Por: Enrique Valderrama
Expreso, 16 de mayo del 2022
Ha sido un paso fundamental para la vida institucional peruana la elección de los nuevos 6 miembros del Tribunal Constitucional, a quienes desde este espacio en el Diario Expreso saludo y deseo el mayor éxito en su gestión, que esperamos sea dinámica y activa.
Sin embargo el desorden institucional en el Perú de los últimos años es inmenso y quedan tareas fundamentales, sobre todo en el sistema de Justicia. Creo que es momento que se analice con frialdad lo que sucede orgánicamente en el Poder Judicial y el Ministerio Público. Ambas instituciones, sobre todo la Fiscalía, con grandes temas pendientes de nombramientos y con muchos detractores respecto a destituciones, equipos especiales, incluso luchas de poder.
Si esto es así entonces debemos poner bajo la lupa a la “Junta Nacional de Justicia”, que reemplazó en 2019 al Consejo Nacional de la Magistratura, desprestigiado y caído en el escándalo mediático. La creación de la JNJ -con la atribución de colocar y reemplazar jueces y fiscales en todo el territorio nacional- iba a suponer una mejora y garantizaría nombramientos alejados de compadrazgo y instrumentalización institucional, económica o política.
Si analizamos desde el objetivo descrito podríamos decir que sus más de tres años son de pleno fracaso. Nada ha cambiado. Diría incluso que la bisoña institución ha colaborado para que la crisis del Ministerio Público se agrave con sus suspensiones a todas luces favorecedoras a un bando en disputa. Y es que al ser hija de Vizcarra, la JNJ nace de un modo u otro marcada por la indignidad.
Anota bien la destacada abogada, investigadora y catedrática universitaria María del Pilar Tello en una reciente entrevista concedida a Diva Rivas en el portal “Punto de Encuentro”: “Lamentablemente la Junta Nacional de Justicia no ha dado la talla respecto de las expectativas que se tenían. Hay muchos cuestionamientos”.
En otro fragmento María del Pilar Tello Leyva -que postuló a miembro de la JNJ, quedando como suplente- narra cómo Zoraida Ávalos trataba de descalificarla en la entrevista criticando sus opiniones periodísticas. Este fue el tono de cómo se asignaron los puntajes que finalmente terminó en 7 titulares mayoritariamente orientados hacia seguir la corriente de los intereses de la coalición vizcarrista.
Y más allá de su deficiente funcionamiento; esta institución está actuando quebrantando las normas actuales. Tanto en la Constitución como en la Ley Orgánica de la Junta se establece que el mínimo para ser miembro es 45 años y el máximo es 75. Literal. Sin embargo quien presidió todo el 2021 la JNJ fue Inés Tello, quien en septiembre próximo cumplirá 77. Lleva casi dos años como miembro de manera irregular.
Inés Tello fue una jueza superior con casi 40 años de carrera, sin escándalos o cuestionamientos en su desempeño en esas décadas hay que decirlo; por su experiencia conoce perfectamente las normas y su interpretación. Es grave su complacencia. Luego del retiro del PJ estuvo activa alrededor de la política apoyando a Kuczynski; ¿le habrá preguntado esto Zoraida Ávalos en su entrevista como aspirante? Tello está en una posición delicada, creen algunos juristas pasible de procesos por usurpación de funciones o ejercicio ilegal de funciones de cargo público. Para otros los demás miembros de la Junta también podrían ser encausados.
La Junta Nacional de Justicia debería reorganizarse, está deslegitimada y herida de muerte. La reconstrucción institucional debe continuar. Esperemos que este Congreso tome la decisión de hacerlo.