El Comercio, 13 de noviembre del 2025
Jorge Falen
Una brecha educativa por reducir
En el Perú, casi ocho millones de personas mayores de 15 años (el 30% de esa población) presentan algún tipo de retraso escolar: no han terminado el colegio o tienen un nivel educativo menor al que corresponde a su edad. El 94% de los trabajadores que no han terminado la primaria tienen un empleo informal y bajos ingresos.
El 30% de la población de este grupo de personas vive con un atraso educativo que limita su desarrollo personal y oportunidades laborales. Las regiones que presentan esta problemática en mayor proporción están entre las más pobres.
En el Perú, uno de cada cuatro peruanos no ha terminado el colegio. Esta brecha educativa afecta a 7’957.000 personas mayores de 15 años, poco más del 30% de este grupo, según información de la Encuesta Nacional de Hogares sobre Condiciones de Vida y Pobreza (Enaho). La cantidad de jóvenes y adultos sin educación básica completa supera actualmente a los alumnos matriculados en colegios públicos (6,7 millones) y triplica a los de colegios privados (2,5 millones).

Las diferencias se acentúan por zona geográfica, género y edad: el 55% (4,4 millones) son mujeres; el 57,4% (4,5 millones) tiene entre 30 y 59 años; y el 31,1% (2,47 millones) son adultos mayores. El 60% presenta secundaria incompleta, el 25% primaria incompleta y un 15% está en situación de analfabetismo, más alto entre mayores de 40 años.
El atraso escolar alcanza el 17,2% en zonas urbanas y llega al 57,1% en zonas rurales. Huánuco, Cajamarca, Loreto y Ayacucho presentan mayor pobreza y menores logros educativos; en las dos primeras, por lo menos el 40% de la población mayor de 17 años no ha concluido la educación básica.
Además de afectar el desarrollo personal, este problema reduce la empleabilidad y la competitividad.

“La brecha es preocupante y no está siendo visibilizada. A menor nivel educativo, la probabilidad de trabajar en empleos informales es mayor, lo que impacta en la productividad del país”, explica Jessica Güímac, gerenta de proyectos en educación de Es Hoy, un movimiento de líderes empresariales que contribuye en proyectos de desarrollo.
La mayor deserción en zonas rurales se debe a la escasez de colegios con secundaria que cubran la demanda, así como a la priorización de obligaciones laborales y familiares por necesidad. “A ciertas edades, la educación compite con otras obligaciones que los estudiantes en situación de pobreza se ven obligados a asumir”, señala.
Es Hoy, a través de su programa Educación para Adultos (EPA), busca contribuir al cierre de la brecha educativa de jóvenes y adultos con educación básica incompleta.
Los centros de educación básica alternativa (CEBA), que suman 1.400, son servicios que ofrece el Estado, gratuitos y con horarios flexibles, pero solo tienen 190.000 matriculados, menos del 3% de la población objetivo. Según Güímac, “muchos adultos no saben que existen los CEBA” y no hay un currículo especial adaptado.
– Oportunidades y propuestas–
Las trayectorias interrumpidas se reflejan en historias como la de Manuela Ruiz, de 46 años, quien dejó el colegio en 1994 y retomó sus estudios mientras trabajaba. A través de EPA, ella se integró al programa que la contactó con un CEBA en su centro laboral, lo que le permitió completar sus estudios.
“Salía de casa a las 4 a.m. y regresaba a las 6 p.m. Era una responsabilidad más en el día, pero mis hijos me animaban a no abandonar”, recuerda. Tras un año de estudios, terminó la secundaria.
Unos 900 jóvenes y adultos han regresado a las aulas mediante EPA. La coordinación entre sector público y privado acerca la educación a adultos en edad laboral. Hasta ahora, 70 empresas se han sumado para llevar la oferta educativa de los CEBA a trabajadores y su entorno. Hermes, dedicada a la seguridad, participa con ese objetivo. Su CEO, Mirella Velásquez, comenta que en el segundo año de participación “han conseguido que30personasculminenelcolegio” y esperan que “el siguiente año sean 100 más”.
¿Qué planes debe tomar el Estado para impulsar la formación básica en adultos? Para el exministro de Educación Daniel Alfaro, se debería implementar una estrategia focalizada en zonas y lugares donde prevalece el mayor atraso escolar, así como priorizar la inversión en estrategias de comunicación masiva del servicio y en la formación de docentes especializados. “La pertinencia del docente es bien importante y ahí es donde más se debe invertir como asignación de presupuesto público. Tienes la limitante de la infraestructura, que en el corto plazo no va a crecer, pero está la posibilidad de formar círculos de aprendizaje fuera de las instituciones educativas, para eso necesitas docentes. Esta brecha se reduce potenciando los programas para profesores de educación básica alternativa en las escuelas de formación pedagógica o capacitando a los docentes que están ahora”, explica.






