Jessica Luna
Correo, 22 de agosto del 2025
Las políticas de ordenamiento pesquero han marcado un antes y un después en la pesquería de anchoveta y contribuido notablemente en la sostenibilidad del recurso. Gracias al compromiso de todos los actores y a una regulación basada en evidencia científica, que incluye cuotas por embarcación, monitoreo satelital, control de desembarques y otros; el Perú es reconocido en todo el mundo por el manejo sostenible de la anchoveta.
Sin embargo, la pesca artesanal y de menor escala no han sido ordenadas de la misma manera. El crecimiento desmedido de sus embarcaciones afecta los recursos pesqueros y sus ecosistemas. Urge estar alertas porque existen presiones desde Congreso para ampliar el proceso de formalización lo cual es abrir la puerta para repetir la historia y crear un “Reinfo Pesquero”.
Recordemos lo que ha venido ocurriendo con la minería, que ha tenido un proceso de formalización desordenado e impulsado por los propios mineros ilegales, quienes han adquirido un poder económico que hoy supera al narcotráfico y con el que violentan el estado de derecho, generan impactos ambientales negativos y financian otras actividades ilegales.
Lo mismo ocurre en el sector pesquero. De un lado, las empresas formales respetan la estricta regulación e invierten millones en modernas embarcaciones para operar sosteniblemente y en armonía con el medio ambiente. Y del otro, existe un sector que se resiste a la formalización con embarcaciones que no tienen ningún control, que realizan pesca ilegal a lo largo del litoral, contaminan el medio ambiente y afectan la sostenibilidad.
No se puede retroceder; por el contrario, se debe avanzar de manera firme en el monitoreo satelital, regulación y ordenamiento y en la fiscalización para frenar el avance de la pesca ilegal. No repitamos la historia.