Carlos E. Gálvez Pinillos
Expresidente de la SNMPE
Para Lampadia
Hace cortas tres semanas, escribí un artículo en el que mostraba las miserias e incapacidad mayoritaria en nuestros tres poderes del Estado y organismos constitucionalmente autónomos. Ya para ese momento quedaba claro, que para las bancadas que habían apoyado la permanencia de la Sra. Boluarte (DB) en el gobierno, estaba a la vista su fecha de caducidad. Obviamente, la usaron mientras les resultaba funcional a sus propósitos, pero ahora que dejó de serles útil, la descartaron.
No necesitamos repetir la incapacidad de DB para gobernar, eso era evidente. Pero, es importante que tomemos un poco de distancia y que hagamos un examen de conciencia. Así, ha vuelto a evidenciarse la falta de perspectiva de los partidos de centro-derecha, quienes jamás asumen sus fracasos para aprender lecciones, sino que, al primer tropiezo, buscan culpables a su alrededor.
Siempre se repite que, a diferencia de los partidos de izquierda, quienes actúan en base a un proyecto de largo plazo; la centro derecha es inmediatista y piensa sólo en cómo ganar las próximas elecciones. En el Perú, nunca han planteado un “proyecto país de largo plazo”, para generar ilusión tras un objetivo importante, fijar metas, de forma que todos actuemos en consecuencia.
La izquierda, en cambio, ha planteado una utopía. Ha fijado un mensaje y objetivo simple y claro; “igualdad universal” y Marx planteó la violencia como método para lograrlo. En el tiempo han cambiado el método para alcanzar su utopía. Pasaron de la vía de la violencia, que ocasionó 150 millones de muertos en el siglo XX (sin alcanzar su propósito), para mutar a los métodos de Antonio Gramsci; capturando la educación, las artes y la cultura, con gran avance para lograrlo.
En esta ruta de largo alcance, son capaces de unirse en un solo frente para las elecciones. Además, en el Perú, han capturado la educación desde comienzos de los 70s del siglo pasado y la siguen controlando. Como las condiciones laborales y remuneraciones han mejorado sustancialmente en el tiempo, ahora que ya no funciona el enfrentamiento proletario-burgués, han creado otros puntos de conflicto: Étnico, de “género”, cultural, entre otros. Pero siempre exacerbando las contradicciones.
Esa miopía de los sectores del centro a la derecha, nos ha conducido a la atomización de “partidos” sin doctrina, organización, ni planes estructurados. Con ellos aparecieron múltiples candidatos sin peso específico y mayoritariamente dependientes de “el dueño” del partido, razón por la que, casi ningún partido hará elecciones internas (un militante un voto), sino que serán “designados” por delegados.
Por estas razones, es que tenemos incapaces e irresponsables en la gestión pública. No había nada que salve a DB, pero, teníamos que alejar al Perú de riesgos innecesarios. En lugar de planear y trabajar la salvación del Perú, la gente del congreso se abalanzó sobre una presa débil y fácil, para tomar alguna distancia insuficiente, de cara a las elecciones de abril.
Hoy, a pocos días de haber designado un presidente de reemplazo (el sexto en dos períodos presidenciales), ya buscan su salida. Ahora recuerdan sus acusaciones de violador, de ser delfín de Vizcarra y sus conexiones con muchos indeseables de la vida política. Ahora, hasta su mentor Vizcarra, se atreve a decir que no lo representa, ni los fundadores de su partido lo respaldan.
Por supuesto, que los buitres de la izquierda, ya están tratando de armar un escenario (similar al de Sagasti), para descalificar a todos los representantes de los partidos mayoritarios del congreso. Hacer el espacio para que asuma la presidencia, uno de los menos de seis o siete representantes de la izquierda o la caviarada (miembros de una “reserva moral” inexistente), que nunca ganaron elecciones, pero que siempre están “en el bolo”. Mientras tanto, el MPCP (SL) ya inició su campaña de mensajes, mofándose de las próximas elecciones e invitando a boicotearlas. Esto no es novedad en el sur peruano, pero la izquierda ya se está calentando.
La miopía nacional se agudizó en las elecciones 2016. Fue en esa oportunidad, que chicos desorientados votaron por PPK, quien tenía una participación mínima en el congreso.
A partir de ese momento fracturamos el dique, dejamos que chicos sin experiencia voten por nuestra destrucción, generamos el aquelarre político y multiplicamos bancadas y partidos políticos.
Los enemigos de la democracia lograron su propósito:
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- Atomización de partidos;
- Destrucción de liderazgos; y
- Degradación de la clase política.
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Esto, al punto que ninguna personalidad, que quiera defender su buen nombre, está dispuesta a involucrarse en un “gobierno de salida”, menos, en un momento político en el que reina el desprestigio y la inmundicia.
Dicho esto, le deseo el mayor de los éxitos al gabinete de transición presidido por Ernesto Álvarez, el mejor en años.
Esto, que era absolutamente previsible, ¿no lo vieron todos los que juegan a la política de corto plazo, “para ganarse alguito”? Ninguno de ellos ha pensado en el Perú, ni en su legado para las siguientes generaciones.
¡Son unos irresponsables! Lampadia