Aldo Mariátegui
Perú21, 3 de noviembre del 2025
“Los militares de T&T comparten data de todas maneras con EE.UU., así que saben muy bien que algo se viene muy rápido”.
-Posiblemente, las dos revelaciones más importantes que el lector encontrará en mi recientemente presentado libro sobre el KGB es que los dos arietes más importantes que tuvo este servicio de inteligencia soviético en nuestro país durante el velasquismo fueron el periodista rojo cusqueño Efraín Ruiz Caro y el también rojo y cusqueño general EP Enrique Gallegos Venero.
El primero controló los capturados diarios provelasquistas Expreso y Extra, y tenía llegada directa a Velasco. Su nombre aparece en el Archivo Mitrokhin como un agente de la KGB e incluso se detalla allí que se le entregaron US$5,000, una buena suma para la época.
El segundo fue un terco golpista (1962 y 1968) y siempre estuvo vinculado al SIN. Fue tan estimado por la KGB que su mismísimo jefe Andrópov lo recibió personalmente en un viaje a Moscú. A diferencia de Ruiz Caro, Gallegos no fue propiamente un agente, sino que fue lo que los rusos llamaban un “contacto confidencial”, un interlocutor con quien compartían información (y hasta actividades), pero sin darle retribución alguna.
-De las dos islas que componen el país anglocaribeño de Trinidad y Tobago (T&T), Trinidad, la más grande de estas ínsulas, está cerquísima a la costa venezolana y por eso es que los gringos la están utilizando en sus operaciones contra la Venezuela chavista. Por esto, este reciente acuartelamiento general en T&T indica que la intervención gringa en Venezuela va a ser MUY pronto. Los militares de T&T comparten data de todas maneras con EE.UU., así que saben muy bien que algo se viene muy rápido.
-Me dejó muy preocupado un reportaje dominical aparecido en el diario español El Mundo, donde se reseña la llegada de mercenarios peruanos —entre varias nacionalidades latinoamericanas— a la guerra ruso-ucraniana. Esto porque allí se enfatiza que muchos de estos criminales están aprendiendo a manipular drones y armas de guerra. ¡Imagínense que esa gente regrese al Perú con ese “expertise” tan letal! ¡Harían flecos a la policía!
			
			
									





