, ambas regiones – no solo Ica – nos beneficiaríamos de la disponibilidad del agua.
Y el respeto implicaba eso… respeto. Respeto mutuo. Nada de insultos ni agresiones. Nadie es más que el otro. Éramos iguales. Ambos teníamos grandes necesidades de agua en los estiajes. Ambos teníamos la misma dignidad. Éramos “Hermanos de Agua”.
El proceso era un “gana – gana” perfecto. Ica y Huancavelica nos hermanábamos a través del agua y superábamos así 70 años de luchas y disputas. Por fin, tendríamos agua – ambas regiones – todo el año. ¡El sueño se hacía realidad!
Pero no. A mi sucesor en el Gobierno Regional de Ica no se le ocurrió mejor idea que entrar con la pata en alto. Y el gobernador actual – Rocky Hurtado – siguió la misma línea de la altanería costera. Repito… centralismo costero puro y duro.
Moraleja: Basta una pachotada costera – o limeña – para que todo se eche a perder. Ahora, nuevamente han vuelto los insultos entre iqueños y huancavelicanos. Y lo mismo está sucediendo entre lambayecanos y cajamarquinos, por el tema del PEOT. De nuevo los afanes de protagonismo. De nuevo la politiquería.
¿Y los reservorios y plantaciones forestales en la Sierra para retener más agua de lluvias para los estiajes? Nada… nada de nada.
¡Oh política egoísta, inoperante y corrupta; cuánto daño nos haces a los peruanos! ¡Cuánta ingratitud de la Costa… por el agua de la Sierra!
Lampadia






