Aldo Ferrini
El Comercio, 22 de octubre del 2025
“Cualquier discusión de reforma debe poner al ciudadano en el medio y partir de lo que ha funcionado hasta ahora (pensión mínima, cuentas individuales, fomento al ahorro, etc.) y no buscar un borrón y cuenta nueva. Para lograr una pensión se debe ahorrar. No hay otra”, escribe Aldo Ferrini, CEO de AFP Integra.
Ayer 21 de octubre, se empezaron a recibir las solicitudes del octavo retiro extraordinario aprobado por el Congreso de la República (el adjetivo “extraordinario” está evidentemente de sobra). Este fue sorpresivamente apoyado por la expresidenta Boluarte, desautorizando vergonzosamente a su entonces ministro de Economía, con el fin de crear una cortina de humo para tapar alguna de las denuncias que rondaron a su gobierno. Cortina que evidentemente dejó de funcionar.
El octavo retiro se aprobó de manera exprés luego de que la publicación del reglamento de la reforma (casi un año después de aprobada la Ley) generara mucha controversia, sobre todo, alrededor del aporte obligatorio de independientes y de la prohibición para menores de 40 años de retirar el 95,5% de los fondos al momento de jubilación (que recién se daría dentro de 25 años). Ambos puntos fueron derogados en la misma Ley que aprobó el nuevo retiro. Adicionalmente, se han presentado varias iniciativas para derogar totalmente la Ley de Reforma. En mi opinión esto último más con fines populistas que con propuestas técnicas para mejorar el sistema.
Desde entonces, mucho se ha dicho acerca de la Ley de Reforma, sobre qué falló y qué se debe hacer. Muchas opiniones con buenas intenciones y basadas en estudios técnicos, pero también demasiadas con ánimos populistas y fiscalmente inviables. Un congresista propuso, sin decir cómo, que la pensión mínima debería ser el equivalente a dos salarios mínimos vitales. Para lograr esto se deben acumular más de S/ 400 mil por persona al momento de jubilación. Para financiar esa pensión, para todos los mayores de 65 años se necesitarían más de S/ 70 mil millones al año (más del 80% de todo el IGV recaudado en 2024).
La reforma de pensiones será parte de la campaña electoral que ya comenzó. Se propondrá que el ahorro sea voluntario, eliminar a las AFP e incluso volver al sistema de reparto quebrado de los ochenta. He comentado en varias oportunidades que la Ley de Reforma aprobada en 2024 no fue perfecta ni suficiente, pero que sí iba en la dirección correcta. Hubo propuestas como capital semilla o contribuciones equiparadas para el empleador que no fueron tomadas en cuenta, principalmente por el costo fiscal que estas podrían implicar. Tampoco se abordó el tema de informalidad laboral (aunque el aporte por consumo va en esa línea) y claramente no se acertó en la solución para independientes (quienes igual deberán ahorrar para su jubilación).
Cualquier discusión de reforma debe poner al ciudadano en el medio y partir de lo que ha funcionado hasta ahora (pensión mínima, cuentas individuales, fomento al ahorro, etc.) y no buscar un borrón y cuenta nueva. Para lograr una pensión se debe ahorrar. No hay otra. Las pensiones se financian con tres fuentes de ahorro: uno mismo, la familia o el Estado. Quien ofrezca durante la campaña soluciones tentadoras o alucinadas está en la obligación de explicar cómo se van a pagar. El papel y la palabra (sobre todo en campaña) aguanta todo, no se las hagamos tan fácil. Tenemos una responsabilidad.